(129) Otro micropost, esta vez contra el ternurismo excesivo
Me pregunto si con tanta caricia de Dios el pecador se convierte, o sigue pecando sin temor, cual niño mimado que como respuesta a sus trastadas encuentra, como bonificación, una carantoña.
Es propio de Dios, cuando quiere, mostrarse como Padre bueno y cariñoso. Pero esta ternura ni es su única pedagogía, ni la muestra más importante de su amor, ni se produce al margen de la cruz del Verbo.
El centro de la pedagogía divina es la cruz del Hijo, el centro del amor divino es el sacrificio de su Primogénito.
Pero él soportaba nuestros sufrimientos
y cargaba con nuestras dolencias,
y nosotros lo considerábamos golpeado,
herido por Dios y humillado.
Él fue traspasado por nuestras rebeldías
y triturado por nuestras iniquidades.
El castigo que nos da la paz recayó sobre él
y por sus heridas fuimos sanados. (Is 53, 4-5)
No podemos olvidar que si pasamos de ser hijos de la ira y enemigos de Dios (Trento, ses. VI) a ser amigos e hijos por la gracia, es porque hubo Uno que recibió el castigo que nos merecemos, las heridas que nos merecemos, el dolor y el oprobio que nos merecemos por nuestros muchos y horrorosos pecados. Por eso no ha de extrañarnos, tras la conversión, recibir el amor de Dios en forma de cruces, de luminosas tribulaciones, de llagas mil, en beneficio de muchos. No ha de extrañarnos participar del sudor de sangre de Cristo. No ha de extrañarnos el dolor, que es redentor y luminoso.
El pecador no es redimido y transformado por la gracia con méritos de agasajo, sino con méritos de cruz, con el sacrificio sangriento del único Hijo, cuya gracia transforma, cuyo dolor santifica, cuya sangre redime y limpia y mata dolorosamente al hombre viejo, para que nazca la nueva criatura.
Todos andábamos errantes como ovejas,
siguiendo cada uno su propio camino,
y el Señor hizo recaer sobre él
las iniquidades de todos nosotros. (Is 53, 6)
Dios ama a su Hijo y todo lo hace pensando en su Hijo, obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. La gracia nos configura al Crucificado, al Sufriente por todos, al Cordero que Sangra para dar Vida, al Mediador herido, que es Varón de Dolores. Las caricias que recibimos están teñidas de sangre salvadora. La gracia hiere al hombre viejo en lo más hondo, con herida que transfigura.
En la cruz reside nuestra salvación y el amor desbordante e inefable que Dios nos tiene. Toda ternura recibida es fruto de un Santo Sacrificio.
Y aquí descubrimos de qué manera alucinante nos ama Dios.
22 comentarios
Mantengo que Dios tiene una pedagogía perfectamente sabia y perfectamente eficaz. Pero esta pedagogía se parece mas a la de un maestro samurai que a la de un anciano blandito y con alzheimer.
Puede ser tierno pero tambien enormemente duro como bien sabemos.
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A.G.:
Es cierto lo que ud dice. Tanta caricia y ternura resulta un tanto cursi, por no decir muy cursi, y poco viril, por cierto. Pero es un problema de hoy. Se presenta una fe poco viril, y los hombres se alejan de la Iglesia en estampida ante tanta caricia.
Me hizo gracia lo de la pedagogía del maestro samurai, jeje
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Nota: por los comentarios que siguen, aclaro: me refiero como poco viril a tanto exceso de ternurismo. No pretendo contraponer ternura y masculinidad, como si un varón no pudiera ser tierno, jeje. Ah y gracias por vuestras aportaciones. Lo aclaro y ya está.
Y en su paciencia y exigencia, conozco cuánto me ayuda, vislumbro cuánto me ama. La dureza no es un problema cuando El da lo que pide. Lo pide porque lo ha dado ya.
Gracias
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A.G.:
Muy bien dicho, lo pide porque lo dio primero.
(Frére Roger de Taizé)
Muy buenos estos microposts.
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A.G.:
Eso es, hay que ser sal del mundo.
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A.G.:
Me refiero al ternurismo excesivo y cursi. No me parece viril. La ternura sí. Aunque es más propio de la maternidad, de la mujer, pero sí, un hombre puede tener ternura por supuesto.
También pienso que contraponer ternura y virilidad es un error se puede ser firme y amoroso o tierno a la vez lo contrario es un problema de comprensión de términos o en su defecto un problema personal afectivo.
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A.G.:
Gregory, la ternura es buena, ciertamente.
Contraponer ternura y virilidad no tiene sentido. Aquí se habla del ternurismo.
Gracias Señor, sabemos por Ti que todos los dolores resucitan para La Gloria.
Una vez en Cuba me soltaron de sopetón que yo no era racista, cosa que me sorprendió porque no había dicho nada. Al ver mi sorpresa mi interlocutor me dijo que ellos no se fijan en lo que las personas dicen acerca del tema sino en la expresión corporal, porque ésta tarda un tiempo en ser controlada, y al pasar rozándome una mujer negra como la noche mi cara no había expresado rechazo alguno ni siquiera por un segundo. La ternura es igual se expresa con la mirada y el movimiento de las manos; se nota pero no se dice. Yo no veo esos gestos de ternura más que en contadas personas.
Hablo de mis experiencias porque sólo a través de ellas se pueden ver las virtudes y los defectos. "Por sus frutos los conoceréis", dice El Evangelio, y los frutos son acciones.
Me refiero al ternurismo cursi.
