(116) Las Malas Filosofías del Sínodo II: la fe bajo mínimos, sofística y retorsión
La mente cristiana ha de mirar con lupa toda expresión que huela a irracionalidad.
Como sagaz detective, el buen pensador de Cristo persigue, tras el fondo y forma de los argumentos, las pistas de malas filosofías.
Cual Padre Brown desenmascarando malas teologías tras las máscaras de la sinrazón, intuye, antes incluso de empezar a deducir los hechos, qué mecanismos ocultos se esconden tras las pistas-pensaciones de la Posmodernidad.
-Es lo que hemos de hacer para comprender la niebla mental en que se ha movido el pensamiento deconstructivo latente en el Sínodo y sus aledaños mediáticos.
Concretando: seguimos las pistas de la infiltración del Mundo de la Deconstrucción en las propuestas sinodales rupturistas. En especial, la influencia que el consensualismo sofista de la Ética de Mínimos ha ejercido en no pocas mentes y ambientes.
De esta forma, cuando con lupa detectivesca escrutamos, por ejemplo, las palabras del Card. Kasper en su Ponencia del Consistorio de Cardenales (20-II-2014), preparatorio del Sínodo de octubre de ese año, declarando que abandonar el pecado no puede hacerse sin pecar,
hallamos la pista de ese viejo recurso de la sofística que aquí llamamos retorsión.
Como dice Kasper:
« ¿Nuestra praxis consumada no demuestra ser contraproducente?… A muchas parejas abandonadas les conviene formar una nueva relación por el bien de los hijos, contraer matrimonio civil, al cual no pueden renunciar después sin pecado.»
Daos cuenta de la retorsión: es pecado, cierto, pero como no se puede abandonar el pecado sin cometer pecado, entonces está bien y les conviene.
I.- LA RETORSIÓN COMO HECHIZO LINGÜÍSTICO. RELATIO DE 2014. EL CARDENAL KASPER
La retorsión consiste en emitir una tesis falsa y a continuación negar anticipadamente el argumento justamente lanzado en su contra, como si anticiparse fuera rebatirlo.
Con todas sus variantes, es un recurso básico en la sofística y toda ética de mínimos fundamentada en el diálogo de consenso como fundamento de la moral. Aplicado al pensamiento teológico, denominamos Teología de Mínimos a la víctima posmoderna y muy actual de esta mala filosofía.
Así, en este contexto minimalista, la retorsión funciona como hechizo lingüístico:
-no sólo porque utiliza a menudo lenguaje goético —es decir, palabras mágicas de efecto deconstructivo, que producen ilusión de verdad para convencer y lograr consensos:
encuentro, diálogo, itinerario, proceso, camino, gradualidad, consenso, misericordia, creatividad, repensar, etc., etc, son palabras hechizo creadas con este fin.
-sino también porque pretende cambiar la naturaleza del argumento contrario, haciéndolo aparecer como falso, siendo en cambio verdadero, con objeto de marginar minorías y supuestas élites de pensamiento tradicional.
Para eso se anticipa a él, malexpresándolo con palabras talismán.
A menudo la retorsión encubre la tesis falsa con palabras confusas, eufemísticas o tópicas, y a continuación se anticipa la objeción contraria (verdadera) para que al ser anticipada parezca falsa.
Es como si tras un discurso relativista, uno prevé que lo van a llamar relativista, y afirma que lo dicho no es relativismo sino todo lo contrario.
Con este mecanismo se anticipa la objeción verdadera en su contra (por ejemplo, la objeción de ilicitud moral), y para disolverla se la menciona encubierta en un eufemismo de corte discusionista: problema, problemática, cuestionamiento, dilema, etc.
