(422) Regeneración, sin más
Regeneración, sin más. Dejémonos de fantasías, de quijotismos. Seamos realistas, cuerdos, discretos, cabales. Donde hay molinos no veamos gigantes, sino molinos. Que el manco de Lepanto no haya escrito el Quijote en vano. Démonos cuenta de dónde estamos, y a dónde hemos de ir.
Esta es la Causa que debe consumir nuestros desvelos: contribuir a la regeneración de nuestra traditio. Digo de la nuestra, no podemos actuar por otros, ni enajenarnos en la mente de otros, ni dejar lo nuestro a un lado para ser otros; debemos saber quiénes somos y, como diría Vallet de Goytisolo, cuál es nuestra tarea. Y somos la fe de nuestros padres. No tenemos otros. Nuestros padres no fueron los que alzaron el filo de la guillotina, ni los que dijeron que pensaban luego existían, ni los que desmontaron la Veterum sapientia para convertir en dios al devenir.
No. La influencia de la filosofía y teología francoalemanas ha producido desastrosas consecuencias en nuestro pensamiento. La primera, la pérdida de la esencia propia, la descomposición europeísta de nuestro numen local, es decir, de nuestra tradición hispánica. La del Beato Diego José de Cádiz, la del Jesús del Gran Poder, la de la orfebrería sacra, la de las procesiones y los Rosarios de la Aurora, la de Tomás Luis de Victoria y Báñez dirigiendo a Santa Teresa de Jesús.
Quisieron echar siete llaves al sepulcro del Cid, callar la pluma de Cervantes y amanerar con dulces y refritos la locura de la Santa de Ávila, poner ascensores al Monte Carmelo, subirlo como San Juan de la Cruz pero sin las renuncias de San Juan de la Cruz. Quisieron aguar la tradición aristotélico tomista de nuestros escolásticos, afrancesar la doctrina de nuestros Saavedras-Fajardos, suavizar las sombras de Ribera y romantizar a Murillo. Pero no. No podemos no ser cervantinos, porque el catolicismo hispánico es manco de Lepanto. Y es quevediano, tiene desenvoltura sobrenatural, no teme el esperpento, ni el hacerse todo a todos para ganar almas. No quiere el bienestar sino la cruz a secas, y pintada por Velázquez. (Y el Resucitado por El Greco). Somos numantinos y también de Escipión. No queremos que vuelva Moloc, porque nuestros ancestros derrotaron Cartago.
Las tradiciones locales legítimas surgen de la gran Tradición, son fruto suyo, tesoro aquilatado por siglos de fe y cultura, y corregido siempre por la Iglesia que enseña, y es Madre y Maestra, columna y fundamento de la verdad (1 Tim 3, 15).
Por eso, recogiendo el legado de nuestros antepasados, podemos superar los males que nos aquejan y, en el orden espiritual, ser lo que fuimos, cristianamente hablando, y por cuenta propia, con el auxilio de Dios. Que en eso consiste regenerar el catolicismo. En volver a estar sanos, en volver a tener pulso sobrenatural.
Es bueno recordar que ni somos panteístas ni panenteístas. Aborrecemos el krausismo redivivo que vuelve, camuflado de moralina ecológica y pachamama, de educación constructivista y falsario activismo. Ni deístas, ni cuáqueros, ni budistas, ni iluminados, ni pragmatistas: creemos que la religión no se encamina principalmente a la consecución de un mundo mejor terrenal ni de un nueva humanidad imposible, sino a la gloria de Dios en todo, también en las cosas temporales, mediante la vida virtuosa personal y social. Ni las personas ni las sociedades están exentas de deberes transcendentales. Nada debemos a Blondel, ni a de Lubac, ni a von Balthasar, ni a Maritain, ni a Rahner, ni a Guardini, ni a Mounier, salvo confusión y más confusión. Debemos más a los nuestros, primeramente, gratitud. Prefiramos a Royo Marín, a Álvaro d´Ors, a Gambra, a Leopoldo Eulogio Palacios, y a tantos otros.
Situamos al hombre en el orden natural, con sentido común, con sano realismo. Gracias al dato revelado, sabemos cuánto perturba el pecado ese orden natural. Por eso, creamos, de verdad, en la necesidad y eficacia de la gracia, en la necesidad moral de la Revelación, (para conocer plenamente, con facilidad y sin error esas verdades morales y religiosas de índole natural que tanto necesitamos); en la necesidad absoluta de la Revelación para las verdades sobrenaturales cuyo conocimiento es salvación. Preferimos el derecho natural a los derechos subjetivos, por eso lo reclamamos. No ha muerto, no puede.
Rechazamos el liberalismo de primer y segundo grado, y sobre todo el más sutil, el de tercer grado, ese que muchos no saben que es dañino, o no quieren rechazar, porque lo encuentran “piadoso", tal vez, incluso, “sano", humanista y solidario. Y rechazamos, por supuesto, el nominalismo, los laicismos fuertes o débiles, los positivismos jurídicos, los inmanentismos, también y sobre todo esos micro-inmanentismos encubiertos por personalistas y neoteólogos en su supermoderno método de inmanencia. Los principios neomodernistas tuvieron su tiempo de gloria, fue desastroso, pasó.
