(127) Gracia
Estos veinte aforismos sobre la gracia son glosas que he escrito sobre Filipenses 2, 13, un pasaje central en la Escritura, fundamento de la doctrina de la gracia del tomismo:
«Es Dios quien obra en vosotros el querer y el obrar, según su beneplácito».
1.- Dios no ama al ser humano como Espectador, sino como Autor.
2.- No hay forma de ir por delante de Jesús. Él siempre se adelanta a nuestros buenos pensamientos, para dárnoslos en bandeja, y que además parezca que nos cuestan, que son un logro de nuestra mucha virtud.
3.- Siempre anda el perrillo al tanto de su dueño, si vuelve o no vuelve, si le mira o no le mira, si está triste o alegre; y si le ignora le reclama con su pata. Y adonde va su dueño él va detrás, y no se cansa ni se enfada, que sólo acompañarle es su vida. Y así anda el alma tras su Amado, cuando ora.
4.- Terminas la obra para la cual te dio gracia el Señor. Y el aroma de su toque se te queda como por dentro, como en el aire tras cortar un limón.
5.- Tras orar siempre quedan restos del consuelo recibido, como en los dedos tras comer naranjas.
6.- Dios no contempla tus acciones como si dependiera principalmente de ti dar fruto o no dar fruto. Es Él quien te otorga el crecimiento, quien hace madurar las buenas obras.
7.- Hermanos, si hacemos de la doctrina de la gracia el centro de nuestra vida, no sólo viviremos dentro del Corazón de Cristo, sino que nuestra vida entera será suya.
8.- Toca el Señor la cuerda oportuna y toda tu vida entera se torna dichosa y se transfigura. Y hasta el silencio del Padre se atempera en armonías inefables y acordes repletos de música.
9.- Te sientes sin fuerzas y no es fortuito. Pues quiere el Señor privarte de ellas, para dejarte a solas con su gracia.
10.- Solamente al Santo Artista corrresponde el misterio de pintar, en nuestra naturaleza renacida, un icono del Primogénito.
11.- Del Padre a través del Hijo recibimos la tesela de gracia, para que el Santo Artista componga en nosotros su mosaico.
12.- Tantos dones recibidos para todo bien y en toda hora, ¿y andas atribuyéndote la buena obra?, como si no te hubiera sido conferida en dádiva y misterio, para que en verdad sea tuya.
13.- Estabas como muerto en este mundo. Pero Cristo te eligió para darte vida. Y con su Vida naciste de nuevo, y ahora eres un viviente.
14.- Recibes tu propia obra de la fuente de todo obrar, como si no fuera merced sino acción propiamente tuya. Y así vas construyendo tu propia vida en Cristo, a base de mercedes y regalos que llevan tu nombre.
15.- ¿Qué bien puede venir de ti, cuyo primer impulso proceda de ti? Iniciativa de Dios es SIEMPRE toda iniciativa buena tuya. Dios siempre se te anticipa para darte la obra buena, y no sólo con su gracia. También con esos auxilios creaturales que Cristo mismo intercedió para ti. Que aquellos bienes que puedes sin la gracia, no los puedes sin una moción de tu Dios. ¿Crees que eres causa primera, siendo sólo causa segunda?
16.- Si a Dios tu Señor debes cada latido de tu corazón, cuánto más le deberás cada uno de tus pensamientos buenos? ¿Acaso crees que vienen de ti como de su primera fuente?
17.- Hay que acostumbrarse a contar la vida cristiana al revés: no lo que hace el converso con su vida, sino lo que hace Cristo con la vida del inconverso, para que de pobre diablo pase a ser santo libremente.
18.- Nada bueno puede el ser humano sin la moción divina intercedida por Cristo, sea gracia o sea moción creatural, concurso divino del Dios Soberano. Que algunos bienes hace el hombre sin la gracia, pero ninguno sin la moción del Señor, su Causa Primera. Sin la intercesión del Mediador, ¿qué bien nos queda?
