(73) De cinco malos frutos de La Gran Impostura
En un reciente post hemos analizado La Gran Impostura que se gesta a finales de la Edad Media, con la Caída de la Escolástica y la consiguiente pérdida de armonía entre la fe y la razón en parte del pensamiento cristiano.
Este batacazo, propiciado por el empujón nominalista, produce el levantamiento de un nuevo tipo de cultura cristiana:
el antropocentrismo piadoso, humanismo no cristocéntrico, espiritualidad voluntarista que perdura hasta hoy, impregnada de altas dosis de semipelagianismo, buenismo, moralismo, etc.
En definitiva, una falsificación del catolicismo.
Este vuelco radical, esta substitución en la cultura católica del modelo bíblico-tradicional por otro modelo, de corte intelectualista, va agigantándose con el paso del tiempo, enquistándose por el ataque rabioso de la Ilustración, en que pervive la tenia ockhamista.
Un paso más, y nos encontramos de plano en el liberalismo teológico protestante, y su actualísima influencia en la teología católica heterodoxa, especialmente en el ámbito de la exégesis bíblica; y el modernismo del ámbito católico, presente hoy, bajo las formas nuevas, podríamos decir naif, novaerianas, de apariencia irrelevante, pero profundamente dañinas, del Posmodernismo.
Magia, esoterismo, absolutismo de la técnica… todo esto eclosiona en el Renacimiento, como un huevo de dinosaurio. ¿Quién dice que están extinguidos?
Y es que el voluntarismo viaja por toda la Modernidad y llega muy lejos, pasando por la médula del idealismo kantiano, y con él, al eticismo moralista moderno y posmoderno.
Como dice un acertado artículo de Juan Fernando Sellés, “La sombra de Ockham es alargada”:
“Por otra parte, tan claro como que Ockham subordina la inteligencia a la voluntad, es que Kant subordina la razón pura a la práctica y ésta a la voluntad. Admite, además, que la voluntad es autónoma e independiente; única fuente de la moralidad. Que esa tesis es ockhamista, es palmario”.
Los frutos podridos, los malos efectos del nominalismo en el pensamiento católico son de diversa índole. Veamos algunos a modo de anticipo o primer plato, del que vendrán muuuchos más. Porque la cosa tiene su miga. Y es de lamentar cuántas intoxicaciones han causado.
Veamos cinco malos efectos del terminismo ockhamista.
***
Efecto 1.- El método del pulverizador. Propio de todo deconstruccionismo es pensar por fragmentación. Se salta de enunciar verdades o principios válidos, a lanzarlos —o escupirlos, que es peor—, pulverizando el pensamiento. Esto hace tremendamente complicada la refutación. Fragmentar el pensamiento en unidades muy pequeñas, casi atmosféricas, es un blindaje contra la verdad. Recurso propio de toda intrumentalización de la intuición —especialmente, cuando se realiza con objeto de elaborar teorías antimetafísicas. Era la técnica del más grande nominalista del siglo XX, Wittgenstein —aunque el autor del Tractatus tenía al parecer un sincero deseo de creer.
Esto es un problema cuando la pulverización se aplica a la catequesis, en iglesias locales en vías de descristianización. La exposición pulverizada de la doctrina genera la reducción de la fe a simple experiencia vital. Las verdades reveladas reducidas a ceniza existencial.
Efecto 2.- La degradación del pensar a puro método. Lo que importan no son los contenidos, sino el camino. No los resultados, sino los procesos, la dinámica, el movimiento, el descubrimiento, eliminando toda autoridad docente —como enseña el enemigo número uno de la educación, que es el constructivismo. La verdad objetiva queda reducida a mera opción voluntaria. No pocos teólogos han canonizado el método contra los contenidos objetivos y válidos. En especial, aquellos que atacan la objetividad de la Ley Natural, como Schillebeeckx. Para este autor, como ejemplo, santo Tomás interesa solamente por su método. No por las verdades que expone. Importa el esfuerzo y la búsqueda, no la verdad misma. Es la impostura pedagógica de la educación voluntarista y antiobjetivista del constructivismo, que es nominalismo en estado puro: se presenta con semblante revolucionario, seduciendo a relativistas y subvencionados de toda clase.
Efecto 3.- El principio de consistencia como un tabú. La solidez conceptual es mal vista. La armonía teórica, la trabazón lógica, la inteligencia en la estructuración de las ideas, son sospechosas de metafísica. Y la metafísica es precisamente lo que se pretende decontruir. Es el enemigo.
