Hay un vacio de pensamiento sobre la lengua latina y su uso en la liturgia

codexSi hay algo que brilla por su ausencia en las discusiones sobre el lugar del latín en la liturgia es la falta de argumentos, casi digo yo de parte y parte. La nostalgia de unos se enfrenta con el temor al anacronismo de parte de los otros y al final las cosas quedan en pánico paralizante o cerrazón a todo discurso racional.

Me atrevo a decir que he conocido varias dimensiones de este asunto. Conozco, leo y amo el latín; lo he enseñado en nuestra casa de formación en Bogotá por varios años, y también a nuestros novicios dominicos. He celebrado y rezado en latín en varias partes, incluyendo nuestro Angelicum en Roma. Por otro lado, mi experiencia de fe resulta imposible de comprender sin el entusiasmo (y la percusión y el ritmo) de las celebraciones carismáticas. Y de ahí sobre todo lo que echo de menos cuando se afirma que “sólo” el órgano es “digno” de la liturgia: mi sensación es que canonizar solo la música tubular equivale a dejar de lado la palabra “ritmo,” y en esto se cumple lo que en otras áreas de la vida de fe: lo que la Iglesia menosprecia, alguien lo aprecia, lo hace suyo y lo usa contra la Iglesia. Buena parte, quizás la mayor parte del rock nació y se crió al margen de la fe, y bueno, ahí lo tienes. Ya decían los antiguos: “lo que no es asumido no es redimido” (Quod non assumptus, non redemptus).

Y sin embargo, perder el latín es perder demasiado.

1. Cada lenguaje es la expresión del alma de un pueblo. Durante unos mil años largos la Iglesia, y la civilización occidental misma, pensó en latín, oró en latín, rió en latín. Olvidarse del latín es perder mil años de vida, de búsquedas, de hallazgos, de esperanzas, de poesía.

2. Una proporción solo modesta de textos están traducidos a lenguas modernas, y ninguna traducción reemplaza al original. Cuando hoy oímos “perfidi Iudaei” espontáneamente pensamos en una especie de insulto. Sucede así porque creemos que se puede reemplazar “perfidus” con “pérfido,” pero resulta que este último termino hace tiempo tiene vida propia, y sus sentido no puede asumirse como paralelo del antiguo.

3. Las lenguas llamadas “muertas” tienen por ello mismo una mayor capacidad de estabilidad semántica, y esto es muy necesario en la teología y en la liturgia. Sin la estabilidad en los vocablos terminamos por no saber a qué aluden. Ya es esto difícil cuando se trata de términos como “hypostasis” y “prosopon,” pero es mucho más complejo cuando términos nuevos aspiran a reemplazar a los antiguos, como cuando se propusieron “trans-significación” y “trans-finalización” en vez de “trans-substanciación.” Juzgar de estos asuntos de teología sin una sólida base en latín es temerario, por decir lo menos.

4. El latín tiene su genio propio para expresar una de las dimensiones menos apreciadas hoy, pero más necesarias: la objetividad del culto. ¿Qué se entiende por objetividad aquí? El hecho de que la fuente de la adoración no es el sujeto, en cuanto sujeto de emociones, recuerdos, sentimientos o anhelos, sino lo realmente actuado en, por y a través de Cristo.

5. La Iglesia ha tenido y tendrá que afrontar el embate de los nacionalismos, en tales circunstancias la neutralidad y universalidad del latín cumple un servicio enorme que a la vez previene del afán de protagonismo de cualquier nación o lengua ya todos educa en la pertenencia a una realidad que va más allá de sus propias fronteras.

De lo dicho en el punto cuarto quiero citar un par de ejemplos tomados del Misal Romano. Primero, una oración colecta de una misa para el tiempo pascual:

Deus, qui et libertatis nostrae auctor es et salutis, exaudi supplicantium voces, et, quos sanguinis Filii tui effusione redemisti, fac ut per te vivere et perpetua in te valeant incolumitate gaudere.

Así suele leerse en los misales en lengua castellana:

Señor Dios, origen de nuestra libertad y de nuestra salvación, escucha las súplicas de quienes te invocamos; y ya que nos has salvado por la sangre de tu Hijo, haz que vivamos siempre en ti y en ti encontremos la felicidad eterna.

La versión común en inglés va así:

Lord God, source of our freedom and salvation, listen to our humble prayer. You redeemed us by the shedding of your Son’s blood: enable us to live by your grace, and grant us at all times the joy of your safe keeping.

Las traducciones vernáculas, ambas muy correctas desde el punto de vista lingüístico, creo yo, presentan un movimiento que parte de Dios, llega a nosotros y allí atesorado pide ser preservado; es decir, el sujeto de interés es el hombre redimido. En el tetxo latino el fruto de la acción es pedido en la forma típica de esa lengua, o sea, en tercera persona: “quos… redimisti, fac ut… vivant.” El recurso a la tercera persona hace que el narrador-orante se sitúe como contemplativo y narrador de una acción divina, que da una vida firme, feliz y perdurable a los mismos que rescató. El énfasis está en el Dios redentor.

Un ejemplo diferente lo tomo de la fiesta de San Gregorio Magno. Dice el texto latino:

Deus, qui populis tuis indulgentia consulis et amore dominaris, da spiritum sapientiae, intercedente beato Gregorio papa, quibus dedisti regimen disciplinae, ut de profectu sanctarum ovium fiant gaudia aeterna pastorum.

