(370) Sol faciado
4.- Non confundar.— «Dios quiere que todo el mundo se salve y llegue al conocimiento de la verdad» (1 Tim 2, 4), o sea, que no nos quiere confundidos. No se desaliente, nunca, la confianza en la Iglesia. Porque hasta los errores más pequeños podrán ser esclarecidos, pues «cuando viniere aquél, el Espíritu de verdad, os guiará hacia la verdad completa» (Jn 16, 13).
5.- Infima perlustro, ilumino las cosas más humildes, reza el emblema de don Juan Baños de Velasco, en su Séneca Ilustrado, 1670. En la pictura que ilustra la glosa, un sol faciado ilumina un valle, dando detalle a todo. No merma la grandeza de Dios que su doctrina sirva para iluminarlo todo, hasta lo más pequeño e insignificante, que a todo saque lustre y dé sentido, para que se cumpla la Escritura: «El que es fiel en lo poco, también es fiel en lo mucho» (Lc 16, 10). Sol faciado, que es Cristo, Cabeza del Cuerpo que es la Iglesia.
6.- Quid enim dare maius habebat, qué tenía más que darle, traduce Sebastián de Covarrubias para coronar el segundo de sus Emblemas morales, de 1610. En el primero, que titula con su misma luz se encubre, circunscribe el anagrama de Cristo dentro de un sol destellante. El epigrama es elocuente:
«Después que Dios al hombre le hubo dado
el ser a imagen suya y semejanza
y héchole Señor de lo criado
sino cayera de esta buena andanza
vistió su carne, desterró el pecado,
murió por él, pagando la fianza
que hizo al Padre eterno, y en comida
se le da por señal de eterna vida.»
Además de la verdad, Dios tenía más que darnos, que es Aquel que es la verdad misma y la vida, en prenda de esclarecimiento.
Pues teniendo por señal de vida eterna a Cristo Nuestro Señor Sacramentado, ¿quién temerá la confusión final? En la figura del emblema de Covarrubias, un cáliz cubierto por bella patena, coronado por la sagrada Forma, es centro del sol.
La Iglesia, «Casa del Dios vivo, columna y fundamento de la verdad» (1 Tim 3, 15), es Cuerpo del fulgor faciado, que es Cristo. La confianza en ella no puede faltar, porque tiene al Sol por Cabeza.
David Glez.Alonso Gracián
6 comentarios
Lo recojo con cuidado porque me interesa mucho la referencia al orden sobrenatural. Discurrir sobre ese orden es un asunto siempre problemático y muchas veces preferimos no tratar del mismo, ciertamente puede causarnos ser objeto de burla. Pero no hay nada que me reconforte tanto como repetir cada Domingo 'credo', el ánimo se enciende con esa provocación libre y espontánea. Son pocas las ocasiones en las que me tropiezo con gente que hable de ese orden sobrenatural así que disfruto ahora de la cita y reflexiono sobre ese orden sin el que me faltaría el sustento. Un saludo.
¡Qué bonito!
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