TEMAS DE FONDO 03: Sinodalidad - La palabra que parece prohibida
Tema controversial
* Tema controversial, como pocos, la sinodalidad es saludada por algunos como el futuro de la Iglesia mientras es detestada por otros como el intento más agresivo, en los últimos tiempos, de destruir a la misma Iglesia desde sus cimientos.
El enfoque del Papa Francisco
* Exponemos el origen del concepto no en su etimología sino en el deseo y las preocupaciones del Papa Francisco, así como en los límites que el mismo Papa mencionó expresamente, en concreto, negándose a que la Iglesia se convierta en una especie de “parlamento” que decide todo por mayorías
El desafío para el Papa León XIV
* El desafío para el Papa León XIV es inmenso porque los elementos de escucha, discernimiento y proceso son innegablemente necesarios hoy; pero la pretensión de que las decisiones vengan de “parlamentos” necesita una negativa aún más clara y fundamentada.
5 comentarios
_____________________________________
Los que han retorcido el término para atacar a Francisco a sabiendas de los límites claramente establecidos por él, van a tener un problema en el juicio particular.
2. De seguro que, cualquier intento de alterar la doctrina revelada —sea en nombre del diálogo, la sinodalidad, o la evolución doctrinal modernista— es contrario a lo que enseña el Magisterio perenne.
3. La posesión de la Verdad de la Iglesia Católica sólo es en el sentido posible de custodia, testimonio y obediencia. Y la Iglesia conciliar, ahora sinodal, en la pretendida "forma de ser", en su nueva identidad en el mundo, parece que desea poseer la Verdad en el sentido de dominio democrático, de conquista de la verdad subjetiva común según moda. Pero, San Agustín nos dice que “somos siervos de la verdad, no sus amos.” In Evangelium Ioannis, Tractatus 26.
4. Entonces, el significado de sinodalidad irá emergiendo en la medida en que el Papa León XIVguíe el “camino sinodal” con la ayuda de la Secretaría General del Sínodo. Pero, la última contribución de dicha Secretaría en periodo francisquista a la saga definitoria en curso no resulta alentadora. Más bien conciliar, del espíritu del Concilio, no de Una, Santa, Católica y Apostólica.
5. Si te preguntas cuál es el propósito del Sínodo sobre la sinodalidad, la Secretaría General, en su documento Caminos para la fase de implementación del Sínodo 2025-2028, ha dado esta respuesta: “construir una Iglesia sinodal”.
6. ¿Qué es la sinodalidad? Responde, en una reciente entrevista, la Hna. Nathalie Becquart, XMCJ, subsecretaria del Sínodo: Suelo citar a un teólogo australiano que estuvo en nuestro Sínodo, Ormond Rush, quien afirma que “la sinodalidad es el Concilio Vaticano II en una cápsula”. Y todos nuestros documentos, incluyendo estos caminos y el Documento Final, destacan que lo que estamos haciendo realmente se refiere a la visión del Concilio Vaticano II. Podemos decir que la sinodalidad es la forma de entender la eclesiología del Concilio Vaticano II en esta etapa de la recepción del Concilio. Así que no es otra cosa sino continuar la recepción del Concilio Vaticano II. Porque el Concilio aún no se ha implementado en todas partes, de alguna manera.
7. Pero, eso es mentira, pues en ninguna parte de los documentos del Concilio se presenta tal idea. La Hna. Becquart continúa: Así que es una forma de ser Iglesia. Esa era una forma, desde la Iglesia primitiva, que recuperamos del Concilio Vaticano II como un fruto que destaca que, ante todo, somos todos bautizados; y como bautizados, juntos como pueblo de Dios, estamos llamados a llevar adelante la misión juntos. Se trata de llamar a cada bautizado a ser protagonista de la misión, a ayudarnos a comprender que estamos llamados a trabajar juntos, ejerciendo una corresponsabilidad en la misión —por supuesto, una corresponsabilidad diferenciada, porque no todos tenemos las mismas vocaciones. Hay una diversidad de vocaciones, de carismas, de ministerios. Pero somos pueblo de Dios, caminando con los otros pueblos.
