(423) Volver a tener pulso
Las mentes conservadoras, activas en partidos, cátedras, púlpitos o movimientos, conservan moderadamente las novedades con que las mentes progresistas quebrantan el orden natural y sobrenatural. Van por ahí dando clases de ortodoxia citando autores que no se sabe si son un poco heterodoxos o un poco ortodoxos (citas que, aunque al común de los católicos parecen un rollo infumable, para estas mentes superexegetas son cosa extraordinaria, o hacen como que lo son).
Debe el hombre de tradición dar el paso y no quedarse en la fantasmagoría moderada, creyendo que es católica.
La solución a los males que nos aquejan no se encontrará, por eso, donde germinan los principios del quebrantamiento, pérfidas semillas de cizaña con apariencia de trigo.
La Causa de la Regeneración, ahora, en esta tierra, pasa por el desencanto de la ilusión conservadora, que todavía atrae a cristianos de buena voluntad.
Porque la originales teorizaciones piadosas del catolicismo conservador, que siempre son un plagio encubierto, subcatólico, de la Reforma, no dan sino más de lo mismo: nihilismo y apatía con aspecto espiritual.
La tradición local hispánica, entre sus muchas virtudes, contiene la de la clasicidad: la de aferrarse firmemente a la Tradición, a la Escritura, al Magisterio, porque cree firmemente que la Iglesia es columna y fundamento de la verdad, y por eso ha de ser docente, en lugar de ensayista o teorizante. No sólo a la traditio sobrenatural, sino también a la cultural, jurídica, musical, espiritual en general. Nos conviene, porque mantiene inconsútil la doctrina católica clásica, y por ello es más potente, cuenta con la gracia. Para qué defender derecho-humanismos globales si tenemos el derecho natural.
Labor urgente de todos los católicos que tienen por lengua madre la del Manco de Lepanto y la Santa Fundadora de Ávila, es mantener la primacía de la perspectiva sub specie aternitatis que desde tiempos inmemoriales caracteriza nuestros quehaceres, nuestros dolores, nuestras epidemias, nuestras tribulaciones y nuestros gozos y sombras.
En la actualidad, el primer y más relevante mal conceptual a batir es la escuela francoalemana, que ha mantenido el catolicismo europeo en un perfil bajo autodestructivo, sometiendo el numen tradicional al numen anfisbeno de la Reforma. El tiempo de los blondeles, los mounieres y los rahneres y tantos otros pasó.
Y es que mientras Europa se rendía al subjetivismo institucionalizado, aquí sobrevivía la Cristiandad, aunque menor, la nuestra. Por eso, en estos momentos, aunque parezca sin pulso, la tradición local hispánica mantiene el acervo clásico, que sobrevive aún en nuestros acervos comunes, tal y como empezaron a sistematizarse en el Siglo de Oro, y fueron formando un cuerpo de doctrina con nuestros clásicos contemporáneos. Por eso, dejad ya el libro de von Balthasar y acudid al Royo Marín.
Hacemos caso al P.Meinvielle y no a Maritain; leemos a Gambra y no a los democristianos; aprendemos doctrina jurídica con Vallet de Goytisolo y Álvaro d´Ors, y no con Kelsen; no sobrevaloramos los prepotentes sociologismos de Weber; aprendemos del vínculo de perfección con el Tratado de la caridad, porque queremos aprender; y no con Sólo el amor es digno de fe, porque no queremos confundirnos ni teorizar vanamente sin formarnos. Somos teoréticos y no teóricos. No cambiamos a Santo Tomás por Heidegger ni enemistamos a Platón con Aristóteles. Nos ponemos al servicio de la síntesis clásica, perenne, inmutable, católica. Lo hispánico sirve a lo inmutable, lo común, la quintaesencia que vale para todos, porque es universal; no teorizaciones parciales, ni mundos personales ni privados, conformados al siglo. Lo hispánico sirve al todo y no a la parte.
Es cuestión de cervantismo. No somos idealistas. Todos nosotros, desde que existe la Hispanidad, llevamos un Sancho por consejero, que nos levanta del suelo cuando nos caemos, y nos dice la verdad: insensato, no son gigantes, son molinos.
