(339) Las tres ambiciones de la fenomenología, y su impacto en el catolicismo
1.- Las tres ambiciones de la Fenomenología.— Ni las cosas suceden en vano, ni una crisis sucede porque sí. Porque la Babel contemporánea no se construyó en un día.
Decía Don Eugenio D´Ors, en El secreto de la Filosofía, que «la ambición de Husserl era triple».
La sintetizo:
1ª, encontrar fenómenos puros de conciencia, a salvo de los malvados conceptos.
2ª, liberar esos fenómenos de conciencia de las interferencias del entendimiento, y experimentar su inobjetividad.
y 3ª, comprender esos fenómenos de conciencia a partir del encuentro, la liberación, la experimentación previamente realizada.
Para ello, en conclusión, era preciso poner entre paréntesis los saberes heredados, y situarse ante el hecho de la conciencia sin conocimientos previos, esto es, sin tradición.
2.- Estos tres anhelos fenomenológicos no cayeron en saco roto. La escuela personalista no dudó en satisfacerlos y expandirlos, sembrándolos en la tierra tradicional del catolicismo.
El choque de conceptos, al principio, no pasó desapercibido. Pero en poco tiempo embelesaron inteligencias y ganaron adeptos. La tradición, en general, la pequeña y la grande, fue puesta entre paréntesis, como demandaba el nuevo método (aunque no explícitamente negada, sino en suspensión teleológica, como diría Kierkegaard: fue puesta al servicio de la nueva praxis tripartita, y así nació la pastoral posmoderna).
3.- Que tuvo, y tiene, también su trípode: de la ambición primera surgió la concepción fenomenológica de la fe, que ya no consiste en creer, sino en encontrar, experimentar, confiar, sentir, etc. El deseo de fenómenos puros de experiencias espirituales sin conceptos suscitó una insana atracción por las técnicas deconstructivas orientales, y el zen y el yoga se volvieron virales.
5.- La tercera ambición supuso la entrada del constructivismo en la pedagogía de la Iglesia, y sus nuevos conceptos.
Un nuevo concepto de tradición, que ya admitía cierta creatividad bajo apariencia de fidelidad.
Un nuevo concepto de escuela, ya no católica, sino vagamente inspirada en vagos valores de un vago humanismo vagamente cristiano.
Un nuevo concepto de obediencia, que ya aceptaba cambios doctrinales a golpe de inmanencia.
Un nuevo concepto de ley moral, que ya dejaba de ser participación de la ley eterna, para volverse una mera norma administrativa.
La autoridad dejó de vincularse a la entrega, a la traditio fiel, para configurarse a la ideación, al ensayismo, a la revolución, a la potencia absoluta, a la potestas personal del que manda.
EN CONSECUENCIA, de la triple ambición fenomenológica, que el personalismo introdujo en la pastoral de la Iglesia, nos quedan tres frentes de crisis que confrontar: el subjetivismo experiencialista, que ha deformado el sentido de la fe; los prejuicios contra la doctrina, la razón práctica, la metafísica y el derecho; y una concepción nominalista de la autoridad, que entiende que es la potestad del que manda un poder omnipotente que está por encima de la verdad.
Nos queda mucho que hacer. Pero sabemos qué somos y cuál es nuestra tarea: Iluminar las tinieblas hodiernas con la luz de la doctrina católica tradicional.
David Glez. Alonso Gracián
80 comentarios
__________
A.G.:
Gracias Alejandro. Laus Deo Virginique Matri.
La búsqueda de la verdad, sin referencias externas, a partir de la experiencia vivida.
El sentimiento sobre la razón. Subjetivismo, que te puede llevar a un punto oal contrario.
No se si es correcta la deducción.
Su exposicióne me estaba recordando el libro de V. Frankl(no se si es correcto como lo he escrito)
"La presencia ignorada de Dios". Una búsqueda interna a través de la experiencia personal, que el autor Le lleva a esta pregunta final. Pregunta que no es tal, es más un sentimiento intuitivo. Claro está que sin referencias exteriores es fácil acabar en otra pregunta o que el conocimiento de ese dios sea rudimentario o deformado.
Todo el andamiaje de creencias personales se apoyan "en el sentir", que no deja de ser volátil y cambiante.
A mi siempre me enseñaron que el conocimiento penetra por los sentidos, la percepción. Como puede haber en la mente humana 'fenómenos puros de conciencia", sin que la razón no intervenga en su génesis?.
Sr. Gracian cómo es posible que pensamiento tan complicado de entender, o de intuir superficialmente, se ha convertido en un pensamiento práctico tan extendido?
________ _________ _________
A.G.:
Pienso que la fenomenología ha adquirido tal prestigio debido a un concepto errado de autoridad y obediencia, en la línea de lo comentado más abajo por Luis Fernando. Además, hay que añadir que dado lo sofisticado del asunto, es difícil descubrir sus virus conceptuales y sus toxinas teológicas. El pueblo está indefenso, cuando los pastores defienden manierismos filosóficos y los incluyen en la función docente de la iglesia.
Por falta de formación o de facultades, no me considero capaz de leer la summa teológica u otras obras de la escuela tomista.
Saludos.
_________
A.G.:
Le aconsejo vivamente la obra del P. Royo Marín. Aprenderá muchísimo y en poco tiempo.
De S. Juan Pablo II hay que estudiar a fondo Veritatis Splendor, que es un documento muy importante, hoy día silenciado.
________
A.G.:
Gracias por la imagen, la del bisturí, y la de los guantes. Dios nos conceda precisión y potencia.
¡Alabado sea Dios en sus Ángeles y sus Santos! ¡Bendita sea Nuestra Señora la Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra!
________ _________
A.G.:
Palas Atenea, en efecto, las consecuencias de la fenomenología en su aplicación a la función docente de la iglesia han sido muy negativas. Poco a poco vamos comprendiendo mejor por qué hemos llegado adonde hemos llegado.
Husserl nunca imaginó que su método, que es incapaz de alcanzar verdades objetivas, porque pone en suspenso la objetividad misma, encontraría tanto eco en el catolicismo, de la mano de los personalistas. Y aunque Santa Teresa Benedicta de la Cruz superó la fenomenología al descubrir la espiritualidad carmelitana, muchos católicos no la han superado, a la par que deforman la espiritualidad carmelitana con orientalismos.
_______ _________
A.G.:
No se preocupe que seguiré tratando y ahondando el tema. Lo decisivo de Santa teresa benedicta de la cruz es su encuentro con la espiritualidad hispánica, Santa Teresa, San Juan de la Cruz. Con ella no sólo se convirtió, también descubrió el pensamiento clásico.
Respecto a Husserl, decir solamente que nunca habría soñado tener tantos seguidores, y entre los católicos. La fenomenología es un callejón sin salida.
Por ejemplo, a Royo Marín.
________ ________
A.G.:
Royo Marín es excepcional, como bien dice Luis Fernando; y enseña a santo Tomás conforme a Santo Tomás.
__________
A.G.:
Así es, Luis Fernando, en mártires y santos es santo lo que es santo, no sus gustos filosóficos, sus apegos intelectuales o sus equivocaciones.
__________ __________
A.G.:
Juan Andrés lo ha explicado de forma magnífica. Describe exactamente la gran impostura causante, no me cabe duda, del gran deterioro doctrinal existente hoy día.
----------------
La obra del P. Royo Marín es muy vasta; ¿hay algún título que recomendaría leer primero por sobre los otros? Muchas gracias desde ya.
_________ _________
A.G.:
La Teología de la perfección cristiana es una obra magistral, de la que se aprende a pasos agigantados. Y por supuesto la Teología moral para seglares. También muy recomendable Teología de la caridad.
________
A.G.:
Sí, esa es una de sus grandes obras. Una maravilla.
El análisis que haces, Alonso, es verdaderamente magistral, una vez más.
En mi opinión, el mayor golpe contra la tradición que se infligió al pueblo cristiano fue el cambio que sufrió la Misa (pienso en las aterradoras palabras de los cardenales Ottaviani y Bacci en su examen crítico del Novus Ordo), la retirada del catecismo (hoy es ya alergia a la doctrina), y el nuevo tipo de sacerdote que surgió de estos cambios o aggiornamento, o como se diga.
__________
A.G..
Pienso que el problemas es orden conceptual, como estoy demostrando en mis articulos. La introducción de la filosofía moderna en la mente católica ha sido el detonante de la crisis. Y esta introducción, que San Pío X condena en la Pascendi, luego Pío XII en la Humani generis, fue prolongándose en el tiempo hasta eclosionar en forma de crisis generalizada. Pienso que no hemos de confundir las causas con los efectos.
Qué libros me recomendaría. Quiero darles filosofía católica.
