(166) En el laberinto progresista: el modernismo como Minotauro

¿Va ud. a hablar ahora del modernismo?

—Claro, es que si hablo del progresismo tengo que hablar del modernismo.

No entiendo. ¿Cuál es su tesis?

Mi tesis es que el progresismo eclesial, aun en sus dos vertientes, no es más que la forma posmoderna del modernismo.

—¡Toma ya! ¿No le parece un poco desfasado hablar, todavía, de modernismo, en plena posmodernidad? Hay evangelizadores que afirman lo contrario que ud.: que el catolicismo sigue empeñado anacrónicamente en una lucha contra el modernismo, sin entender que cambiaron las coordenadas, y que estamos inmersos en otra época: la muy líquida y delicuescente posmodernidad. Dicen que el modernismo pasó.

El modernismo no ha caducado, ni para la mente occidental en general, ni para la mente católica en particular. No ha pasado porque está inmersa en su laberinto, que se confunde con la cultura posmoderna. El progresismo es el laberinto con que el modernismo mantiene extraviadas muchas mentes católicas actuales. 

—Entonces, según eso, el modernismo es el señor del laberinto, su Minotauro.

Es lo que pienso.

—¿Y quién será Teseo?

El catolicismo autentico, bíblico-tradicional, sacramental, con buena doctrina de la gracia, con buena metafísica, con buena doctrina, sacral, adorador, venerador dúlico e hiperdulico.

 

I.- UN MINOTAURO CAMBIANTE, PROTEICO Y MULTIFORME

Descríbame al Minotauro, tal como lo ve.

El modernismo es un Cambiante, un Polimorfo, un Proteo de las ideas, además de un monstruo al que hay que derrotar dentro del propio laberinto.

—Y uno de sus disfraces es el progresismo.

En efecto. Pero más que un disfraz, es una forma, o mejor dicha una biforma, un Biforme. Porque hay dos progresismos. El primero tiene en la mente el marxismo cultural. El segundo, el liberalismo burgués.

—O sea, que hay dos progresismos.

Verá, todo esto proviene de la gran crisis renacentista. El nominalismo inoculó en la Cristiandad el virus deconstructivo y voluntarista, que irrumpió en dos enfermedades: por una parte, el protestantismo; por otra, lo que he denominado en este blog catolicismo reducido.

(Pero la toxina deconstructiva que produjo ambos males continuó actuando para combinarlos en un sistema de dos cabezas: produjo a George Wilhelm Friedrich Hegel (1770-1831), es decir, el hegelianismo, uno de los constructores del laberinto actual.

El sistema hegeliano, monstruo de dos cabezas, derecha e izquierda, perfectamente compatibles con el protestantismo y con el catolicismo reducido, bajo la forma de biprogresismo, el gran Minotauro bifronte.)

—¿Cuál es la novedad actual, entonces?

La novedad consiste en un movimiento convergente de ambos movimientos renacentistas, que se querencian mutuamente y se buscan a través del hegelianismo bifronte. 

—Ah, entonces, por esto, por ejemplo, una parte del catolicismo actual es proluterano… Pero vayamos a la génesis de todo esto, por favor.

Bien, la génesis está clara: la Modernidad. El modernismo se ha extendido tan fácilmente en la Iglesia, y aún pervive, en plena posmodernidad, bajo diversas formas de progresismo, porque el Occidente moderno, fragmentado en dos sistemas premodernistas, le preparó el terreno. Cuando irrumpió la crisis modernista, que fue combatido por un majestuoso y potente magisterio pontificio, Occidente estaba ya siendo modelado por ella.

—Unos ejemplos serían ilustrativos.

 

II.- MODERNISMO Y POSMODERNISMO, ÚNICO LABERINTO. HOBBES Y WITTGENSTEIN

Numerosos e influyentes pensadores fueron preparando la mente occidental para los errores modernistas. Fueron produciendo una grave crisis de identidad. Esta crisis de identidad es, ante todo, una crisis de la armonía entre la fe y la razón, cuyos fundamentos deconstructivos fueron puestos por el nominalismo, como estamos repitiendo hasta la saciedad. Estos pensadores fueron auténticos constructores del laberinto modernista. Fíjese por ejemplo en Thomas Hobbes (1588- 1679), uno de los fundadores intelectuales de la Modernidad. Y en Ludwig Wittgenstein (1889- 1951) , uno de los fundadores intelectuales de la Posmodernidad. Las semejanzas esenciales entre ambos son profundas.

—¿Hobbes fue una de las mentes que prepararon la mente europea para perderse en el laberinto?

Sin dudaEs famosa su reducción de entendimiento a lenguaje: «El entendimiento, —dice Hobbes en De homine, 10, 1,— es una especie de imaginación  que nace del significado de las palabras instituido a voluntad». Fíjese cómo esta reducción, que fue enunciada en el siglo XVII, permanece vigente hasta el siglo XX. Es prácticamente lo mismo que afirma Wittgenstein: la razón reducida a juego de lenguaje habilitado por la voluntad. Es nominalismo, moderno y posmoderno, Y es fundamento metafísico moral del progresismo, tanto del liberal como del marxista.