Efecto 4.- La exageración del voluntarismo y el menosprecio de las causas segundas. Malebranche, disfrazado de Ockham, ataca la verdad del principio de subordinación. La idolatría de la arbitrariedad convierte las causas segundas en meros fantasmas. Lutero aprendió de Ockham, a través de Biel, la depravación total del hombre y su inoperancia como causa segunda verdadera de su salvación. Como afirma J.F. Sellés:
“De Descartes depende Malebranche en cuanto al método, y ambos de Ockham en cuanto a la consideración del tema, o sea, la realidad. Efectivamente, para este pensador lo real «sólo es un efecto de la omnipotencia divina. En este sentido, hay cierta afinidad entre Ockham y Malebranche», pues el ocasionalismo malebranchiano es deudor del contingentismo ockhamista, ya que, por una parte, «Ockham afirma que la criatura es pura contingencia, obra de una omnipotencia arbitraria», y por otra, «Malebranche niega toda causa segunda (pone a Dios como única causa en todos los órdenes)». (La sombra de Ockham es alargada).
Efecto 5.- La Ley Moral como una mera convención arbitraria. Cuando lo ético viene determinado no por la naturaleza objetiva, de la que se desprende una ley de validez universal, sino por una norma intercambiable por otra, el criterio no es el conocimiento de la verdad, sino la mera autoridad del que promulga la norma. Es consecuencia de la potencia absoluta nominalista. La gran trampa del convencionalismo moralista se condensa en la máxima de Thomas Hobbes:
non veritas sed auctoritas facit legem. No es la verdad sino la autoridad la que hace la ley.
Este engaño es muy actual. ¿No lo veis presente, y bien presente, en democracias liberales, promulgadoras de leyes malvadas contra la vida?
CONTINUARÁ.
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20 comentarios
PAX IN VERITAS
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A.G.:
frayescobabcn, mucho me alegra que le parezca instructivo el post. Son temas complejos pero importantes. Gracias.
Saludo en Cristo Resucitado
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A.G.:
Muy agudo su cuestionamiento, Palas Atenea. Le agradezco mucho que lo mencione.
Y le sorprenderá saber que, en efecto, paradógicamente, el nominalismo que alimentó a Lutero produce en su desprecio de la causa segunda una especie de voluntarismo institucional y público en el que se cae indefectiblemente.
Es parecido a un problema actualísimo: el pelagianismo luterano, o luteranismo pelagiano. Veamos cómo lo retrata el P. Iraburu en Gracia y Libertad I:
"Entre Pelagio y Lutero. La tentación predominante del catolicismo actual está en Pelagio, en el voluntarismo antropocéntrico, que no quiere reconocer la necesidad de la gracia, de la ayuda sobre-natural de nuestro Señor Jesucristo, «que es verdaderamente el Salvador del mundo» (Jn 4,42). Pero también está vigente hoy la tentación de Lutero. En realidad, hay que decir que el pueblo católico hoy experimenta al mismo tiempo las dos tentaciones.
De este modo, en ciertos ambientes, hallamos la extraña especie híbrida de un cristianismo pelagiano-optimista ante la multitud, es decir, ante la juventud, los obreros, la cultura moderna, el progreso y la técnica, y luterano-pesimista ante el individuo, pues no cree en las posibilidades reales que tiene la persona, ni siquiera con el auxilio de la gracia, para salir efectivamente de su pecado y vivir santamente. Cualquier sacerdote comprueba esto como ministro del sacramento de la penitencia. Estamos, pues, aunque parezca increíble, ante un pelagianismo luterano o bien un luteranismo pelagiano. Cualquier cosa se puede esperar de quienes se alejan de la doctrina católica de la Iglesia."
El voluntarismo luterano es público. De cara al exterior. Romper con la Iglesia como sacramento universal conlleva un optimismo voluntarista: la tentación voluntarista luterana es: podemos sin la iglesia, podemos sin los sacramentos, podemos sin el Papa, podemos sin el Magisterio. Podemos, nosotros solos, con libre examen, descubrir el sentido verdadero de la Escritura. Aquí el luteranismo es voluntarismo nominalista puro.
En el aspecto privado, sin embargo, es antivoluntarista, como muy bien apunta vd. En este sentido, podemos hablar de lo esquizoide de esta cosmovisión, en que voluntarismo y antivoluntarismo conviven en la misma moneda
Este proceso iniciado por Ockham, ¿tendría su "cúspide" en Nietzsche y secuaces, con su idea de un "superhombre" que define su escala de valores a voluntad?