Lo comprobamos, por ejemplo, en la Relatio de las discusiones de la III Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de los obispos (13–X-2014), cuando se dice:
«…La Iglesia, por otra parte, afirma que las uniones entre personas del mismo sexo no pueden ser equiparadas al matrimonio entre un hombre y una mujer [51]… [Ahora bien] Sin negar las problemáticas morales relacionadas con las uniones homosexuales, se toma en consideración que hay casos en que el apoyo mutuo, hasta el sacrificio, constituye un valioso soporte para la vida de las parejas»
De esta manera, se puede hablar de temas centrales de la fe cristiana, como el pecado mortal, como si no fuera lo que es, sino otra cosa. Se encubre que el pecado es un rechazo de Dios afirmando por ejemplo que se puede pecar sin pretender negar los valores cristianos.
Y así se dice en la Relatio de 2014:
«…En otros países, las uniones “de hecho” son muy numerosas, no por motivo del rechazo de los valores cristianos sobre la familia y el matrimonio; sino sobre todo por el hecho …..»
Como decimos, este recurso demagógico es utilizado con frecuencia por el deconstruccionismo y su variante consensualista, que es el minimalismo ético.
O como ya mencionamos más arriba, el Cardenal Kasper, en su Ponencia del Consistorio de Cardenales (20-II-2014) utilizando escandalosamente el principio de la retorsión, al referirse al pecado, se adelanta a sus detractores lanzándoles su propia y justa objeción:
« ¿Nuestra praxis consumada no demuestra ser contraproducente?… A muchas parejas abandonadas les conviene formar una nueva relación por el bien de los hijos, contraer matrimonio civil, al cual no pueden renunciar después sin pecado.»
Es decir, a la doctrina de la Iglesia que afirma la pecaminosidad del adulterio o de la fornicación, se anticipa como contraargumento que no se puede renunciar al pecado sin cometer pecado, y hace aparecer la relación ilícita como algo bueno:
«Muchos, después de haber vivido amargas experiencias, encuentran en estas nuevos uniones una felicidad humana, y más aún un regalo del cielo» (Verlag Herder, 10-III-2014, Evangelium von der Familie, pg. 55)
La retorsión, en definitiva, como argumento de la sofistica propia de la ética de mínimos de las democracias liberales, minimaliza al máximo el papel de la verdad, que es lanzada como contra-argumento contra la misma verdad.
El Cardenal Maradiaga utiliza de forma sorpresiva la retorsión al final de su intervención sinodal. Después de utilizar nociones deconstruccionistas de la Ética de Mínimos (diálogo, encuentro, diseño, consenso, unanimidad….) para insinuar cambios doctrinales contra “ideas defendidas a ultranza", se adelanta a sus críticos anticipando:
«Un nuevo día para las familias del mundo, creyentes o no creyentes, familias cansadas de las incertidumbres y dudas sembradas por diversas ideologías, como las de la deconstrucción».
II.- SUBSTITUCIÓN DE LA UNIDAD POR LA UNANIMIDAD. APELACIÓN AL DIÁLOGO. TEOLOGIA DE MÍNIMOS. EL CARDENAL MARADIAGA
La sofística del minimalismo ético es ante todo hechizo de masas, conquista de mayorías con el objetivo de alterar verdades a través de acuerdos e introducir UNOS MÍNIMOS DE DOCTRINA (por ejemplo, una idea reducida de misericordia) aceptados por la mayoría, y así legitimados.
La apelación a la mayoría como fuente de autoridad es básico en la Teología de Mínimos.
De esta forma, la unidad católica, que es fruto de la comunión, es substituida por la unanimidad.
Para la mente católica bíblicotradicional, la auténtica fuerza de cohesión de los miembros de Cristo es la caridad. La caridad que une a través de la participación de cada miembro en la verdad y la gracia que nos vienen por Jesucristo.
Fundamentar la unidad de la Iglesia en la verdad traída por Cristo junto con la gracia (Jn 1, 17) es una de las acciones eclesiales, por decirlo así, del Espíritu Santo en los miembros de Cristo. A través de la permanencia en la doctrina de Aquel que es Cabeza de la Iglesia, se edifica eucarísticamente la comunión que da lugar a la unidad de la verdad en la caridad. La verdad unificando las mentes para que la caridad unifique las voluntades.