Yo he estudiado a Hobbes en la Historia de la Filosofía de Nicolás Abbagnano. Y es sorprendente, porque incluso este autor, que es existencialista y nada sospechoso de catolicismo, atribuye a Hobbes, igual que ud, nominalismo ético. Deje que le cite:

«Como se ve, la ley natural de que habla Hobbes no tiene nada que ver con el orden divino y universal de los términos en que lo concibieron los estoicos, los romanos y toda la tradiciónmedieval (cristiana). Para Hobbes, lo mismo que para Grocio y para todo el yusnaturalismo moderno, la ley natural es un producto de la razón humana»

—En efecto, en esa máxima terrible se resume todo el problema de la Modernidad: la perversa consideración de la ley natural como simple norma arbitraria y convencional de la mente humana. Como simple regla de club convenida por el ser humano. Como juego de lenguaje aplicado a la ética por la sola voluntad. Esto será el sustrato del situacionismo contemporáneo. 

¿El progresismo es una crisis de identidad de la mente occidental?

En efecto. Una vez desmontada la razón por el nominalismo, queda desmontada la identidad europea. Porque Occidente es, ante todo, armonía de la fe y la razón. Tanto la izquierda hegeliana como la derecha hegeliana se montarán más adelante sobre los efectos de esta ruptura.

Pero siempre disonantes y malentendidas: la razón como dialéctica, la fe como fiducia. Bien entenderlas y armonizarlas era el objetivo de la Sagrada Escolástica. Era y es la esencia de Occidente.

Así es. Y también queda afectada la forma en que entendemos la vida moral.

Eso no lo comprendo.

—Sí, fíjese: la ley eterna, que es la misma sabiduría de Dios, es participada por la razón, que la aplica al caso a través del juicio de la conciencia. Pero el nominalismo desactiva esta función moral de la razón, desconectando la conciencia de la ley moral, y convirtiendo la moral es un constructo de la mente. Así, la razón queda a la intemperie, sin función propia en el orden moral, a expensas de la voluntad de los estados y de los individuos. La razón queda perdida en el laberinto de las ideas. La izquierda hegeliana monta sobre esta pérdida su sistema ético convencionalista y estatalista, su teoría de los valores. La derecha hegeliana monta sobre esta disonancia su moralismo pelagiano democratizante.

 

Después de nuestra conversación anterior, me han quedado clara dos cosas: primera, que estamos como perdidos en un bosque de ideas e ideologías, del que es sumamente difícil salir. Segunda, que la mente católica necesita una brújula para orientarse y no quedarse perdida en el laberinto.

Me parece muy apropiada, para referirnos a la crisis actual, la imagen del laberinto, más que la de un bosque en que la mente católica se halla perdida. Porque el laberinto ha sido ideado y construido. Y en él, la mente cristiana es retada a salir triunfante, perseguida por un Minotauro al que hay que derrotar.

—¿Cuál cree ud que es el hilo de salvación, para no perdernos definitivamente, y encontrar la salida?

Sin duda, el catolicismo bíblico-tradicional, auxiliado por un sano realismo tomista. Es el instrumento orientativo más potente. Nos aportará el criterio racional para encontrar los polos cardinales con que orientarnos. La brújula de los universales. El hilo de la ley natural es la clave.

—Interesante eso de la brújula de los universales y el hilo de la ley natural. 

—Si Dios quiere, más adelante hablaremos de ello. Seguiremos aclarando la relación causa y efecto que existe entre el modernismo y el progresismo líquido y bipolar de la posmodernidad.

 

26 comentarios

  
Pedro L. Llera
Efectivamente, querido Alonso. Al menos tú y yo estamos en guerra declarada contra el Modernismo. Es el combate que nos ha tocado librar.
__________
A.G.:
En efecto, amigo Pedro. El modernismo no ha caducado, está vivito y coleando, bajo la biforma del progresismo eclesial. Infocatólica está siendo en este sentido luz en las tinieblas. ¡Reforma o apostasía!
15/03/17 5:51 PM
  
Palas Atenea
¿Está seguro que van a entender lo de dúlico e hiperdúlico? Aunque usted no se para en barras en cuanto a vocabulario, razón por la que entra aquí limitada cantidad de gente, la dulía e hiperdulía es algo que no oigo desde el bachillerato y dudo mucho que en fechas posteriores se las haya nombrado para nada en las clases de religión.
__________
A.G.:
Jeje, bueno vamos a intentarlo. Es una forma, además, de educar, de enseñar. Y son palabras importantes. Desde luego, Palas Atenea, es síntoma de crisis, de la crisis actual, que estos conceptos tan especiales para la identidad católica hayan sido silenciados. Nosotros no.
15/03/17 6:17 PM
  
Palas Atenea
Desde luego que ambas son señal de Catolicismo, aunque tal vez las compartamos con los ortodoxos-no sé si el concepto será el mismo en ambos casos-pero a los protestantes les levantan ronchas.
_________
A.G.:
Muy cierto. Yo creo que son signos de identidad católica. Porque del culto a los santos surge una gran cultura católica, arte, literatura, pensamiento; y además, no lo olvidemos, está íntimamente conectada con la teología de las mediaciones, que es central en el catolicismo; y con el concepto de lo sagrado y lo sacramental.
15/03/17 6:42 PM
  