Lo cual en castellano sale así en algún misal:

Dios todopoderoso y eterno, que pusiste al papa san Gregorio al frente de tu pueblo para que con su ejemplo y su palabra lo ayudara a crecer en santidad; protege, por su intercesión, a los pastores de la Iglesia y al rebaño que les has confiado, para que siempre caminen por las sendas de la salvación.

Esta vez, el traductor español ha tomado la otra opción: traducir literalmente la figura latina de la tercera persona, ya mencionada. El latín va: “da spiritum sapientiae… quibus dedisti regimen disciplinae.” Es una expresión bellísima, de clásica espiritualidad “objetiva,” en la que, de nuevo, Dios aparece como el iniciador y consumador de la gesta salvífica. La traducción arruina ese propósito y ni siquiera menciona el espíritu de sabiduría; mucho menos sabe qué decir del “regimen disciplinae;” quizás no le parece popular. El inglés traduce así:

God our Father, your rule is a rule of love, your providence is full of mercy for your people. Through the intercession of Saint Gregory grant the spirit of wisdom to those you have placed in authority, so that the spiritual grouwth of the people may bring eternal joy to the pastors.

Mejor que la versión castellana pero se pierden varias cosas. Resulta que en latín se habla del señorío de Dios ("dominaris"), y eso desaparece en inglés. En latín Dios es señor de los pueblos, y por eso se mencionan “populis tuis;” ello también falta en inglés. La sutileza y belleza de “indulgentia consulis” no existe más. Y la “disciplina” tampoco gustó a irlandeses, ingleses, australianos o estadounidenses.

Ahora pregunto yo: ¿cómo sabrán quienes solo conocen sus respectivas lenguas de cuánto se están perdiendo?

No pido yo simplemente que se diga todo en latín. Una respuesta integral a esta situación pide sacerdotes que amen el ser y la vida de la Iglesia, y que sean verdaderos liturgos, capaces de tomar de los tesoros de la Iglesia lo antiguo y lo nuevo.

47 comentarios

  
Flavia
Muchas gracias por este artículo con el que estoy plenamente de acuerdo. Gracias a Dios, he estudiado nueve años Latín y por esto coincido con usted. Pero no se moleste, convencer a alguien de esto cuando no tiene ni la más remota idea es luchar contra molinos de viento, como don Quijote. Nos llamarán viejos - que no lo somos, y muy honrados si lo fuéramos - o integristas o cualquier otra cosa. La ignorancia es atrevida, ya sabe. Me encanta rezar en Latín porque me da la real gana, así de claro. Además de por las otras razones que usted indica a la perfección.
08/05/09 12:25 AM
  
Hermenegildo
Magnífico artículo, Fray Nelson. Yo sólo insistiría en la universalidad que representa el latín frente a las demás lenguas. Antes, cuando uno oía Misa en cualquier parte del mundo, los textos y las palabras eran los mismos. Ahora, no hace falta salir de España para no entender la lengua de la Misa.
08/05/09 12:33 AM
  
Luis Fernando
Grandioso artículo.
08/05/09 2:11 AM
  
luis
"Si hay algo que brilla por su ausencia en las discusiones sobre el lugar del latín en la liturgia es la falta de argumentos, casi digo yo de parte y parte"
¿Has leído a Romano Amerio, a Michael Davies, a Monseñor Lefebvre sobre este tema, Nelson?
08/05/09 2:26 AM
  
Fray Nelson
Te comento, Luis, lo poco que sé de ellos.

De Amerio, su Iota Unum, en algún sentido un clásico, en otro sentido una herramienta útil para no ver ni la necesidad ni la posible bondad de los cambios conciliares. Su elegante prosa tiene invariablemente un propósito: perseguir todo lo que lleve el sello de un cambio. Valioso por exponer riquezas del pasado, se queda corto, muy corto, como hermeneuta.

M. Davies me parece más interesante, si no por otra cosa, por el vigor, el entusiasmo, de su conversión desde el anglicanismo. Su respaldo a ultranza al movimiento lefebvrista hace que uno se pregunte lo mismo que hay que cuestionarle a Lefebvre: el Espíritu Santo acompañó a la Iglesia desde el arameo al griego, y del griego al latín, ¿y de ahí sólo tinieblas...?

Personalmente creo que el tradicionalismo radical ha sido una de las principales razones de la lenta recuperación del latín en la Iglesia Católica. En la obcecación desaparece la racionalidad.

En cuanto a los argumentos positivos que estos autores tuyos, y otros, dan yo creo que los he expresado en mi propio post.
08/05/09 2:49 AM
  
Gallego
Vacío de pensamiento lo veo yo más precisamente sobre el arameo y el griego....
08/05/09 8:53 AM
  
ricardo
Copmpletamente de acuerdo, asisto a clases sobre la Summa Teologica y muchas veces el profesor nos dice "vamos al texto en latín porque esta mas claro el significado"...
08/05/09 10:20 AM
  
luis
Sí, sabes poco de ellos, Nelson. Te lo preguntaba porque si de alguien no se puede hablar de "vacío de pensamiento" es de estos y muchos representantes de la tradicion, que han dado estos y unos cuantos argumentos más, entre otros, su testimonio ante la persecusion implacable que sufrieron. Es de honestidad intelectual reconocerlo, y el colmo que hoy se ultraje su memoria diciendo que "hay un vacío de pensamiento". El vacío lo tienen los que lo suprimieron.
Romano Amerio era filologo y latinista, y se pasó la vida defendiendo el latín. Michael Davies no fue precisamente un lefebrista, y no concordó con muchas de las determinaciones de Lefebvre. Y sí, los argumentos que traen y unos cuantos más fueron desarrollados "ad nauseam" por estos señores.
08/05/09 12:00 PM
  
Fray Nelson
Gracias, Luis, por ilustrarnos.

