Una pregunta quisiera yo hacer
Una pregunta quisiera yo hacer
a mi Señor y mi Rey:
Dime, ¿cuál es esa voz
que tú prefieres, Señor?
¿La del santo en su oración
o el clamor del pecador?
Porque si miro tu paso ligero,
en cada página del Evangelio,
siempre te encuentro feliz, rodeado,
de los que el mundo tiene desechados.
¿Quién, que te escuche, Jesús Nazareno,
no sentirá que tu voz es de fuego?
¿Quién, que reciba tu dulce esperanza,
no cantará sin cesar tu alabanza?
Una pregunta ha llegado hasta mí
y te la quiero decir:
Dime, Jesús, mi Señor,
¿cuál es el gusto de Dios?
¿Por dónde llego a tu amor?
Me gusta tu Corazón.
Una pregunta me roba la paz
y hoy te la quiero entregar;
no he sido bueno, Señor,
me ha visitado el dolor;
¿puede confiar en tu amor
alguien así como yo?
Versión a capella aquí.
1 comentario
Fuera lo que fuere que hayamos hecho, espera nuestro cambio, espera que volvamos a Él. Y viene a nuestro encuentro de muchas maneras. Encuentros difíciles de explicar, y que normalmente sólo entiende la persona a los que van dirigidos. Jesús viene al encuentro de cada uno de nosotros, y tenemos que estar atentos.
El Pastor siempre va en busca de la oveja perdida, mientras deja protegidas a las ovejas fuertes. El Señor siente una gran alegría por cada oveja perdida que encuentra.
Todos podemos confiar en Nuestro Señor Jesucristo, Él espera nuestra confianza, nuestra fe.
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