Y porque rechazamos el nominalismo individual, también rechazamos el nominalismo de Estado, el existencialismo burocrático, ese que apaga las almas en un laberinto del bienestar a merced del Minotauro del nuevo orden mundial.
Rechazamos también toda concepción existencialista de la vida interior, la escisión artificiosa de la religión y de la fe, de individuo y persona, de amor y ley; todo subjetivismo, toda subordinación de la ley moral a los sentimientos caídos del hombre adámico. Rechazamos todo subjetivismo, todo pelagianismo, todo sobreoptimismo, todo dandismo teológico.
Nada somos sin Cristo y nada podemos (Jn 15, 5), tampoco en el orden social. Tener los pies en el suelo es la primera hechura de regeneración. Preferimos virtudes a valores, nos cae antipático el ñoñismo, los perfiles bajos, el nada exijo porque nada soy. Preferimos la realeza de Cristo a vivir sin Reino de Dios, y por eso lo pedimos: venga a nosotros tu Reino.
David González-Alonso Gracián
50 comentarios
________
A.G.:
Me refiero a Escipión Emiliano que derrotó Cartago. Sin la victoria final de Roma, tal vez, siglos después, toda Europa se habría rendido a Moloc, porque si Cartago hubiera vencido sabe Dios qué configuracion tendría el mundo ahora. Tal vez no habría habido luego Cristiandad. Tal vez, por la victoria de Cartago, no seríamos lo que somos.
__________
A.G.:
Me alegro mucho le haya servido. La fe de nuestros padres merece que la honremos.
...Y queremos nuestra Santa Misa de siempre, la Santa Misa de nuestros abuelos, la que nos trajo la Tradición y por la que murieron siete mil sacerdotes durante la persecución roja de los años 30 sin que se produjera ni una sola apostasía.
_____________
A.G.:
Eso. Y queremos que nos prediquen siempre la fe de nuestros padres, y que no andemos mendigando doctrinas extrañas, ni francoalemanismos existencialistas.
---
Ahora que están de moda las pruebas de virus, en esto tenemos un reactivo que no falla.
Quien cree que la religión está sobre todo para dar mayor gloria a Dios (y después todo o demás, la añadidura), es católico.
Quien en cambio cree que la religión está sobre todo para buscar un mundo mejor, NO es católico.
O lo será formalmente, como seglar, religioso, cura, obispo, cardenal o papa, pero no tiene le fe católica.
Ésa que es imprescindible para salvarse.
_________ __________
A.G.:
En efecto Ricardo, quien cree que lo primero no es salvar el alma no es católico.
Una voz que clama en el desierto, una voz que dice la Verdad, una voz que se escucha retumbante y sonora en medio de esta cacería de almas.
No, a la malsana doctrina, amanerada y masónica, neomodernista.
Si, a la Tradición Católica Santificadora por esencia.
Dios permita que su pluma nunca tiemble.
Gracias Don Alonso Gracián
_________
A.G.:
Gracias. ¡No a la malsana doctrina!
________
A.G.:
Claro, es una tradición local, una mediación venerable transmitida de generación en generación. Es la mediación que nos ha enseñado, a Ud. también, la lengua con que hablamos con Dios, además de la latina: la gloriosa lengua de Cervantes.
_________
A.G.:
Regenerarse o morir, con el auxilio de Dios. ¡Viva Nuestro Señor del Gran Poder!
Entiéndame, no niego los problemas del inmanentismo moderno, pero creo que la Tradiciòn es viva y dinàmica, también desde el siglo XVII hasta hoy. ¿No aportan nada Guardini, de Lubac, Chesterton, Bernanos, Marías y tantos otros?
_________
A.G.:
Prefiero la escuela hispánica, porque es nuestra, no es subjetivista, es realista, aristotelico tomista, y está aquilatada por los siglos. Los personalistas y neoteólogos han hecho un gran daño, porque son neomodernistas.
Chesterton es otra cosa. Bernanos también.
Yo creo que muchos de esos teólogos que mencionas como desaconsejables (de acuerdo con lo de Guardini, por cierto, excesivamente bien considerado) se encontraron con una Traditio mucho más amplia que la corriente agustiniana y tomista, pero NO la digirieron bien.
Me recuerda a la frase de Ramón y Cajal: "dándole vueltas a la noria del aristotelismo", para describir el ambiente intelectual de España en el siglo XVII y XVIII.
Está claro que había una insuficiente impregnación patrística en la tradición hispánica. Eso nos ha venido de fuera y ha sido bueno. Pero reitero: mal digerido por los que lo promovieron.
Basta ver el Breviario no reformado para percibir hasta qué punto la Traditio patrística está representada de manera heterogénea.