8. ¿Cómo se concretó en modo francisquista esta “forma de ser Iglesia”?
9. La Secretaría del Sínodo, al referirse al Documento Final (DF) de la Asamblea Sinodal de 2024, ofrece esta justificación de tono revolucionario: El dinamismo que anima el DF, y que la fase de implementación está llamada a asumir, deriva de la articulación continua de ciertas polaridades y tensiones que estructuran la vida de la Iglesia y la forma en que las categorías eclesiológicas la expresan. He aquí algunas de estas polaridades: la Iglesia universal y la Iglesia local; la Iglesia como Pueblo de Dios, como Cuerpo de Cristo y como Templo del Espíritu; la participación de todos y la autoridad de algunos; sinodalidad, colegialidad y primado; el sacerdocio común y el sacerdocio ministerial; el ministerio (ministerios ordenados e instituidos) y la participación en la misión en virtud de la vocación bautismal sin una forma ministerial. La implementación del DF requiere abordar y discernir estas tensiones a medida que surgen en las circunstancias propias de cada Iglesia local. El camino a seguir no consiste en buscar un acuerdo imposible que elimine la tensión en favor de uno de los lados. Más bien, en el aquí y ahora de cada Iglesia local, será necesario discernir cuál de los equilibrios posibles permite un servicio más dinámico de la misión. Es probable que se lleguen a decisiones diferentes en distintos lugares.
10. El Concilio de Nicea no pasaría la prueba de la sinodalidad francisquista, ya que logró precisamente ese “acuerdo imposible” al eliminar las tensiones al decidir “a favor de uno de los lados”, es decir, se afirmó la ortodoxia y se anatematizó la herejía.
11. ¿Desde cuándo la Iglesia ha enseñado que las doctrinas católicas son “polaridades” que revelan “tensiones” que deben superarse alcanzando un “equilibrio”?
12. Esto es puro hegelianismo. Paso uno: la tesis se enfrenta a la antítesis y da lugar a una síntesis; paso dos: repetir indefinidamente. En este esquema, la Iglesia no enseña verdades dogmáticas, sino que pondera distintos enfoques que deben equilibrarse entre sí. Si = no suena a marxismo. Ambos lados en una “situación de polaridad” deben quedar satisfechos con algún tipo de “diversidad reconciliada”. La permanencia de la Verdad desaparece, entra en escena el “dinamismo” que reconfigura “categorías eclesiológicas”. ¿La Doctrina católica es ahora una mera “categoría eclesiológica” que puede modificarse a voluntad? Veamos en el tiempo la forma de ser Iglesia que quiere León XIV o ¿regresará a la Tradición Apostólica?
Entiendo todo lo que usted comenta a favor de la iniciativa del Papa Francisco en torno a la Sinodalidad, pero, en ese proceso, hubo aspectos negativos que son INNEGABLES.
Por ejemplo, el proceso que el Papa Francisco llevó a cabo en torno a este tema de la Sinodalidad, estuvo plagado de confusión y ambiguedad, situaciones que él mismo provocaba. Y otro aspecto del todo censurable es que NUNCA SE OPUSO a que se negociaran temas ya definidos, para los que no cabía discusión alguna, por ejemplo basten dos: el Sacerdocio solo para hombres y el Matrimonio hombre-mujer.
En la Iglesia, se puede escuchar, discutir y discernir todo lo que se quiera, pero hay temas sobre los que no cabe discusión alguna, sino tan solo la actitud humilde de quien da su adhesión de Fe a lo que Dios ha revelado.
El Sínodo lo único que debe discutir es COMO LLEVAR EL EVANGELIO DE LA MEJOR MANERA POSIBLE A TODOS LOS HOMBRES QUE SEA POSIBLE. Y, en la Iglesia Católica, cuando decimos EVANGELIO, estamos hablando de: Sagrada Escritura, Sagrada Tradición y Sagrado Magisterio.
Dejar un comentario