_________
A.G.:
Pues le ayudará mucho la Historia sencilla de la filosofía de Rafael Gambra. El mito de la Nueva Cristiandad, de Leopoldo Eulogio Palacios. Los esquemas de historia de la filosofía de Ángel González Álvarez. Y sobre todo, la Teología de la perfección cristiana, de Royo Marín. También son recomendables las obras de nuestro bloguero Eudaldo Forment sobre Santo Tomás. Y muchas más obras, que encontrará citadas frecuentemente en mis artículos.
________ _________
A.G.:
Como muy bien dice, no es Royo Marín precisamente lo que se imparte. No es el pensamiento clásico, aristotélico tomista. Sino, en general, personalismo, Nueva Teología, fenomenología, heterodoxos, pensamiento confuso.
¿Por qué penetró la fenomenología con tanta facilidad? No me cabe duda que es por el liberalismo de tercer grado. Para separar el orden de la gracia y de la ley moral, del orden sociopolítico, y relegarlo a la vida doméstica y privada, era ideal la fenomenología, era ideal el personalismo.
No sólo el liberalismo. También el modernismo, que venía, desde la Pascendi, intoxicando la Iglesia. Gran parte del clero asimiló el Método de Inmanencia de Blondel, y esto abrió las puertas a la Nueva Teología. De Lubac, Rahner, von Balthasar, Mounier, Maritain, etc., fueron preparando el terreno, autorizados por el enorme prestigio que tenían. La Iglesia dejó de asentar su mente en los principios claros y rotundos del pensamiento clásico y tradicional, y comenzó a construir nuevos conceptos, o mejor dicho a explicar los viejos conceptos, con nuevas semánticas. La casa fue desplazada de la roca a la arena.
Participo activamente /.../
Es cierto lo que dice usted afirma: La razón es sustituida por los sentimientos, lo que yo experimento, en las misas, en la evangelización 3/4 de lo mismo; yo he hablado, en las plazas, de mi conversión no obtenida por una Fe Objetiva, una Verdad eterna superior a mis propias creencias personales y lavar mis pecados, no ha sido por esa razón, fue por un mero tráfico de favores la razón de mi conversión, creo porque te he visto.
Lo que ha escrito es más que una denuncia es un ¡yo afirmo!
________
A.G.:
Óscar, le agradezco mucho su testimonio personal. He preferido ocultar la primera parte, para no hacer alusiones concretas, y dejar lo general, para que sea lo esencial lo que quede aquí reflejado. Gracias de nuevo.
___________ ___________
A.G.:
No pasa nada,es fácil cometer erratas y que pasen desapercibidas. Ya se lo corregí yo.
Conviene recordar que contribuyó a combatir
el positivismo grosero y materialista de su época.
En cualquier caso me parece que el autor es excesivamente duro con la fenomenología.
Es como si yo acusara a Santo Tomás de haber introducido el racionalismo de Aristotélico en la Filosofía y por haber separado la fe y la razón de forma traumática
_________
A.G.:
La fenomenología ha hecho un daño enorme al pensamiento católico, como vengo demostrando desde hace muchos artículos, y seguiré demostrando. Respecto a lo que dice el positivismo y materialismo, lo que ha ocurrido es justo lo contrario: que la fenomenología ha contribuido a la crisis del derecho, a la aceptación acrítica del derecho moderno, a la subjetivización de la fe, al positivismo jurídico, a la aceptación acrítica del principio de autodeterminación y el experiencialismo, etc.
Respecto a lo que dice de Santo Tomás y la fenomenología. Hay una diferencia muy grande entre la filosofía grecolatina, en este caso la filosofía de Aristóteles, y la fenomenología.
La Veterum Sapientia, la antigua sabiduría de griegos y romanos, fue providencialmente puesta por Dios al servicio del cristianismo, porque, debidamente corregida y redimida, era, y es, y seguirá siendo, un auxiliar perfecto para la teología y el magisterio. Al asumirla como suya, la Iglesia se hacía portadora de las verdades naturales de la romanitas, y de sus principios motores; y es gracias a ellos que el edificio de la Cristiandad pudo ser levantado. La Veterum sapientia aportó la dimensión teorética al catolicismo, sobre el cual se hizo posible la metafísica, el derecho natural y cristiano, la exposición razonable de la fe, la armonía perfecta entre la razón y la teología, etc.
La fenomenología sin embargo es un cuerpo extraño que produce disonancias, y que no es compatible con el espíritu del cristianismo; es solamente una teoría, un método teórico, no teorético, por más que lo pretenda. Un constructo, una ideación, una fantasmagoría, que vale para estudiarla en la Historia de la Filosofía, pero no para sustituir a la sabiduría que Dios mismo puso al servicio de la Iglesia.
Introducirla, forzadamente, en el pensamiento católico, ha generado una crisis de identidad comparable a la de un organismo que recibe toxinas y no puede, o mejor dicho, no quiere, expulsarlas.
Destacar que Juan Pablo ll estudió en profundidad a Max Scheller y reconoció en muchas ocasiones su deuda con la filosofía personalista e, incluso, nombró cardenal a von Balthasar.
También decir que Joseph Ratzinger comenta en el libro de su vida el enorme asombro que le produjo el pensamiento personalista de Martin Buber.
En definitiva, mi opinión es que la fenomenologia y el personalismo filosófico nos pueden proporcionar una herramienta muy poderosa de pensamiento. Eso sí, siempre sin perder de vista el depósito de la fe y sin querer ajustar cuentas con la tradición
________ _________
A.G.:
manu, los argumentos de autoridad son débiles. Ni la fenomenología ni el personalismo ni la Nueva Teología en general son verdaderas y buenas por el simple hecho de ser apreciadas por autores privados (que se aproximaron a ellas, no lo olvidemos, antes de ser Pontífices).
Que Karol Wojtyla se dedicara a la filosofía personalista, y estudiara a Scheler (y a otros, sobre todo a Kant), y que se decidiera por el método fenomenológico, no hace bueno el método fenomenológico, que no mejora porque Karol Wojtyla lo apreciara. Lo mismo respecto a Ratzinger, cuyo aprecio por la Nueva teología no hace buena la Nueva teología, porque la simple autoridad del que manda no hace bueno lo que no lo es, como cree el nominalismo. Las cosas son lo que son, al margen de que gusten personalmente más o menos a filósofos y teólogos que luego son Pontífices.
Incluso aun siendo Pontífices, sus gustos filosóficos personales y privados no son relevantes. La autoridad del Pontífice está subordinada a la tradición, a la cual sirve; no podemos creer que las filosofías y teologías personales de los Papas pasan a ser doctrina de la Iglesia o pasan a ser legitimadas y canonizadas por el simple de hecho de ser apreciadas por ellos, al margen de sus valores intrínsecos.
Objetivamente hablando, y considerando las filosofías y teologías en sí mismas, al margen de que fueran apreciadas por un Papa u otro antes de ser Papas, o incluso durante su Pontificado, hay que decir que la fenomenología no es buena para el pensamiento católico y no le hace bien, antes le hace mal y la tensiona, porque en esencia pone entre paréntesis la tradición, es inobjetivista, y padece muchos defectos más; tampoco el personalismo en general, ni el personalismo teológico, es decir, la Nueva Teología de von Balthasar, de Lubac, Rahner, etc., convienen al pensamiento católico, como llevo explicando en este blog desde hace tiempo, con argumentos creo que sólidos.
Maritain, o Rahner, o Scheler, etc., etc., no pasan a ser autores de confianza para la mente católica por el simple hecho de ser apreciados por Papas. Lo serán si su obra es fiable. Y en este caso no lo es.
No se puede considerar la obra personal de Karol Wojtyla, como filósofo privado, antes de ser Pontífice, como si fuera obra de San Juan Pablo II como Pontífice.
El católico, ante la pregunta ¿de dónde vengo? se le dice que de un homínido bruto del evolucionismo darwinista, y no de Adán y sus dones.
Y cuando se pregunta ¿a dónde voy? se le responde según la teoría de la extinción progresiva o catastrófica de las especies, en lugar de recibir la enseñanza de la escatología apocalíptica individual y socio-eclesial, del fin de los tiempos y del fin del mundo, del Anticristo y el Milenio o Reino de Jesús y sus santos consumado en la tierra, de los juicios a las naciones, particular y universal, de la transformación y regeneración del hombre, de la Jerusalén celestial.
Vivimos un sentido inmanentista y naturalista de la vida dentro de la Iglesia, y lo viven miles y miles de obispos, religiosos, teólogos, laicos y sacerdotes.