Y luego hay que decir que más allá de estos teólogos "estrella" a los que todo el mundo conoce hay otros, que ni hispánicos ni subjetivistas ni tomistas: Newman el primero.
Precisamente es la anemia pratrística lo que me impide absolutizar o recomendar tan alegremente la tradición hispánica.
Pero bueno, es que últimamente la única teología que leo es Newman y Edith así que no sé...
Ni siquiera puede decirse de él que "nada que ver" con la tradición hispánica, porque tuvo mucho que ver con ella, ya que siempre que pudo le hizo la contra.
Y no solo dentro de España, porque en Argentina y los EEUU tuvo gran influencia, y siempre con lo mismo: encomiando y divulgando la peor cara de España, la liberal.
_________
A.G.:
Gracias Padre Miguel.Ese es el objetivo, ser enteramente católicos.
Y que viva Cristo Rey, comunicado a España y sus hijos por el mismo íntimo de Nuestro Señor, el gran Santiago, quien revestido del Santo Espíritu tendrá heredero insigne en el Cid campeador, terror del infiel aún después de muerto, montando en su caballo blanco apocalíptico.
A las 5 de la tarde España se viste de fiesta, en el ruedo mortal de sangre y arena. Porque España vive jugando con la muerte, en tres tercios, descritos con claridad divina por San Juan de la Cruz, la Cruz que queda balbuciendo. Bravura, trapío y nobleza son la casta española que sin descanso ha de acometer y seguir las provocaciones de la razón vestida en traje de luces. Aceptar el castigo que purga el alma y el sentido, y humillar ante el engaño que somete la vida en juego de muerte y resurrección. Al natural o en suerte contraria, la raza brava ha de seguir acometiendo, regenerando sin más el arte de lo trágico y lo bello, aunando voluntades en vía unitiva que encarna nobleza y fuerza, inteligencia y verdad, hic et nunc: la fiesta militante. Y si el bravo de raza humilla, y acude con alegría al engaño de luces que recrea la fiesta, entonces ha ganado un puesto en los altares, congraciado con el indulto y favorecido con la más alta tarea de regenerar la casta brava y santa, sin más.
Qué viva España! Porque España ES la fe que se concreta en la historia, en sangre y arena, en caridad viva y en cultura de trivium y demás añadiduras. Añadiduras y andaduras, con Don Quijote o Sancho, en Platero, Babieca o Rocinante, pero siempre, con la impronta metafísica de Santiago, el testigo del Tabor.
Que viva España! Que es la Madre Patria de la Patria, acá, en Santiago del Nuevo Extremo, provincia señalada y destino “de los mejores guzmanes”. Acá estamos tus hijos, prestos y atentos a la trompeta celestial para entrar juntos al ruedo y regenerar el puro, noble y castizo espíritu de FE por el que hoy clamamos a vivísima voz: Ven Señor Jesús!!!
________ _________
A.G.:
Aquí estamos. Y porque somos herederos de tan extraordinario legado, no vamos a rechazarlo más, en pos de novedades extrañas. Vamos a recibir la herencia de la fe de nuestros padres. Adelante, vamos.
Casiano: ¡mucho mejor que san Agustín! pero Casiano ha sido leído y releído siempre desde san Benito.
___________
A.G.:
Tulkas, no tiene Ud. más que leer las obras de la Emblemática hispánica, o a Báñez, por ejemplo, para comprobar la riquísima cultura patrística e incluso de griegos y romanos que late en esas páginas.
Seamos Miles Christi!
_______
A.G.:
Buena expresión. Desde luego, necesitamos abandonar las posturas acomodaticias, conformistas con lo extranjero, y regenerarnos.
El "redescubrimiento" patrístico del XIX y XX, mal que os pese, quiere desvincularse de esa perspectiva unilateral y descubrir una Traditio mucho más amplia.
Por reprochar le reprocháis a Ratzinger no ser tomista.
¿Ves a lo que me refiero?
__________
A.G.:
Tulkas, la Nueva Teología anima los estudios patrísticos con un mal fin, que es fomentar una alternativa al tomismo que permita montar sus tesis novadoras y sus recontextualizaciones doctrinales. Es indudable que la manera en que profundizan en los Padres, por ejemplo de Lubac, forma parte del anti-intelectualismo y anti-escolasticismo que caracteriza la patrística neomodernista.
En el movimiento patrístico hay cosas positivas, pero en general está animado por el deseo de encontrar autores que sustituyan a Santo Tomás, utilizados para elaborar difusamente una interpretación nueva, moderna, no aristotélico-tomista, más bien platonizante, de la doctrina clásica. Culpar a la tradición hispana de no compartir estos objetivos es absurdo. Más bien honra a los nuestros el no haber caído en tan insano afán.
Se aprende mucho más profundizando en Santo Tomás, y su síntesis patrística, que leyendo aquí y allá a los Padres de la Iglesia con afán de novedades. Por otra parte, basta con leer a nuestros clásicos para comprender cuán presentes están Padres y Doctores, y sobre todo Santo Tomás, en nuestra cultura católica.