Permaneciendo fiel a las verdades recibidas, los cristianos unen por gracia sus mentes a la mente de Cristo. La verdad, asumida por los miembros del Cuerpo del Señor, rompe el espíritu de fragmentación, de división, que da lugar a la insidia y a la desunión de las voluntades. Y así se produce día a día la Comunión de los Santos, actualizada por la Santa Eucaristía, que al actualizar el único sacrificio del Redentor actualiza al mismo tiempo la comunión de sus miembros en gracia.
Para la teología de mínimos, la unidad es substituida por la unanimidad (de partes dispersas e independientes).
UNANIMIDAD es un concepto cuantitativo, no cualitativo. Puede haber unanimidad en el error, y ello no hace buena la unanimidad. Un concepto propio del minimalismo ético posmoderno, que fundamenta la verdad en el consenso de voluntades, no en la participación común de la verdad.
Y al diálogo se apela para fundamentar la propia postura moral, que no surge de la unidad que produce la participación de la verdad, sino de la suma cuantitativa de opiniones a favor de un mínimo ético o teológico consensuado.
En este sentido se manifestó el Cardenal Maradiaga en su intervención sinodal:
«TENGAN UN MISMO SENTIR: Todos buscamos la unanimidad que viene del diálogo, no de las ideas defendidas a ultranza.»
Y volvió a insistir en el poder del diálogo:
“Es hora de saber cómo diseñar en una cultura que privilegie el diálogo como forma de encuentro, la búsqueda de consensos y acuerdos. No necesitamos un proyecto de unos pocos para unos pocos, o una minoría ilustrada o testimonial que se apropie de un sentimiento colectivo.»
El diálogo es el fundamento de la moral para el minimalismo teológico. Cuando el minimalismo ético se refiere a un mismo sentir, a lo común, se refiere siempre a unos valores mínimos aceptados por la mayoría de las partes con exclusión de las minorías;
-de esta manera, sobre la potencia cuantitativa de la mayoría, manipulada por la sofística gracias a recursos como la retorsión, se deconstruyen las ideas defendidas a ultranza, las de siempre, y se construyen las nuevas. Nótese la concepción nominalista de la verdad =idea.
Así se insinúa la posibilidad de cambios doctrinales y disciplinarios basados en la suma cuantitativa de opiniones del colectivo, en la unanimidad, —y no en la unidad;
y fundamentados en consensos y acuerdos obtenidos a partir del diálogo —y no en la retención de la doctrina recibida
-marginando a la categoría de minoría insolidaria a la parte que disiente.
Como dejó claro el cardenal Maradiaga:
“No necesitamos un proyecto de unos pocos para unos pocos, o una minoría ilustrada o testimonial que se apropie de un sentimiento colectivo.»
Es el sueño del consensualismo ético propio de la democracia liberal posmoderna, sustentado en la fuerza cuantitativa de las mayorías.
El minimalismo ético y su ética de consensos lo conocemos demasiado bien en España porque es la base filosófica del despropósito de Educación para la Ciudadanía, y otras maldades institucionales. Véase, por ejemplo, su libro emblema, la “Ética Mínima” de Adela Cortina.
I.- LA FE BAJO MÍNIMOS. REDUCCIÓN DEL CRISTIANISMO A RELIGIÓN DE MASAS. BERNANOS. EL CARDENAL KASPER
Haciéndonos eco de la rotunda afirmación de Bernanos en “Libertad, ¿para qué?”:
«La civilización europea no es una civilización de masas»,
afirmamos, con la Iglesia, que
la fe cristiana no es una fe de masas, sino la fe de todos.
No una creencia de mayorías, sino la fe de todos los hijos de Dios.
Porque la fe, que es ante todo la fe de la Iglesia, es para todo ser humano, porque todos estamos llamados a ser santos.