Yo personalmente no veré el error solo en quienes suprimieron el pasado sino también en quienes solo vieron como futuro la continuación de lo que ellos estimaron como valioso. Cuando alguien todo lo que tiene que decir del Concilio es que hizo daño a la Iglesia, su propia postura hace daño. Quienes amamos a la Iglesia tenemos que estar atentos a toda clase de daño y no sólo a lo que corresponde a nuestro gusto o bandera--o nuestros autores favoritos.
08/05/09 12:35 PM
  
Isaac García Expósito
Fray Nelson, los ejemplos que ha puesto son muy ilustrativos, pero al igual que un iceberg, lo que está sumergido es mucho mayor que lo visible.

Respecto al comentario sobre Amerio, no estoy de acuerdo. Romano es un filósofo muy serio, con unos conocimientos vastísimos y con un nivel intelectual y una capacidad de análisis y síntesis muy por encima de lo que se estila hoy. Y no estoy de acuerdo porque tachar a Amerio de inmovilista es, a mi modo de ver, injusto. Lo que Amerio muestra era lo que hubo tras el Concilio y que ahora, en cierta medida, continúa. Desde luego él no fue el que se levantó contra Pablo VI tras la promulgación de la Humanae Vitae o el que pidió la ordenación de mujeres. Es más, ni siquiera fue él, continuando la ironía, el que aceptó dirigir una clínica abortista como sí lo hizo Sor Mary Agries Mansour, en Detroit, cosa que hoy se vuelve a repetir en su tiempo y manera en Mosén Pousa.

Sin embargo, la descripción del estado de la Iglesia es coincidente con lo expresado por Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI.

Volviendo al latín, hay un documento muy interesante del magisterio papal que es la Veterum Sapientia, de Juan XXIII, donde se dice lo siguiente:

"En efecto, la lengua latina es por su naturaleza perfectamente adecuada para promover cualquier forma de cultura en cualquier pueblo: no suscita celos, se muestra imparcial con todos, no es privilegio de nadie y es bien aceptada por todos. Y no cabe olvidar que la lengua latina tiene una conformación propia, noble y característica: un estilo conciso, variado, armonioso, lleno de majestad y de dignidad[4] que conviene de modo singular a la claridad y a la gravedad.

Por estos motivos la Sede Apostólica se ha preocupado siempre de conservar con celo y amor la lengua latina, y la ha estimado digna de usarla ella misma, como espléndido ropaje de la doctrina celestial y de las santísimas leyes[5],en el ejercicio de su sagrado ministerio, así como de que la usaran sus ministros. Donde quiera que éstos se encuentren, pueden, con el conocimiento y el uso del latín, llegar a saber más rápidamente todo lo que procede de la Sede Romana, así como comunicarse más libremente con ella y entre sí.

Por lo tanto, el pleno conocimiento y el fácil uso de esta lengua, tan íntimamente ligada a la vida de la Iglesia, interesan más a la religión que a la cultura y a las letras[6], como dijo Nuestro Predecesor de inmortal memoria, Pío XI, el cual indagando científicamente sus razones, indicó tres dotes de esta lengua, en admirable consonancia con la naturaleza de la Iglesia. En efecto, la Iglesia, al abrazar en su seno a todas las naciones y al estar destinada a durar hasta la consumación de los siglos, exige por su misma naturaleza una lengua universal, inmutable, no popular[7].(...)

(...) 8. Damos orden asimismo a la Sagrada Congregación de Estudios para que prepare un Ordenamiento de los estudios de latín -que habrá de ser observado por todos fielmente- y tal que proporcione a cuantos lo sigan un conveniente conocimiento y uso de esta lengua.

Este programa podrá, por exigencias particulares, ser ordenado de otro modo por las diversas Comisiones de Ordinarios, sin que, sin embargo, sea jamás cambiada o atenuada su naturaleza y su fin. Sin embargo, los Ordinarios no crean poder realizar proyectos sin que la Sagrada Congregación los haya examinado y aprobado primeramente.

Cuanto con esta Nuestra Constitución hemos establecido, decretado, ordenado y solicitado, pedimos y mandamos con Nuestra autoridad que se mantenga definitivamente firme y sancionado, y que ninguna otra prescripción o concesión, incluso digna de mención especial, tenga ya vigor contra esta orden."

¿Por qué no se hizo lo que mandó el Papa?
08/05/09 1:14 PM
  
Fray Nelson
Isaac,

Gracias por la cita de Juan XXIII, a quien considero el Papa menos conocido de los tiempos recientes--y por ello interpretado de cualquier manera.

