(386) Glosario de la decadencia
Continuamos buscando la mayor precisión posible en la definición de los conceptos de la crisis. Porque conocer, con claridad, los entresijos intelectuales de la mentalidad vigente, es vital para despejar el camino de la restauración.
autodeterminación
Movimiento autónomo del sujeto hacia un valor autodefinitorio.
Doctrina de la existencia individual sin esencia universal.
Suspensión teleológica de los saberes heredados por tradición.
Subordinación del ser al acto de autodeterminación.
Creencia en una exigencia natural de lo sobrenatural.
Escuela filosófica y teológica que postula la inexistencia de esencias comunes y bienes universales comunicables.
Eufemismo con que se convierten los preceptos de la ley moral en reglamento convencional.
Desordenada: asentimiento indiferente a la potestad en sí misma, que manda con o sin autoridad.
Ordenada: asentimiento al bien mandado con autoridad por quien tiene potestad.
Transformación voluntarista del principio metafísico de subordinación (de la causa segunda a la Causa Primera) en principio espiritualista de interlocución.
Término con que se administrativiza el pecado.
Cuantificador de relevancia subjetiva sustantivizado.
21 comentarios
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A.G.:
Es verdad Manuel, ese problema hermenéutico que comentas da muchos problemas y dificulta el entendimiento. Encontrar significados ciertos y precisos es urgente.
En ese sentido, insisto en que me gusta la iniciativa. Me recuerda al jesuita padre Carreira, y a su empeño en precisar los términos antes de hacer una exposición.
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A.G.:
Manuel, estoy muy seguro de haber entendido el pensamiento personalista, de hecho, llevo años estudiándolo y escribiendo sobre él. Y es que la filosofía moderna no es cristiana. Hay que partir de aquí. Los intentos personalistas de introducir el pensamiento moderno en el pensamiento católico han producido la confusa situación actual, que es crítica. Por sus malos frutos se conoce su toxicidad.
Las definiciones que expongo aquí representan lo que significan e implican estos conceptos en realidad. Son fruto de mucho estudio y de muchas horas de lectura directa de las obras implicadas, a la luz del pensamiento tradicional. Si hay que elegir entre la philosophia perennis y la escuela moderna, es insensato decantarse por la segunda. Este es el principio hermenéutico fundamental.Es urgente y necesaria la prudencia, no canonizar ideas extrañas y confusas, aunque éstas hayan sido defendidas por autores piadosos, pero imprudentes a la hora de asentir doctrinas oscuras, intentando ingenuamente catolizarlas. Me conformo por tanto con que estas definiciones sirvan para que algunos se cuestionen la filosofía moderna y vuelvan a la sabiduría clásica y cristiana.
Por otra parte, afirmar que no he comprendido estos conceptos requiere demostrar que significan otra cosa. Yo llevo varios años explicándolo y demostrándolo, y no fundamentándome en mí, sino en los autores de la tradición local hispánica, en la escuela aristotélico tomista, en la escolástica cristiana. Porque no me baso en Kant, ni en Hegel, ni en Heidegger, ni en Scheler. Son los autores de esos conceptos los que sí se fundamentan en ellos. Yo, como católico, me fundamento en los doctores católicos, no en los filósofos modernos.
Me encantó la fina ironía implícita en este vocabulario. Por mi parte me parece muy oportuno el ejercicio de poner en evidencia ese lenguaje, sea de uso explícito o subyacente, que presume de "moderno", utilizado frecuentemente con pedantería en los ambientes de cierta 'intelectualidad' autointoxicada de vanidad y de textos de 'intelectuales orgánicos' de izquierda y derecha por igual, a la vez vacunados rabiosamente contra el lenguaje y la estructura de pensamiento clásica y escolástica. Se consideran dichos usuarios demasiado sofisticados y acaban adornando su estulticia y vacuidad con fraseología pedante que esconde su simpleza intelectual. Por desgracia, no pocos 'intelectuales católicos' modernos adolecen y se nutren de esta misma tara o la asumen como propia para no quedar 'out' en los ambientes 'snob' neopaganos.
Hoy casi nadie puede definir nada, es algo constatable, y esa es la única forma de tener claro un concepto, si no puedes hacerlo es que no sabes muy bien de qué se trata, me decía a mi la profesora de filosofía de la escuela normal. Así que cada vez que no veía algo claro trataba de buscar el género próximo y la diferencia específica, y si no lo lograba es que estaba utilizando una palabra a tontas y a locas por el sistema de "yo me entiendo" que decía mi abuela.
