(341) Fenomenología, filosofía de la acción y hermenéutica de la ruptura
1.- La imposibilidad de un saber fenomenológico deja anémica la razón católica, y ávido de saber auténtico al que en verdad quiere saber. La teología y la filosofía católicas contemporáneas producen insatisfacción. Muchos quieren engañarse, y convencerse de lo contrario. Pero es en vano. Es un método que no nutre, que no aporta auténticos saberes ni es santificable en sí mismo.
¿Por qué, entonces, introducirlo en la función docente de la Iglesia? ¿No es un riesgo que no vale la pena correr? ¿No es imprudente y temerario poner entre paréntesis los saberes heredados?
Lo diganosticaba con expresividad Eugenio d´Ors:
«Los fenomenólogos repiten un poco el mitológico caso del rey Midas: como todo se vuelve en sus manos y a su contacto oro de existencia, este oro, ayuno del poder que le confieren las esencias, no les permite en modo alguno alimentar su saber. Se morirán de hambre entre los esplendores de su riqueza inútil. Una leve asistencia de crédito fertilizaría su estéril metal, como una reserva de metal garantizaría las agilidades del crédito» (Eugenio D´ORS, El secreto de la filosofía, LXII, 4)
2.- En efecto, el método fenomenológico no puede alimentar el saber de la Iglesia discente. Pero ha recibido una asistencia de crédito, como dice Eugenio d´Ors, para que parezca que sí puede hacerlo. Y esta asistencia ha venido de parte del nominalismo. Que aplicando su concepto de autoridad, ha transformado la potestas del gobernante en potencia absoluta que todo lo cree poder legitimar a golpe de decreto. Y se ha convertido en sola fuente de verdad, como quería Hobbes. Estamos hablando de una «sola auctoritas» como principio docente, que es ajeno a la tradición católica.
—Con ello se ha deformado el sentido de la obediencia, mutándola en obediencia absoluta. Por la que se canoniza el gusto intelectual personal de la autoridad, creyendo que la obediencia incluye privilegiar sus preferencias conceptuales privadas.
3.- En definitiva, la fenomenología ha recibido crédito no de sí misma sino 1º) de parte de la mayoría de los fieles católicos más o menos formados, que excediéndose en su concepto de obediencia, han asumido, desconociéndolo, el método de Husserl; y 2º) de parte de muchos docentes y pastores, en general, que llevados de un concepto nominalista de la auctoritas, han transmitido la idea de una supuesta complementariedad perfecta entre fenomenología y pensamiento católico.
4.- Dada esta imposibilidad de saber, que es un hecho, se produce entonces una especie de huida hacia adelante, con tal de salvar el prestigio de la potestas y la auctoritas desordenadamente entendidas, y compensar de alguna manera la anemia de la razón católica.
Y se razona de esta manera: no es que el método fenomenológico tenga problemas, es que la razón misma tiene problemas, es que tratamos de cosas incognoscibles e inefables de las que mejor no hablar, como diría Wittgenstein, lo importante no es conocer sino experimentar. Pongamos entre paréntesis la metafísica y sólo confiemos, que en eso consiste la fe.
5.- Por eso el misteriosismo es la consecuencia lógica de la aplicación de la fenomenología a la fe católica. Que consiste en declarar que los contenidos del cristianismo son totalmente reacios a la razón, que no sólo es que sean misterios suprarracionales, es que, más aún, son inaccesibles a la razon y, ojo, también a la fe entendida como conocimiento. Y se sigue diciendo: creo porque es absurdo, en plan kierkegaardiano; no creo, sino confío y experimento. La fe no consiste en creer, querer comprender es ser racionalista, como Santo Tomás, que era, dicen, un racionalista y tenía demasiada objetividad, no comprendía el valor de la subjetividad…Creo porque actúo, sólo se sabe qué es la fe cuando se vive… Y tantos tópicos más.
Y aquí entra en juego la filosofía de la acción, venida de las periferias modernistas; nacida, principalmente, con los filosofismos morales de Kant; sistematizada en el método de inmanencia de Blondel; reformulada piadosamente por la Nueva Teología y sus reinterpretaciones de lo sobrenatural. Todo ello, unido al deconstruccionismo metafísico de Heidegger, disociando Dios y Ser, y tenemos toneladas de ese oro de existencia que decía Eugenio D´Ors.
Si la acción precede al ser, entonces, es posible autodefinirse, es necesaria la libertad religiosa (tal y como la entiende el artículo 18 de la Declaración de derechos de la ONU), es incuestionable el derecho humano religioso a la disensión doctrinal, es conveniente la puesta entre paréntesis de todos los saberes recibidos por tradición. Porque primero es la acción personal autodeterminativa, primero es la acción que la recepción pasiva de algo, primero es poder actuar creativamente, originalmente, personalmente, única e irrepetiblemente, como diría Rahner, que en eso supuestamente consiste ser.