Sobre Amerio, ¿puedes citar algún pasaje suyo en que manifieste aprobación, entusiasmo o valoración del post-concilio? Si esa cita no existe, o no lo encuentras, la única conclusión que yo saco es que la formidable maquinaria académica e intelectual de este buen hombre estaba al servicio de la crítica de todo lo que implicara cambio.

Por supuesto, mi conocimiento es parcial, y estoy listo a retractarme, peor para retractarme espero pruebas claras.
08/05/09 1:32 PM
  
El pescador
El problema hoy es que se desprecia el latín, ni siquiera se enseña en los Seminarios y casas de formación religiosa para que los futuros pastores lo manejen bien, no sirve para nada: eso me dijeron a mí, que la Sociología es más útil a la Iglesia.
Y precisamente hoy que se viaja tanto, en el extranjero no se puede participar en la Misa porque no se entiende lo que se dice.
08/05/09 1:45 PM
  
luis
Fray Nelson, pues tendrás que leer el Iota Unum si crees que Amerio era un inmovilista.Su análisis de la crisis postconciliar y del "espíritu del concilio" es una de las fuentes del discurso de Ratzinger sobre la hermeneutica de la continuidad de diciembre de 2005. Un vastísimo intelectual, experto no en Santo Tomas, sino precisamente en Rosmini y en Newman, las mejores influencias de un Concilio malogrado.
Por cierto, L'Osservatore Romano lo ha reinvindicado hace un par de años, luego de décadas de denigracion y de campaña del silencio, de la que tú probablemente has recibido algún eco. Pero sabrás, como buen tomista, que para juzgar a un autor hay que hacerle el honor de leerlo. Está on line, y vale la pena.
08/05/09 1:57 PM
  
Fray Nelson
Luis, mientras sigues opinando sobre mí, permite que yo en cambio te pida lo que pedí a Isaac en cuanto a Amerio y el postconcilio. Gracias.
08/05/09 2:06 PM
  
luis
The end of a taboo: Romano Amerio, a true christian. L'Osservatore Romano:

http://chiesa.espresso.repubblica.it/articolo/45538?&eng=y
08/05/09 2:12 PM
  
JCA
Hay que tener en cuenta que el latín también fue la lengua universitaria y de la Ciencia (por las mismas razones que se han expuesto en el artículo) hasta la Revolución francesa, y todo persona culta debía poder leer y escribir en ella.

Si los israelíes consiguieron resucitar el hebreo, que estaba requetemuerto, con el latín sería más fácil.
08/05/09 2:20 PM
  
Fray Nelson
Entiendo, Luis, tu interés por Amerio, pero no has respondido a mi petición.

Observa lo que dice el link que enviaste: "Amerio condensed his criticisms in two volumes: “Iota Unum: A Study of Changes in the Catholic Church in the XXth Century,” which he began in 1935 and published in 1985, and “Stat Veritas. The Sequel to Iota Unum,” published after his death in 1997."

Eso es lo que hay de él: "criticisms" No es que eso sea malo sino que es incompleto.

Espero entonces que envíes algo distinto, en la línea d elo que solicité a Isaac sobre el postconcilio. Si no tienes nada de lo que yo pedí, dilo francamente por favor, y ahorramos tiempo todos.
08/05/09 2:43 PM
  
luis
Aunque conocerás el aforismo, fray, de que "quod affirmatur gratis, negatur gratis", y la carga de la prueba te corresponde a ti, que eres el que acusa a Amerio sin haberlo leído íntegramente, por supuesto que no te voy a ahorrar el tiempo y te voy a dar unos cuantos pasajes de "crítica no negativa".
Precisa un poco que quieres. Amerio es autor de innumerables tesis y estudios, sobre Campanella, Rosmini o Manzoni y su influencia en el catolicismo moderno, por ejemplo, con valiosos rescates.
De hecho, rescató a Rosmini mucho antes del dictamen de la CDF que lo rehabilitó hace muy poco tiempo.
08/05/09 2:55 PM
  
Isaac García Expósito
Fray Nelson, está claro que Romano Amerio no es un entusiasta del post concilio, entre otras cosas porque Iota Unum se dedica a mostrar el desastre que trajo el post concilio, muy similar por cierto a lo que ocurrió con Nicea.

¿Esta era la voluntad del Concilio? Hay un dato interesante, que me gustaría reflejar, y es en la forma en la que separa Amerio el Concilio de los "innovadores".

A vuela pluma, copio y pego un florilegio de citas:

"El Vaticano II tuvo en su conjunto una preparación que suponía una general homogeneidad de inspiración, que parecía correspondiente a la intención del Pa-pa . En esta fase preparatoria la parte opositora desarrolló su actividad con menor fuerza dentro que fuera, reservándose para llevar a cabo su actuación principal en la fase plenaria de la asamblea." (IU, 29)

"El Vaticano II tuvo una resolución distinta de la que hacía prever el Concilio preparado; más bien, como veremos, dicha preparación se dejó de lado rápida y completamente . El Concilio nació, por así decirlo, de sí mismo, independiente de su preparación." (IU 30)

"El resultado paradójico del Concilio respecto a su preparación se manifiesta en la comparación entre los documentos finales y los propedéuticos, y también en tres hechos principales: el fracaso de las previsiones hechas por el Papa y por quienes prepararon el Concilio; la inutilidad efectiva del Sínodo Romano I sugerido por Juan XXIII como anticipación del Concilio; y la anulación, casi inmediata, de la Veterum Sapientia, que prefiguraba la fisonomía cultural de la Iglesia del Concilio.