No hay lugar, pues, para un cristianismo de segunda categoría a la manera del propugnado por el Cardenal Kasper. No existe un cristianismo de mayorías opuesto a otro de minorías o de élites. No existe un cristiano común, de segunda, de masas.
Siguiendo con el gran Bernanos:
«La civilización (europea y cristiana) existe precisamente para que no haya masas»
decimos que
la fe existe precisamente para que no haya masas (de perdición), sino personas concretas, de carne y hueso, salvadas por Cristo, recreadas por Cristo, redimidas por Cristo.
Toda visión cuantitativa de la vida cristiana - como la de Kasper por ej.- reduce el cristianismo a mera religión de masas y no de personas que necesitan desmasificarse, recuperando por gracia su identidad y singularidad desfiguradas por el pecado
Que los máximos de doctrina sean un lujo de élites, y los mínimos de doctrina un producto de consumo consensuado de mayorías, es noción propia del minimalismo ético latente en las democracias liberales del Occidente descristianizado.
El Cardenal Kasper, en entrevista de mayo 2014, hablando de los divorciados vueltos a casar por lo civil, a los que la Iglesia, el sentido común y la ley natural piden abstenerse de relaciones, afirmó:
“¿Vivir juntos como hermano y hermana? Por supuesto, respeto mucho a los que lo están haciendo. Pero es algo heroico y el heroísmo no es para el cristiano común”.
Ese cristiano común de Kasper es el cristiano de segunda, receptor de un supuesto cristianismo mínimo para masas, opuesto a otro cristianismo máximo para minorías elitistas, de unos pocos para unos pocos, que decía Maradiaga, y que se identifica con el ciudadano-masa de las democracias liberales contra el cual clama Bernanos.
Y es que el cristianismo no es una fe de masas sino de personas; fe que se nos ha dado precisamente para ser liberados de esa masa de perdición de la que somos extraídos por la gracia.
Seamos defensores de la doctrina de la Iglesia, que no está sujeta a consensos, ni es fe de masas sino para toda persona. Porque Dios quiere que todo el mundo se salve y llegue al conocimiento de la verdad (1 Tim 2, 4) viviendo con temor y temblor.
Seamos defensores de la doctrina de la Iglesia, salvadora, liberadora del pecado, sanante como la gracia que nos vino con ella, por Jesucristo.
Porque no hay salud sino en el Logos Viviente, y su Esposa la Iglesia.
Y el Logos no está sujeto a mayorías, ni es esclavo de acuerdos, ni de votos, ni su Palabra es mínima, sino máxima, porque es Palabra de Soberano, Salvador, Único Mediador, Redentor y Rey.
17 comentarios
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A.G.:
Hay que ayudar a infocatólica a seguir adelante, como muy bien dices, María. Para que esta santa casa siga siendo instrumento del Señor.
Gracias.
1) Que en la cuestión de Cataluña Rajoy es el responsable y Mas el culpable. Tal afirmación no se sostiene porque Rajoy, por la responsabilidad que le imputa, es responsable y culpable y Mas lo mismo, o es imposible que la responsabilidad de Rajoy no genere culpabilidad y la culpabilidad de Mas no vaya acompañada de responsabilidad.
2) Dijo también, en un equilibrio imposible y queriendo echar una mano a los franceses sin desdecirse del no a la guerra, que atacar Siria no es una guerra sino un combate???
Este lenguaje del mundo se está colando en la Iglesia afectando gravemente al concepto de pecado. El no hacer juicio ninguno sobre los demás implica no hacer juicios sobre uno mismo, por lo que no hay nada de lo que acusarse ante Dios. La imposibilidad de que una ley del embudo aplique la parte ancha al prójimo y la estrecha a uno mismo lleva a una relajación de la propia conducta. Hay que ser una persona verdaderamente excepcional para aplicarse reglas estrictas a uno mismo y ninguna a los demás, y aunque así fuera se cae en contradicción continua y en pecado de orgullo porque yo puedo ser santo mientras que los demás no pueden.