Verónica
Muy bueno su post. Sobretodo por lo del hegelianismo, que no suele mencionarse mucho. Aunque desde mi experiencia, intentar dialogar con los neomarxistas es imposible apelando a la razón silogistica y no dialéctica y basándose en la ley natural. Precisamente por su esquema de pensamiento hegeliano, es muy difícil. Recuerdo un amigo comunista que me decía que era consciente que la fuerza de su pensamiento eran las contradicciones. Esto se ve hoy en día, por ejemplo, cuando les dices que las actuales leyes contra la "violencia machista" no han conseguido que haya menos mujeres asesinadas. Te contestan que el "propósito" ha sido "que la sociedad tome conciencia de la influencia del machismo" y te torean en la conversación para eludir que efectivamente, el fin objetivo que debería tener esa ley no se cumple. Ellos ponen su fuerza en sus contradicciones, como cuando las ideologas queer, parten de lo mala malísima que es la biopolítica, y que la medicina solo es un instrumento del Estado para controlar los cuerpos de los ciudadanos, pero luego te sueltan que gracias a la biopolítica pueden ellas no ser ni hombres ni mujeres con ayuda de la tecnología médica..... Cuando hablo con alguno de ellos intento más bien darle la vuelta a su dialéctica, porque intentar lo que usted propone, al menos yo no le he conseguido nunca. Si se les suelta que el aborto es un instrumento del poder, que prefiere extenderlo para poder ignorar las injusticias laborales y sociales de las mujeres, o que el colectivo LGTB, son una elite propia de la burguesía y que se han apoderado de derechos que nos pertenecen a los nuevo-proletarios de clase obrera (la familia), si esto se les argumenta bien, a veces no saben qué decirte. Apelando a que el feto es un ser humano o a que la familia se funda en el derecho natural, nunca he conseguido dialogar con ellos. No digo que no haya que decirlo, por supuesto que sí, pero depende a qué gente, hay que razonarles de otra manera.....

__________ __________ __________
A.G.:
Entiendo lo que dice Verónica. En esos casos, la verdad es que parece imposible la comunicación, sobre todo porque para el marxismo cultural (y para el liberalismo) la ley natural no existe, lo cual es una idea heredada del nominalismo, como vengo enseñando insistentemente.

Pero aun siendo difícil, creo que razonar y argumentar es un signo de civilización cristiana al que nos mueve la gracia. Dios puede actuar a través de un simple argumento, o de una palabra desconocida. Es verdad que, como bien dice, su esquema de pensamiento hegeliano hace difícil dialogar. Pero no olvide que no nos toca a nosotros evaluar los resultados ni dar el crecimiento, sino ser instrumentos del poder de Dios.
15/03/17 6:46 PM
  
Palas Atenea
En los conversos la dulía suele estar junto al último paso de su conversión, que yo sepa C.S. Lewis no lo dio a pesar de aproximarse mucho al Catolicismo. Sin nuestra Santísima Madre no hay Catolicismo. Creo que en ella está la piedra de toque del verdadero católico, por eso me alegré tanto de que hace unos días hubieran vuelto a consagrar a Inglaterra, en otros tiempos llamada "Dowry of Mary", a la Virgen María.
__________
A.G.:
Así es, muy cierto. El amor a la Santísima Virgen es signo de predestinación. El caso Lewis no lo conozco bien, a este respecto, pero nunca sabe, hay cosas que podemos no conocer, y que moran en lo secreto.
15/03/17 6:55 PM
  
milton
“La cultura líquida moderna ya no siente que es una cultura de aprendizaje y acumulación, como las culturas registradas en los informes de historiadores y etnógrafos. A cambio, se nos aparece como una cultura del desapego, de la discontinuidad y del olvido.” ZYGMUNT BAUMAN.

«El hombre debe entregarse, en la medida que le sea posible al estudio de las verdades inmortales y divinas» (De partibus animalium, c. 5). Aristóteles.
_________
A.G.:
Eso de la sociedad de la discontinuidad y del desapego da para mucho. Son buenas expresiones.

Por supuesto, el estudio de la doctrina, de la Palabra de Dios, de la buena filosofía (tomista), de la literatura y el pensamiento cristianos... qué buena e importante ocupación. Destaco, además, la importancia fundamental de la lectura espiritual para avanzar en la fe.

Gracias milton por las citas.
15/03/17 7:18 PM
  
Martinna
Pues yo solo estudie filosofía hasta COU y sin embargo leo y releo todo lo que escribe. No sé cuánto me pierdo de estos temas pero aprendo bastante a pesar de no saber filosofía y teología. Me gusta leer y consultar sobre lo que leo.
Como yo habrá muchos que en parte porque lo explica muy bien, en parte por intuición, o por atender en conferencias y cursos, nos estamos aprovechando de su buen hacer. Así que muchas gracias por su trabajo.
Ya dará abundante fruto a su tiempo. Por ahora, es muy interesante seguir todos los capítulos y comentarios.
15/03/17 9:27 PM
  
milton
La iglesia nos pide que cuando entremos en ella nos quitemos el sombrero no la cabeza decía Chesterton.

Papa León XIII, Sapientiae christianae, # 14, 10 de enero de 1890: “Pero cuando la necesidad apremia, no sólo deben guardar incólume la fe los que mandan, sino que, como enseña Santo Tomás, ‘cada uno esté obligado a propagar la fe delante de los otros, ya para instruir y confirmar a los demás fieles, ya para reprimir la audacia de los infieles’. Ceder el puesto al enemigo, o callar cuando de todas partes se levanta incesante clamoreo para oprimir a la verdad, propio es, o de hombre cobarde, o de quien duda estar en posesión de las verdades que profesa”.