El Papa Juan, que había ideado el Concilio como un gran acto de renovación y de adecuación funcional de la Iglesia, creía también haberlo preparado como tal, y aspiraba a poderlo concluir en pocos meses : quizá como el Laterano 1 con Ca-lixto II en 1123, cuando trescientos obispos lo concluyeron en diecinueve días, o como el Laterano II con Inocencio II en 1139, con mil obispos que lo concluyeron en diecisiete días
" (IU 31)

"Como hemos visto, el Concilio rompió con toda su preparación y se des-arrolló mediante una superación del Concilio tal como había sido preparado. Pero después de la clausura, el período postconciliar, que habría debido suponer la reali-zación del Concilio, supuso sin embargo también la superación de éste. Este hecho se deplora con frecuencia incluso en los discursos del Papa, quien lo dijo expresa-mente, por ejemplo, el 31 de enero de 1972, refiriéndose a “pequeñas minorías, pero audaces y fuertemente disolventes”.

"También queda demostrado por las no pocas voces que, considerando in-suficientes las novedades conciliares, piden un VATICANO III para impulsar a la Iglesia a dar el paso adelántela al cual se resistió o vaciló dar en el primer encuen-tro." (IU, 47)

"En realidad, el rebasamiento del Concilio apelando a su espíritu se debe unas veces a una franca superación de su letra, y otras a la amplitud y negligencia de los términos. Es una franca superación cada vez que el postconcilio ha desarrollado como conciliares cuestiones que no encuentran apoyo en los textos, y de los cuales éstos ni siquiera conocen la expresión. Por ejemplo, la palabra pluralismo no se encuentra más que tres veces, y siempre referida a la sociedad civil" (IU, 4)

¿Es Amerio un mal hermeneuta o un inmovilista? Lo evidente, y sobresaliente, son sus conocimientos filológicos, filosóficos, teológicos y de cultura clásica.

Amerio simplemente construye su tesis a partir de lo sucedido. Y eso es innegable.
08/05/09 3:01 PM
  
Fray Nelson
Isaac,

Toamndo la frase tuya del final, "lo sucedido" no puede ni debe limitarse a lo que tú mencionas. ¿No hay nada bueno que contar? Si Amerio con todo su talento no lo encontró, tal vez tú sí puedas encontrarlo.

Luis: o sea que no citas por ahora nada.
08/05/09 3:06 PM
  
Isaac García Expósito
Aclaración: estas citas no responden a la pregunta de Fray Nelson, entre otras cosas porque IOTA UNUM es un "ESTUDIO SOBRE LAS TRANSFORMACIONES DE LA IGLESIA EN EL SIGLO XX".

El título denota ya el contenido.
08/05/09 3:15 PM
  
Fray Nelson
Isaac: ¿Y en esas transformaciones no hay nada bueno qué decir del postconcilio, según Amerio? Suponiendo que asumiéramos tal postura, ¿qué eclesiología y qué pastoral (y qué liturgia) nacen de ahí?
08/05/09 3:29 PM
  
luis
No estás muy lógico hoy, hermano. Como bien señala Isaac, Iota Unum es un estudio sobre las variaciones de la Iglesia en el Concilio y el postconcilio, y un esfuerzo por determinar si son variaciones heterólogas, en la terminología de Newman, o desarrollos homogèneos.
¿Què rescata Maritain del postconcilio en su Paysan de la Garonne?
¿Què Charles Bouyer en "La descomposicion del catolicismo"
Y te estoy citando a dos ilustres progres desilusionados del postconcilio, sin citar a Pablo VI: "invierno de la Iglesia" "frutos amargos del Concilio" "el humo de Satanas en la Iglesia" "autodemolicion de la Iglesia"
08/05/09 3:39 PM
  
luis
Por de pronto, fray, la liturgia del postconcilio debería haberse atenido al Concilio, empezando por la anticonciliar reforma litúrigca de Bugnini.
Pero lee a Amerio y lo sabrás.
08/05/09 3:41 PM
  
luis
Aquì está el nucleo del razonamiento de Amerio, nada "inmovilista" (signifique ello lo que signique en el orden metafísico)
Iota Unum:

