(173) De gracia y gloria
Ella, pensando que era el Hortelano, buscaba en Él Tierra Nueva.
Y vio que allí no había flores viejas ni manzanas picadas; sino un aroma irresistible a tiempo florecido, querencioso de gloria y perfección.
Como un crujir de nueces frescas se entreabría la Heredad. El Hortelano mismo era el santuario, y el azul con que regaba.
Y zanahorias y judías verdes dejaban su aroma en la palma agujereada de su mano, gloriosa de cruz.
En el parque, el divino Hortelano podaba los nísperos, recogía las plumas de las aves para regalarlas a los niños, diluía la sombra de los manzanos en pura claridad, como si fueran de agua.
Un niño había escuchado que ese Huerto existía, y que en él la Vida manaba sin detenerse. Y la Fuente misma del jardín le llamaba y él acudía por su sed, y su sed era un regalo de la Fuente.
Y el Hortelano le llamaba, y se estremecían los frutos, y con su voz le atraía, y el alma como un niño acudía, para holgarse en su gracia.
“Introducidme en el santuario de vuestro amor. Os pido esta gracia, busco este favor, llamo a la puerta de este santuario para que me abráis. Vos que me hacéis pedir esta gracia, haced también que la reciba” (San Anselmo de Aosta, Meditación XI, sobre la redención).
El consuelo del Señor deja su rastro, recién terminas de orar. Como cuando comiste la naranja, y quedó el color y el olor en las manos. Y las uñas están naranjas y frescas, como de hortelano.
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Y si le dan más arrebatos similares, no se cohíba a la hora de compartirlos.
Así podré conocerlo a él, conocer el poder de su resurrección y participar de sus sufrimientos, hasta hacerme semejante a él en la muerte, a fin de llegar, si es posible, a la resurrección de entre los muertos. (Fil 3,7-11)
¡Es que efectivamente, de rezar venía!
Y no hay nada que disculpar por tener un arrebato poético.
En el mundo de la razon es razonable pensar que hay razones para dejarse llevar por ciertos arrebatos. Lo contrario nos lleva a la locura.
Gracias por haber compartido tu arrebato.
Gracias .
Belleza de arrebato poético y de cita de San Anselmo... Gracias!
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