_________
A.G.:
El inmanentismo, como método, viene del modernismo de Blondel, de Lubac, etc.. Yo diría que conduce a un sobrenaturalismo que suprime la naturaleza. Y que convive, curiosamente, con el naturalismo pelagiano propio del personalismo, que enfoca las realidades humanas al margen de la caída, y las toma como modelo, centrando la espiritualidad en ellas.
_________
A.G.:
No se trata de si el personalismo, la fenomenología y la Nueva Teología tienen o no aspectos positivos. ¿Hay algo que no lo tenga, en mayor o menor grado? Se trata de que estas filosofías no pueden introducirse en el pensamiento católico, menos aún en la función docente de la Iglesia, para sustituir al pensamiento tradicional. Es lo que se ha hecho, y ha conducido a la crisis actual. Asumir estas filosofías como aptas para el numen católico, para fundamentar la doctrina de forma nueva, para sustentar la pastoral, para reinterpretar los sacramentos o los principios de la teología, sólo puede conducir al desastre. Porque en su origen beben del pensamiento moderno, y el pensamiento moderno es la antítesis del pensamiento cristiano.
La persona es una unidad, sobre todo cuando nos referimos a algo tan serio como es dar cuenta de nuestra fe.
La idea de verdad debe integrar la subjetividad, entendida ésta como la capacidad personal de vincularse al bien, la bondad y la belleza
Es precisamente este tipo de subjetividad la que aparece en el libro de las confesiones de San Agustín (por clero, libro muy querido por Santa Teresa)
Finalmente me gustaría añadir que hay realidades metaobjetivas, es decir que son tan densas ontológicamente que sólo se les da alcance por participación comprometida amorosa. Un ejemplo de esto lo tenemos en la experiencia de noche oscura de San Juan de la Cruz.
Los místicos cristianos son expertos en subjetividad
_________ _________
A.G.:
Dice ud. algo absurdo: "distinguir entre filosofía privada y magisterio público me parece un argumento liberal."
No sólo no es liberal ¿? sino que es católico, y antes, de sentido común. Un libro de filosofía escrito por Karol Wojtyla como autor privado, NO es magisterio público de la Iglesia. Amor y responsabilidad, por ejemplo, no es magisterio de la Iglesia, como tampoco lo es Persona y acción, como tampoco lo es Jesus de Nazaret de Benedicto XVI, etc., etc.
Confundir una obra personal, privada, con el magisterio, es un error y es insano.
Respecto a su defensa de la subjetividad como fuente de la moral, de la mística, etc., debo decirle que está muy confundido al respecto. Está Ud. asumiendo, precisamente, los postulados personalistas que tanto daño hacen a la mente católica, y que tanto nublan el sentido de la fe. Pero no le culpo, porque es lo que se está enseñando como bueno, como católico, desde hace décadas. Le animo a liberarse de esas perspectivas subjetivistas que le apartarán de la verdad católica, que le enredarán y le llevarán a callejones sin salida.
__________
A.G.:
Gracias por la reseña- Estaré pendiente.
Le animo para que un día explique lo que usted entiende por verdad
Un saludo
__________ _______
A.G.:
Je, tengo un concepto muy objetivo, muy ontológico, muy realista de la verdad, conforme a la tradición católica y la Veterum Sapientia de griegos y romanos, cuyas verdades naturales preambulan la fe. Un saludo Manu.
Edmund Husserl a partir de sus investigaciones sobre los fundamentos de las matemáticas, decidió encarar un análisis riguroso de las esencias objetivas para demostrar la posibilidad del conocimiento. Según él la subjetividad en la que se representa el mundo trascendente no prueba su existencia verdadera. Pese a nuestra tendencia a no dudar sobre lo que percibimos como exterior a nuestro yo, una y otra vez comprobamos errores en lo que percibimos. Husserl separa la dimensión psicológico-subjetiva para analizar lo que se presenta a nuestra conciencia como dimensión lógico-objetiva. Funda una fenomenología, donde aísla de la investigación todo lo no subjetivo y por lo tanto ajeno a las vivencias de la conciencia. A esta reducción fenomenológica la llama “epojé” poniendo ‘entre paréntesis’ todo lo que trascienda la subjetividad como mundo. Lo que procura es recuperar la determinación de las esencias con la reducción eidética (a la esencia) posible para conocer con el fenómeno la cosa en sí. La posibilidad que negó Kant al definir el noúmeno y rechazar el conocimiento metafísico. “Fenómeno, para Husserl- no es lo opuesto a noúmeno o cosa en sí, al modo kantiano- sino la cosa en cuanto dada al espíritu. La fenomenología consiste, como su propio nombre indica, en la lectura, la descripción, la ciencia del fenómeno, es decir, en la comprensión del ser en cuanto manifiesto a la conciencia”. Descartes con su “Cogito, ergo sum”) superó la duda en la subjetividad, “y observando que esta verdad: ‘yo pienso, luego existo’, era tan firme y estaba tan asegurada, que no podían quebrantarla las más extravagantes suposiciones de los escépticos, juzgué que podía admitirla sin escrúpulo como el primer principio de la filosofía que buscaba (Discurso del Método)”. Con la “epojé”- en la fenomenología de Husserl- el mundo trascendente “pasa” a ser ideas.
El problema de la fenomenología, como el de los personalistas en general, no es que no tengan buenas intenciones. De buenas intenciones está llena la Historia. El problema es que el fin no justifica los medios, por una lado. La fenomenología es incompatible con la tradición, porque, por método, pone en suspenso los saberes heredados.
Por otro lado, la fenomenología no puede nunca liberarse del lastre de sus propia incoherencia. Y ésta reside en pretender, por decirlo metafóricamente, construir una casa sin usar ladrillos, sin cimentar, sólo usando un plano mental.
Es un método que, aplicado al pensamiento católico, lo ha vuelto infértil, pretencioso, presumido, manierista, ocioso, misteriosista. No tiene más que ver, por ejemplo, las obras de teología católica escritas con base fenomenológica. Descripciones y más descripciones, siempre como si el autor estuviera solo por completo ante la cuestión, y no hubiera sido precedido por gigantes que pensaron más y mejor sobre el tema que él; como si no tuviera tradición en que enmarcarse, como si no contara con verdades naturales y sobrenaturales que le auxilien. Todo eso, que en definitiva no es más que tradición, que saberes heredados, es puesto entre paréntesis, dejando la mente sola, como si pudiera, sola, liberarse de sus propias telarañas.
No está justificado alcanzar un fin bueno (refutar teorías filosóficas equivocadas) con medios malos (ignorando los logros de la razón natural, de la metafísica aristotélico-tomista, de la Revelación misma). No está justificado introducir las cosas en la mente de un sujeto, y abstrayéndolas de su naturaleza, y al margen de todas las luces recibidas anteriormente por el género humano con el auxilio de Dios, descomponerla en meras descripciones.
Es, simplemente, de una soberbia descomunal. Por eso, los largos y eternos discursos descriptivos de la fenomenología son como los pisos de la torre de Babel. Dejar la traditio al margen siempre trae problemas. No tiene más que ver la actitud desdeñosa de los fenomenólogos hacia los saberes tradicionales y heredados. Les falta el sentido de la veneración, la gratitud hacia el pasado; se creen, en su vana presunción, que pueden llegar a obtener luces por sí solos. Pero Dios castiga a los soberbios. Y una forma de castigo es permitir una crisis descomunal, medicinal, como la que estamos viviendo.
La fe católica, entonces, se vuelve monopolio de los especialistas, cada cual con su propia tendencia. El culto a los especialistas ha contaminado el sentido de la fe de los católicos. Según este..., según tal..., según Mengano..., según Zutano....
Entonces cada pastor va a su bola, cada parroquia va a su bola, cada sacerdote va a su bola, cada docente va a su bola, y cada fiel se busca la vida como puede. Los pastores enseñan oscuro, y las ovejas, aunque quieran luz, están en sombra, porque su pastor les pierde. Si lo que el fiel cree ortodoxo, en el fondo es oscuro, hace un daño enorme, porque la ortodoxia de los fieles será una ortodoxia débil, contaminada, potencialmente heterodoxa. Y Babel se sigue levantando. Dios la haga caer.
Por otro lado, me gustaría añadir que achacar tantas catástrofes al personalismo y a la fenomenología me parece poco objetivo.
Hay que ser menos subjetivo para criticar la pretendida subjetividad de estas corrientes.
De lo contrario las convertimos injustamente en un chivo expiatorio
_________ _______
A.G.:
Los efectos de la introducción de la filosofía moderna, vía fenomenología, vía personalismo, han sido muy negativos. Reconocerlo nada tiene de subjetivo. Es lo que ha pasado.
Cuando un cuerpo enferma se buscan las causas, y se combaten las causas para que el cuerpo sane. Y esta búsqueda de salud es siempre, al mismo tiempo, una búsqueda de objetividad, una recuperación de la realidad perdida.