22 comentarios
Que necesario para este tiempo.
Dios te pague Maestro.
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A.G.:
Gracias Daniel. Hay que desintoxicar el pensamiento católico, demasiado embelesado por la filosofía moderna.
Laus Deo Virginique Matri.
Dios le Bendiga.
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A.G.:
Ocurrencias, cavilaciones, ensayos, reflexiones personales, opiniones.... ideas, discursos.... en definitiva, una reducción de la teologalidad de la fe, un subjetivismo, una fiducia.
¿Es ésto peor que la llamada hermenéutica de reforma en la ruptura, que al menos reconoce un hecho cierto, que es que dos proposiciones contrarias no pueden ser igualmente ciertas, ni busca acomodos artificiales para justificarla?
El hegelianismo se cuela por todos los poros de esta pretendida hermenéutica de la reforma en continuidad y enturbia más las aguas, en lugar de aclararlas.
Me gustaría que me aclarar ese punto, si es que he comprendido mal esto de la "hermenéutica de reforma en continuidad"
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A.G.:
La hermenéutica de la reforma en la continuidad significa que lo nuevo ha de interpretarse en continuidad con el magisterio anterior, por eso, propiamente hablando, no es nuevo, sino mejor explicado, mejor entendido, mejor reflexionado, etc.
Los pasajes ambiguos no pueden talmente interpretarse así hasta no ser despejada la ambigüedad con una corrección formal, en mi opinión. No deben interpretarse ni en ruptura ni en continuidad sino corregirse.
Los pasajes defectuosos o erróneos deben ser descartados.
La hermenéutica de la ruptura significa enunciar doctrinas falsas, a veces solapadamente, bajo textos ambiguos. Hay que descartarla absolutamente.
Dios siga bendiciéndonos con sus excelentes explicaciones. Ven Señor Jesús!
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A.G.:
Es sencillamente un método de conocimiento equivocado, que conduce al idealismo, y que nada tiene que ver con la fe católica.
Un católico, bien por conversión bien por herencia, solía estar más atento al ser porque éste venía de Dios. Efectivamente Heidegger disoció el Ser de Dios y, por lo tanto, un cristiano heideggeriano, como cualquier existencialista, va construyendo su ser a medida que actúa a lo largo de su vida.
En mi caso tengo que decir que, con la edad, más engañosa me parece esa visión del ser porque yo tengo la sensación de que el mío reposa en Dios desde el momento de mi concepción lo que me hace perfectamente reconocible en la niña que fui, a pesar de todas las acciones-por desgracia no todas buenas-que separan aquella niña de esta anciana. Y debe ser perceptible porque lo que más me toca oír es que no he cambiado mucho, es decir que lo que ellos creen que es fidelidad a mi misma no es más que la fidelidad a Dios del que nunca me separé del todo ni en mis horas más negras. Pude negarlo, pude darle la espalda pero Él siempre estuvo conmigo. Y ahora le alabo por todo: por los pasos que puedo dar, por arrodillarme durante la Consagración, por el sol y por la lluvia...¡Bendito sea Dios, bendito su Santo Nombre!
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A.G.:
Laus Deo Virginique Matri. El Señor nunca abandona a los que mueve, a los que no le resisten, sino antes bien se dejan mover por él, bajo el influjo siempre de su auxilio. A la causa segunda que es movida por la Causa Primera, non movebitur in aeternum. (Sal 14, 5)
Por un tiempo, me fascinaba Sartre... pero descubrí -a tiempo- su presentación filosófica, capaz de derrumbar mi punto Norte: " La pureza de intención - El Deu seul= Dios sólo" y la belleza de la ayuda de la Gracia de Dios.
Bendita explicación de Fray Philipón, O.P. (1955) a quien le aprendí la belleza de Buscar la Gracia de Dios en todo... y de la beata Marie Poussepin... con su lemaq: "Dios sólo", antes de caer en las elucubraciones de Rhaner, cardenal... Y ahora, en los desmanes últimos de la Historia de la Filosofía, que recorrí en los estudios de Derecho.
Preferí conservarme en el Evangelio, en la antigua Catequesis de San Pablo! Desligo, lo que me dicen, de lo que hacen, para orientar la Obediencia en La Iglesia, eclipsada por estas últimas tendencias de la filosofía que amañan La Teología y enturbian la Tradición de la Doctrina y Sagrada Tradición de la Iglesia.