LA INVARIABILIDAD DEL DOGMA. SAN VICENTE DE LEHRINS Y EL CARD.NEWMAN
La imposibilidad para el catolicismo de variar en su esencia coexiste con su necesidad de variar en las accidentalidades existenciales y en su dis-currir a través de la historia. Pero tampoco este discurrir, en el cual se ac-tualiza su vida, puede afectar su esencia. Y no sólo porque las esencias, in-cluso según la filosofía natural, son increadas e inmutables, sino más aún porque a la cabeza de la religión revelada se sitúa el Verbo divino introdu-ciéndose en la Historia: revistiéndose de humanidad, pero sin alteración de su indevenible divinidad. Tal distinción entre lo devenible y lo indevenible de la religión fue enseñada desde el siglo V por San Vicente de Lehrins, pero después fue progresando su sentido histórico (al ser asumido como criterio para juzgar el desarrollo del dogma) en la obra del card. Newman.
Fue además planteada en la prospectiva inicial del Concilio por Juan XXIII (§§38-40), pero no fue retomada por el Concilio mismo. Éste, sintiendo más vivamente el aspecto deviniente y dinámico de la Iglesia, no insistió so-bre el principio inmóvil subyacente en el dinamismo de la verdad religiosa.
San Vicente de Lehrins, en el Commonitorium, formula primeramente un criterio extrínseco para reconocer lo que constituye la fe católica y sepa-rarlo de las concreciones puramente accidentales añadidas en el proceso his-tórico. Estas concreciones participan del valor suprahistórico de las verdades de fe, y son esenciales a la historia, no a ellas. Por consiguiente, católica es aquella creencia por la cual se tiene «quod ubique, quod semper, quod ab om-nibus creditum est» .
Pero ya Newman observaba lo difícil que es verificar en algunos artícu-los de fe ese ubique, ese semper y ese ab omnibus.
En realidad, el criterio es aproximativo.
¿Ubique quiere decir en todas partes de la Iglesia, o del mundo?
¿Semper significa en todo momento en todas partes, o en un sitio con-creto?
Y ab omnibus, ¿Que significa ciertamente a plerisque (por una mayo-ría), se refiere a una mayoría numérica, o de sabiduría y autoridad?
El criterio se deduce claramente de una visión angosta de las dimen-siones de la Iglesia, del espacio humano, y de la historia. Cuando en el siglo XIV el hombre comenzó a conocer nuevos mundos y nuevos cielos (como dice Campanella), el ubique, el semper y el ab omnibus se hicieron imposibles de verificar.
El verdadero criterio de San Vicente de Lehrins es por tanto el segundo expuesto por él, a saber: el desarrollo genuino de los principos revelados, depositados en el principio histórico de la Iglesia y custodiados en la Tradición apostólica.
Ciertamente, según la fe católica, la garantía de los desarrollos genui-nos está colocada en la potestad didáctica del supremo magisterio; sin em-bargo la legitimidad de un desarrollo puede deducirse también de un examen accesible para los principios de la lógica y para la razón histórica.
La cuestión retorna en último extremo a las esencias, que no son «transmutables de cualquier forma», al contrario de sus accidentalidades, que se desenvuelven dentro del flujo histórico. La preservación del tipo es un concepto más filosófico que biológico.
Toda la cuestión sobre el estado actual de la Iglesia se encierra en es-tos términos: ¿se ha preservado la esencia del catolicismo?
Las variaciones introducidas ¿mantienen lo mismo en las visicitudes circunstanciales, o bien lo transforman ad aliud ? La clarificación de un con-cepto no consiste en pasar a otro concepto: «intelligitur illustrius», dice San Vicente de Lehrins, «quod ante obscurius credebatur. Eadem tamen quae didi-cisti, doce, et cum ditas nove, ne ditas nova» .
El desarrollo de una idea se tiene cuando ésta se amplifica dentro de sí misma; la mutación, sin embargo, cuando sale de sus propios confines fuera de sí misma para convertirse en otra cosa. Hace falta por tanto que de un modo histórico gradual crezca el conocimiento de la fe en los individuos y en la Iglesia «sed in suo dumtaxat genere, in eodem scilicet dogmate eodem sensu eademque sententia» .

08/05/09 3:59 PM
  
Fray Nelson
Me queda claro que ni Amerio ni su discípulo Luis ven nada de bueno en el postconcilio.
08/05/09 4:26 PM
  
luis
No, no está claro y no se sigue de lo afirmado precedentemente. ni por Amerio ni por mí.
Imputarme una idiotez semejante ("nada bueno ven en el postconcilio")
es un insulto a mi inteligencia y a la de los lectores.
Revisa tu lógica, fray Nelson
08/05/09 4:34 PM
  
Fray Nelson
Mientras voy siguiendo tu dirección espiritual e intelectual, Luis--como si este blog fuera para eso--haz brillar tu paciencia y cuéntanos qué de bueno dijo Amerio sobre el postconcilio.
08/05/09 4:45 PM
  
luis
Define los términos, predicador. Qué es el ¿"postconcilio"?
Yo creía que era un término histórico.
¿puede predicarse "bondad" o "maldad" de la historia?
Muy confuso.
08/05/09 4:51 PM
  
Fray Nelson
Libre eres de definirlo como te plazca, Luis.

Sólo quiero saber si en alguna definición posible de la palabra postconcilio Amerio dijo algo, alguna cosa buena, aunque sea breve, sobre él.