Ahí la causa segunda dialoga con la causa primera, un ejemplo emblemático lo tenemos en la experiencia de la Zarza ardiente de Moisés.
Por lo menos usted se moja y no tiene miedo a llamar a las cosas por su nombre y aunque tengan un nombre raro se entienden mejor que los eufemismos.
Que Dios le bendiga.
Esta definición sola:
"autodeterminación: Movimiento autónomo del sujeto hacia un valor autodefinitorio".
Seguro que sirve para que a mas de uno se le caiga la venda de los ojos.
Pero mi favorita es esta:
"Situación irregular: Término con que se administrativiza el pecado".
Destruye el uso de los eufemismos seculares que aparentando falsas espiritualidades en realidad consagran el puro positivismo legalista y alejan del verdadero encuentro con Cristo.
En realidad es extensible a otros muchos artículos de personas que han estado habituadas a moverse en su círculo temático durante años sin apenas salir de él, no sé si será su caso. Generalmente son gente que ha alcanzado un grado importante de conocimiento en su materia. Son capaces de distinguir muchos matices y sienten la necesidad de encontrar un término preciso para cada uno de ellos.
Paradójicamente, si esa situación se mantiene demasiado tiempo sin la debida formación, ese nivel de conocimiento les hace incapaces de comunicarlo debidamente. Se convierten en malos comunicadores, pudiendo solamente transmitir ese saber prácticamente en su mismo círculo (algo inútil, porque ya es sabido), y siendo incapaces de transmitir absolutamente nada a los legos en la materia.
Cuando se les hace notar esta situación, se escudan en que los temas son complejos. Parecen obviar que es precisamente la tarea principal del profesor encontrar la forma de transmitir un conocimiento complejo (en crudo) en otros más simples, que puedan ser entendidos. Lo que hacía de forma magistral nuestro Señor con las parábolas.
Este problema está generalizado en la filosofía, y creo que es el problema principal del desprecio y descrédito que tiene desde hace décadas.
La inmensa mayoría de la gente, a pesar de una falta de criterio bastante acusada, es capaz, sin embargo, de reconocer como funciona a grandes rasgos un cuerpo humano, de distinguir las partes de un vehículo, de manejar móviles y ordenadores y programas complejos, de entender básicamente como está compuesto el universo y de describir a grandes rasgos la historia universal, entre otros temas. Sin embargo es realmente complicado encontrar no ya entre la población media, si no entre gente muy ilustrada gente que realmente sepa y entienda la diferencia de pensamiento entre Platón y Aristóteles, por ejemplo. No es difícil encontrar un neurocirujano que no sepa ni papa de filosofía, o un matemático que resuelve complicadas, muy complicadas cuestiones, y que no entienda absolutamente nada cuando se le explica el pensamiento de Kant.
Muchos lectores me podrán argumentar que es una exageración, que ellos lo saben desde niños. Bien, no se trata de ellos, se trata de los demás.
Si alguien les explicara que para potabilizar agua es necesario 0,2 ml de una solución acuosa de hipoclorito sódico al 4% por cada dm3 de agua, pues pocos sabrían a qué se refiere.
Si les volvieran a decir que son necesarias 4 gotas de los mismo por litro, pues tampoco habría un gran avance. Si finalmente se dijera que hay que echar 4 gotas de la lejía (bote amarillo) del mercadona por litro de agua, ya lo entienden todos, y es lo mismo.
Vd. dice "Continuamos buscando la mayor precisión posible en la definición de los conceptos de la crisis", y para definir términos filosóficos, usa términos filosóficos específicos.
"nominalismo
Escuela filosófica y teológica que postula la inexistencia de esencias comunes y bienes universales comunicables."
Ya le digo que esa definición solo la entienden los que ya saben lo que es el nominalismo.
Es como si Vd. le pregunta a un químico que es el hipoclorito sódico y le responde que NaClO. O se lo traduce a su lenguaje, o no hay nada que hacer.
Y no digo que sea tarea fácil, pero es necesaria si realmente se quiere "conocer, con claridad, los entresijos intelectuales de la mentalidad vigente".
Para completar un poco más mi escrito del anterior “post”, precisamos un poco más la relación yo-tú en el personalismo. Los personalistas católicos y muy especialmente Ratzinger, suelen utilizar el tema de Trinidad Divina para fundamentarse como puede comprobarse extensamente en su libro “Introducción al Cristianismo”.
Estos pensadores faltando el respeto a la trascendencia de la Trinidad, se introducen en sus relaciones inmanentes, la del Padre con el Hijo y de ambos con el Espíritu Santo.