Nuestro Cristo es el pintado por Velázquez, por el Greco, por Murillo, por Dalí. Para volver a tener pulso, nuestro catolicismo debe ser nuestro, no de otros. Recibimos con gratitud lo bueno de otros, pero sin perder nuestra identidad. No aceptemos lo malo de otros renunciando a lo bueno que es nuestro.
Tenemos pulso, comprobadlo. Subamos con el socorro divino al Monte Carmelo y sepamos, con el poeta, que nuestras vidas son los ríos, que van a dar al mar.
David González Alonso Gracián
9 comentarios
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A.G.:
Aceptamos lo bueno allá donde esté, pero sin perder nuestra identidad. Lo que no debemos hacer es recibir lo malo de otros y sustituirlo por lo bueno nuestro.
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A.G.:
Eso es lo propio de nuestro sello, servir a la Iglesia católica, llevando su catolicidad a todas partes. Las tradiciones locales legítimas surgen de la fidelidad, de la universalidad, son vivificadas por la Tradición, con mayúscula.
Por eso es tan importante desenmascarar el conservadurismo, tan dañino y tirano. No es de extrañar que la tradición hispánica haya sido despreciada, la entera Tradición ha sido maltratada, sobre todo la Sagrada Liturgia, en el proceso todavía imparable de aggiornamento en el que nos embarcaron.
Tienes una idea un tanto idealizada de la tradición hispana y te olvidas de elementos positivos como por ejemplo el regalismo. Teófanes Egido defiende que santa Teresa era regalista, que su noción de Iglesia era "la Iglesia del rey" y que Roma para ella quedaba muy lejos.
Roma siempre ha quedado muy lejos de España.
La embajada diplomática permanente mas antigua del mundo.
wikipedia.org/wiki/Palacio_de_Espa%C3%B1a
El convento de los franciscanos construído por los reyes Católicos.
wikipedia.org/wiki/San_Pietro_in_Montorio
wikipedia.org/wiki/Templete_de_San_Pietro_in_Montorio
El lugar que eligió San Ignacio de Loyola como sede universal de la orden.
wikipedia.org/wiki/Iglesia_del_Ges%C3%B9
wikipedia.org/wiki/Collegio_Romano
Reyes españoles protocanónigos honorarios del Cabildo Liberiano de la Basílica de Santa María la Mayor.
wikipedia.org/wiki/Bas%C3%ADlica_de_Santa_Mar%C3%ADa_la_Mayor#Capilla_Sixtina
La iglesia de los peregrinos españoles, Santa María de Montserrat de los Españoles.
wikipedia.org/wiki/Iglesia_de_Santa_Mar%C3%ADa_de_Montserrat_de_los_Espa%C3%B1oles
LA iglesia del Opus, Santa María de la Paz
wikipedia.org/wiki/Iglesia_de_Santa_Mar%C3%ADa_de_la_Paz
El sometimiento "político" de la Iglesia de España a Roma es un novum histórico.
La cabeza espiritual sería el Papa, pero la cabeza política de la Iglesia era el rey católico. Y si el Papa se excedía en sus atribuciones como príncipe temporal se encontraba con el Emperador saqueando Roma. Las cosas estaban muy claras entonces.
Un ejemplo concreto de regalismo: se lo he puesto. La Santa. Consulte a Teófanes Egido. Es una opinión yo creo que fundada.
Sus ejemplos son anecdóticos. Otra anécdota: consideraban a Tomás Luis de Victoria uno de los varones más piadosos de Roma.
Saludos
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A.G.:
La devotio moderna no, porque su subjetivismo intimista no encaja con el realismo hispano. Suárez, por desgracia, es molinista. Santo Tomás de Aquino por supuesto.
Por supuesto que ningún poder temporal tiene la obligación de someterse al poder temporal de Roma.
Por eso le he dicho que ponga algún ejemplo de regalismo, algún ejemplo de regalismo en el que los privilegios de la monarquía hayan roto con la Tradiión de la Iglesia, hayan siquiera perfilado nada que se parezca a una Iglesia nacional. De hecho, no es poco habitual encontrar exactamente la opinión contraria entre gente no creyente: Que España históricamente cometió el error de ser demasiado fiel a Roma. Que España ha sido mas fiel a Roma que Roma a España.
El emperador no saqueó Roma. El emperador decretó luto e hizo penitencia.
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