(477) Adoradores del hombre
Parece que, hoy día, son legión aquellos católicos que, como dice el P. Castellani en sus Domingueras prédicas, «sabiendo o no sabiendo, se encaminan a la peor herejía que existe, la adoración del hombre; bajo palabras o imágenes cristianas» (Ediciones Jauja, p.112).
Dar culto a la persona humana pareciendo que se da culto a Dios. He aquí el engaño colosal que acosa a los más. Forma parte de la gran impostura del mundo moderno, que con tanta exactitud expresa el Conde de Volney: el hombre, ser supremo para el hombre. Es otra religión, como explicaba certeramente hace poco Pedro L. Llera.
Marx incorporó la máxima ilustrada, y de tal manera, que progres y conservadores adoran lo mismo, cada uno a su manera: unos quieren un orden nuevo para los Hijos caídos de Adán, y no dudan ni dudarán en destruirlo todo para dárselo. Otros quieren lo mismo pero sin pasarse, a cámara lenta y sin quebrar el orden público, que es mejor, les parece, revolucionar las cosas pero estando tranquilos. Pero es la misma idolatría.
Afirma Nuestro Señor que sin Él no podemos hacer nada (Cf. Jn 15, 5). Y recalcando nada nos anuncia una verdad que a muchos, hoy día, no puede sino dejar patidifusos: que ni en singular ni en plural, ni en lo personal ni en lo social, ni en lo privado ni en lo público, puede el hombre alcanzar una vida digna, decente y virtuosa rechazando la cruz de Cristo.
Y como se está con Cristo o contra Él, pretender hacerlo todo sin estar con Él, en Él y por Él, es una herejía de las peores que existen. Porque consiste, esencialmente, en adorar al hombre caído y otorgarle unas facultades autorredentivas que no tiene. Y lo que es peor aún, como distingue Castellani, bajo palabras e imágenes cristianas.
Y así, a golpe de batacazos, el piadoso cultor del hombre adámico se vuelve más y más ciego a su necesidad, desconfía de los profetas de calamidades, esos que le avisan de que depende absolutamente de Dios, (tanto de sus mociones creaturales como de su gracia). Y se vuelve alérgico a la gracia y acreedor egoísta de todos los dones, como si Dios se lo debiera todo.
Pero como fe, esperanza y caridad son virtudes teologales, que vienen de Dios por la Iglesia, el cultor del hombre las naturaliza, para poder alcanzarlas por sí solo, y por eso la fe se convierte en experiencia de subjetividad; la esperanza, en vana temeridad fiducial, y la caridad, en un afecto caído, globalista y sincrético.
El culto del hombre es suicida. Abandona la sociedad a los demonios del siglo. Impermeabiliza la voluntad a los influjos de la gracia. Vuelve duro el corazón. Por eso hay que quemar, cuanto antes, este Caballo de Troya, y echar sus cenizas fuera de la Ciudad de Dios. Porque no hay enemigo peor que este humanismo con pinta de piadoso que todo lo pretende hacer sin Cristo.
13 comentarios
Gracias, Alonso, por seguir dando testimonio de la verdad y por llamar a las cosas por su nombre.
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A.G.:
Gracias Federico María. Laus Deo Virginique Matri.
¡Necios! Como el rico necio de la parábola:
“¿Qué voy a hacer? No tengo dónde almacenar mi cosecha”. Por fin dijo: “Ya sé lo que voy a hacer: derribaré mis graneros y construiré otros más grandes, donde pueda almacenar todo mi grano y mis bienes. Y diré: Alma mía, ya tienes bastantes cosas buenas guardadas para muchos años. Descansa, come, bebe y goza de la vida”. Pero Dios le dijo: “¡Necio! Esta misma noche te van a reclamar la vida. ¿Y quién se quedará con lo que has acumulado?”
El hombre moderno se cree dios, se cree dueño y señor de la vida y del planeta y de todo... Pero nadie puede añadir un solo minuto a su vida.
El único Señor de la vida y de la creación es Cristo. Porque todo fue hecho por Él y para Él.
El es la imagen de Dios invisible, primogénito de toda criatura; porque en El fueron creadas todas las cosas del cielo y de la tierra, las visibles y las invisibles, los tronos, las dominaciones, los principados, las potestades; todo fue creado por Él y para Él. El es antes que todo, y todo subsiste en Él. (Colosenses 1, 15-17).
