InfoCatólica / Tal vez el mundo es Corinto / Categoría: Biblia

8.05.21

1.05.21

9.02.21

¿Cómo leer los signos de los tiempos?

Estimado P. Fray Nelson Medina: ¿Qué significa exactamente “leer los signos de los tiempos"? ¿Cuál es la aplicación de este don dentro de la espiritualidad cristiana? ¿Cómo esta forma de examinar la Historia puede ayudar a encaminar, de manera adecuada, el destino no sólo de individuos particulares sino también de toda la sociedad en su conjunto? – D.R.

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Creo que está claro que no hay recetas específicas, al modo de: “Haga esto, luego esto, y luego esto otro, y ya podrá leer cualquier situación…” Pero sí podemos dar algunos principios y también algunas sugerencias:

ALGUNOS PRINCIPIOS

1. El punto de partida es darnos cuenta de que la historia humana es el lugar donde se realiza el “diálogo” entre Dios y el hombre, fundamentalmente a través del ejercicio de nuestra voluntad, que en ocasiones responde y en ocasiones se opone al querer de Dios, que Él ha manifestado a través de las Escrituras, la enseñanza de la Iglesia y sobre todo la voz de nuestra conciencia.

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17.12.19

¿Por qué ya no damos tanta importancia a las genealogías?

Fray, ¿qué significa que en la biblia están claramente identificadas 52 generaciones, en algunos casos, y en nuestro tiempo, apenas uno se acuerda de la familia de la abuelita? ¿Será que es una forma para decirnos Dios que aunque estamos en la época de Google, el hombre apenas es sabio en 5%? – M.P.

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El conocimiento de las generaciones anteriores a uno mismo es algo que trae datos interesantes, y que puede ser usado para bien o para mal.

Por cierto, eso de la época de Google es interesante porque en Google uno puede ver que hay muchos servicios por Internet que ayudan a la gente a reconstruir su genealogía. Mucha gente se lleva sorpresas al descubrir por ejemplo que un antepasado suyo fue una persona muy rica, o un psicópata criminal, o la amante de un famoso, o que un tío lejano fue misionero en tierras ignotas…

Las genealogías nos ayudan a recordar que somos parte de una misma familia humana. A menudo traen humildad cuando surgen datos de grandeza o de miseria sobre el pasado de nuestras familias. Pero las genealogías también pueden ser mal usadas y ciertamente de eso nos habla la Biblia. un texto importante es este, de 1 Timoteo 1,3-7:

“Al partir para Macedonia, te encargué que permanecieras en Éfeso y les ordenaras a algunos supuestos maestros que dejen de enseñar doctrinas falsas y de prestar atención a leyendas y genealogías interminables. Esas cosas provocan controversias en vez de llevar adelante la obra de Dios que es por la fe. Debes hacerlo así para que el amor brote de un corazón limpio, de una buena conciencia y de una fe sincera. Algunos se han desviado de esa línea de conducta y se han enredado en discusiones inútiles. Pretenden ser maestros de la ley, pero en realidad no saben de qué hablan ni entienden lo que con tanta seguridad afirman.”

La verdad es que en aquella época las genealogías se habían vuelto a menudo una fuente de discusión por el poder, sobre todo por el lado de los sacerdotes, dado que el sacerdocio era hereditario, e incluso las funciones que podía ejercer un sacerdote se consideraban heredadas: Si eras de la descendencia de Leví pero no de los descendientes directos de Aarón, entonces no podías ofrecer sacrificios, ni recibir ofrendas de los sacrificios: ese tipo de disposiciones creaban disputas muy fuertes. Es decir, que era un asunto de poder, en su mayor parte.

Otro modo de mal uso de las genealogías, muy frecuente dentro y fuera de la Biblia, es el tema de las aristocracias y los abolengos. En un país como Colombia, y muchos otros, ha habido épocas y lugares en que tener o no tener tal apellido; pertenecer o no a tal familia, determina quién recibirá apoyo en la contienda política. Es difícil pensar que esa manera de organizar la sociedad es sana y justa.

Por otra parte, es bueno ser conscientes de nuestras raíces y nuestro pasado: saber que no somos los primeros ni tampoco, probablemente, los últimos, en esta larga serie de hombres y mujeres que formamos la familia de Adán.

31.08.19

Acabo de leer toda la Biblia en el transcurso de un año: algunas reflexiones

Septiembre es el mes de la Biblia. Estamos en tiempo oportuno para compartir el siguiente testimonio junto con algunas reflexiones.