Mientras no tengamos claro qué ha producido la crisis actual, no habrá posibilidad de mejora. Que ha habido otros factores en la crisis, no se pone en duda, antes bien se han comentado en otros artículos. Pero el personalismo y la fenomenología son responsables, exactamente, de los males que expongo en este post, y en otros. Y téngase en cuenta que siempre refiero el asunto no a la fenomenología y al personalismo en sí mismos, aislados en la Historia de las ideas, sino a su introducción en la función docente de la Iglesia EN SUSTITUCIÓN del pensamiento tradicional. Este es el problema. Esta es la causa de muchos males. No de todos, evidentemente, pero sí de muchos.
Hay que tener esto en cuenta, que repito constantemente, para entender el asunto. Una cerilla es, potencialmente, más peligrosa en una almacén de dinamita que en una piscina. Introducir la cerilla fenomenológica en la Iglesia, con la dinamita modernista aún sin derrotar, ha sido temerario.
Lo que es verdad es verdad y mañana será verdad también.
Salvo que nos movamos en un plano evolucionista, tipo Chardin, en que la verdad evoluciona y madura y lo que antes era erróneo ahora se puede interpretar continuistamente con falso, o como diferente, en virtud de las autodeterminaciones personales de cada cual.
Curiosamente, se utilizan argumentos evolucionistas, desde el personalismo teológico, para quitar verdad al derecho natural, por ejemplo. Es el viejo tema de la potencia absoluta, que Hegel sistematizó, y que llamamos libertad negativa, o principio de autodeterminación. La verdad, según esta perspectiva, está por definir, dependiendo del proyecto personal de cada cual. Nosotros, sin embargo, no profesamos el evolucionismo conceptual que arraiga en la libertad de pensamiento moderna.
Los católicos no debemos creer que la verdad es un constructo de la subjetividad, en su proceso de autodeterminación.
__________
A.G.:
Gracias Luis Fernando. Comprendo que, tras decenios de ser educados en estas filosofías, a los católicos les rechine descubrir su incoherencia interna, y los peligros de su introducción en el pensamiento católico. Pero es lo que hay, toca enfrentar los problemas, sin tirarse al monte, como siempre dices, pero a la luz del día, y si hace falta a la intemperie.
__________ __________
A.G.:
Me alegra que le agrade la lectura de estos artículos.
Respecto a la supuesta complementariedad del supuesto realismo fenomenológico y el realismo clásico, es decir, el aristotélico-tomista, he decidir que no es posible tal complementariedad, y que la fenomenología es incompatible con el pensamiento tradicional.
Una de las razones de ello, la aporta Eugenio d´Ors en El secreto de la filosofía:
"la imposibilidad de un saber fenomenológico sube de punto cuando se manifiesta la tercera ambición de la fenomenología, la de constituir con estos elementos sin recurso a la objetividad una verdadera doctrina, un orden específico, o tal vez único del saber. El saber se forma con contenidos, pero también se forma con relaciones (...) El saber se compone de juicios, y resulta imposible formular juicio alguno sin el intermedio de una alegación de la realidad"
El pensamiento católico, al asumir la fenomenología, NO se vuelve realista, sino experiencialista, y en definitiva, idealista, existencialista y subjetivista.
Hasta que punto la deriva que estamos sufriendo en el pensamiento católico es culpa del personalismo y la fenomenología o es, más bien, fruto del corazón del hombre lastrado por el pecado original?
En el siglo XIll la recepción del Aristotelismo en Occidente dio lugar a la espléndida síntesis Tomista, pero también al averroísmo latino con su tesis de la doble verdad.
De forma análoga la fenomenología de Hussel ha inspirado a filosofías tan lamentables como las de Sartre o tan fecundas como las de Emmanuel Levinas, Ferdinand Ebner o Michel Henry. O en España, Alfonso Lopez Quintas y Miguel García Baro
_________
A.G.:
El asunto está en que, ciertamente, el pecado, original y personal, produce ofuscación de la mente y persuade del error. Y que cuando esta ofuscación se convierte en teoría, nos encontramos, entonces, con teorías que no liberan del pecado, ni del error.
Sin duda que el pecado es la fuente de los males que nos aquejan, porque por el pecado se funda la Modernidad, cuya esencia se resume en la máxima de Volney: el hombre, ser supremo para el hombre.
La sobrevaloración del hombre, que es la esencia de la Modernidad, pasa al pensamiento cristiano a través del modernismo, primero, y de la Nueva Teología y el personalismo, después.
No se niega que haya buena intención en muchos autores personalistas, algunos piadosos y santos. Lo que se afirma es que introducir el personalismo y sus métodos, que contienen elementos de la Modernidad (surgida del pecado de querer autodeterminarse sin Dios) en la mente católica, y convertirlo en el cimiento de la teología y de la pastoral, es un grave error de graves consecuencias.
__________ __________
A.G.:
Prefiero el realismo auténtico, el clásico. No creo en contribuciones originales, sino en seguir la tradición. Como he dicho, no es posible una fenomenología realista en sentido tradicional.
"colaborando a reducir el abismo existente –que la propia filósofa había denunciado– entre la filosofía moderna y la católica”.
Precisamente es esto lo que no se debe intentar, reducir el abismo entre la filosofía moderna y el catolicismo. Porque de intentar combinar ambas surge la sal sosa.
El pensamiento moderno debe estar lejos del pensamiento católico, porque por su esencia es incompatible. Si se pretende un pensamiento moderno-católico, se pretende algo que es, en sustancia, problemático, imposible. Y al final, la parte que termina perdiendo es siempre la católica, porque al ingerir conceptos modernos para catolizarlos, lo que consigue es modernizarse y descatolizarse.
El catolicismo es piedra de tropiezo para la Modernidad. Si intenta ser otra cosa, deja de ser catolicismo.
Yo, por ser tradicionalista, soy muy escéptica con respecto a eso, tanto si lo dice Fiore como si lo dice Husserl, y no me parece ver en el presente ningún signo que avale tales teorías teniendo en cuenta el tiempo en que vivió el abad y el que ha pasado desde que murió Husserl. El pensamiento utópico no se compadece con el tradicionalismo.
__________
A.G.:
Interesante su observación. A mí me parece que la fenomenología de Husserl conduce al gnosticismo. Anula el conocimiento natural de las cosas, lo pone en suspensión teleológica, con el fin de obtener un supuesto conocimiento sólo para iniciados en la epojé. No conviene ni de lejos.
El vivir con un filósofo que tiene a bien hablarme de éste y del otro pone a prueba mi fe continuamente y, gracias sean dadas al Altísimo, creo no haber perdido el sensus fidei, pero no sé si todo el mundo superaría la prueba.
_________ __________
A.G.:
Hay que conocer la historia de las ideas, necesariamente, para conocer los peligros a los que nos enfrentamos, y encararlos.
Un católico no necesita que le den un sentido a su vida, como propone Frankl, ni inteligencia emocional-un mix entre prudencia y sabiduría-ni la famosa resiliencia de Boris Cyrulnik, porque todo eso está ya en la Doctrina de la Iglesia con otros nombres. Es decir, la Doctrina Católica se anticipó a todas estas novedades desde su fundación por Nuestro Señor Jesucristo, y otros conceptos estaban ya en los griegos o en el AT.
Lo que están haciendo, sobre todo los psicólogos, es tomar todo esto y darle un barniz científico de manera que mi sobrina se va a un curso, que huele a New Age a cien kilómetros de distancia, y viene hablando de resiliencia, cuando San Agustín ya dice a las mujeres que en su época fueron violadas por los bárbaros la forma de superar ese trauma con la sana doctrina en la mano y sin necesidad de ser psicólogo.
En fin, que me alegro que D´Ors dijera tan gran verdad porque si la dijera yo nadie me haría caso.
Sentido de mi vida: la salvación que Jesucristo me procuró con su Muerte y Resurrección.
Inteligencia emocional: el don de sabiduría que el Espíritu Santo tenga a bien proporcionarme y Prudencia, virtud cardinal que rige todas las demás.
Resiliencia: Sufrimientos puestos al pie de la Cruz y llevados con resignación cristiana y Esperanza.
_________ _________
A.G.:
Palas Atenea, si la frase de Eugenio d´Ors le parece una gran verdad, que lo es, espere a leer la obra de su hijo, Álvaro d´Ors, que le entusiasmará. Se la recomiendo vivamente. Yo diría que la obra de Álvaro d´Ors es como una glosa de la frase de su padre, aplicada a la filosofía, al derecho, a la doctrina política.
_________
A.G..