Si alguien quiere dirigir y fomentar el estudio de los Padres de la Iglesia como sustitución de otra cosa no veo la razón. Los Padres de la Iglesia pertenecen a una tradición más antigua pero Santo Tomás no se propuso como antagónico a ella. Es más, según Dom Jean-Charles Nault el viejo concepto de acedia, acuñado por Evagrio Póntico y olvidado durante algún tiempo, fue recogido y sistematizado por Santo Tomás de Aquino (el cual seguramente ignoraba su origen pero lo tomó de Casiano) por lo que hay que pensar que Santo Tomás no se saltó a los Padres de la Iglesia para hacer algo opuesto. Si vamos a eso podemos hacer notar también la cantidad de erasmistas que hubo en España. Yo creo que España no estuvo al margen de nada, otra cosa es que la espiritualidad española tuviera un sello especial.
En estos tiempos aciagos valoro muchísimo esa visión española de la religión que, si no se hubiese perdido, habría sido un ancla de sujeción a la Tradición y la Doctrina. Los ecos de esa visión tradicional, plena de sensus fidei en personas que no sabían su origen, los recogí yo misma de mi familia.
Y lo mismo que había ecos aristotélicos en mi padre, que sabe Dios si los tomó de las olas del Mar Mediterráneo a cuyas orillas nació; porque él jamás leyó a Aristóteles; Balmes tenía una influencia muy grande en mi abuelo materno. Cuando era niña no lo sabía pero leyendo con posterioridad a Aristóteles y a Balmes las figuras de mi padre y de mi abuelo acudían a mi mente como si aquello ya me lo hubieran transmitido ellos en sus lecciones de vida.
Desde Pío XII por lo menos se dice, y creo que con razón, querida Palas, que san Bernardo es el último Padre.
Las relaciones entre agustinismo y tomismo son mucho más complejas de como las plantea. A Ratzinger no le he reprochado nada.
O sea, que antes de Balmes hay muchísimos teólogos de gran altura, de gran influencia (incluso entre los modernistas, que conste: qué sería, por ejemplo, de De la Taille sin alguno de nuestros teólogos olvidados) muchos olvidados, sin duda, o sólo pasto para especialistas. Que no desmerecen de Ratzinger en profundidad y erudición. Que los ignoremos no significa que no existan.
Scintilla: yo no sugiero una superioridad moral de Casiano sobre Agustín. Para eso mira post de esta web que dicen que Agustín eta "más santo" que Casiano y que Vicente de Lerins. Pero sí una superioridad doctrinal, porque donde Casiano es testigo de la Traditio san Agustín es testigo de sus disputas.
Reitero: entre contemplar el testimonio de los padres SÓLO desde el tomismo y el seleccionar de aquí y de allí CONTRA el tomismo hay una via media que consiste en el testimonio de los Padres en sí mismo y completo y de eso está anémica la tradición española.
_________
A.G.:
Se deja Ud llevar por un prejuicio, simplemente. Los autores espirituales, jurídicos, teológicos hispánicos son riquísimos en tradición y en ciencia de los santos y Padres y Doctores. Sólo hay que leer sus obras para comprobarlo.
Ni soy apresurado ni carezco de lecturas.
El reproche que usted le hace a los modernos que se han acercado a los Padres es el mismo que yo hago a los antiguos: el sesgo.
Los modernos se acercan a ellos con fuerte carga antiescolàstica igual que los antiguos se acercaron desde la síntesis tomista usada como lente de des-enfoque.
Si el Arausicano es infalible quedan condenados toda la Traditio que atestigua Casiano y toda la teología de la predestinación post praevisa merita y eficacia extrínseca de la gracia posteriores.
Una buena y grande tradición patria: èsta sí.
No hay pugna entre Patrística y Tomismo, lo que hay es un acercamiento no-tomista a la Patrística que Gracián condena por unas supuestas aviesas intenciones de los que lo han intentado.
Y yo creo que ese acercamiento es legítimo y que de ese acercamiento CARECE la tradición española, y que ese acercamiento es reciente (siglos XIX-XX) y qie ese acercamiento elimina el filtro tomista y permite una perspectiva más amplia que incluye el elemento Oriental de la Iglesia.
Hasta ahora me han ofrecido dos contraargumentos:
1-Gracián: las aviesas intenciones de los no tomistas
2-Scintilla: eres poco leído porque eso ya lo sabíamos nosotros en el siglo XVI aunque claro, filtrado desde el tomismo
Esto no es serio...
___________
A.G.:
Su postura ha quedado ya clara de sobra. En la escuela hispánica no hay un sondeo antitomista y modernizante de la patrística, eso es propio de la escuela francoalemana. Dejemos ya el tema.