Así que no marees la perdiz, y cita si puedes citar. Si no, dices: "nada tengo que citar," y ya luego sigues dirigiéndome espiritualmente--si te place y si yo me dejo.
08/05/09 5:00 PM
  
luis
Ahora acudes a un enfoque plurisemántico.
La respuesta es sí, Amerio vio muchas cosas buenas en el postconcilio, entre otras su obra Iota Unum.
Si la cuestion está mal planteada, la respuesta no puede ser más inteligente que la pregunta
08/05/09 5:09 PM
  
luis
Iota Unum, 1. Elogio de la posicion de Pablo VI en la Humanae Vitae:

Ciertamente, pronunciándose como se pronunció (contra la mayoría de los peritos pontificios, contra el consenso de los teólogos, contra la mentalidad del siglo, contra la expectación desatada por declaraciones autorizadas y por su mismo comportamiento, contra -dicen algunos- la misma opinión sostenida por él como doctor privatus) , Pablo VI llevó a cabo el acto más importante de su pontificado.
Y no solamente porque fuese reexpuesta en su identidad esencial la antigua y perpetua doctrina fundada sobre verdades naturales y sobrenaturales, sino porque la sentencia papal, al caer sobre el disenso intestino de la Iglesia y ponerlo bajo una luz meridiana, fue un acto de la didáctica autoridad papal ejercitado manifiestamente ex sese, non autem ex consensu Ecclesiae (por usar los términos del Vaticano I).
La disensión fue grave, extensa y pública, patente en documentos episcopales y en miles de publicaciones cuyo contenido consistía en el modo de leer y aplicar la encíclica, pero que de hecho le daban el significado que preferían.
La encíclica fue impugnada y alterada por las firmas religiosas de revistas para el gran público. Merece mención especial la deformación realizada en discursos y escritos por el autorizado Giacomo Perico, S.I. En “Arnica”, gran semanario con una tirada de setecientos mil ejemplares, escribía el 12 de agosto de 1969: “No es exacto hablar en sentido absoluto de nuevas orientaciones. Puede decirse al contrario que algunos hombres de Iglesia dieron en el pasado interpretaciones demasiado restrictivas de la moral conyugal. Ha sido un error”.
Aquí se invierten los papeles: no fueron algunos hombres de Iglesia, sino la Iglesia, todos los Papas incluido Pablo VI, y toda la Tradición, quienes mantuvieron la sentencia restrictiva. Algunos hombres de Iglesia que sostuvieron la contraria fueron condenados. El P Perico continuó con esa tergiversación de Humanae Vitae en cursos de aggiornamento para el clero y en el “Giornale del popolo” del 22 de marzo de 1972. Su opinión fue discutida por mí en dos artículos del mismo periódico, de 8 de abril y 29 de abril. Según el celebrado jesuita, “la norma relativa al uso de los anticonceptivos contenida en la encíclica es precisa: los cónyuges no deberían recurrir nunca a las técnicas contraceptivas”. No: la encíclica enseña que no deben. Sustituyendo el imperativo que usa el Papa por un condicional, la encíclica resulta transformada.
08/05/09 5:15 PM
  
Fray Nelson
Bendita la memoria de Pablo VI. ¡Gracias, Luis!

Gran artículo de Amerio, aunque claramente el sentido de "post" aquí es cronológico solamente. De modo que no indica ninguna aprobación de Amerio al Concilio como tal.

Si tienes más de esos, síguelos publicando, hermano Luis.
08/05/09 5:25 PM
  
Isaac García Expósito
Buenas tardes Fray Nelson:

Pues mire, este debate colateral que hemos abierto sobre Amerio, pienso es una buena aportación.

Como le he dicho antes, Iota Unum habla sobre las variaciones habidas en la Iglesia Católica respecto a cuestiones fundamentales, como las virtudes teologales, la moral, el cese de la autoridad, escatología, teodicea, etcaétera.

No es un balance de lo bueno y de lo malo. ¿Hay algún elogio al postconcilio en Romano Amerio? No lo sé porque no he leído toda su obra; pero si le sirve de algo, el obispo Jelmini, miembro de la Comisión preparatoria central del CVII sometió a su conisderación los documentos del mismo, según informa la solapa del libro Iota Unum publicado por Criterio Libros.

Como escribí anteriormente, el suizo trata de explicar el estado actual de desafección en el que se encuentra la Iglesia. Y fija sus causas. En la descripción, además, coincide con el juicio de Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI.

Fray Nelson, ¿ha leído usted el libro? Lo que escribe es espeluznante. Conferencias Episcopales contra el Papa, en un estado cuasi-cismático. El pirronismo y el movilismo instalado en miembros de la Iglesia. Los jesuitas de la revista francesa Les études, sosteniendo que se puede abortar antes de ser recibido por la sociedad... No nos podemos poner una venda en los ojos.

En Nicea, tras definir la consustancialidad del Hijo con el Padre, lo que vino fue el arrianismo increíblemente. ¿Y por eso el Concilio de Nicea fue malo? No entiendo lo que quiere decir.

Creo que la implicación que intenta establecer entre no decir nada bueno del postconcilio y que sea un inmovilista y un mal hermeneuta es un exceso.

Otra cosa es que usted no le guste lo que dice - cosa personal -, o que no esté de acuerdo con sus tesis. Pero para ello tendríamos que entrar más en detalle.

Y quizás tener que negar cosas que ocurrieron. Y que provocaron - y siguen provocando - un gran dolor al Cuerpo Místico de Cristo.

Saludos.
08/05/09 5:51 PM
  
Fray Nelson
Pienso que yo suscribiría mucho más del 95% de las crítica de Amerio. No es eso lo que me preocupa. Me preocupa que cuando una persona no presenta una visión balanceada, o sea, cuando no ve los bienes, se desautoriza a sí mismo y resta impulso al bien que hubiera podido conseguir.
08/05/09 5:53 PM
  
Isaac García Expósito
Quizás el desequilibrio viene del dolor. Suiza no es un país católico. No es como España, por ejemplo, donde los niños se insertaban en una cultura católica: era un dato dado.