Mezcla Ud. las cosas. La conversión es a Cristo Nuestro Señor, no al método fenomenológico. Que Edith Stein se convirtiera y alcanzara la santidad personal no legitima el método fenomenológico ni lo hace mejor de lo que es. Santa Teresa Benedicta de la Cruz siguió su trabajo filosófico con los métodos y principios que había aprendido. Su conversión no los hace mejores métodos y principios de lo que eran antes de convertirse. De haber tenido otra formación, posiblemente su obra habría sido muy distinta. Para proceder del sistema husserliano, lo que hizo, ya, parece mucho, y es casi milagroso que pudiera, aunque no del todo, liberarse de sus esquemas. No me cabe duda de que lo bueno de sus escritos posteriores le viene de la fe católica y del pensamiento clásico que iba descubriendo, no de la fenomenología, que más bien era un lastre.
Pero es que el asunto no es ese. El asunto es que no se puede utilizar la fenomenología como sustituto del pensamiento tradicional, porque no es alternativa válida. La función docente de la Iglesia no se puede sustentar en sus procedimientos.
Un ejemplo de realidad superobjetiva o supraactual es una promesa.
Se trata de una realidad temporal que exige de nuestro compromiso y fidelidad, pero no sufre desgaste con el tiempo.
Manu: parece que ha venido a reforzar la idea que dejé antes de que la fenomenología habla un idioma distinto al de la fe. Si hay traductores (y Santa Teresa Benedicta no traduce) y frutos de provecho, bienvenidos. Pero para decir lo mismo que San Pablo a los hebreos al comienzo del capítulo 11, todos -menos los fenomenólogos quizá- se quedan con San Pablo. Ya nos dijo san Pablo que cogiéramos lo bueno de donde hubiera. Pero no parece que haya mucho ni aun después de traducir.
Estimada Scintilla: no estar familiarizado con unos términos no significa que sean contrarios a la fe.
Lo que yo quería decir con el anterior texto es que una forma de pensar dinámica puede conciliarse con las verdades eternas. Por ejemplo, los valores no son realidades estáticas, necesitan de un ser humano para que surjan, pondríamos decir que son realidades relacionales, es decir, para dar alcance a su eminente riqueza ontológica
debemos superar el envarante esquema sujeto objeto. Si yo quiero que mi hijo descubra el valor de la piedad, debo acercarle al campo de irradiación de dicho valor (por ejemplo le animo para que sirva comidas en un comedor de Caritas).
_________ _________
A.G.:
Realidades relacionales, superar la distinción sujeto-objeto, dinamismo, valores.... habla ud. el lenguaje personalista. Que no da más de sí, aparte de esos conceptos difusos tan diametralmente alejados del pensamiento tradicional, que oscurecen la metafísica, que confunden la doctrina y la vuelven inestable.
No se enrede, amigo, en esos conceptos vanos, que de poco sirven. Si usted rechaza la distinción sujeto/objeto se vuelve irracional, y se aproxima al deconstructivismo, al zen, al panteísmo. Si ud considera el orden creado como un orden que muta y cambia (dinámico), perderá el sentido del derecho natural, de la ley natural, del orden y la jerarquía de los seres, de la inmutabilidad del bien y de la ley. Etc., etc. Son muchos los errores que suscita esos conceptos, que le apartarán del clásico sentir y le acercarán al espíritu moderno. El evolucionismo chardiniano, el antropologismo rahneriano, el sobrenaturalismo de de Lubac, el laicismo "piadoso" de Maritain le esperan si no rectifica el rumbo. Porque son su conclusión lógica. Amoris laetitia le espera, porque es su conclusión lógica.
Interesante el comentario de Palas entorno a los padres de la Logoterapia y la Etología. Ambos con experiencias de sufrimiento extremo. Ambos, creo yo, en busca de sentido o resortes para afrontarlo.
He leído de ambos varios libros. Como creyente su experiencia, su discurso intelectual lo he enfocado como un camino hacia Dios. Pero pienso hay subjetivismo en mi, y en ellos. Por mi enfoque previo y porque las vivencias son personales y no valen para generalizar.
Sentir no es pensar, experimentar t a mpoco es saber. Iguales experiencias llevan a distintas metas y diferentes caminos.
Tal vez ese sea el aspecto seductor de todo personalismo, el sentimiento, la experiencia, el testimonio te seducen emocionalmente.
Si esto ocurre en disciplinas como la psiquiatría, ambos lo eran, es previsible que en la filosofía tb. existan estos desvíos. Creer, no hablo de la fe sobrenatural, sino de aquella verdad que podemos alcanzar con el entendimiento, no puede cimentarse sobre la subjetividad personal.
Incluso los grandes místicos han tenido periodos de aridez y su fe no se sustentaba en el sentimiento o arrebato mistico. Aplicado a nosotros tampoco el sentir o experimentar puede ser base de nuestra fe.
QUIERO decir con esto que toda la fenomenología, personalismos varios, tienen una base subjetiva, y como tal pueden llevar a errores o descaminos.
Sobre lo que aporta Palas, verdad es que para el que cree en Cristo, y forma parte viva de tu vida, todos los obstáculos se allanan.A veces, sin embargo, se necesita apoyo médico. No creo este mal, ni psicólogos, ni psiquiatras, si estos tienen buen criterio. El problema es el "sentido" o los "valores", y de nuevo entramos en la subjetividad., si acudes a alguien de estas escuelas. Otras directamente destrozan.
Estos límites tan poco precisos y enmarañados en el campo de la "psiquiatría personalista" (la voy a denominar así), se reproducirán en el campo filosófico, pues la primera es criatura de la segunda.
Esos denominados fenómenos puros de conciencia, sería algo primigenio en la mente humana?
Deduzco no se habrían adquirido con el pensamiento abstracto.
_________
A.G.:
Tal y como los entiende el fenomenólogo, son fenómenos despojados de conceptos, mediante técnicas deconstructivas, mediante puestas entre paréntesis de verdades heredadas. Como hace, por ejemplo, el zen.
Tuve la suerte de poder ver el "Ordo Virtutum" de Santa Hildegarda de Bingen, interpretado por un emsemble de Barcelona, y fue un gozo para mi ver interpretar sus papeles a la Castidad, la Humildad, la Inocencia, etc..., también las Virtudes Teologales intervinieron. Todas ellas en lucha contra el Diablo.
Creer que podemos acceder a Dios con un pensamiento meramente monodireccional (con un abuso del esquema sujeto-objeto) es tanto como pretender sacarnos nosotros mismos de un estanque de agua tirándonos de los pelos.
Y que coste que yo en mi juventud tuve de libro de cabecera: "para que Él reine" de Jean Ousset, y que conservo y sigo valorando muchas de sus ideas fundamentales.
_________ _________
A.G.:
Manu no se complique más de la cuenta. La suspensión teleológica no es más que una puesta entre paréntesis de algo (la ley moral, como hace Kierkegaard; los saberes heredados, como hace Husserl; el derecho natural, como hace el positivismo jurídico; etc., con un fin.) En el caso de Husserl, hay cierto esoterismo gnóstico en su suspensión de manera que el conocimiento pasa a ser algo reservado a iniciados, se sofistica de tal manera que pasa a formar parte de un método antinatural reservado para especialistas. Y esto, la verdad, no congenia con la razón natural ni el cristianismo, ni por asomo.
El problema de estas traducciones, y con esto enlazo con lo último de Manu otra vez, es que se vierten al mismo idioma de origen: no es traducir del griego al castellano, sino de castellano a castellano. Pero de un castellano no común, técnico, lo que toda la vida se ha llamado jerga, que normalmente se utiliza por precisión o para la ocultación. La cuestión que creo que está en juego aquí es que las precisiones que aporta la filosofía fenomenológica a la vida de la fe no merecen el esfuerzo del común; es más, que el idioma común, empleado sopesando bien las palabras, acompañándolas con el gesto y la verdad de vida, son mucho más evangelizadoras que esas exquisiteces, que además tienen un peligro en manos de los no expertos: que dé lugar, como hoy en día pasa, a una praxis sensiblera que ocupa el lugar de la caridad entendida tradicionalmente. Tanto otro, otredades, dinamicidades del ser y zarandajas por el estilo llevan a curas despistados, a catequistas engreídos, a catecúmenos malcriados... entre alegrías y sonrisas y sermones sin chicha cuando no odiosos para la fe (vengo de uno que nos decía que Cristo también tropezó, como si fuera lo mismo que ser tentado)
Que opinión tiene sobre el catecismo de 1992? Tiene contaminación fenomenólogica?
Naturalmente no me refiero al fondo, sino a la forma, la narrativa utilizada tan poco normativa y a la vez tan extensamente descriptiva.
Muchas gracias.
_________
A.G.:
Pues yo, sinceramente, no la veo. Me parece que está clara la doctrina, basada además en Trento. Un poco extraña, a lo mejor, la traducción.