Lo he leido varias veces y no puedo encontrar un solo pero. Asi que como buen protestante, algo tendre que protestar ...
Un hombre que puede escribir: "La gracia hiere al hombre viejo en lo más hondo, con herida que transfigura." seguro que puede encontrar una alternativa al horrisono barbarismo "micropost".
Cuidese.
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A.G.:
Amigo josé ramón, qué ricos los sugus... me apunto al de naranja. Mil gracias por el camión.
jeje sé que suena feo micropost, es verdad. Prometo cambiarlo si alguien me sugiere otra palabra más bella.
Luego está todo aquello que comparten, por ser propio de la naturaleza humana.
Creo que es una asignatura que tenemos pendiente reflexionar sobre esta especificidad. Una espiritualidad que redunde en lo propio femenino, por ejemplo, no atrae al varón y no le llena. Y viceversa.
El excesivo ternurismo, por ejemplo, no me parece ni propio del varón ni propio de la mujer, más bien me parece un exceso propio del buenismo, sin duda un manierismo teológico
Pero se me ocurre, para comparar y comprender, que hace poco volvimos a escuchar en el Evangelio del día aquello del padre que cubrió de besos a su hijo que volvía convertido. ¿A que eso es ternura de la buena, de Dios padre? Pues alguno habrá que le parezca ternurismo cursi. Y no es una mala traducción, hasta donde yo sé.
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A.G.:
Sí, esa es ternura de la buena, desde luego. El ternurismo cursi es el del buenismo.
El DRAE define ternura como "sentimiento de cariño entrañable" y yo veo poco cariño entrañable en la sociedad actual. La ternura surge de las entrañas y no hay posibilidad de impostura en ella. Claro que todo esto es discutible, lo admito, pero a la cursilería yo no le llamaría ternurismo. Sensiblería sí, son sensibleros y bastante lloricas, pero más duros que el pedernal por dentro.
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A.G:
Será entonces falsa ternura, máscara de esa dureza de pedernal.
Podríamos llamarlo también bizcochismo, jeje, o merenguismo de momia, como un día escribí.
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A.G.:
Es que, como bien dice, estamos en una lucha continua, en un combate espiritual.
Soy cristiana desde hace unos años, fruto de una experiencia de conversión que cambió mi vida, y vivo el sentimiento cristiano las 24 horas del dia.
A veces, cada vez con más frecuencia, me invade interiormente un amor que no es mio, que no es amor humano, que es amor ilimitado e ilimitadamente "tierno". Lo entiendo o lo percibo como amor infuso que Dios me regala para enseñarme a amar y guiarme hacia El. No significa que no exista el pecado, no significa que se perdone todo, no! No somos nadie para perdonar lo que Dios condena:el pecado; pero tampoco somos nadie para condenar lo que Dios puede perdonar: la persona .Significa vivir sintiendo la unidad, sintiendo que todos debemos ser cuerpo de Cristo (esa es la voluntad del Padre) y que los que estan fuera por el pecado, son las heridas que el maligno infringió y sigue infringiendo en el cuerpo de nuestro Señor Jesucristo.Y el amor que cuida esas heridas,en muchas ocasiones, vence al pecado,que es en definitiva lo que se tiene que vencer,en nosotros y en los demás.
Todo esto se puede entender y poner en práctica por simple convencimiento intelectual, sin embargo cuando se siente en nuestro interior ese amor infuso, la ternura es excesiva, la bondad es excesiva, la entrega es deseada ,y el sentimiento es universal.
Si tenemos miedo de parecer bobalicones,entonces estamos listos! Como decía Antonio Sayés," la santidad es hacer el ridículo por Dios".
Esta es mi experiencia y la de muchos pero seguiré rezando a Dios y suplicándole que no me abandone y que no me permita desviarme de su camino.
Deberíamos estar más unidos en lugar de tirarnos piedras unos a otros.
Saludos
Sabiéndose blandito y aburguesado huye, por ejemplo, de la elegancia y se imagina audaz e inconformista a base de tatujes, piercings y cuidadísimos despeinados, aunque luego se desespere sin smartphone y conexión wifi. Desnortado por completo, pretende convertir el infierno en cielo disfranzándolo con luces de neón y felicidades más falsas que un Judas de plástico.
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A.G.:
Buen comentario, Roblete. Le salió con aire a Bloy.
Ese es el tema del post, en el fondo. No se puede desnortar la vida cristiana, cuyo punto de referencia siempre es la cruz de Cristo.
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A.G.:
La que me estáis dando con el barbarismo micropost, jeje, ya sé que suena feo, pero es que.... Por ahora sigo con micropost. Resisto al sentencias breves, con perdón y con cerveza, cuando le vea por Cadi, jeje
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A.G.:
Jejeje
Y teniendo en cuenta que así no podemos seguir y se impone alguna forma de solución salomónica.
Sugiero pues "Microartículos"
Lo cual sospecho, será del agrado de tirios y troyanos.
Aunque he llegado tarde a la disputa y lo sé.
Pero al menos, que conste.
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A.G.:
Microartículo suena bien, jeje. Prometo pensarlo y discernirlo frente al retrato de Francisco de Quevedo. Gracias amigo.
Sin embargo los santos la pasaron feo y ni hablar de los mártires. Y, por el contrario, aún en la Iglesia, están los que siguen el camino estrecho "que lleva a la Vida Eterna y los que van por el ancho que lleva a la perdición. Amén que arrastran a muchos con esa falsa caridad que deja al pecador empantanado en sus vicios. Y no convierten a nadie. Dios se apiade de nosotros!
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