Pero ignoran que las relaciones entre las personas divinas y la esencia común entre ellas tienen una relación inversa que la que se da en las criaturas.
Los personalistas basan sus teorías en que el accidente o predicamento “relación” en la persona humana es entendida como si fuera la sustancia en la que inhiere. Esa relación es la que, para ellos, fundamenta las relaciones comunitarias, tanto las relaciones entre seres humanos entre sí, como la relación con Dios. Los personalistas sustantivizan falsamente esa relación y lo que es un accidente lo convierten en una sustancia para fundamentar en esa relación toda su espúrea metafísica.
El ser humano “es su relación”, dicen, y esto es lo que lo convierte en persona. La persona no nace como tal, sino que se hace. La persona se hace o se construye a sí misma por sus relaciones sociales. La persona es algo dinámico que se desarrolla o realiza a lo largo de la vida. No es un concepto estático como lo conciben, según ellos los tomistas y los escolásticos en general, sino dinámico y vital.
Y para dar más argumentos y un sentido más cristiano a sus tesis, los personalistas pretenden fundamentarse en el Dios cristiano, en sus relaciones trinitarias. Nos dicen sin parar, que también Dios es sobre todo relación y por tanto comunidad. Dios es ante todo una comunidad de amor, algo que queda reflejado en su creación y en la capacidad humana de imitarlo. Las relaciones humanas son una imitación de la Trinidad.
Pero eso no es cierto, argumentamos nosotros, porque en los hombres, la relación es solo un accidente que inhiere en la sustancia o persona humana, sin embargo en la Trinidad, la persona y la relación son coincidentes. Cada Persona Divina de la Trinidad está constituida por la relación de cada una de ellas.
Esta confusión de planos entre la trascendencia divina manifestada en cada una de las tres personas, es utilizada falazmente por los personalistas para justificar su constitución del hombre como relación. De aquí se pasan a hipostasiar la comunidad humana, avocando al ser humano hacia un totalitarismo tanto filosófico como teológico y que en el plano social y político suele plasmarse en el totalitarismo democrático.
El comunitarismo acaba absorbiendo a la persona humana en sus relaciones sociales. El hombre, dicen, es sus relaciones sociales, el hombre es comunidad. Luego, en este sistema la persona humana, que realmente tiene una sustantividad real e independiente de sus circunstancias sociales, queda anulada en unos sistemas sociales que las convierten en esclavos y que paradójicamente las despersonaliza. No hay nada que despersonalice al ser humano más que el personalismo, ¡vaya paradoja!. Por eso la sociología más propia del personalismo es el comunismo, como se refleja claramente en uno de sus más celebres exponentes, Mounier, para muchos el verdadero padre del personalismo católico, que hizo un gran esfuerzo por compatibilizar comunismo y cristianismo.
La ignorancia de los personalistas de la verdadera metafísica, les lleva a utilizar frecuentemente en sus escritos sobre la Divinidad, de la manera mas burda, a aplicar o comparar, las ciencias modernas con las altísimas especulaciones sobre la Santísima Trinidad, rebajándolas, al nivel de la criatura, por desconocer la analogía del ser aplicada al Orden Sobrenatural transmitido por la Divina Revelación. Por ejemplo, una vez eliminada la metafísica, quedándoles solo el conocimiento de las ciencias experimentales, comparan algunos el “principio de incertidumbre” o la naturaleza de las “partículas elementales”, con los altísimos atributos trinitarios.
Naturalizan lo sobrenatural y sobrenaturalizan lo natural, confundiendo siempre los planos, porque hay que distinguir para unir, pero manteniendo siempre el orden del ser y de la verdad. Solo situándonos correctamente ante la creación y el orden del ser, nos predisponemos a situarnos correctamente ante Dios, comprendiendo el abismo que nos separa de su trascendencia e infinitud.
Al mismo tiempo, este Ser Divino absolutamente trascendente, es capaz de bajarse al nivel de un simple Niño nacido en un establo o amar a todas sus criaturas, con la misma grandeza y profundidad como solo Dios lo puede hacer. La trascendencia y la inmanencia, tanto en el orden natural como en el sobrenatural, se conjugan de tal manera que contra mayor trascendencia, mayor inmanencia, tiene Dios en el dominio de los seres.
El personalismo acaba convirtiendo a Dios en un ser al servicio del hombre, en una inversión antropológica, en un ser que lo vemos y creamos a nuestro capricho, como nos conviene, siempre bajo una capa de palabrería, muchas veces muy piadosa, pero que falsifica, de la manera mas arbitraria al verdadero Dios. Acaban convirtiendo al ego humano en el centro de la realidad, haciendo de la religión una egolatría, como el caso muy claro de Unamuno, para quien la Cristología no era más que una egología. Por eso Arintero no lo pudo soportar.