1. Sin pretensión alguna, comento que esta es la cuarta vez, en mi vida, que leo toda la Biblia. Pero es la primera en voz alta. Pueden creerme: hace una diferencia. El camino que recorrí, con sus respectivos archivos de audio, está en este enlace. La versión leída es la que aparece en la página web del Vaticano.

2. La lectura la empecé el 31 de agosto del 2018 y la terminé, por la misericordia de Dios, el 30 de agosto de 2019. He podido comprobar por experiencia que Dios es el que da el querer y el obrar (Filipenses 2,13), y también que Él acoge nuestros deseos: le pedimos que Él, que había iniciado la buena obra, la llevara a buen término (Filipenses 1,6).

3. Los archivos de audio fueron publicados en YouTube, en Spreaker y en SoundCloud. El número total de audiciones se acerca actualmente, o posiblemente ya ha sobrepasado, los tres millones. Hay hambre de la Palabra de Dios, bendito sea Dios. Cada archivo dura entre unos 12 y unos 25 minutos. La secuencia de lecturas fue tomada de esta página web, con ligeras modificaciones.

4. Me impacta la cantidad de texto de la Biblia que simplemente es desconocido por la inmensa mayoría de la gente. Sabemos que la Sagrada Biblia es el libro más publicado en el mundo pero es bien posible que sea uno de los más desconocidos. Según un estimado propio, hay un 70% o más de la Biblia que no está en ningún leccionario de Misa, rituales o sacramentos de nuestra Iglesia Católica. Esto significa que un católico muy fervoroso, que vaya a Misa todos los días y celebre todos los sacramentos propios de su estado, sin embargo morirá sin haberse enterado de mucho más de la mitad de la Biblia.

5. Lo anterior no significa que ese 70%, o cosa parecida, que nunca se lee en la liturgia sea “secreto,” distinto o contrario al mensaje que uno encuentra en la Liturgia. Muy al contrario, mi experiencia de lectura (del 100%) del texto me conduce a la gratitud y admiración hacia quienes a lo largo de los siglos han escogido los textos liturgicos, ya sean de la Misa, los sacramentos, los demás rituales o la Liturgia de las Horas. Mas es claro que el resto del texto no “sobra” y que es inspirado y querido por Dios para nuestra salvación.

6. Un pensamiento clave al acercarnos a la Biblia es que es Palabra que revela. Por algo dijo San Jerónimo, en su prólogo al Comentario del profeta Isaías: “Desconocer las Escrituras es desconocer a Cristo.” El problema está en que “desconocer a Cristo” no impide seguir hablando de Cristo. Ya no será el Cristo verddero, ya no será el Dios verdadero, ya no será la verdad sobre la Iglesia o sobre la evangelización, pero el orrente de discursos no parará. Cuanto más nos alejamos de la Escritura mayor porcentaje de “Cristo inventado” y de “Dios inventado” habrá en las predicaciones y los criterios morales.

7. Dicho de otra manera: el voccabulario genuinamente bíblico es inseparable del conjunto del texto, incuyendo las partes más incómodas, y es inseprable del pueblo creyente que vivió aquellas experiencias , ya sea en el antiguo Israel o en los tiempos de los apóstoles. Y por supuesto: apartarse del sentido propio de esas palabras conduce inevitablemente a la ideología. Palabras tan preciosas como “misericordia,” “amor” o “justicia” quedan severamente dislocadas y profanadas fuera de la lectura amplia de los textos de la Biblia.

8. Por todo ello, yo recomiendo a todo cristiano que quiera madurar en su fe, y muy especialmente a mis hermanos sacerdotes, a que se sometan a una inmersión profunda, voluntaria, prolongada, humilde, en el texto sagrado. La lectura completa puede tomar, si se hiciera sin interruupciones, y sin añadir títulos ni anotaciones ni comentarios, algo más de 100 horas. Tome usted su tiempo. Siga usted un camino metódico, pedagógico, orante, y recuerde: de lo que se trata es de que la Palabra tome poder y tenga su lugar en nosotros; no de imponer nuestro pensamiento o el pensamiento de nuestro tiempo sobre Dios.

Para quienes deseen utilizar los 365 archivos que hice durante este año, les comparto los enlaces.

En Spreaker están todos los archivos en una sola lista cronológica.

En YouTube, hay seis listas de reproducción, por orden de audición: Lista 1 de 6, Lista 2 de 6, Lista 3 de 6, Lista 4 de 6, Lista 5 de 6 y Lista 6 de 6.

En SoundCloud hay también seis listas de reproducción, por orden de audición: Lista 1 de 6, Lista 2 de 6, Lista 3 de 6, Lista 4 de 6, Lista 5 de 6 y Lista 6 de 6.

En mi blog está la lista de los días y las lecturas.