(493) La Civilización del Subjetivismo
Texto 2
«He expuesto en conferencias anteriores qué había que pensar del Progresismo Cristiano. Es éste un error que, llevado por el afán de conciliar el cristianismo con el mundo moderno, destruye las estructuras cristianas. En efecto, para el Progresismo, la Iglesia hoy no debe tener ni escuela, ni periodismo, ni economía, ni cultura, ni política cristiana; porque estas estructuras tenderían a aislar a la Iglesia del mundo. Lo que sobre todo quiere evitar el Progresismo cristiano, es una civilización cristiana, vale decir, un orden público de vida civilizada que reconozca los derechos de la divinidad de la Iglesia, y en consecuencia que se subordine a ella. El Progresismo cristiano considera este orden público subordinado a la Iglesia como un orden ya perimido, y para hacerlo odioso lo califica con los términos de “constantiniano", “gregoriano", “sociológico", "triunfalista".»— (Julio MEINVIELLE, El progresismo cristiano, Argentina, Cruz y Fierro Editores, 1983, pág. 203)
Paráfrasis 2
El diagnóstico es preciso y acertado.
2.1.- «llevado por el afán de conciliar el cristianismo con el mundo moderno, destruye las estructuras cristianas».— La reanimación posconciliar del liberalismo católico ha producido diversos fenómenos espiritualistas en la Iglesia. Algunos de corte progresista, otros de sesgo moderado, ambos pretenden la deconstrucción estructural de la civilización cristiana. Postulan una cierta desinstitucionalización “profética” de lo sobrenatural y una invisibilización suicida.
Predican la muerte definitiva de la Cristiandad, como Nietzsche predicaba la muerte de Dios; son sus epígonos piadosos; piden perdón al Leviatán por la Ciudad cristiana, creen poder domesticar el nihilismo.
Algunos indicios de este gran desmantelamiento: las parroquias, dicen, deberían convertirse, antes eran inconversas; deberían volverse hacia la nueva pastoral personalista. Los sacramentos, que son siete, ahora son uno en general: la nueva ecoiglesia. La fe, antiguamente teologal, ahora es sólo experiencia extraordinaria; con fenómenos preternaturales y transnaturales, o nada. La doctrina, sólo un convenio de utilidades, nunca alcanzaría el noúmeno. Los dogmas, meros fenómenos.
2.2.- «para el Progresismo, la Iglesia hoy no debe tener ni escuela, ni periodismo, ni economía, ni cultura, ni política cristiana; porque estas estructuras tenderían a aislar a la Iglesia del mundo».— El conservadurismo se ha sumado a este proyecto progresista. El liberalismo católico actual, radical o atenuado, ambiciona constitucionalizar el cristianismo. Tras la construcción, y la actual corrección multinacional del Estado liberal nacional, propugan un cristianismo privado y terreno, de fin eudemonológico (centrado en la felicidad terrena).
2.3.- «Lo que sobre todo quiere evitar el Progresismo cristiano, es una civilización cristiana». — Y por influencia suya, el conservadurismo quiere evitar lo mismo. Unos quieren un Maelstrom vertiginoso, otros, un remolino a ralentí. Ambos anhelan 1789 y creen otear el Édén tras sus guillotinas.
2.4.- «con los términos de “constantiniano", “gregoriano", “sociológico", "triunfalista".»— Estos calificativos son obra, ciertamente, del progresismo, que ha inventado nuevos epítetos para descalificar la civilización cristiana: rigorista, gnóstica, pelagiana, etc.
Conclusión.— Dice la verdad el P. Meinvielle en este pasaje. El objetivo del progresismo católico desde hace decenios, es disolver todo rastro (aún vivo) de civilización cristiana; quiere el nuevo orden de las revoluciones liberales, esto es, la Civilización del Subjetivismo.
Los progresistas anhelan derribar la columna y sustituir el fundamento. Los moderados, conservar ambos, junto a otros nuevos. Y así, a dos velocidades, la Casa del Dios vivo sufre agresión revolucionaria, hasta el día de hoy. Acechada por los viejos ídolos del mundo caído, lo poco que queda de la civilización cristiana es objeto de caza, y desde dentro. ¿Quiénes la defenderán?
6 comentarios
Resulta que la han enterrado. Cosa que con Dios no se puede hacer. Si no, lo harían
Sobre la la iglesia no puede existir progreso, pues ella, en su propia constitución es inerte al tiempo.
En la Cristiandad ocurre algo parecido. ¿ Como hacer progresar la verdad absoluta? En ella no cabe progreso.
La mentira no es mas mentira en su naturaleza ya lleva el mal en si
Pues en la verdad solo existe su propia con naturaleza La Verdad.
La única manera de hacerla progresar, no es aumentando o volviendo a variar su constitución con las manchas culturales contemporáneas, sino llevarlas y transportarla atemporalmente, como un bloque de Piedra y Verdad
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A.G.:
Así es, César, como bien dices, la verdad no cambia, es como roca, inmutable. Podrá aumentar nuestra comprensión, pero no la verdad, que no cambia, porque es una.
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A.G.:
Gracias por la cita. Pues sí, tenemos que salvar con la ayuda de Dios lo poco que queda de la civilización cristiana, contribuyendo cada cual como Dios le dé a entender, a la restauración santa de la columna y fundamento, que es la Iglesia católica.
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A.G.:
La subordinación del orden temporal al orden espiritual no es teocracia. Se deben distinguir Iglesia y comunidad política. No distinguirlos es la teocracia.
Subordinar un orden a otro es bueno y saludable. Teocracia sería que no hubiera dos órdenes distintos subordinados, sino un sólo orden.
¿Qué subordinación?, o se precisa o queda en mero constructo.
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A.G.:
La subordinación que enseña la doctrina tradicional. A la ley moral y divina y a la Revelación.
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