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A.G.:
Coincido plenamente, Palas Atenea, este lenguaje del mundo se está colando en la Iglesia afectando gravemente al concepto de pecado. El no hacer juicio ninguno sobre los demás implica no hacer juicios sobre uno mismo, por lo que no hay nada de lo que acusarse ante Dios.
No se puede decir mejor.
Si repasamos las intervenciones deconstructivas del Sínodo, comprobaremos que afectan ante todo a eso, al sentido del pecado.
Y también me recuerda cómo muchos cristianos justifican una actitud tibia a base de retorsión:
- Estoy abierto a la vida. Sí, uso anticonceptivos, pero estoy abierto a la vida porque la ley mata, y tal y cual, y bla, bla, bla...
- Yo siempre obedezco, pero hay cosas por las que no paso. Porque hay que ser obediente, pero no borrego (en definitiva, obedezco aquello con lo que estoy de acuerdo; es decir, me obedezco a mí mismo, y al otro cuando piensa como yo).
- Sí, yo tengo la fe de la Iglesia, y por esa misma fe de la Iglesia que me habla de la misericordia, no creo que exista el infierno. Pero creo todo lo que dice la Iglesia, ¿eh? Que conste.
Pero bueno, aparte de todo esto, volvemos a lo mismo de siempre: hay cardenales que, como mínimo, son semipelagianos. ¿Es que no se enteran? ¡Por supuesto que vivir el cristianismo es imposible sin la gracia! Hablamos de una obra sobrenatural que, o bien la hace Dios, o no la hace nadie. No hay más.
En cuanto a lo de vivir juntos sin relaciones sexuales, la verdad es que eso ocurre en muchos casos y simplemente por causa de un enfrentamiento entre cónyuges. El demonio se mete en el matrimonio y liquida la vida sexual. Eso ocurre así. Kasper, sin darse cuenta (espero), nos viene a decir que el Espíritu Santo no puede hacer, a base de gracia, lo que el demonio sí hace a base de división. ¡Ah, no, que el cristianismo es para selectos! Se me había olvidado que Dios, solito él, no puede.
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A.G.:
Manuel, das muy buenos ejemplos de uso de retorsión entre cristianos. Lo hemos escuchado muchas veces. De hecho, diría que los lugares comunes y los tópicos son retorsiones convertidas en clichés.
Muy aguda tu observación de ese absurdo cristianismo para selectos. Es así, ese error: creer que el demonio tiene más poder que la gracia soberana de Dios.
Gracias amigo.
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A.G.:
Sin duda Carlos, como bien dice, una sólida y consistente formación es vital.
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A.G..
Jeje, Diego, pensaba justo en ese detalle del P. Brown al escribir el post. Me ha pillado ud.
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A.G.:
Cos: imagino que es errata y quiere ud decir que a partir de Copérnico es la Tierra la que se mueve alrededor del Sol.
De todas formas, lo que impulsa el conocimiento científico es la verdad, no el consenso.
Saludo cordial.
Ambas expresiones: común y normal hacen referencia a un concepto muy democrático, que es la mayoría, pero muy poco cristiano porque, para los cristianos, lo importante es la santidad que tiene poco de común o de normal. Ningún cristiano se ha puesto nunca como meta un mínimo denominador común sino una mucho más alta. Las metas son importantes, aunque nuestra naturaleza pecadora nos las haga muy difíciles, porque indican claramente la tendencia del ser. Los continuos fracasos (pecado) de un alma que anhela la virtud y la santidad le hacen dirigirse a Dios en busca de perdón y ayuda; en cambio si nuestras pretensiones no pasan de ser comunes o normales podemos encontrarnos hasta favorecidos comparándonos con los de alrededor. Eso es lo que decía el fariseo: "Gracias, Dios mío, porque no soy como este publicano", porque el fariseo estaba dentro de la normalidad y el publicano era un pecador público. Es decir, aquel fariseo no quería ser santo-justo diría un judío-porque ya era normal según la base adjudicada a su condición de fariseo y la justicia se la daba ya su propia condición de fariseo, no su excelencia ante los ojos de Dios.