Allí ser católico distingue y marca frente a un mundo protestante.

Ver como se derrumba todo lo que se cree, es muy doloroso.

Por otro lado, la percepción que tengo yo del post concilio por mi edad, no es la que tuvo Romano Amerio: eso me permite ganar una perspectiva que él no tuvo. Yo no he vivido esa rebelión interna, pero comprendo el dolor de esas personas que fueron testigos de esos días aciagos.
08/05/09 6:15 PM
  
Fray Nelson
Tu comentario último es de oro, Isaac, gracias por escribirlo.

Y sí: amemos, hasta el dolor, a esta Iglesia que a Cristo le costó su Sangre.

A menudo estaremos tentados de simplificar pero siempre estará allí nuestro Maestro, dos pasos adelante, para decirnos: "¿Y no será que te ha faltado tener en cuenta que..."?

Honra y honor a Cristo, Rey de Reyes, Señor de la Historia, Cabeza de la Iglesia.
08/05/09 6:16 PM
  
luis
Mucho dolor. Hay otros ejemplos: Evelyn Waugh se deprimió fuertemente con el perìodo de experimentacion litúrgica previo a la reforma de Bugnini, al punto que le rogó a un sacerdote que le celebrara una misa de Pascua tridentina. Murió al finalizar la misa.
Julien Greene, otro gran converso del anglicanismo, estaba viendo por TV un ensayo de la nueva Misa. La miró a su hermana y le preguntó: ¿por qué nos hemos convertido, si esto es parecido a la misa de Cranmer?
Cada día que pasa, se aprecia el desastre que implicó hacer tabla rasa de la tradicion.
Como me dijo un amigo oriental: algun dìa ustedes los catolicos se darán cuenta del absurdo de confiar la redaccion de su liturgia a una comision de "iluminados" (se refería al Consejo que redactó la reforma de Bugnini)
08/05/09 6:29 PM
  
Fray Nelson
Tu ultimo comentario hace más claridad sobre tu postura, Luis. Gracias.
08/05/09 6:32 PM
  
Flavia
Genial, Luis, tu último comentario y el recuerdo de Julien Green.
Respecto a Bugnini, y por caridad, no voy a recordar aquí lo que se decía de él, pues espero que no fuese cierto, aunque no me extrañaría que lo fuese. Va en línea de esa palabra que has escrito entre comillas...
08/05/09 9:41 PM
  
Daniel
El gran Papa BXVI, en su día el gran San Pio X, han deseado potenciar el latín y el canto gregoriano.
BXVI, ha topado con muchos obispos desobedientes, que han obstaculizado descaradamente la aplicación del motu proprio Summorum Pontificum.

Personalmente tuve de profesor de latín a un brillante latinista, por lo que siempre recordaré el latín, aún lo leo en muchas ocasiones para no perder tan gran "herencia", ¡gracias mosén Vicent!.
08/05/09 10:12 PM
  
Blanca Guerrero
En estos días estamos teniendo la ocasión bendita de rezar con los católicos orientales en el viaje del Santo Padre a Tierra Santa. Estoy viendo ahora el rezo de Vísperas por EWTN ¡gracias Señor! y escuchándoles por RM o la misma TV. No alcanzo a seguir sus argumentos, unicamente quería invitarles a estas celebraciones. Esto es la Iglesia. Perdón a los otros comentaristas por interrumpir; les leeré luego y aprenderé. Si bien creo que necesitamos pedir al Señor contemplar su rostro para entender sus palabras y aprender latín y todas las lenguas.
09/05/09 5:30 PM
  
Tineo
Buenas tardes:

Gracias a Luis y a Fray Nelson, hoy he conocido la existencia de Romano Amerio. He seguido vuestro debate y creo que una de las ventajas postconciliaers es que un laico (supongo esa condición a Luis gratuitamente, con bastante atrevimiento por mi parte) pueda dirigirse a un dominico con esa espontaneidad y libertad con que Luis lo hace. Si Luis no es laico, mi argumento no pierde eso, pues yo sí lo soy, y podría hablar a Fray Nelson con toda libertad.
Gracias a los dos y a Isaac por lo mucho que nos ilustráis en este post. Por cierto, ¿Dónde esta Iota Unum en internet?
Gracias.

09/05/09 7:02 PM
  
Tineo
Ya lo he encontrado en internet. Ahora voy a comenzar a leerlo. Gracias de nuevo, y perdón por meterme en un debate que escede con mucho mis conocimientos y capacidades.
09/05/09 7:06 PM
  
Fray Nelson
Bienvenido, Tineo, y sí que aciertas en tu percepción: es bueno que nos tratemos así, como hermanos en la fe.
09/05/09 7:12 PM
  
luis
Soy laico, pero dominico. Así nos tratamos en la Orden.
09/05/09 8:49 PM
  
luis
Y, amigo Tineo, un consejo si vas a leer a Amerio: despacio. Miguel Serrano Cabeza, que es nuestro "ameriologo", recomienda dos puntos por día. No es lectura ligera, es profundo y a la vez simple. Sin necesidad de enturbiar las aguas para fingir tal profundidad, según el sabio aforismo de Nietzche.
Encantado de serte útil.
In cordibus Iesu et Mariae,
09/05/09 9:16 PM

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