Juan 15, 5: Sin Mí no podéis hacer NADA
19.- Tantos dones recibidos para todo bien y en toda hora, ¿y andas atribuyéndote la buena obra?, como si no te hubiera sido conferida en dádiva y misterio, para que en sea verdad tuya.
y 20.- Tu Dios y Señor pronunció primero las palabras que luego le dirigiste en la oración. Y las recibió como si fueran tuyas, y en verdad lo son, siendo suyas.
10 comentarios
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A.G.:
Gracias amigo Horacio. Gloria a Dios en todo.
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A.G.:
Eso es, Luis Fernando. La subordinación a Dios es el principio de la vida espiritual. No hay bien que el ser humano realice, que Dios no otorgue que lo realice, como enseña Orange II
Muchísimas gracias. Que el Espíritu Santo te siga iluminando siempre.
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A.G.:
Muchas gracias Beatriz. Al Señor toda la gloria siempre.
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A.G.:
Qué profundo y bello comentario ha escrito, Palas Atenea.
Muchas gracias.
Por Ntro. Sr.Jesucristo, que vive y reina contigo por los s.de los s. Amén".
El texto original latino dice (siempre venía diciéndolo) TODAS nuestras obras (ut cuncta nostra operatio). La traducción española se tragó el TODAS. Cambia mucho.
Qué cosas.
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A.G.:
Pues sí que cambia, Don José María, y mucho. Porque es de fe divina y católica que la gracia interna es necesaria para todo acto saludable. Es pues significativa esa omisión de la mala traducción española.
Esto no implica, como sabemos, que para algunos actos naturales honestos no-saludables sea necesaria la gracia. Algunos actos naturales no saludables puede el hombre hacer sin la gracia, pero, como enseña el Angélico, no sin una moción divina de carácter creatural, de concurso divino, como enseña la doctrina católica. Pero para actos saludables la gracia es necesaria siempre, para toda obra.
Gracias por oportuna observación.
8.- Toca el Señor la cuerda oportuna y toda tu vida entera se torna dichosa y se transfigura. Y hasta el silencio del Padre se atempera en armonías inefables y acordes repletos de música.
9.- Te sientes sin fuerzas y no es fortuito. Pues quiere el Señor privarte de ellas, para dejarte a solas con su gracia.
Demos gracias a Dios por tan edificantes y consoladoras palabras que te dio escribir. Y recemos la oración de san Agustín: Dame, Señor, lo que mandas, y mándame lo que quieras.
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A.G.:
Sí, es consolador saber que en la gracia ponemos toda nuestra esperanza (1 Pe 1, 13)
Gracias amigo Feri
Paz y bien
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A.G.:
Sin duda, Francisco, es fundamental adquirir una sana doctrina de la primacía de la gracia.
Con los méritos ocurre que, siendo dones de Dios, el Señor los reconoce como nuestros, y en verdad lo son en virtud de los méritos de Cristo. El ser humano puede merecer, pero no por sí solo, sino en virtud de los mèritos de Cristo, que se le aplican. Pero si se pierde el estado de gracia, los méritos se pierden, pues todo depende de la gracia.
Paz y Bien
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A.G.:
Me alegro mucho. Prometo escribir más cosas sobre ello.
Que es la voluntad de Dios? Y cómo saber cuál es su voluntad?
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A.G.:
Todo el mundo recibe la gracia que necesita para salvarse. Aunque reparte sus gracia desigualmente y según su beneplácito, sin injusticia alguna. Es el pecado el que aparta de la salvación. Dios permite el mal cuando en su infinita sabiduría cree conveniente permitirlo, para obtener un bien mayor.
Si me encuentro ante determinada situación en la que, puedo hacer un mal o un bien, el resultado de la obra resultante es producto de mi libre albedrío o exclusivamente de Dios?
Mantengo dudas con respecto a la libertad del hombre y el hecho que toda acción procede de Dios.
Muchas gracias
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