Saludos cordiales.
__________ __________
A.G.:
Gracias Néstor, se agradece.
_________ __________ __________
A.G.:
Cuidado, que la aplicación de la fenomenología a la psicología y la antropología deriva en técnicas deconstructivas de inspiración zen, como la terapia gestáltica y derivados. La fenomenología difícilmente puede ser un método válido en terapia, porque deja al margen la acción natural de la conciencia y deshabilita la razón práctica, por lo que a menudo se produce una especie de solipsismo. De tanto mirar la propia conciencia acaba el sujeto sobre-centrándose en lo que piensa y en lo que siente. Forzosamente, la psicología, la moral, la antropología sufren la reducción fenomenológica, esto es, una especie de deconstrucción de los principios básicos de la conciencia. Ésta deja al margen sus mecanismos de protección (que los griegos y romanos llamaron Erinias) y se vuelve ineficaz parea religar al hombre con el orden creado.
Como bien dice sólo con la gracia de Dios se puede sanar. Pero, ¿el qué? Pues la propia naturaleza con sus potencias. Pero ojo, la gracia ha de sanar y perfeccionar la naturaleza, por eso ésta no debe ponerse entre los paréntesis fenomenológicos, porque entonces queda sustraída a la acción sanante de la gracia y ésta se da en vano o no fructifica como podría fructificar.
__________ _________ _________
A.G.:
Poner entre paréntesis a Dios nunca puede ser bueno, ni antes ni durante ni después de una conversión.
Otra cosa es pensar cómo sería la vida de uno sin Dios, que creo que por ahí van los tiros respecto a Morente. Darse cuenta de cuánto le debemos, y cuán oscura sería nuestra vida sin Él, puede ser muy provechoso. Pero esto es una forma de agradecer y valorar su acción y su presencia, no un método deconstructivo equívoco, como es la fenomenología.
___________ ___________
A.G.:
Ha dado en el clavo de por qué la fenomenología es tan perjudicial, porque desactiva los preámbulos racionales de la fe, movido por prejuicios misteriosistas y fideístas de inspiración protestante.
Incurre en pelagianismo quien se cree lo bastante sano como para confiarse a su imaginación caída.
Es propio también del personalismo y de la filosofía alemana que lo sustenta, confundir lo teorético con lo teórico, conforme a su nominalismo.
El conocimiento de las esencias, el movimiento de la razón y la conciencia hacia Dios no son teorías que haya que poner entre paréntesis, sino regalos de Dios, Causa Primera, que atrae a sus criaturas hacia Sí.
_________ __________ _________
A.G.:
Horacio Castro tanta insistencia en Morente no viene al caso en este post porque no me parece que este autor pueda ser considerado un fenomenólogo católico.
Su descubrimiento del tomismo apunta más bien a un perfeccionamiento de su modo de pensar, no a un reforzamiento en la filosofía kantiana ni menos aún husseeliana.
No se puede presentar, ni mucho menos, a este autor, como un fenonenólogo prototípico. Más bien si pudo convertirse por la gracia de Dios fue A PESAR del rumbo que había tomado su quehacer intelectual, kantiano y modeno en general. La conversión de este autor no canoniza su pensamiento previo antes bien lo supera por algo mejor, en este caso Santo Tomás.
El cambio dado por Garcia Morente fue enorme, aunque truncado.
Por otra parte usar la fenomenogía para evangelizar ateos no tiene mucho sentido porque la fenomenología no favorece la conversión antes bien la dificulta.
Saludo cordial
"No hay hereje sin mujer" dice el adagio. Ni subjetivista sin soberbia, se podría decir. ¿Que es primero, las ideas equivocadas que llevan a corromper la moralidad o bien es la soberbia la que corrompe la forma de pensar? Puede que sean las dos cosas, pero en el curso de la filosofía moderna, creo que el segundo ha sido un camino mas importante que el primero.
_________________
A.G.:
Gracias. Laus Deo Virginique Matri.
Creo yo tambien que es una soberbia muy grande la que mueve la filosofía moderna en su intento de autorredención. El monstruo nominalista engendró el humanismo renacentista paganizante, el protestantismo, la Revolución.
Fíjese si no será soberbia que el alma de la filosofía de la Modernidad es una negación: de los universales, de la armonía entre la fe y la razón, de los saberes heredados, de la tradición, de la naturaleza de las cosas.
__________ __________
A.G.:
Muy agudo Luis Fernando. En efecto, así es, como bien dices.
LA VERDADERA SABIDURÍA ES SOBRENATURAL
°Predicamos, sí, sabiduría entre los perfectos; pero no sabiduría de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, los cuales caducan, sino que predicamos sabiduría de Dios en misterio, aquella que estaba escondida y que predestinó Dios antes de los siglos para gloria nuestra; "aquella que ninguno de los príncipes de este siglo ha conocido, pues si la hubiesen conocido no habrían crucificado al Señor de la gloria... Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que es de Dios; para que apreciemos las cosas que Dios nos ha dado gratuitamente. "Estas las predicamos, no con palabras enseñadas por la sabiduría humana, sino con las aprendidas del Espíritu Santo, interpretando las (enseñanzas) espirituales para (hombres) espirituales, "porque el hombre natural no acepta las cosas del Espíritu de Dios, como que para él son una insensatez; ni las puede entender, por cuanto hay que juzgar de ellas espiritualmente. "El (hombre) espiritual, al contrario, lo juzga todo, en tanto que él mismo de nadie es juzgado. "Pues "¿quién ha conocido jamás el pensamiento del Señor para darle instrucciones?" Nosotros, en cambio, tenemos el sentido de Cristo.
_________ _________ _________
A.G.:
Yo diría más bien que toda sabiduría es divina, viene de Dios, causa primera, que se revela, que inscribe su sabiduría en la naturaleza de sus criaturas para que ellas la lean y legislen al respecto (legere); la suscita con mociones naturales y sobrenaturales, que sanan y abren la razón; la comunica de forma sobrenatural, teologal.
Fíjese el inmenso tesoro de la Veterum Sapientia, la antigua sabiduría de griegos y romanos, corrigida y redimida por Padres y Doctores, que preambula la fe.
Con ánimo de ir a las cosas mismas, como decía de Husserl, creo oportuno recoger este pasaje del propio fundador de la Fenomenología refiriéndose a la toma de hábitos de Edith Stein. Como se puede apreciar tenía una mente muy abierta hacia el catolicismo.
Con verdadero orgullo de padre manifestaba él: “Juzgo que la Iglesia no tiene un neoescolástico de la calidad de Stein. Gracias a Dios que ella puede seguir trabajando en el Carmelo de Colonia”. Ulteriormente se lamentaba mucho de no haber ido a Colonia para la toma de hábito. Con espontaneidad cordial decía: “Yo debía haber sido su padrino”. Y, a continuación, después de pensar un poco: “Bien se puede sentir personalmente, por más que se esté separada ideológicamente como Edith”. Y además: “Ella ha llegado a conocer bastante la unidad ponderada de los espíritus en la Escolástica; ¿de dónde viene, pues, que no deje rastrear nada de Santa Teresa?”. Y da la respuesta: “Todo escolástico auténtico será místico y todo místico verdadero será escolástico”; “de una manera maravillosa Edith mira desde la montaña la claridad y la amplitud del horizonte en su transparencia y profundidad y al mismo tiempo se vuelve hacia dentro, hacia las perspectivas de su yo. En ella todo es absolutamente verdad; de otro modo, diría yo, esto es artificial”
García Muñoz, Florencio; Benedicta de la Cruz, Edith Stein, signo de contradicción (209,210)
También me parece esclarecedor el siguiente texto de Edith Stein en el que da cuenta de lo experimentado tras su conversión, como se puede ver las esencias tomistas eternas tienen impacto en el natural (que diría Santa Teresa).
“Existe un estado de quietud en Dios, de relajación de toda actividad intelectual, en que no se hacen planes, no se toman resoluciones, y no se actúa, sino que todo lo venidero se deja en manos de la voluntad divina, abandonándose a la Providencia. Esta suerte me fue deparada después de una experiencia, que sobrepasó mis fuerzas, que absorbió toda mi energía vital y que me privó de toda actividad.
La quietud en Dios es algo totalmente nuevo y particular frente a la negación de la actividad por falta de fuerza vital. En su lugar aparece el sentimiento de estar escondida, de estar liberada de todo problema, preocupación u obligación. Y, mientras más me entrego a este sentimiento, me comienzo a llenar más y más de una vida nueva, que me empuja a nuevas ocupaciones, sin que para ello actúe la voluntad. Esta energía vital apare¬ce como flujo de una actividad y una fuerza que no son mías y que, sin ningún tipo de exigencias por mi parte, trabaja en mí.”
