(128) Micropost antibuenista
1.- Contemplas el fervor apostólico de los santos y te quedas pasmado. ¿Cómo tantos y tantos, a diferencia suya, afónicos de bondadismo, pueden caer tan bajo? ¡Cómo dejan de anunciar a Cristo y lo acallan, cegados de buenismo extremo, encarcelando el temor de Dios entre barrotes de optimismo temerario, o bajo piedras de aconfesionalidad!
Dobleidentidados y querenciosos de mundo, no quieren salir del cerco tramposo del diálogo y más diálogo y bla bla bla. Y a muchos parece más evangélico no predicar que alzar la voz en el desierto, o mientras te devoran los leones.
2.- Escuchas predicar a muchos, con tanta miel entre los dientes, y te quedas alucinado. De predicar a Cristo Crucificado hemos pasado a predicar educación en valores. Hablar de autoestima, liderazgo emocional y demás tontadas superlaicas en lugar de anunciar a Cristo es muy mala opción.
3.- Le pregunto al Defensor de la Iglesia, en lo más profundo de la oración, cómo el deseo de martirio ha podido casi desaparecer de la mente católica, salvo por gracia en un Resto. Y la respuesta me viene al momento: es un mal fruto del voluntarismo, la manzana podrída de la mentalidad semipelagiana, la mosca hipermolinista zumbando en los oídos eclesiales desde hace cientos de años.
4.- Percibes cierta narcosis eclesialmente correcta cuando hablas de salvación/condenación, de los horrores del pecado mortal, de la amenaza del infierno, del peligro de condenarse, de caminar en temor y temblor. ¿De qué está hablando este tipo? Miserincordiando miserincordiando, desaparecen las piedras del camino y todo es color de rosa, desaparece el sentido del pecado y todo va bien. El avestruz de Pelagio excava la tierra con frente obstinada.
y 5.- En todas las épocas surgen falsificaciones del Evangelio, a las que muchos se suman, desprevenidos, incluso con buena intención. En la actualidad, una de estas falsificaciones que amenaza con propagarse en la Iglesia es el buenismo. Es ante todo un moralismo aceitoso que disuelve en bondadismo divino la maldad del pecado, y limita la fe a la obtención de beneficios y agasajos de Dios. Siente horror instintivo por el martirio, contiene un aconfesionalismo potente, protocolario y selectivo (ahora callo a Cristo, ahora no, según convenga) que bloquea la dimensión soteriológica del cristianismo, anulando los Novísimos.
Es necesario alertar contra él, vacunarnos contra él, para no falsear el Evangelio. Porque el cristianismo, el Evangelio de la Gracia, es el único camino de salvación y no hay otro sendero.
10 comentarios
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A.G.:
Apreciado Manuel, en una antología de tus mejores comentarios, este iría sin duda en primer lugar. Tremendo, amigo. No lo comento más para que su efecto no se diluya.
Muchas gracias.
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A.G.:
Gracias a ti, Juan. ¡Gloria a Dios y a su Madre!
Será para medirnos? Lo que está clarisimo es que todos no nos damos cuenta , pues el pastel se nos presenta riquisimo.
Pero doy fe de que algo te avisa y hasta que no lo ves ,no deja de alumbrarte.
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A.G.:
Es verdad, Maribel, hay que verlo. Estamos tan acostumbrados a verlo como pastel, que no vemos que es veneno. Hay que aprender a traspasar con la mirada el mundo de las apariencias engañosas.
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A.G.:
Ni siquiera él, desde luego.
A veces lo que mejor define a una persona es, más aún que sus actos, la naturaleza de la influencia que ejerce sobre los que están a su alrededor. Uno puede, en ocasiones, hacer obras buenas sólo por presunción o por afán de protagonismo, pero la influencia en los demás surge tal y como realmente es, de manera espontánea como el perfume en una flor. La auténtica bondad hace mejores a los que te rodean. Hay quienes te inspiran buenos sentimientos, te hacen mejor persona, te enseñan a perdonar, a ser comprensivo, a ser paciente, a ser humilde, a ser agradecido y a valorar lo que de noble y bueno hay en el mundo. Te limpian la mirada y el corazón. Te acercan a Dios.
Un abrazo en el Señor. El Señor, su Madre Santísima y San José, Patrono de la Iglesia universal, le bendigan a vd. y a Infocatólica
Tanto se subrayó la posibilidad de la salvación del incrédulo bienintencionado que buena parte del Ejercito Misionero bajo la guardia. El pato de la boda, al fin de cuentas, lo paga el pobre infiel, para el cual, sin la Fe, no le es nada fácil perseverar en las buenas intenciones que pudo haber tenido.
Haría una observación, quizá mas que semipelagianismo, campea hoy una especie de "hipergracia": Dios regala, Dios sana, Dios proteje, Dios acaricia, Dios perdona todo......con un amor absolutamente gratuito e incondicional......donde no queda lugar para el esfuerzo de conversión y la disposición a un combate duro por la salvación.....Todo es "regalo" de Dios....cualquier intento de marcar la necesidad del esfuerzo personal por ser mejor es tachado de "pelagianismo"....
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A.G.:
Gracias Juan Donnet.
Esa hipergracia que ud dice no es más que luteranismo, presente aquí y allá. Y es curioso, porque aunque parezca extraño, hay un pelagianismo luterano, o luteranismo pelagiano, muy actual y presente.
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