No he dicho que supiéramos esto o lo otro en el XVI que usted encuentra en el XIX-XX, eso que llama "el elemento Oriental" para mi sorpresa (miro la Iglesia actual y todo su descubrimiento oriental y la del XVI y su estereotipado tomismo y qué quiere que le diga). Lo que le digo es que en el XVI hay una lectura muy rica, compleja de la patrística que usted niega y que hoy es difícil apreciar esa complejidad porque exige una mirada muy atenta, porque no se cita siempre, sino que está como en las fibras, y en estos tiempos estamos acostumbrados a buscar citas a reconocer el conocimiento de otro de una materia por lo que cita y no por lo que ha asumido de una manera íntima. Es una manera de ver y de hacer para la que nuestra sensibilidad está muy entorpecida. Otra cosa es aquel uso teológico escolar (supongo que a eso se refiere usted con lo del tomismo, porque el tomismo de entonces...), distinto del actual, con otro estilo, que no he tachado ni de mejor ni de peor. Pero ese uso no es el único en nuestra literatura del XVI, que es muy rica. Lo mejor de la literatura espiritual y exegética hace un uso no mediado, sino directo, de la patrística, de la que nuestras bibliotecas estaban bien provistas. Ejemplos le he puesto y le han puesto aquí de ello, con otros muchos que se podrían añadir.
Del mismo modo que no me había metido en el tema del sesgo o no tomista (sólo ahora acabo de aclararle algo de lo que entiendo al respecto), no encuentro haberle hecho reproche de sesgo a los modernos, ni si es o no legítimo. Lo que no entiendo, y más leyendo a aquella gente, es por qué tener formación escolástica implica acoger siempre a los padres desde ella como única y exclusiva. En la España del XVI, se estudiaba a santo Tomás y se leía a Erasmo. Y se criticaba a uno y a otro, desde la patrística al uno y desde la escolástica al otro. La verdad, donde esté. Leyendo a aquella gente se aprende ese tipo de enfoque de compromiso con la verdad. Yo no sé qué es lo que usted lee de aquella literatura española y de la patrística para hacer ese juicio, que me parece gratuito o ligero.
Ni Casiano estuvo al margen de las disputas teológicas, ni san Agustín deja de ser un testigo de la Tradición por haber peleado bravamente en todas. Y lo uno no es desdoro del primero ni lo otro, no por menos obvio debe de dejar de ser defendido. ¿O sea, que era cierto, que defendía usted a Casiano sobre Agustín como si en el concilio Arausicano se hubieran enfrentado dos posiciones sobre la gracia representada por cada uno de ellos y que se equivocó el concilio? ¿Y ahora mete en el juego a Molina, supongo? Si usted lo dice... Yo no opinaré de cosas tan elevadas, aunque debo decir, por fidelidad, que los cánones del Arausicano me recuerdan mucho a los de Trento sobre la justificación, tras el cual nunca se condenó a Molina, como no se condenó nunca a Casiano tras el Arausicano.
Curioso que la lectura de Edith (Stein supongo), no lleve a Tulkas a reafirmar la amplitud e inmensa altura de la traditio espiritual española de Gracián. Su periplo en búsqueda vital de máximo rigor y consecuencia la llevó de la fenomenología a Aristóteles, y de la sustancia aristotélica a la analogía del ser de Santo Tomás. Que es una filosofía enteramente distinta de la de Aristóteles, como afirmaba nuestro recordado Padre Osvaldo Lira tantas veces. Pero su búsqueda no terminó en el tomismo. En su experiencia terrible del holocausto, y en su deseo insaciable de agua viva, buscó sin descanso el Ser Eterno, más allá de su riguroso conocimiento científico, y no se aquietó su alma sino en la españolísima reforma teresiana del Carmelo. Tan a gusto se encontraría la intelectual viadora con su hallazgo de Las Moradas y su traditio, que eligió por nombre Teresa para hacer de su vida el sólo amar su ejercicio... Anemia padecía ella, erudita inquieta de tantas tradiciones, pero sólo sanó al pulso divino del Carmelo hispano.
En cuanto a los aportes de oriente, parecen estos referirse a los aportes en la mística, específicamente en función contemplativa. En sus escritos de filosofía de la historia, nuevamente el Padre Lira, hacía ver a propósito de Soloviev y la misión de Rusia (Publicado en Verbo en 2016), que la pasividad del carácter atemporal de la mística del ícono fue incapaz de cumplir el sueño de Soloviev para Rusia, que sucumbió ante un marxismo que la arrolló. A cambio de eso, destacaba como la traditio española sí tuvo la potencia y espíritu para concretar históricamente la defensa y expansión inmensa de la fe en el s XVI, que con 6 millones de españoles enfrentaron la heregía europea, y evangelizaron y culturizaron las remotas y extensas tierras donde hoy habitamos cientos de millones de hijos de España, hermanos en la fe. Y sólo a tinta, y carabela, pero con la fuerza espiritual Infinita de la Cruz que fue siempre por delante, y sino, con la confesión y la reparación cuando el pecador se adelantaba. Con el mismo muy católico modus operandi que hoy nos pide nuestra modernísima Madre en Fátima para combatir las huestes portentosas del minotauro: oración, confesión, reparación, adoración y humildad. Si algo falta aquí, es regenerar nuestro organismo, que para evangelizar ha sido modelado por el Divino Hacedor, pues el don siempre tiene una misión y configura una personalidad. Y la carencia en este caso, -de haberla- no es privación sino asignación de lo propio, parcelación típica y necesaria del ser que se perfecciona en especie.