García Muñoz, Florencio; Benedicta de la Cruz, Edith Stein, signo de contradicción (112)
_________ _________ _________
A.G.:
Los textos que ofrece son interesantes, porque una conversión siempre es interesante, y hay que dar gracias a Dios por ella, pero no veo en qué esclarecen el asunto ni en qué contribuyen a hacer bueno el método fenomenológico en sí mismo. Hay que dar gracias a Dios por la conversión de Edith Stein pero no por la fenomenología de Husserl. No veo que haya relación causal entre ambas.
Por otra parte, aunque Husserl tuviera intención de ir a las cosas mismas, no iba a ellas, sino a la propia mente, al propio yo, en que todo desemboca según su sistema. Por eso no es de extrañar la deriva idealista a la que sucumbió.
_________
A.G.:
Nos quedamos con la gracia, pero también con la naturaleza. No descartemos el orden creado. La gracia perfecciona la naturaleza. Los méritos del Crucificado se han de aplicar a las causas segundas, para que se salven, no para que su naturaleza quede suprimida. No queremos solamente la fe, sino la fe en armonía con la razón.
Se ha de predicar a Cristo Crucificado porque queremos que todo quede redimido y restaurado, también la razón, la naturaleza, el derecho, la política, todo.
Centrarse en Cristo no significa descartar la razón y la naturaleza, sino sanarlas y perfeccionarlas.
__________ _________
A.G.:
En modo alguno se trata de devaluar experiencias ni sentimientos ni confianzas, sino de ponerlas en su lugar, y por supuesto evitar que anulen la teologalidad de la fe.
No congenio ni coincido con la neoescolástica, cuya concepción del derecho natural, por ejemplo, he criticado recientemente. Mi pensamiento radica en la tradición hispánica más clásica.
Hay que evitar además esos pseudoargumentos tópicos, como que hay que evitar el dualismo de la gracia con la naturaleza, lo de la naturaleza pura, etc., etc porque en el fondo llevan a callejones sin salida, a confundir lo natural con lo sobrenatural, a hacer que lo primero exija indebidamente lo segundo, etc., etc. Son lugares comunes de la Nueva Teología y el Personalismo que llevamos mucho tiempo escuchando, y que han embarrado el camino del pensamiento católico.
Por otra parte no es sano negar que haya diferencias reales entre naturaleza y gracia, afirmarlo no es dualismo en modo alguno; bajo este falso argumento se excusa una hibridación insana y confusa de la gracia con la naturaleza, como hacen de Lubac, y otros, de acuerdo con su método de inmanencia, que tanta confusión ha sembrado. No convence, mucho menos el recurso a Heidegger, que lo que aporta es más confusión porque deconstruye la metafísica. Es por la influencia de Heidegger que muchos teólogos católicos atentan contra el sentido común afirmando cosas sin sentido acerca de la existencia humana y el orden creado.
Los tópicos personalistas contra la neoescolástica, englobando en esta etiqueta todo lo que no suene moderno, han perdido ya su vigor, porque son, en parte, responsables de la crisis que estamos viviendo.
__________ __________ ________
A.G.:
Horacio Castro, no me parece que en esa cita se diga nada relevante acerca de la fenomenología. Mucho menos de su incorporación a la función docente de la Iglesia, en sustitución del pensamiento tradicional.
Además los argumentos de autoridad son débiles. El método fenomenológico es lo que es, tiene los defectos que tiene, y esto no tiene vuelta de hoja. Sólo hay que analizar en sí mismo el asunto, sin recurrir a argumentos de autoridad como siempre se hace en este tema, para comprobar que es un método que confunde y da problemas serios al numen católico.
Yo al menos me lo estoy pasando en grande...
Es como ver debatir a un buen dominico con un jesuita molinista.. no hay color.
Antes, antes (o en otra parte de la escuela) hay que buscar para dar con la libertad propia del pensar francamente cristiano en la escuela clásica española. A ver si algún día se descuelga con algo de esto, si es que no lo ha hecho ya.
__________ __________
A.G.:
Scintilla no me toque Ud. al gran Domingo Báñez. Es una eminente figura del tomismo, mente preclara, injustamente menospreciada, siendo un portento. No hay más que leer la vigorosa Apología contra los dominicos, qué doctrina tan poderosa, tan precisa, tan fiel a Santo Tomás. Destroza totalmente la sofisticada y decadente Concordia.
Su metafísica es apenas conocida, pero de enorme valor. El concepto de predeterminación, o sea premoción, plenamente tomista, plenamente católico y tradicional. Se ha pasado Ud., pero por esta vez se lo paso, jeje.
Este método, junto con la convulsión traumática de la primera guerra mundial y el testimonio de fe de Ana Reinach, cuyo esposo (también discípulo de Husserl) había fallecido en el frente, crearon las condiciones para que la gracia de Dios actuara.
_________ _________
A.G.:
Que la fenomenología creara las condiciones para que la gracia de Dios actuara es equivocado del todo. Más bien la gracia actuó a pesar de la fenomenología. Si no, a ver cómo, poniendo entre paréntesis la naturaleza y la gracia, se dispone la criatura a la acción de la gracia en su naturaleza. Mucho menos predispone, además, por el marcado carácter gnóstico del método reductivo husserliano, que desactiva el conocimiento común, natural y sobrenatural, en pos de un hipotético conocimiento artificial sólo para iniciados.
________
A.G.:
Gracias Luis Fernando por la observación, tenía que haber incluido, en mi comentario anterior, una nota sobre las muchas maldades e imposturas del molinismo. Como muy bien comentas a Scintilla, lo que se permitió fue algo muy muy muy maquillado.
__________ _________
A.G.:
No se trata de reducir la acción de la Divina Providencia, como hace Husserl con su triple reducción, dejando el conocimiento natural suspendido y deshabilitado en pos de un conocimiento para iniciados.
Dios actúa a través del conocimiento natural, por ejemplo el de la conciencia, leyendo en la naturaleza la ley eterna inscrita por Él mismo, y el derecho natural (legere). El gnosticismo no consiste en utilizar el conocimiento natural, querido por Dios para preambular la fe. El gnosticismo consiste en lo que hace Husserl, atribuirlo injustamente a un "yo ingenuo" que hay que desactivar, para dar paso a un "yo trascendental" iniciático.
Manu, que las verdades salvíficas sobrepasen las capacidades del entendimiento natural, no significa que vayan contra él. Es razonable, mucho, aceptar el propio límite, y recurrir, movido por la voluntad movida por la gracia, a la verdad sobrenatural.
Por eso, cuando el entendimiento contempla la luz divina, queda extasiado ante su grandeza, que la sobrepasa, como en el pasaje que ud. describe, pero sin que suponga anulación de las capacidades humanas o minusvaloración de ellas. Simplemente, la luz sobrenatural es superior, sin que implique deeprecio de la luz natural común, como hace Lutero o el mismo Husserl.
Por otro lado, conviene recordar que Santo Tomás de Aquino logró su espléndida síntesis estudiando obras de autores cristianos, judíos y paganos (como lo era Aristóteles).
Finalmente decir que hay bastante diferencia entre la reducción eidética y la trascendental, la primera busca la captación de esencias (esto sirvió para salir del atolladero del positivismo ingenuo del siglo XIX) y la segunda, la constitución de lo real a través del yo trascendental (evidentemente esto puede llevar a un desarraigo solipsista, error en el que cayó Sartre)
__________ _________
A.G.:
No dudo que la obra de Husserl es muy extensa. Pero a mí me interesan, principalmente, sus contenidos esenciales, que son los que han sido aplicados, temerariamente, al pensamiento católico, desfigurándolo.
El positivismo sólo tiene cura en el realismo clásico, no en el idealismo husserliano, que en el fondo no es más que un mentalismo deconstructivo.
De hecho, ¿quién queda iluminado sino el hombre natural?
El segundo Adán es superior al primero pero es igualmente hijo de aquel, con quien comparte una misma naturaleza humana.
_________
A.G.:
Lo has expuesto con precisión, Luis Fernando. El luteranismo, además, contiene el gnosticismo de la Modernidad, como la semilla que irá creciendo y eclosionando en la Revolución.
_________
A.G.:
Hace tiempo leí que Husserl se convirtió al luteranismo más por necesidad que por convicción. Lo que sí está claro es que su sistema congenia perfectamente con el luteranismo pero no con el catolicismo.
Resulta, además, curiosa la afinidad que el personalismo encuentra en los pensadores luteranos. Si es que el personalismo bebe de la filosofía moderna, que no es más que la Reforma puesta a cavilar.