15/03/17 11:08 PM
  
carmelo
Hoy Jesús "subiendo" da a conocer su destino, conoce ya lo que le espera de sus agresores que le crucificaran, y también sabe que resucitara. Jesús sabe incluso que un apóstol "Judas "lo entregara. Los apóstoles discuten el puesto que tendrán y lo hacen desde su mortal importancia. Y es que la tentación de caer en la idea de podemos ordenar los eventos, o cambiarlos a nuestra medida y antojo nos va desfigurando la subida siguiendo a Jesús; no queremos acoger el plan de Dios que es quien conoce "a quien le tiene reservado". Los fariseos y escribas pretendían ordenar los eventos futuros anulando a Jesús, los apóstoles de modo peculiar, arreglarlo a conveniencia. Al final los extremos apuntan a una anomia, a la deconstrucción de los eventos.
El hombre esta tentado a pretender a cambiar el plan divino, le cuesta ser hombre de Pacto y de ese modo se "tiraniza", el hombre de hoy prefiere pensar que somos resultado de la evolución, de una moral cambiante, de una ley que se adecue a los vientos y corrientes actuales, pero por dentro no es la pretendida "adecuación evolucionista" sino mas bien es Creerse Dios. Yo diría que es la siembra malvada del enemigo de la parábola de la cizaña que falsea los frutos y hace parodia del amor y la alegría. Esta es sembrada mientras duerme el administrador. Ella y sus frutos tiene un solo destino "fuego eterno". y como nada sucede sin que Mi Padre Celestial lo sepa, Confiados debemos esperar que completado el numero mande los segadores a buscar los frutos, y la espiga.
16/03/17 12:55 AM
  
Néstor
Muy buen "post". En cuanto al progresismo, me parece que tiene una fase moderna y otra postmoderna, porque en realidad nace de la contaminación del catolicismo por el marxismo, que se manifestó sobre todo a partir del fin de la Segunda Guerra Mundial.

Por supuesto que eso de "postmoderno" no hay tomarlo a la letra y que se trata de una fase más de la modernidad, más coherente, si se quiere, con el principio moderno fundamental que es subjetivista y relativista, derivado justamente del nominalismo.

Saludos cordiales.
16/03/17 1:31 AM
  
Ricardo de Argentina
Gran y lúcido trabajo de esclarecimiento este que haces, Alonso, Dios te lo pague.
Si a Lutero se lo considera el padre mediato de la tiranía liberal, al entregar en bandeja una seudo religión a pedido de los déspotas alemanes, a Hegel se lo debería considerar el padre filosófico del liberalismo. Porque es muy cierto que tanto el ala derecha como el ala izquierda de la tiranía liberal, son deudoras del idealismo hegeliano.

El comunismo y el capitalismo tienen no solamente un origen común, sino que -y esto es lo más peligroso- también tienen una finalidad común. Izquierdas y derechas son las pinzas de la misma tenaza. No es casualidad que ambos hayan luchado en el mismo bando en la IIGM. No es casualidad que se hayan repartido el mundo de común acuerdo. No es casualidad que ambos se pretendan "progresistas". No es casualidad que ambos odien a Cristo y a su Iglesia, y promuevan las aberraciones satánicas más inconcebibles como el aborto, la eugenesia, el feminismo o la ideología de género.
16/03/17 1:37 AM
  
jorge
Estimado Alonso

Tengo la impresión que confundes Renacimiento como una de las edades de la Historia. El Renacimiento ocurre dentro de una de ellas (la Moderna) pero no es una de ellas.

Que durante algunos de los años en los que se desarrolla el Renacimiento, se gesten a su vez otras manifestaciones humanas, como el Nominalismo, la Reforma, el Empirismo, el Racionalismo, etc, no significa que el Renacimiento sea causa de las mismas. No aprecio ninguna correspondencia causal entre el Renacimiento y el protestantismo, ni tampoco con aquello que llamas el catolicismo reducido.

Cabe señalar que gracias al Renacimiento se producen venturosamente los nuevos y verdaderos estados nacionales, como Francia, España, y los Países Bajos, por ejemplo, en oposición a las expresiones de formas imperiales como Bizancio, el Sacro Imperio o los Árabes.

Por otro lado, sí comparto la idea de que el liberalismo y el marxismo sean las piezas corpóreas que componen un minotauro, o sencillamente, sean como las caras de una misma moneda.

Pero profundizando, el marxismo es en realidad hijo natural del liberalismo, un hijo más perverso que el padre. No olvidemos que Marx redactó su Capital, en la capital del liberalismo: la ciudad de Londres.

Ahora, tanto el liberalismo como el marxismo, conciben la realidad humana sin necesidad del concepto de Estado Nacional; conciben la realidad humana como una gran y multiforme colección de individuos, una gran sociedad, sea capitalista, o comunista.

Para los liberales y los marxistas, les viene bien la ausencia de estados nacionales, pues sólo conciben sociedades del tipo laissez faire, o sociedades sometidas a un proletariado etéreo pero omnipotente, en otras palabras a una dictadura, dictadura de lo políticamente correcto.

Por ello, es evidente e innegable la gran afinidad entre las democracias occidentales (sobre todo europeas) y los experimentos comunistas (represión a las libertades religiosas, de expresión, de educación, la subordinación y sometimiento de la familia, etc).