Para los herejes modernos, Jesús no es más que un "modelo de persona"; es la persona "ideal". Nada más. Como si Cristo fuera un hombre más, como tú y como yo: más perfecto pero hombre al fin y al cabo. Y Cristo es persona, pero persona divina: la Segunda Persona de la Santísima Trinidad. Con dos naturalezas (verdadero Dios y verdadero hombre) pero en una sola persona (divina). Pero a los naturalistas solo les interesa el Jesús histórico, el hombre que caminó por Palestina en el siglo I. Porque estos herejes son arrianos que creen que Jesús era simplemente un hombre enviado por Dios, un profeta más. Por eso los arrianos se llevan tan bien con los musulmanes.
La religión antropocéntrica es una parodia grotesca de la católica. Y como cree en la autonomía del hombre y en su independencia total respecto a Dios, esta nueva religión cambia a su gusto la revelación para modificar la doctrina y así bendecir a las parejas homosexuales, dar la comunión a luterano o a pecadores públicos (adúlteros, políticos defensores del aborto o de la eutanasia...), etc.
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A.G.:
Así es Pedro. Lo has explicado con tremenda claridad, de forma diamantina. El culto al hombre es la necedad del hombre moderno.
Sólo la Virgen intercediendo por nosotros a su Divino hijo Jesucristo solamente pueden arreglar esto.
Fátima, Akita y Garabandal, entre muchas apariciones, nos hablan de todo esto.
Que el Señor le bendiga a usted por su clarividencia.
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A.G.:
En efecto, hay que refugirse en la Santísima Virgen, que aplasta la serpiente.
El hombre no se le valora por lo que es hijo de Dios, si no por lo que tiene un número.
El aborto, la pobreza material (no tener lo necesario para vivir), espiritual (no encontrar un sentido a la vida, pues sólo Dios es principio y fundamento de nuestra vida), depresión, suicido, eutanasía son consecuencias de esta crisis antropológica que es la crisis del bombre, pero también la crisis de Dios.
Que la Virgen nos ayude a llevar la cruz de Cristo.
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A.G.:
Desde luego, la crisis de humanidad es crisis de fe. Donde se excluye a Dios de la vida pública, impera el mundo caído.
[4]Y se postraron ante el Dragón, porque había dado el poderío a la Bestia, y se postraron ante la Bestia diciendo: «¿Quién como la Bestia? ¿Y quién puede luchar contra ella?»
[8]Y la adorarán todos los habitantes de la tierra cuyo nombre no está inscrito, desde la creación del mundo, en el libro de la vida del Cordero degollado.
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A.G.:
Nada más actual que el Apocalipsis. Bloy lo consultaba para saber del día a día de este mundo moderno que adora a la bestia.
Es bueno que llegue esto a muchas personas porque verdaderamente la ignorancia y la soledad te llevan a amarte a ti mismo o a ir regalando tu corazón para que te amen y sentirte satisfecho,sin una búsqueda de nada sólo de sentimentalismo ,autocontrol y vanidad.La ignorancia también es aliada del demonio hay que dar a conocer a los demás que no somos nuestros propios amantes que Dios nos amo primero y sólo tenemos que darle Gloria a El como principio y fin de nuestra existencia.
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A.G.:
Gracias Fátima. Muy cierto y verdadero lo que dices, Dios es nuestro fin último, y sin Él nada podemos. Por eso amarse a uno mismo desordenadamente es darle culto al hombre, y conduce a la frustración. El sentimentalismo, como oportunamente mencionas, es un gran mal, porque nos hace querer ser protagonistas de nuestra salvación fijándonos en los aspectos secundarios de la vida espiritual y sumergiéndonos en la propia subjetividad.
Se establece la extraña caridad que dice: antes tu que Dios, es el que dice que hay que amar solo al prójimo.
Sin embargo solo el que mira solo a Dios sabe, porque el que mira asi, Dios le enseña a mirar al prójimo, le enseña a quererle, a servirle, a perdonarle, todo esto a pesar de nuestras limitaciones y miserias.
Dios es tan grande, y el ser humano tan poca cosa !!!
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A.G.:
Muy cierto, el culto del hombre es ineficaz. Solamente la gracia divina es eficaz, solamente Cristo sabe liberarnos.
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A.G.:
En verdad, hay que estar siempre reorientándose hacia la tradición, corrigiéndonos, con la ayuda de Dios, de la tentación antropocéntica. Hay que alejarse del humanismo mayoritario de hoy y volver a la Escritura y a la Tradición, fuentes de la divina Revelación.
Eso sí, acarrea consecuencias. Te reduce mucho el ámbito eclesial en el que podrás moverte. Muchísimo.
Un saludo, Alonso, y muchas gracias de nuevo. El Señor y la Santísima Virgen Inmaculada le bendigan.
En el ambiente eclesial que nos desenvolvemos en el mundo occidental, sin la gracia del Señor, es imposible perseverar según la Tradición, la Sagrada Escritura y el Magisterio bimilenario de la Iglesia Católica.
El Señor te bendiga y te guarde.
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