Que viva España, y adelante la fe, nuestra vernácula y aguerrida fe!!!
Gracias por este foro.
Por supuesto todo lo que dice sobre Edith Stein, pero incluso en pequeños opúsculos suyos como "El castillo del alma" hay no una corrección a santa Teresa, pero sí una mayor amplitud de miras y de intereses que los que tenía la Santa.
Y lo mismo en Endliches un ewiges Sein: no se trata de tomismo de manual, sino de un acercamiento al tomismo desde una perspectiva más amplia.
Y eso es precisamente lo que estoy criticando de Gracián: el acercamiento a la Patrística desde una perspectiva fundamentalmente tomista. Eso y no otra cosa creo que es el defecto de la tradición española.
_________
A.G.:
"el acercamiento a la Patrística desde una perspectiva fundamentalmente tomista. Eso y no otra cosa creo que es el defecto de la tradición española."
Ese es justamente el plan de la Nueva Teología: liberarse de la primacía de Santo Tomás optando por una perspectiva patrística independiente de la síntesis tradicional aristotélico tomista. Ese es el error neomodernista de nefastas consecuencias cuyos efectos contemplamos en la crisis actual. Es el proyecto de un de Lubac, de von Balthasar, de los liturgistas del misterio pascual y de los personalistas. Lo que ud está defendiendo es precisamente uno de los paradigmas que hay que desmantelar.
Te concedo lo de que se puede ser leído e ignorante, así como lo contrario también. Pero que me llames ignorante, pues ¿qué quieres que te diga? Lo menos que espero de un buen católico como tú es enseñar al que no sabe.
Cuando me embaulé a de Lubac yo tenía 16-17 años y no entendí muchas cosas que ahora si entiendo y aunque pueda no compartir sus conclusiones sí comparto su método. Es obvio que hay una Traditio eclesial para la cual el agustinismo - tomismo es ajena, yo lo he llamado traditio oriental, llámala como gustes.
Que el acercamiento fundamentalmente tomista a la Patrística pueda matizarse con casos concretos no lo dudo, con influencias esporádicas, con una impregnación de aromas patrísticos en autores fundamentalmente escolásticos y tomistas no lo dudo. Lo que digo es que el método de aproximación al corpus de los Padres ha cambiado, y que me parece más adecuado volver a los Padres y directamente a los Padres prescindiendo de una perspectiva agustinista - tomista.
Sobre Casiano y Molina hay una diferencia: no se puede condenar a posteriori. Que Orange II no condenara a Casiano puede deberse a dos razones: 1)que casiano no sea semipelagiano realmente, sino ambiguo (lo que yo creo) o 2)que no se condene a posteriori una perspectiva teológica que entonces estaba en discusión. Lo de Molina es diferente, porque Molina es posterior a Trento y si Trento condena a Molina, tenemos un PROBLEMA.
San Agustín dice que su propia teoría de la predestinación es una "maldición" cuando se expone de determinada forma, aunque sea verdad: mírate "De dono perseverantiae". La predestinación de Agustín se reduce a esta proposición:
"tú reza, reza...
que si no eres elegido...
ya dejarás de rezar y te condenarás"
Él admite que esta proposición es verdadera, pero que no debe decirse. En su lugar admite formas de expresión que son ambiguas, igual que Casiano admite formas de expresión que son ambiguas, pero te pido que nos demuestres que Casiano de forma definitiva admite que el inicio de la Fe es independiente de la Gracia, por ejemplo, y que constituye una obra de mérito sobrenatural independiente de la Gracia también.
_________ _________
A.G.:
Mala cosa compartir el método de de Lubac, porque está montado sobre el Método de Inmanencia, que es modernismo. No es de extrañar que las tesis de este autor hayan hecho tanto daño y causado tanta confusión, como su método espurio, basado en la tergiversación de Cayetano, del mismo Santo Tomás, y de la utilización de los Padres para sus propios fines.
Yo no digo que haya que liberarse de la primacía de santo Tomás o que se pueda prescindir de él en Occidente, sino que DE HECHO existe una traditio patrística que es independiente del agustinismo - tomismo.
Contra los hechos no valen argumentos.
_________
A.G.:
Para eso está la síntesis tradicional y la escuela hispánica, para integrarlo todo como se debe y no aventurarse temerariamente contra los designios de la providencia. que concedió al Doctor Común un lugar de primacía, fuera del cual todo se vuelve inseguro. Como está demostrado. El rumbo patrístico antitomista de los neoteólogos y los liturgistas nos conducido al desastre doctrinal y la descomposición teológica. Contra hechos no valen argumentos.