En ese sentido, veo difícil inferir que el Renacimiento haya sido la madre del liberalismo (que luego produjo el marxismo) sino todo lo contrario; éstos últimos corresponden más bien a una expresión reaccionaria siempre latente de totalitarismo e imperialismo que a través de Persia, el Imperio Romano, los Árabes, Bizancio, y más recientemente a través del Imperio Británico, la URSS, y hoy la ONU (lo que se conoce como Unión Europea cae dentro de este grupo) , tratan de eliminar la independencia de los Estados Soberanos (originados gracias al Renacimiento), y someter así a los pueblos a una dictadura global.



__________ __________ __________
A.G.:
Estimado jorge,

Mi tesis no es que todo en el Renacimiento sea malo, por así decir. En concreto, en España el Renacimiento tuvo en gran medida un carácter reactivo contra los excesos del Renacimiento europeo. Podemos que decir que todavía en el Renacimiento la Cristiandad es cristiana, respeta y cree en la ley natural, etc.

El problema es que es en el Renacimiento cuando se difunde masivamente y se consolida la toxina nominalista voluntarista, que irrumpe en dos frentes: la reforma protestante, y un seudocatolicismo voluntarista cuyo desarrollo, con el tiempo, conducirá al modernismo. Esto es un hecho indudable, y lo vengo demostrando en numerosos post.

Para ilustrar esto, copio unas palabras de la Historia de la Filosofía del P. Ceferino Gonzalez O.P.:

Tres son los caracteres generales que nos ofrece el Renacimiento, considerado desde este punto de vista, que son:

a) La reaparición o renovación de la literatura antigua, y principalmente de la greco-romana, en todas sus fases y ramas.

b) La hostilidad, ora manifiesta, ora latente, contra la Iglesia y las instituciones eclesiásticas, y la tendencia a sustituir las ideas, costumbres e instituciones católicas de la Europa cristiana con las ideas, costumbres e instituciones de Grecia y Roma. [157]

c) Los grandes descubrimientos y progresos que se verificaron en las ciencias físicas y naturales.

Lo que hemos señalado como segundo carácter del Renacimiento, representa y constituye, en nuestra opinión, el defecto capital de éste, el virus radical que vició y esterilizó el movimiento renaciente en casi todas sus manifestaciones. Porque fue esa hostilidad contra la Iglesia y sus instituciones, fue el espíritu anticristiano el que, si no fue causa única del protestantismo, contribuyó eficazmente a su origen, progresos y funestos resultados. Fue también ese espíritu anticristiano, incubado por el Renacimiento, el que en el terreno propiamente filosófico inspiró y dio cuerpo a la incredulidad latente o manifiesta de los Pomponazzi, Vanini, Bruno y tantos otros de aquella época; y en el terreno filosófico-literario dio origen a esas diatribas calumniosas y soeces que, para vergüenza eterna de Hutten y de sus amigos, se conservan en las famosas Epistolae obscurorum virorum, como dio origen también a esos libelos en que los citados renacientes, con otros varios, incluso Erasmo, se desataron en injurias y calumnias contra el Papa y las órdenes monásticas. Fue también ese espíritu anticristiano el que dio calor y vida y fuerza y grande desarrollo a esa política, a la vez cesarista y anticristiana, cuyos efectos y lógicos resultados presenciamos y experimentamos hoy todos, y más que todos, esos mismos reyes y poderosos, que se sirvieron de ella para esclavizar a la Iglesia, para destruir sus instituciones salvadoras.


El espíritu anti-cristiano, que constituye el segundo carácter general del Renacimiento, además de dar origen a los excesos, extravíos y errores de ciertos literatos y filósofos, según se acaba de indicar, fue, si no la causa única, la principal, al menos, del protestantismo, con todas sus lógicas y naturales consecuencias hasta hoy, que son las guerras religiosas y sociales del siglo XVI y primera mitad del siguiente, y después de éstas, en los siglos siguientes, el escepticismo e indiferentismo religioso, el racionalismo científico, el cesarismo político, la incredulidad volteriana, y, como síntesis de todas esas corrientes engendradas por el protestantismo, la revolución universal y radical que se cierne hoy sobre nuestra cabeza, y que amenaza [160] ahogar con sus brazos a los mismos que antes la llamaron en su auxilio para despojar y vencer a la Iglesia, a los mismos que antes le dieron protección, calor y vida."

"Y a vista de todo esto, a vista de los resultados tan funestos como innegables que ha producido, por lo que hemos señalado como segundo carácter del Renacimiento, excusado parece decir que en este concepto, y desde este punto de vista, el Renacimiento no merece las simpatías ni la aprobación del católico, ni del hombre imparcial y de sano criterio, porque, en este concepto, fue un mal grande, origen de males mayores."
16/03/17 3:03 AM
  
Ricardo de Argentina
Alonso, creo que tu tesis de que en el Renacimiento ya se manifestaban, aunque larvados o "en el armario", los elementos básicos de la Gran Apostasía que ahora padecemos, es correcta. Elementos que luego se fueron manifestando abiertamente en la medida en que la fidelidad católica del pueblo se fue apagando.
Nominalismo, paganismo, "autodemolición" traidora, rebeldía, hostilidad hacia la Iglesia y sus ministros, entronización del Hombre en lugar de Dios, se rastrean con nitidez desde esa época de la Historia.
Si Dios nos pone ante el imponente desafío de desandar ese camino de traición -todo es posible si Él lo quiere-, o si esto no tiene vuelta atrás y se viene la Parusía, es cosa que veremos en "el próximo capítulo".
16/03/17 2:24 PM
  