El misericordioso no es la persona corriente sino aquel que excede de la norma, la norma-en el mejor de los casos-alcanzaría a la justicia pero no a la misericordia. El que crea que este año jubilar es pan comido por transigir con todo no ha entendido lo que es la verdadera misericordia, si la misericordia fuese normal, corriente o común los problemas del mundo se desharían como azucarillos, quien quiera ser misericordioso tendrá que superar el mínimo común básico.
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A.G.:
Común, normal, sí, se refieren a la civilización de masas. Como bien comenta: "si nuestras pretensiones no pasan de ser comunes o normales podemos encontrarnos hasta favorecidos comparándonos con los de alrededor."
Certera su afirmación: el misericordioso no es el hombre normal... cierto. El hombre normal, entendido como el hombre viejo... debe nacer de nuevo.
Debo decirle, en primer lugar, que me ha parecido muy acertada la caracterización de lo que llama 'ética de mínimos' como el remedo de una nueva suerte de sofística. En efecto, porque los hechizos lingüísticos constituían la carta de presentación de los sofistas de la Antigüedad, particularmente de quienes, como Protágoras, encarnaban el principio relativista del 'homo mensura', o de Gorgias, padre del nihilismo en la filosofía griega. Para este último, la retórica y el uso adecuado del lenguaje consisten en la producción de ilusiones, esto es, de engaños y taimadas visiones de la realidad. No muy distintos son los presupuestos de lo que vd nos presenta bajo la denominación de 'ética de mínimos'.
Conectando con el tema de artículos suyos anteriores, estoy convencido de que todo ello no es sino la expresión del mismo nominalismo voluntarista que tantos males ha causado a la identidad occidental y cristiana. Añádanse a ello unas fuerte dosis de pelagianismo, una cuyas manifestaciones es la -mencionada por vd- substitución de la unidad por la unanimidad. Si, como vd nos recuerda, se elimina la caridad como fuente de comunión y se la reemplaza por el diálogo y otras fórmulas semejantes, y si, como señala San Pablo, la caridad -esto es, el amor 'agapé'/'caritas'- es "el ceñidor de la unidad consumada" (Col 3, 14) pero ponemos en su lugar actitudes de búsqueda de un espacio común basado en el relativismo nominalista y en lo que vd denomina "perspectivismo", corremos el peligro de ceder a la tentación genesíaca de pretender ser como Dios porque eliminaríamos la acción de la gracia y, particularmente, al Espíritu Santo, fundamento primero y último de la unidad y de la comunión, cuya Persona divina misma es el abrazo del Padre y del Hijo, el fuego de amor eterno e infinito con que Dios ama en el seno de la Santísima Trinidad.
El riesgo es la mundanización de la fe y de la Iglesia, la substitución de la Revelación por una religiosidad self-service a la medida del pecado, el desplazamiento del Cordero de Dios que quita el pecado del mundo por la entronización de un hombre empecatado, que prescinde de la gracia y de su condición de criatura. Sabemos, no obstante, que no triunfarán quienes tal cosa pretenden, las puertas del infierno no prevalecerán sobre la Iglesia, porque nos defiende el León de Judá (Ap 5, 5).
Un abrazo en Cristo. ¡¡Feliz Año de la Misericordia!! Dios le bendiga, Dios bendiga a Infocatólica y a todos sus lectores.
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A.G.:
Es así, José, como bien apunta, la ética de mínimos es un remedo de la sofística. Por eso tiene un papel tan destacado en la formacion de la moral autónoma que pretende el nominalismo voluntarista de la posmodernidad, que como bien dice, es el problema más grande de todos y la causa de muchos males, el agente patógeno principal.