Donde los frutos son claros: dudan de todo el Tesoro de la Fe que guarda LA IGLESIA de XX siglos! y, pretenden una mala Obediencia no al Evangelio, sino a la persona que lleva el Timón de la Iglesia! Oremos: ¡San José, en tu mes, Custodia la Iglesia!
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A.G.:
Escritura y Tradición (y tradiciones fieles), bajo la guía del Magisterio. Razón y fe, en armonía, cada una en su lugar y con su propia función.
Lo mejor es alejarse de la filosofía moderna, porque no congenia con la fe católica.
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He ahí la descripción de lo que ocurre hoy en la Iglesia.
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A.G.:
En efecto Luis Fernando. Ocurre hoy, ante nuestros ojos. Contemplamos una intoxicación generalizada de pensamiento moderno.
Si existe un liberalismo de tercer grado: ¿cuál es el de primero y segundo grado?
En dónde encuentro más al respecto.
Un saludo y gracias.
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A.G.:
En la encíclica Libertas hay una descripción muy exacta y precisa de los tres liberalismos. Además de una doctrina de gran claridad y potencia.
La fenomenología es una forma de describir, pero: ¿alcanza el nombre de método? o de ¿filosofía?
Hay quien habla de fenomenologia realista. No es contradictorio el término?
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A.G.:
La fenomenología no puede ser realista, de hecho conduce al idealismo. Si hay quien intenta una fenomenología realista, desde luego no será realista en sentido clásico y tradicional.
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A.G.:
A los cambios acerca de la pena de muerte.
Manu le ruego no cambie de nick, y conserve siempre el mismo, si no es que es difícil comunicarse.
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A.G.:
Hay que distinguir, porque es sano hacerlo. El personalismo y la fenomenología son, propiamente hablando, de Karol Wojtyla. Como he explicado a menudo, los gustos intelectuales personales de los Pontífices no interesan al ministerio petrino. Solamente un concepto de nominalista de obediencia, como es el que ha estado vigente y aún lo está, es capaz de privilegiarlos.
De San Juan Pablo II nos interesa, mucho, Veritatis splendor, hoy silenciada, precisamente por ser un compendio excelente de errores en teología moral. Las obras filosóficas de Karol Wojtyla, a mí, personalmente, no me son de interés, porque congenian con la filosofía moderna.
Hay que depurar la función docente de la Iglesia de las interferencias que ha recibido del personalismo y la fenomenología. Sobre todo la catequesis y la pastoral.
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A.G.:
El problema de esa postura, Horacio Castro, es que da pie a una doble vida, a una doble mente, a una doble ciudadanía, que tanto gusta hoy al liberalismo católico de tercer grado. Que consiste en decir sí a la filosofía moderna, en cuanto hombre moderno, y sí al pensamiento cristiano, en cuanto cristiano. Pero no se puede tener todo. No se puede tener mente cristiana y mente moderna a la vez.
La filosofía moderna no encaja con la razón católica. Intentar hibridarlas está destinado al fracaso.
Cuando esas ideologías recibieron el rechazo de los católicos -incluso con encíclicas que expresamente las denunciaban - , buscaron mimetizarse como "métodos de conocimiento" y patrañas similares, a fin de colarse en el pensamiento católico.
Cosa que consiguieron en grado eminente y catastrófico.
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A.G.:
Gracias Ricardo. Coincido con tu apreciación, "las ideologías mundanas, crecidas sobre filosofías sofísticas, son vehículos de la apostasía."
La filosofía moderna y sus sofisticada máquina de vacío hace tiempo ya, unos setenta ochenta años, que opera en la mente católica. Hora es expulsarla.
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A.G.:
La filosofía no ha muerto para los católicos, pero está agonizante. Gracias a Dios, hay un pensamiento tradicional por descubrir, que no está contaminado por la filosofía moderna: Leopoldo Eulogio Palacios, Álvaro d´Ors, Caturelli, los Gambra, Canals y tantos otros. Aquí encontramos claridad, frescura y solidez.
Se puede distinguir una infalibilidad activa y una pasiva. El primero pertenece a los pastores de la Iglesia en el ejercicio de su oficio de enseñanza (infallibilitas en docendo), el segundo a los fieles en su totalidad en su asentimiento al mensaje de fe (infallibilitas en credendo) activo y pasivo se relacionan como causa y efecto .
Durante la crisis ariana, esta infalibilidad "pasiva" de los fieles fue crucial para la supervivencia de la Iglesia.
Curiosamente Husserl estuvo cerca de convertirse al catolicismo y su pupila más importante fue la futura Santa Edith Stein, judía convertida al católicismo tras leer una noche la vida de Santa Teresa y que murió asesinada por los nazis.