Juan Andrés
Leo siempre todos sus artículos y debo reconocer que se van tan atrás en el tiempo, tanto, tanto, que queda una imagen de continuo declive y extinción. Alguna vez, en viejo comentario, le hice llegar la inquietud sobre la espera de alguien con preparación adecuada que aparezca y escriba sobre el "a pesar de...". Puede ser una vía de fortalecimiento de la esperanza o de mostrar signos de que, "a pesar de" todo ello, la historia sigue en manos del Señor. Son un poquito desmoralizantes, sobre todo en estos tiempos de tanto caos. Bien nos vendría un bálsamo a los que nos refugiamos en portales como éste. Cordiales saludos.
16/03/17 8:34 PM
  
Alonso Gracián
Gracias Néstor.

De acuerdo con tu comentario. Coincido en que, como dices:

En cuanto al progresismo, me parece que tiene una fase moderna y otra postmoderna, porque en realidad nace de la contaminación del catolicismo por el marxismo, que se manifestó sobre todo a partir del fin de la Segunda Guerra Mundial.


Esto me parece indudable. Y añado que esta contaminación se produjo muy especialmente además en el posconcilio, porque pilló a la Iglesia con las defensas bajas.
16/03/17 8:59 PM
  
Alonso Gracián
Juan Andrés:

Es verdad que me remonto mucho en el tiempo, y eso puede desconcertar, pero comprenda que es necesario para detectar el mal y su desarrollo. Sé que es duro, sé que es difícil. Pero no hay más remedio que tener claro dónde está el mal que nos aqueja, cómo se gestó y se hizo fuerte, para poder remediarlo, con la ayuda de Dios. Si queremos reformar santamente la Iglesia, y ayudar corregir la crisis con el auxilio divino, es urgente darse cuenta de que el problema viene de atrás, y saber en qué consiste.

Hay que partir de la realidad de los hechos. Y por supuesto confiar en Dios, porque su poder no mengua, y sin duda está al control, suscitando hostias vivas, holocaustos, mártires, testigos.

En este blog, por otra parte, podrá encontrar muchos posts dedicados al esplendor de la doctrina, otros con buen humor, y muchos sobre la gracia. Prometo ser más frecuente en ellos. Gracias por la observación, la tendré en cuenta.
16/03/17 9:08 PM
  
Alonso Gracián
Gracias Ricardo de Argentina:

Lo ha expresado muy bien en esta frase:

Dios nos pone ante el imponente desafío de desandar ese camino.

En efecto, en el Renacimiento, a pesar de cosas buenas, se gestaba una enfermedad que se hizo fuerte y potente, y que todavía no se ha sanado. La enfermedad se ha hecho crónica, y se llama modernismo. Que no nos distraiga el término Posmodernidad, con el que se agua el mal. Es cierto que ha mutado, porque es proteico. Pero es el mismo mal con forma diferente. Es un Cambiante.
16/03/17 9:13 PM
  
Ricardo de Argentina
Sí Alonso, por provenir del Espíritu Inmundo el Modernismo es camaleónico y mutante como el virus del SIDA.

A mí me quedan serias dudas de que Dios lleve a la Historia hacia una renovada Cristiandad. Que puede ser, por supuesto, aunque yo ahora no lo distingo.
Pero de lo que no me caben dudas es que Dios nos manda desandar ese camino en nuestra vida personal, lo que nos lleva a nadar contracorriente. Y en nuestra vida familiar en la medida de nuestras posibilidades.
____________
A.G.:
Pues sí, camaleónico, mutante. Yo tampoco creo, Ricardo, que Dios nos lleve a una renovada Cristiandad. Los signos de los tiempos, como se suele decir, no indican eso. Más bien indican una gran tribulación para los defensores de la doctrina del Señor y apostasías sin cuento. Es la hora del martirio, diría Bloy.
16/03/17 11:08 PM
  
Palas Atenea
En libros que no tenían que ver con el Catolicismo, sino meramente con la Historia, me he dado cuenta de que el Renacimiento no fue lo que yo pensaba que era: un humanismo inocente que trataba de dar al hombre su dignidad. En España, a la que los italianos consideraban muy medieval, la cosa no fue tan virulenta pero en Italia hubo prácticas, como la magia, la cábala y la hechicería, y personas como Pico della Mirandola y Nicolás Maquiavelo de las que decir que eran impías es decir poco, algunas afirmaciones del primero estremece leerlas porque parecen postmodernas: "Cuando Dios terminó la Creación del Mundo, empieza a contemplar la creación del hombre, cuya función será meditar, admirar y amar la grandeza de la creación de Dios. Pero Dios no encontraba un modelo para hacerlo. Por lo tanto se dirige al primer ejemplar de su criatura y le dice: "No te he dado una forma, ni una función específica, a ti, Adán. Por tal motivo tendrás la función y la forma que desees. La Naturaleza de las demás criaturas la he dado de acuerdo a mi deseo. Pero tú no tendrás límites. Tú definirás tus propias limitaciones de acuerdo con tu libre albedrío. Te colocaré en el centro del universo, de manera que te sea más fácil dominar tus alrededores. No te hecho mortal, ni inmortal; ni de la tierra ni del cielo. De tal manera que podrás transformarte a ti mismo en lo que desees. Podrás descender a la forma más baja de existencia como si fueras una bestia o podrás, en cambio, renacer más allá del juicio de tu propia alma, entre los más altos espíritus, aquellos que son divinos". ¡Espantoso! ¡Habla como la serpiente!
Eso no quiere decir que todos los intelectuales de la época fueran así pero había un número de ellos que, como simiente maligna, se infiltraron sibilinamente creando el clima propicio para lo que vino después y esos intelectuales tuvieron muchísimo prestigio y han quedado en la historia.
16/03/17 11:25 PM
  