El peligro de la Gran Impostura en que llevamos tiempo moviéndonos y existiendo como cristianos, es el que ha descrito tan certeramente ud:
"El riesgo es la mundanización de la fe y de la Iglesia, la substitución de la Revelación por una religiosidad self-service a la medida del pecado, el desplazamiento del Cordero de Dios que quita el pecado del mundo por la entronización de un hombre empecatado, que prescinde de la gracia y de su condición de criatura."
Gracias amigo por su esclarecedor comentario.
No es desdeñable la cantidad de conclusiones "filosóficas" que desde Newton se han sacado del avance de la física, especialmente. Pero es que de una demostración (que casi nadie entiende) de que el espacio y el tiempo no son magnitudes absolutas, inferir que "todo es relativo", es de una memez monumental. Y lo deducen leyendo el "título" que Einstein le dio a su teoría, nada más.
Por cierto que el propio Einstein no era nada "relativista", y se arrepintió de haber llamado así a su teoría por las consecuencias "filosóficas" que tuvo.
Y es que hace tiempo leí aun autor que a la cuestión tan habitual de cómo es posible que un pueblo "tan culto" como el alemán se hubiera puesto en las manos de Hitler y de su camarilla, respondía que precisamente la alfabetización universal tiene el efecto de procurar una gran masa de población que sin ser realmente culta, se convierte en consumidora acrítica de los productos que para ella elaboran los "intelectuales" (creadores de opinión o munición ideológica).
Del culto idolátrico y manipulación de la ciencia ha salido al final lo peor de la ideología.
Berdiaev, en "Cristianismo y lucha de clases", dice algo con lo que yo estoy de acuerdo: que el cristianismo es la religión más exigente para el que la practica que ha existido jamás. Y en este sentido tampoco es "de masas". Y en este sentido sí que el cristiano tiene que ser heroico, muchas veces se le exige al cristiano un comportamiento heroico (y no lo consigue, claro, de ahí el perdón y la misericordia, pero para eso hace falta humildad).
El católico no sólo debe tener claridad sobre su fe y la doctrina que encierra, sino también debe manejar técnicas de detección de falacias, sofismas y medias verdades porque son permanentemente usadas como técnicas de control de masas.
Me va quedando cada vez más claro la necesidad de la Gracia en todo esto. Ya solo pensar el esfuerzo titánico que significa mantenerse fiel mientras se engaña alrededor resulta asfixiante. Lo digo por experiencia propia.
Saludos.
Carta Enciclica sobre los errores del Modernismo-Del Padre:Y asimismo, que esto no merece el apelativo,de tradicionalismo, ni de modernismo,ni de conservador,ni de progresista, ni de liberal, sino de "Verdad", el suave soplo de lo que es!!!!!!!
Traducción del original,del Padre J.B,entregada por la providencia, por mi director Espiritual.Introducción:..............................
Pero hay que reconocer , que en estos últimos tiempos, el número de los que reniegan de la Cruz de Cristo, ha aumentado enormemente, y con tácticas nuevas y llenas de malicia,trabaján para consumirlas energías vitales de la Iglesia, y hasta querrían destruir el reinado de Cristo si esto fuera posible,Es por eso que no podemos permanecer callados por más tiempo..........y por la esperanza de ver una enmienda sea interpretada como abandono de Nuestro Ministerio!!!!.
......ya no es necesario buscar los errores entre los que se declarán a si mismos , como enmigos, sino con gran dolor los vemos introducidos en el seno mismo de la Iglesia,..........escudados en un falso amor a la Iglesia........esencialmente faltos de sólidos fundamentos en fiolosofía y teologia, e impregnados por las doctrinas nocivas elaborados por los adversarios de la Iglesia, con total falta de humildad, se presentan como reformadores, y arremeten contra lo más santo que hay en la obra de Cristo,sin respetar la persona misma de divino redentor, que impiamente reducen a la categoria de puro y simple hombre. ,los incluimos entre los enemigos de Cristo, aunque ellos mismos se asombren, dejando de lado sus intenciones que solo Dios puede juzgar,nadie que conozca sus doctrinas y su modo de hablar ny actuar, podrá de dejar de compartir lo que decimos.Y aún los debemos considerar como los peores adversarios de la Iglesia.......llevan su actividad dentro del seno mismo de la Iglesia.Por eso el peligro se encuentra en las venas de la Iglesia, atacandola en sus mismas raices el ambito de la Fe................"Creen que es celo ,por la verdad,lo que sólo efecto de la soberbia y de la obsecación.