Si tanto te preocupa que se lea a los Padres independientemente de santo Tomás creo que más que de Lubac te debe preocupar ese mogollón inmnso de autores españoles que, según Scintilla, leían a los Padres independientemente de santo Tomás.
A lo mejor el problema es más antiguo de lo que yo sospechaba, según da a entender Scintilla...
Pónganse de acuerdo, porfa.
_________
A.G.:
Claro que preocupa el alejamiento de Santo Tomás, porque no es sólo alejamiento de Santo Tomás, sino de la tradición por él compendiada, incluyendo en ésta la Veterum Sapientia y las enseñanzas de Padres y Doctores. Es el alejamiento del fundamento intelectual del catolicismo. Alejarse de la síntesis clásica es suicida.
Yo creo que sí la hay, por ejemplo la filosofía de Enmanuel Levinas resulta sumamente potente para enfrentarse las místicas orientales.
La reflexión de Levinas es bíblica y entiende a Dios como el totalmente Otro. Esto evita la pretensión del ser humano de reducir a Dios a energía impersonal.
_________
A.G.:
La filosofía de Levinas tiene graves defectos metafísicos y de otros órdenes. Además, no encontrará en él doctrina católica sino teorías modernas. Se empeña Ud. en un camino confuso que ha conducido al pensamiento católico al desastre, como estamos viendo en la actualidad. Para formarse, mejor autores cátolicos clásicos, Royo Marín, por ejemplo. No se deje engañar.
No podemos convertir el Tomismo en una especie de Corán católico.
Los musulmanes para justificar la quema de libros decían que toda la verdad estaba en el Corán y que por lo tanto no hacían falta los otros libros.
_________
A.G.:
Qué de disparates.
En mi opinión, dice mal de usted tratar así la doctrina de los santos. Y en general, hablar con ese desparpajo de cuestiones tan hondas. No quisiera acompañarle en esa aventura, excúseme.
A mí me parece obvio que no se condenó a Casiano porque sus tesis, nada ambiguas (Conferencia XIII), eran conformes a las tesis del Arausicano. Y su lectura continuada habla de cómo lo acogió siempre la tradición occidental.
Me hace gracia que me pida que demuestre lo que usted proponía ("Si el Arausicano es infalible quedan condenados toda la Traditio que atestigua Casiano") como si fuera mío, para demostrar, al ser verdad lo contrario y ser por lo tanto indemostrable, que estoy equivocado, salvando su cara después de meter la pata. Como sofista no tiene precio.
Si tuviera algo que enseñarle, que no lo creo, tendría usted que estar dispuesto a aprender, y creo que dejó hace mucho de estar en esa disposición, por lo que veo. Que Dios le guarde.
Por favor, Tulkas, le agradecería que, al menos, respetara las formas, si ya no dialécticas y de la lógica, las de la mínima educación: de dirijo a usted de esta manera y no nos conocemos para que me trate de tú. Que no por eso necesariamente es más afectuoso que el usted, como usted demuestra.
El sesgo orientalizante parece pasearse por aquí como Pedro por su casa, como si la Doctrina Trinitaria no tuviera nada que ver con los Padres Capadocios. ¿Más al Oriente todavía? ¿y quién ha tratado alguna vez de reducir el tamaño de San Basilio el Grande? No seré yo que me peleo con todos los sacerdotes por suprimir arbitrariamente el Credo de Nicea.
Ahora que lo dice, Palas, de todas maneras, recuerdo que hace ya un buen puñado de años, hablando aquí en España con un amigo francés que Dios guarde, me contaba para mi sorpresa, la prevención que había en su familia y entorno (incluso eclesial, hasta el punto de llevarlo a la liturgia, cosa que ahora he detectado que aumenta también aquí: ya no es "Dios Todopoderoso", sino bondadoso, y nosotros dejamos de ser "siervos" y cosas por el estilo) contra el AT. No sé si por viejo resabio albigense o qué, pues no supo darme más razón de esa prevención que tenía contra la primera alianza que su existencia. Con todo, he de decir que cuando he ido a Francia nunca me he encontrado con esas cosas sino más bien católicos ejemplares, o, al menos, que me han admirado por este o aquel detalle, que guardo agradecidamente en mi recuerdo.
No he entendido bien su anterior comentario, en cualquier caso cuando he hablado de místicas orientales, me estaba refiriendo al budismo y al induismo.
De Levinas yo saco aspectos muy valiosos para comprender la espiritualidad judeocristiana y lo que la separa radicalmente de las místicas unitivas fusionales. Este tipo de espiritualidad está hoy muy extendida por desgracia, incluso en ambientes cristianos.
Levinas considera la disolución de la multiplicidad en la unidad que lo absorba todo como un extravío del pensamiento y como una forma de experiencia espiritual que no llega hasta el Fondo. Para él, la infinitud de Hegel representa un ejemplo aterrador de semejante visión de la unidad.
Santo Tomás en su época fue tachado de heterodoxo porque sacaba aspectos valiosos de filósofos que no eran cristianos.