Voy a intentar exponer mis dudas, posiblemente mal, pero agradecería tuviese la amabilidad de tratar de entenderme, aunque mis explicaciones sean deficientes. Gracias anticipadas.
Mi relación personal con la filosofía esta marcada por cuatro hechos o situaciones:
. Sobre lis seis años y medio, me plantee lo que para mí es un pensamiento metafísico. Pensaba en la Tierra, el inmenso Universo y yo misma colgada hacia abajo en el globo terráqueo. Alguien tenía que regir este orden y hacerlo creado.
. Enel Bachillerato tuve un año tan solo de Filosofía. El profesor explicó de forma exhaustiva a Sto Tomás y Aristoteles.
De esas clases hay una frase que se me grabó y a condicionado miamalisis de la realidad. :"todo ser contingente es causado". Mi profesión, empírica, busca las causas. Yo tb en el día a día y el consejo evangélico "por sus frutos lis conoceréis" no falla.
. Después leyendo un pasaje del AT en que Dios se defene a sí Mismo ante Moisés como "Soy el que Soy". Toda la filosofía del ser de Aristoteles tomó cuerpo. Dios es acto puro, no hay potencia.
. Ahora estoy dándole vueltas a "la potencia del ser", y su relación con la llamada a la santidad. Estamos creados para ser la perfectos como Nuestro Padre Celestial... y aquí Dios interviene con la gracia santificante y las gracias actuales. Todo ello guarda relación con sus últimos artículos y otro del Sr. Llera
Con todo esto quiero exponer que me he nutrido de una filosofía realista, consciente o no. Así he sido formada
He leído por mi cuenta a otros autores, pero siempre llego a la misma conclusión, el inmanentismo es una ratonera sin salida.
Ahora bien, esto de la Fenomenología tiene uns trampa, así lo veo yo. Dice que parte de la realidad (como la metafisica), Aquí son las "experiencias vividas". Todos hemos pasado por ellas, pero para el creyente están iluminadas por la fe y la revelación. Eso les da sentido y las posiciona en la verdad, en relación a Dios.
Mis dudas son como algo tan subjetivo, com dice Ortega y Gasset "yo y mis circunstancias" ( personalista el), nos puede llevar a la verdad objetiva o a la Verdad de Dios.
El comportamiento humano y la "sensibilidad de la vivencia" lo marcan factores físicos, psicológicos, culturales, esirituales, morales. Muchos de estos factores pueden ser analizados empíricamente, la filosofía no es necesaria y donde si podría entrar tratamos de analizarla con un método de conocimiento al que Le falta objetividad. Se me antoja un camino cargado de dudas, y errores. Lo que Vd bien dice abocado al idealismo.
QUIERO terminar con una reflexión terapéutica del tema, en relación a la logoterapia o la etología. En mi muy humilde entender, aquí la posición del terapeuta es determinante. El enfoque que este pueda tener sobre el ser humano.Hay que pensar que un católico formado, con una fe viva, parte del camino de sus posibles traumas o patologías lo tiene andado por el propio Evangelio, o por a asistencia de Nuestro Señor "Venid a mi todos.... que yo os aliviare".Arma de doble filo puede ser la terapia dependiendo del brazo ejecutor. Confieso que ambos fundadores de estas dos corrientes a mi me encantaron. Uno busca a Dios y El otro hace del amor un medio terapéutico. Nada objetable a eso, pero no se yo si todos los que transitan estos caminos tienen iguales valores o creencias. Al fin y al cabo nos movemos en el campo personal.
Lo poco que he leído es que se basa en la objetividad de la conciencia, en la intuicion como método y que Husserl dio un "giro idealista"., en un determinado momento.
Mi pregunta es que tiene esto que ver con el pensamiento católico. No hablo de Revelación, con la que entraría en confrontacion, al fin y al cabo hay verdades reveladas que la razón no alcanza, la intuicion ni la imagina. Hablo de la filosofía escolástica. Aunque busque verdades inmutables y evidentes, está claro que tanto el objeto del análisis, como el método crean distorsiones.
Efectivamente recuerda filosofías orientales, que hablan del despertar de la conciencia, no interviniendo la razón en este proceso.
Gracias. Mis conocimientos filosóficos son muy rudimentarios. Agradezco la corrección
Alumnos de las universidades jesuitas que estudian después maestria en bioética expresan que a ellos solamente se les enseñó filosofías equivocadas (estudiaron licenciaturas en filosofía y psicología) y cuando conocen a Santo Tomás casi se les produce un schock.
La misma opinión tienen alumnos egresados de la carrera de derecho de las universidades del Opus, pues ya no les dan derecho natural.
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