Sin embargo, cabe también esperar en aquel renacer de la metafísica que nos ofreció el siglo pasado como fruto de la aguda crisis del orgulloso racionalismo moderno. En que la percepción del ser y de la contingencia del existir abran finalmente para el hombre contemporáneo una actitud de humildad en la cual reviva en nuestra cultura la luz de la fe y el espíritu de gratitud.
Quizá sirviera de ejemplo la obra de Edith Stein (Breslau 1891-1942), hoy puesta de actualidad tras su reciente beatificación. Seguidora entusiasta desde su juventud de la escuela fenomenológica, se convirtió al catolicismo y llegó a comprender, merced a la lectura de San Juan de la Cruz y de Santa Teresa, que el retorno a las cosas mismas de Husserl no puede realizarse sino como amorosa unión personal al Ser Infinito. Volvió también su mirada hacia la filosofía medieval y en especial a la metafísica tomista, de igual manera a cómo la Iglesia, ocupada desde décadas por el progresismo aggiornante recuerda hoy que «en la reflexión de Santo Tomás, la exigencia de la razón y la fuerza de la fe han hallado la síntesis más alta que el pensamiento haya encontrado jamás» (Encíclica Fides et Ratio). Solo así, en una renacida comunidad de creencias y voluntades, podría levantarse la filosofía del actual marasmo de dispersión e infecundidad para reencontrar, como escribiera Menéndez Pelayo, los serenos templos de la antigua sabiduría.
¿Qué parte no se entiende de "en la reflexión de Santo Tomás, la exigencia de la razón y la fuerza de la fe han hallado la síntesis más alta que el pensamiento haya encontrado jamás"?
Y una vez entendido eso, ¿a cuento de qué acudir a otras fuentes?
____________
A.G.:
Está muy bien ese libro de Gambra. Aunque el maestro se percató del peligro real de los personalismos más tarde, cuando contempló su aplicación al pensamiento católico, con las negativas consecuencias que en tantos escritos denunció. Fue entonces, después de esta obra, cuando diagnosticó con toda crudeza los males de la introducción de ideas extranjeras que estaban realizando en la mente católica.
El Maestro Gambra, en esta cita y en muchas más, con benevolencia pero con precisión, deja clara la enorme carencia de toda filosofía que no se fundamente en el pensamiento tradicional.
Y cuando no cavila, cosa más lógica dado su desprecio a la razón humana, rechaza la filosofía como herramienta útil.
O sea. Se mire por donde se mire... mal.
________
A.G.:
Así es, dado su rechazo de la razón, como bien apuntas, lo lógico, lo aplastantemente lógico, son sistemas deconstructivos, máquinas de vacío del orden ontológico.
Talmente es así, del protestantismo, en su proyección política, sale el liberalismo de tercer grado, que tanto entusiasmó a la escuela personalista desde Maritain. El método fenomenológico, por cierto, es el sistema operativo ideal para la nueva cristiandad laica maritainiana.
Por desgracia, mi conocimiento de la obra de Báñez y Molina, superficial, no me permite discutir con nadie que la tenga como ustedes. Antes estoy dispuesto a aprender. En lo que parto con un prejuicio, es cierto: por Molina, aparte de que su Concordia no me parece escandalosa como ustedes la pintan y de que su obra sobre la justicia y el derecho me parece la más conseguida y penetrante de la escolástica que conozco, tengo afecto personal. No sé que hiciera ninguna a nadie; sí, acusó a Fonseca de plagiario cuando se dio cuenta de que éste era quien se oponía a la introducción de su trabajo en Coimbra (en el que defendía lo mismo que el otro, que no fue su maestro, como se dice a veces, atribuyéndole la paternidad de la ciencia media), pero el portugués se salió con la suya y prohibió la metafísica de Molina. Y a Báñez le discutió en el papel, a lo que éste respondió con cañones por tierra, mar y aire. Y no fue el único al que Báñez se enfrentó por tesis teológicas o pura ambición académica (fray Luis de León, Sotomayor y Guevara, que yo recuerde), siempre llevándose el gato al agua por uno u otro trapicheo.
En cuanto a mi desconfianza de la premoción física nace fundamentalmente de lo que les dije, quizá por ignorancia: porque me recuerda a la tesis luterana del servo arbitrio. Ya que se muestran dispuestos a enseñarme, pido su ayuda como especialistas para que al menos me saquen del error con el que juzgo su teoría: cómo mantiene el hombre el libre albedrío si Dios determina previamente sus acciones, si el concurso de Dios con la acción humana es previo a la acción. Lo que conduce a que cada vez que el hombre actúe mal el pecado sea de Dios, si no en la malicia, en lo material. Que tampoco me parece que sea muy fiel a santo Tomás, donde el libre albedrío, hasta donde entiendo, recibe los movimientos de la gracia divina, como un instrumento que ésta hace sonar (así entiendo lo de la gracia que perfecciona la naturaleza: la hacer ser lo que es, al acogerla la hace sonar bien), pero no una determinación de la voluntad que ésta no puede rechazar, no hay un dejar hacer como en lo que entiendo de santo Tomás, sino un Dios que ata para que luego suene el instrumento. Que además puede sonar mal. Me parece absurdo. Y seguramente juzgo mal, porque supongo que la Iglesia no habría permitido tal absurdo. Pero me cuadraba con la imagen que tenía de Báñez y no le he dado más vueltas.
Hay alguna que otra tesis más suya cuya catolicidad no me consta. Pero me bastaría con que me aclararan si en algún momento se retractó de lo que publicó en 1584, en sus comentarios a la Prima, de que después de la consagración queda pan, que tantas veces le denunciaron. Me quedaría más tranquilo por ser un autor tan notorio.
Molina reconoce explicitamente que sus tesis son novedosas. Sencillamente no le convencía la explicación católica tradicional sobre la gracia y la predestinación. Y como no le convencía, se inventó una que, como ya le he comentado, era tan herética que los jesuitas tuvieron que expurgarla.
Alonso Gracián tiene escritos en este blog varios artículos sobre el tema de la predestinación y sobre el molinismo. Ahí está bien explicada nuestra postura.
(322) El Siglo de Oro y 1789. Recuperar nuestra identidad
Estas palabras definen el problema esencial de la posmodernidad: el abandono sistemático del trinomio romanidad-aristotelismo y tomismo. Rechazo de la Tradición y aquiescencia de las modas. Estas son palabras que definen todo su edificio filosófico. Gracias por compartir estas notas de filosofía perenne.
__________ __________
A.G.:
Así es, Fernando, ese es el problema esencial de la posmodernidad, el abandono del pensamiento clásico tradicional y católico. Rechazo de la tradición. Tal cual.
Es decir, estamos ante el posicionamiento intelectual que dice existen unos "fenómenos" mentales, que para ser percibidos deben ser eliminados todos los conceptos que puedan impedir su percepción o descubrimiento. En este primer posicionamiento se elimina de raíz la filosofía realista que saca de la realidad externa la verdad y los conceptos. La verdad está dentro del hombre no fuera, es decir, posicionamiento inmanentistas.
Pero da un paso más allá, para llegar al conocimiento de esos "fenómenos" es preciso la experiencia personal vivida, que te ayuda a contactar y descubrirlos. Es por tanto que lo "sensible", sustituye a la razón, existiendo tantos caminos como personas. Cayendo en el subjetivismo.
Evidentemente si esto es así es preciso cargarse toda la filosofía clásica, lo que vd llama desestructurar el pensamiento tradicional católico.
Sigo sin entender esos supuestos fenómenos, tal vez porque solo concibo la elaboración del pensamiento abstracto desde la realidad captada por los sentidos.
Todo es inmanentiismo y subjetivismo.
En "La presencia ignorada de Dios" creo se ve plasmada esta teoría por el autor. Pero Dios es una nebulosa, al que se intuye, pero no se conoce, diría es una necesidad, para dar respuesta a una experiencia traumatica. Aquí la razón humana está en un segundo plano, es una experiencia de dolor y la búsqueda de su sentido. Todo en el interior humano....... Una filosofía para cada hombre, por lo qie la verdad estaría supeditada a esa introspección individual.... A esos fenómenos...... que dado el grado de diversidad de los mismos(tantos como hombres), hay que reducirlos a unos iniciados ..
Disculpas por el lenguaje y las carencias,el desarrollo nace de mis clases de filosofía En el instituto, la única formación filosófica a la que he tenido acceso.
Interesantisimo este articulo
__________ __________
A.G.:
Gracias Soledad. En general, creo que ha captado bien la esencia de este asunto-. La esencia de estos fenómenos mal llamados puros se entiende mejor si acudimos al zen para explicarlo: imágenes mentales sin interferencias de saberes heredados.
Creo que en el nuevo post, que acabo de publicar, encontrará más respuestas a estos temas.
Dejar un comentario