El personalismo es una tragedia, porque siempre parte de un desprecio de la razón y de su uso al que denominan despectivamente abstraccionismo, como si la facultad que la hace posible, el entendimiento, no fuera la más excelsa que Dios nos dio, para que la utilizáramos santamente y llenarnos de vida. Porque no hay nada mas vital, eso que buscan los personalistas, que la misma inteligencia, bien usada al servicio de la verdad. Porque solo se puede amar lo que se conoce de alguna manera.
El personalismo no tiene remedio porque tiene que volver a su erróneo punto de partida y empezar de nuevo y eso es algo a lo que no suelen están dispuestos. Contra más rodeos se buscan para justificarse, mas insoportables y peligrosos se vuelven. Los personalistas no tienen remedio, porque desde el principio se decidieron por el error.
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A.G.:
Le agradezco muchísimo este comentario, ha expresado Ud. con claridad y precisión cosas sobre las que pensaba escribir en breve. Totalmente de acuerdo.
No entiendo bien lo de "falta de respeto"
Se podrá argumentar que sea más o menos acertada, pero no falta de respeto.
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A.G.:
La analogía que usan los personalstas, para fundamentar su comunitarismo en la vida intratrinitaria, está cogida con pinzas, y confunde. Porque cuando se comunican y se relacionan los miembros de una familia, son sujetos diferentes los que hablan. En la vida intratrinitaria no sucede tal cosa, porque Dios Trino es Uno. Recordemos que Roscelino, como explica san Anselmo, cayó en el triteísmo debido a su nominalismo, y si esta analogía se sale de madre y se exagera, puede confundir nublando la vista de la unidad divina.
"nominalismo
Escuela filosófica y teológica que postula la inexistencia de esencias comunes y bienes universales comunicables."
Ya le digo que esa definición solo la entienden los que ya saben lo que es el nominalismo".
Es que ya ha explicado lo que es el nominalismo muchas veces. Eso es como si usted en química tiene que estar recordando los conceptos básicos continuamente. El nominalismo, desde Guillermo de Ockham es conocido por casi todo el mundo que tiene alguna formación en estos temas y este bloguero no comienza por las bases como el Catecismo Ripalda. El nominalismo niega los universales.
Quiero decir, por abreviar, que cada cosa es cada cosa y no se puede buscar lo común entrambas. Lo contrario al nominalismo es el realismo que acepta universales, como el tomismo. En principio el nominalismo, al negar los universales, niega también la definición y la norma, si todo es particular nos encontramos con una larguísima serie de experiencias, sentimientos, ideas, etc... de las que no podemos extraer un concepto común a todas ellas: "Escuela filosófica y teológica que postula la inexistencia de esencias comunes y bienes universales comunicables."
Es decir que usted podrá ver muchas personas que obran de una manera que, si utilizamos los universales, podemos llamar prudencia como esencia común a todas ellas, pero si no es así son conductas sin conexión alguna que no podemos denominar de ninguna forma.
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A.G.:
Palas Atenea sus comentarios son un remanso de claridad. Se lo agradezco.
Lo de la falta de la respeto o irreverencia, es lo que a mí me parece detectar en muchos escritores personalistas. Algunos, supuestamente católicos, son claramente hegelianos como Coda o Forte. Pero nunca juzgaré a cada persona, ni su verdadera intención, porque eso entra en el terreno de lo subjetivo.
Desde luego nunca pensaré nada malo del teologo Ratzinger, luego Papa, a pesar de sus defectos teológicos a nivel personal, porque me consta que es un hombre altamente piadoso y siempre dispuesto a priorizar la Doctrina de la Iglesia sobre su propio pensamiento. Esto hizo posible que durante su papado, Dios lo protegiera con el don de la infabilidad que tienen todos los papas.
Mi más cordial saludo a Andres y que Dios le bendiga.
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A.G.:
Si es que no se trata de juzgar intenciones. Su comentario, penthos, es de lo más agudo y veraz. La falta de respeto procede del personalismo, que reduce el principio de subordinación de la causa segunda a la causa primera, a un mero principio de interlocución, como si la vida cristiana consistiera en un tú a tú. No ha de extrañarnos, debido a la raigambre semipelagiana del personalismo, que concibe la vida espiritual como una suma: el sumando persona + el sumando Dios = encuentro.