La Doctrina Modernista:
advertir que hunde sus raíces en materia tan compleja ,hay que empezar, que empezar advirtiendo que el modernismo hunde sus raíces, en sus principios filosóficos, y sigue en el religioso, el teológico, el historiográfico, el crítico, el apologetico y el reformista.
Sigue:......
El Origén de la Fe y de la Religión.
,,,la Indigencia del lo divino sin un juicio previo, lo cual es fideísmo, suscita un particular sentimiento que los modernistas llaman Fe y para ellos es el principio de la religión.
Al pie de Pägina:no proviene de un acto consciente, sino de un sentimiento espontáneo inconsciente que porsteriormente se hace consciente por reflexión sigue................papel de la Inteligencia.PENSAR LA FE.La Inteligencia se aplica al sentimiento, el modernismo expresa esto el hombre religioso debe pensar su fe.La Inteligencia, se aplica al sentimiento!!!!!! y sigue Así queda abierto el camino a una evolución intríseca del dogma, puede, sino que puede evolucionar y estar sometido a mutación.Asi queda abierto a una evolución intrinseca del dogma, cumulo infínito de sofismas, que hace imposible y destruye todo principio de y destruye toda la religión.Por lo cual el modernismo afirma que el dogma puede, sino que debe evolucionar y estar sometido a mutación.
Y sigue, evidentemente el compromiso de la Inteligencia, hace que no pueda aptuar el primero de los Dones del Espiritu Santo,que el de Inteligencia, para que actuén los demás,Dones del Espiritu Santo del Padre Philipon, esto es muy grave!!!!!!Palabras talisman, deformaciones de la razón!!!!!!!!!!!y un un momento habla de falsa humildad, y suma paciencia para alcanzar sus objetivos.
Es sencillamente maquiavelico, por eso en la Misma Pascendi se afirma que lleva al ateismo, evidentemente por eso, los remedios, leer a Santo Tomas, sin deformaciones, la Espiritualidad de siempre lde la Iglesia, ser muy fieles al Magisterio, en este momento,El Catecismo Universal de la Iglesia, el Magisterio, la Veritatis Splendor, la Fides et Ratio, la fidelidad al Magisterio me ha enseñado mi director espiritual que es ser fiel a CRISTO.
Que Dios ruegue por ti, y por la Iglesia.
Ya prepararé algo más organizado.Por eso se van los seminaristas, y los que se quedan enloquecen a los demás.
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A todos los que asi piensan
Este ultimo me hace besar la tierra por la humildad, es de destacar que San Pio X, quería que los seminaristas fuerán humildes, este conocido, y allegado agarro a un allegado y lo hizo aterrizar en la tierra.Je!!!!Je!!!
Que Dios te bendiga y lo haga con la Iglesia.
Esa Enciclica, la Pascendi, también forma parte del Magisterio!!!
Que para mi hijo de la Iglesia, es muy hermoso ,defiende la Verdad, e ilumina todas las realidades internas y externas de la Iglesia.
Las internas también están de acuerdo con hacer bien a la humanidad!!Siempre la Verdad, le hace bién a la humanidad!!!!La autentica Verdad que nos hace libres.
Que la Santisima Virgen ruegue por ti y la Iglesia.
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A.G.:
Juan, por más que esté de acuerdo contigo, no considero conveniente comentarlo en un post donde no se menciona nada de ello, por razones evidentes.
Un abrazo.
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