En cualquier caso respeto, como ni puede ser de otro modo, a quien considere que la filosofía de Levinas no vale de nada.
_________
A.G.:
Palas Atenea lo ha explicado muy muy bien. Gracias.
Fuera de algunos textos, a los medievales en general el conocimiento de los Padres venía por San Agustín, Juan Damasceno y muy especialmente por las Sentencias de Pedro Lombardo. Si después en el Renacimiento y la Modernidad se podía tener un mayor acceso (sobre todo gracias a la imprenta), igualmente dudo que haya sido tan cabal y completa como la que se logró después.
Sobre si a Tomás de Aquino se lo tomó por heterodoxo... ver la condena del Opispo Tempier en 1277, otra no se me ocurre.
Saludos
Precisamente fue el tiempo en el que la dificultad material se echó abajo, porque los manuscritos vinieron a nosotros y la imprenta hizo posible la difusión. Y los conventos y universidades hicieron gran acopio de esas obras cuya lectura permitía profundizar en la teología que de manera escolar se enseñaba.
Y le propongo una pregunta para ver lo contradictorio de su planteamiento: cómo es posible que si en toda esa época, en la que tan poco se atendió la patrística griega, se cuidara con tanto esmero la representación de los santos y las figuras divinas, y en esta, en la que se tiene un conocimiento tan cabal y completo, reine tanta fealdad dentro de la Iglesia, haya en ella, en sus élites eclesiásticas, tan poco respeto por esas imágenes (le hablo desde una zona, Mallorca, donde en particular este problema es muy agudo). Mi respuesta es: la patrística hoy se ha separado de la tradición, es cultivo de especialistas que nada tienen que decir sobre nada, son bibelots, como lo es la patrística, que sí que estuvo y está viva en la tradición que representan los autores hispanos de la época en cuestión.
Eso es radicalmente opuesto a un cristiano porque, aunque éste tenga dos hijos eso no supone la continuación del cristianismo. El cristianismo se fundamenta en la Revelación y en el seguimiento de una Persona: Jesucristo, divina y humana, en un misterio insondable, abierto a cualquier persona del mundo solo por conversión y, por lo tanto se puede perder y está obligado a posponer su supervivencia por dar testimonio de esa fe mediante el martirio. Un cristiano puede ser semilla de cristianos, pero esos cristianos no comparten con él nada más que la fe, en cambio los judíos lo comparten todo menos eso, que, por lo visto, hace tiempo que dejó de ser esencial. Es importante tener eso en cuenta cuando se les lee porque subyace siempre en todos ellos y les permite ser originales y heterodoxos porque ya no tienen una fe concreta que defender.
Han hecho de ello una cosa tan definida que, hasta los cristianos de procedencia judía tienen su vida marcada por ello, todos sabemos que Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein) y Fabrice Adjadj son de procedencia judía y, sin embargo, parece menos importante que ella fuera alemana y él francés. Puede ser una simple opinión pero, aunque lo sea, he leído a muchísimos escritores, pensadores y filósofos judíos como para atreverme a decir esto, en ningún caso lo digo por desconocimiento del judaísmo. Lo cual implica que también los católicos, apostólicos y romanos leemos de todo, pero lo que nos sirve para conocer a los demás no nos sirve para sustentar o acrecentar nuestra fe.
Usted dice en su anterior comentario:
"Por eso no contemplan el martirio como opción y por eso deben procurar encontrar un sentido a la vida para permanecer, sea éste religioso o no".
Sin embargo, con la Shoá de los campos de concentración, los judíos tuvieron que revisar esta idea, es más se vieron obligados. Víktor Frankl es un ejemplo. En cuanto a Levinas, él mismo confiesa en sus memorias el agradecimiento que tenía a las hijas de la Caridad de San Vicente de Paul por haber salvado a su familia de la persecución nazi.
Y es más importante su condición judía como pueblo que su procedencia nacional porque para nosotros, como cristianos, esto último no tiene el valor que lo primero de cara a la teología de la historia: es que el fin de los tiempos se define también, según san PAblo (y la interpretación espiritual de los salmos y aun del Cantar), tanto por la apostasía como sobre la conversión de los judíos a Cristo.
No sé por qué razón la palabra judío se impone a cualquier otra, tan judíos era Troksky como Levinas. Hadjadj es católico converso y sus padres eran maoístas, ¿dónde está ahí el judaísmo? En ninguna parte, pero, machaconamente, en todas las biografías dicen que son judíos.
Es como si no pudieran desprenderse de esa condición hagan lo que hagan. Un caso extraño.
Por eso digo que hay cosas que son católicas y otras que no y para verlo hace falta sensus fidei. En realidad con una redacción más moderna o menos moderna no contradices a Santo Tomás de Aquino si te mantienes fiel a la ortodoxia.
Evidentemente no es posible caracterizar de forma estático-ontológica la idea de judío.
De forma que ese universal sirva para predicar sobre los individuales de forma lógica, totalmente acabada.
Dejar un comentario