Entiendo lo que dice, pero no se preocupe: Dios da a cada uno unos dones. Alguien tiene que ocuparse de "desfacer entuertos" en lo profundo de la filosofía, por así decirlo. Alonso Gracián es capaz de eso. Imagine que un sacerdote lee estos artículos, le resultan esclarecedores y decide en adelante ceñirse en sus homilías a los términos católicos tradicionales, y desechar términos modernos y extraños. En ese caso, sus artículos darán buen fruto en fieles de ese sacerdote, aunque nunca los lean ni los entiendan.
Siguiendo con su ejemplo del agua, lo importante no es que todo el mundo sepa cómo se potabiliza, sino que los pocos encargados de potabilizarla sepan cómo hacerlo (alguien tiene que saber hacer los botes de lejía), y así a los ignorantes nos llegará agua potable.
Finalmente, decir que yo tengo poca formación en filosofía y los artículos de Alonso Gracián me resultan a veces difíciles de comprender, pero otras veces muy esclarecedores. No creo que sea un mal comunicador, simplemente hace falta una cierta base para entenderlo. Muchos no la tienen, pues bien: Dios dispondrá para ellos otras formas de entender.
Con esto no digo que no tenga usted razón, sólo quería decir que estos artículos cumplen con una misión que es buena.
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A.G.:
Gracias Ramón, le agradezco sus palabras. Me alegra que valore este blog. En él llevo hablando sobre el nominalismo varios años, desde que empecé, y en diferentes tonos y estilos, en multitud de artículos. Tendré que seguir haciéndolo, para que a nadie le parezca que no explico lo que es el nominalismo.
No conozco a Coda ni a Forte. No puedo opinar sobre estas personas.
Pero reconozco que "Introducción al Cristianismo" es uno de mis libros de referencia.
A parte de Ratzinger, tengo un gran aprecio por Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz y Santa Teresita.
Sobre todo, yo destacaría el libro de "las Moradas" y "el Cántico Espiritual".
Estas obras nos muestran la importancia de relacionarnos amorosamente con Dios.
Esa relación es consumada en el Matrimonio Espiritual que conlleva la cohabitación de la Santísima Trinidad dentro del alma.
Que Dios le bendiga también a usted
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A.G.:
La Introducción al cristianismo es un ejemplo claro de los problemas de fondo de la escuela personalista. El existencialismo kierkegaardiano, el espíritu disociativo entre Dios y el ser, cierto sesgo subjetivista, el misteriosismo en plan balthasar; en fin, a pesar de su buena intención, es una obra que a mi juicio ha contribuido a consolidar la mentalidad fenomenológica en el catolicismo. Conozco personas que hacen elogios desmesurados de esta Introducción al cristianismo, pero sé que en realidad no les termina de convencer, pero parece obligado ponerla por las nuebes por el simple hecho de que procede de Ratzinger. Y ya sabemos que hoy día las obras privadas de los que luego serán Pontífices son sobrevaloradas por puro principio de autoridad.
Si lee a Santa Teresa y a San Juan de la Cruz lo comprobará.
Yo no voy a tratar de convencerle.
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A.G.:
Depende de cómo entienda Ud. ese tú a Tú. Se puede entender bien, se puede entender mal. Y el personalismo lo entiende mal.
Lo que no puede Ud. hacer es, para demostrar cómo lo entiende el personalismo, acudir a Santa Teresa y San Juan de la Cruz, porque ninguno de estos dos grandes santos son personalistas.
Me parece una evidencia que no tiene vuelta de hoja.
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A.G.:
No, lo que Ud. pretende constatar es que el supuesto carácter dialógico relacional personalista es algo constitutivo del cristianismo, lo cual niego.
"La persona entera se hace receptividad respetuosa, humilde, suplicante, gozosa, de intimidad filial. En este sentido, hablaremos de un encuentro por el que la persona entera se hace apertura reverente hacia Dios; se sumerge en la adoración, en el culto, en la meditación, en el estar con el Señor" (Padre Luis María Mendizábal, "Dirección Espiritual")
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A.G.:
Depende del sentido que el P Luis María Mendizábal dé a la palabra encuentro. Pero le recuerdo amigo Andrés que aquí no hablamos de teología espiritual sino del concepto relacional/dialogal en el personalismo, que es un concepto que pretende ser alternativo a la metafísica, y es el que se define en el post.
La negación de que exista una verdad externa objetiva; La mera existencia de la Verdad (y el Bien y la Belleza) con mayúsculas el sujeto soberbio lo percibe con algo limitante de sus deseos. Que son deseos de dictar a la realidad lo que debe ser. Siempre lo digo.
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