José Díaz
Alonso, le felicito porque creo que la referencia al mito clásico de Teseo es un recurso muy apropiado, extraordinariamente pedagógico. Según el mito, Teseo viaja a Creta para ofrecer al Minotauro el sacrificio de catorce jóvenes. Continuando con su reinterpretación del mito, tengo la impresión de que el Minotauro modernista también exige el sacrificio de otras víctimas, que son los dogmas y doctrinas de nuestra fe, ya la indisolubilidad del matrimonio, la virginidad de María Santísima, la divinidad de Cristo, la necesidad de la gracia o los sacramentos.
Un breve comentario a Jorge: querido amigo, la creación de los Estados modernos no es un producto del Renacimiento, sino un fenómeno coincidente con éste. Había comenzado mucho antes, en plena Edad Media, al margen, ciertamente -como vd señala- de los poderes universales como Bizancio o el Sacro Imperio, pero en estrecha conexión con las monarquías surgidas en el solar de las antiguas provincias del Occidente romano, muy en especial la Francia de los Capetos, sobre todo a partir de Luis VI, esto es, a finales del siglo XI.
En segundo lugar, en la construcción del Estado moderno, que fue un proceso de varios siglos, convergieron otros dos fenómenos: el redescubrimiento del derecho romano tardío -es decir, el de los siglos III a V- y la llegada a las universidades europeas del aristotelismo. El romanismo o redescubrimiento del derecho romano data del siglo XI, tuvo como marco la Universidad de Bolonia y consistió principalmente en el hallazgo del Corpus iuris civilis de Justiniano. En cuanto al aristotelismo, fue un fenómeno sobre todo del siglo XIII, y ahí tuvo mucho que ver Santo Tomás de Aquino, que trató el tema político y la concepción cristiana del Estado en algunos pasajes de la Summa Theologica y, muy especialmente, en el De Regimine Principum. Fíjese, querido amigo Jorge, que estos dos fenómenos tuvieron lugar entre los siglos XI y XIII, varios siglos antes del Renacimiento.
La construcción del Estado moderno eclosiona, efectivamente, durante el Renacimiento, pero no por causa suya. No obstante, le doy la razón en algo: el Renacimiento ejerció un influjo sobre el fenómeno de creación de los Estados modernos, pero fue una influencia negativa, porque por la vía del nominalismo, que desvincula el orden natural del sobrenatural y la fe de la razón, la Modernidad renacentista eliminó toda correspondencia entre el estado de la razón y la razón de Estado. La traición del Occidente renacentista a la genuina identidad europea -ese fenómeno que el blogger denomina la Gran Impostura- encuentra su expresión política en la quiebra de esa relación entre ley natural y ley positiva. El Renacimiento y la Modernidad, a causa precisamente de su carga nominalista, substituyen la verdad por la voluntad y de esa forma se inocula un peligroso germen bacteriano: el liberticidio. La concepción luterana de la política bebe de estas fuentes. A partir de ellas se desencadena un hilo de continuidad que desemboca en los totalitarismos del siglo XX, pero también en las democracias liberales, que niegan la verdad para afirmar la superioridad de una voluntad "democrática" que cuenta entre sus efectos la negación del derecho a la vida a los nasciturus, a los enfermos, a quienes sufren, etc.
Un fuerte abrazo y bendiciones de Cristo y de María Virgen Inmaculada. ¡Santa Cuaresma!
17/03/17 1:29 AM
  
Verónica
Gracias por su respuesta, Alonso. Si me permite un comentario sobre la concepción de la ley natural en el pensamiento actual, que como usted bien señala, se da tanto en el marxismo cultural como en el liberalismo: en mi opinión, no es que no exista para ellos. Más bien se correspondería, creo yo, con lo que denominarían "determinaciones de la naturaleza". La diferencia estaría en que lo que para nosotros es la ley natural, ya contiene en si la esencia de lo que somos y de lo que debemos ser, y para ello requerimos una adecuada lectura de nuestra propia naturaleza. Con terminología aristotélica, esto se correspondería a un "llegar a ser lo que se es", y en esta labor que abarca toda nuestra vida, es donde se produce el desarrollo de nuestra libertad. Y efectivamente, desarrollamos una esencia. Por el contrario, para el hegelianismo y sus bastardos, la libertad del individuo o las sociedades no se consigue desarrollando y llevando a plenitud la naturaleza misma de las cosas, sino "superandola". O dicho de otro modo a mi entender: por un proceso de transformación, en el que las esencias se "construyen". Cuando más se aleja uno de lo natural (lo determinado), y lo reelaborar, hasta llegar a su antítesis (lo contrario de su naturaleza determinada) es cuando ellos dicen que llegamos a ser lo que somos, que no es más que lo que construimos. De ahí, que cuando se les plantea: "los niños tienen pene", alegan (no los guachiplein, sino los listos, los más peligrosos) que sí, que efectivamente es así. Pero que no tienen ningún criterio de corrección, para establecer de ahí un deber ser y que al final la esencia de algo será lo que se construya. Efectivamente entronca con el nominalismo, como usted dice. Pero entonces, nuestro problema para el diálogo es grande. Santo Tomás decía que para hablar con los gentiles debíamos partir de premisas básicas de la ley natural a ambos, pero en el momento en que nuestra sociedad, o no lo acepta, o incluso aunque acepte que exista una esencia de lo natural, ésta no debe más que ser superada, para poder llegar a ser libre, entonces, qué hacemos? La única solución que yo he encontrado es ser tomista de corazón y Foucaultiana en las formas.... Me nutro de ustedes, pero luego no puedo exponer como ustedes. Para ellos la única esencia real, es la contruida socialmente. Por ejemplo, Foucault habla de la invención del concepto "homosexual" y en parte tiene razón, aunque el lo hace para motivos perversos. Pero utilizar ciertas premisas suyas, puede descolocarlos, que es lo más difícil. Y si se logra eso...
Entonces ya poco a poco a ver si razonamos.... Un saludo y gracias por sus post.
17/03/17 2:23 PM
  
Verónica
Y por otro lado, muy bien por mencionar a Wittgentein. A ver si le da más caña a los analíticos que esos si son muuuuuyy nominalistas. Teniendo en cuenta que la otra gran mitad de la filosofía actual son ellos, se merecen un buen meneo!!!! Un saludo.
17/03/17 2:31 PM
  
Andres Robles
La guerra es contra el modernismo, pero hay que tener en cuenta que si bien el modernismo es un virus que infecta también a muchos incautos que honestamente aman a la Iglesia y se dejan llevar por su influjo, es a su vez una quasi "enfermedad mental" como la calificaria San Pio X en una de sus alocusiones, que a diferencia de una enfermedad común ha sido creada por los enemigos de la Iglesia, esto hay que tenerlo muy en cuenta.

La batalla por lo tanto, es contra los enemigos de la Iglesia, hoy "unidos en magnifico consorcio" en las logias masónicas de matriz judeo-cabalistica y en todas sus instituciones satélites. El modernismo es el virus que ellos han inventado para inocular con el error a la Iglesia, y desde ahi, a los legos.
17/03/17 3:23 PM
  
Centurión Cornelio
Los nombres "Renacimiento", "Ilustración", "Edad Media", tienen una carga ideológica tremenda. Tengo que decir que me ha gustado mucho el comentario de don Jorge.
Es curioso comprobar cómo Hobbes, Kant, Heggel, Platón... tienen una influencia inmensa en personas que no podrían escribir media cuartilla sobre ninguno de ellos.
18/03/17 11:02 AM
  
Marisa
Estimado Alonso: Es verdaderamente un deleite para mí leer (y estudiar) sus posts. Como bien dice, "la brújula de los universales" - yo suelo llamarlos "la llave maestra", permite desentrañar y desenmascarar los graves errores filosóficos que se esconden o subyacen en "grandes" filósofos de todos los tiempos; "grandes" por sus influencias en otras áreas -no sólo en otros filósofos- como en sociología, educación, política, ética.. y también "grandes" por su vigencia y apogeo aún siglos después de sus vidas en la tierra.
Y es un deleite, además, porque algunos que amamos la filosofía tomista hemos sido literalmente "silenciados" y echados de nuestros trabajos en investigación, como seres indeseables y (supongo) "peligrosos". Es una injusticia cuyo dolor ofrezco al Señor con toda mi humildad, pero sin dejar por eso de reconocerla como tal.
Ya le digo, poder leer sus posts es un oasis en mi particular desierto.
Muchas gracias!!
19/03/17 11:17 AM
  
Piedad
Mil Gracias, tanto para el Autor del texto como para los comentaristas del mismo. No alcanzarán a imaginar el gran bien que nos hacen con sus conocimientos a los que somos legos en estas materias relativas a la filosofía, teología, historia, sociología, ciencias humanas y Doctrina Católica. Todas ellas indispensables para acercarse al conocimiento y la comprensión de la cultura religiosa Catolica actual.
Indudablemente, y de manera especial, les estoy muy agradecida, porque con su instrucción y nuestro estudio constante aprenderemos a reconocer quién es quién en el medio que nos rodea, y qué es lo que se proponen con las ideas, innovaciones y ánimos reformistas a todo nivel.
__________ __________
A.G.:
Gracias a ud, Piedad.
Como bien comenta, el estudio constante de la doctrina y sus disciplinas auxiliares es muy importante para diagnosticar los males que nos aquejan y orientarnos en la crisis actual.
25/03/17 10:47 PM

Dejar un comentario



No se aceptan los comentarios ajenos al tema, sin sentido, repetidos o que contengan publicidad o spam. Tampoco comentarios insultantes, blasfemos o que inciten a la violencia, discriminación o a cualesquiera otros actos contrarios a la legislación española, así como aquéllos que contengan ataques o insultos a los otros comentaristas, a los bloggers o al Director.

Los comentarios no reflejan la opinión de InfoCatólica, sino la de los comentaristas. InfoCatólica se reserva el derecho a eliminar los comentarios que considere que no se ajusten a estas normas.