Por otro lado, destaco que en cualquier enseñanza escolar de filosofía (la que tiene acceso el gran público) se hace el salto entre los clásicos grecorromanos y la Ilustración, obviando todo lo entremedio, como San Agustín o los Escolásticos. Lo veo como una forma de separar la fe con la razón, lo trascendente con lo cotidiano, cuando precisamente la fe católica se ha esforzado en unir estos elementos.
Saludos
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A.G.:
Gabriel B., muy oportuno y certero su comentario. Ciertamente, Nietzsche es la cúspide del nominalismo. Para él, todo el problema de Dios y el bien y el mal es cuestión de gramática.
Le invito a leer la continuación de este post, en que hablo de ello.
Como dice, la filosofía moderna ha arrancado la fe de la razón y con ello ha abierto una brecha terrible, que ha ofuscado el pensamiento de forma que, a mi juicio, sólo volviendo a Tomás podemos salvar.
Gracias y saludo en Cristo Resucitado
Por otra parte si a la sola lectura, como bien dice, y al ir por libre se le suma una concepción de pecado que no deja levantar la cabeza ni colaborar con la Gracia, yo no veo más que ventanas cerradas para que no pase la luz y, por lo tanto, desesperación.
Ya me he dado cuenta de que el buenismo actual es una mixtura extraña entre un poner al hombre en el centro del universo, no a Dios, combinado con una salvación por parte del Altísimo urbi et orbi. Es decir: hacemos lo que queremos, según nuestro criterio antropocéntrico y egoísta (supresión del pecado y de la moral natural), que ya luego ese dios secundario en el que no creemos ni reparamos vendrá a salvarnos a todos por su gran misericordia ???
Para mi eso es más difícil de entender que el Misterio de la Santísima Trinidad porque, o giramos alrededor de Cristo mientras vivimos con la esperanza en su misericordia, o damos vueltas cual derviches giróvagos alrededor de nosotros mismos, en cuyo caso Cristo no tiene porqué aparecer al final de nuestras vidas para nada porque Dios no está a nuestro servicio sino que nosotros somos servidores de Dios.
"He aquí la esclava del Señor", dijo María, y uno de los que acudían a los cursillos de teología conmigo respondió sumamente indignado: "No podrían actualizar esa Biblia, no somos esclavos de nadie". Y era católico, o eso decía.
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A.G.:
Da en el clavo:"o giramos alrededor de Cristo mientras vivimos con la esperanza en su misericordia, o damos vueltas cual derviches giróvagos alrededor de nosotros mismos"
Su diagnóstico es certero: "Ya me he dado cuenta de que el buenismo actual es una mixtura extraña entre un poner al hombre en el centro del universo, no a Dios".
Respecto al luteranismo: es un voluntarismo extraño, encubierto por el antivoluntarismo. Lutero aprendió de Ockham al menospreciar la voluntad como potencia, y al mismo tiempo a considerar el entendimiento como voluntad. Es la esencia del libre examen y del rechazo del Magisterio, por ej.
En la respuesta a Palas Atenea, hablas de lo esquizoide de ser optimista ante la multitud y pesimista en lo personal. No sabría explicarlo como tú lo haces pero en muchas películas, novelas, series o simplemente en ideas sostenidas de forma generalizada hoy en día aprecio esto. Tras una apariencia de diversión y alegría hay un profundo y desgarrador pesimismo. Es como si no creyeran de verdad en lo que pregonan pero tuvieran miedo de admitirlo.
Me gustan mucho tus reflexiones Alonso. Agradezco también mucho los comentarios de Palas Atenea que son magníficos por su agudeza.
O el ser humano es una máquina, y todo el discurso moderno se cae aparatosamente como un castillo de naipes, o nos olvidamos de todo y llenamos nuestra cabeza con cualquier cosa con tal de no pensar, o sea nos dajamos arrastrar por el emotivismo ridículo en el que quieren que vivamos.
Aparte de que resulta bastante evidente como se utiliza ese emotivismo precisamente para dominar las mentes y hacer de nosotros cualquier cosa, hacer que seamos capaces de aprobar cualquier aberración.
De todas formas, yo no soy nada entendido, siempre había pensado que la caída de la escolástica había venido mayormente por algo mucho más pedestre que todo eso, por los descubrimientos científicos.
Los nuevos descubrimientos científicos hacen que la gente se vea superior a sus antepasados y por tanto conocedores de verdades que les sitúan ante la posibilidad de diseñar su propio destino. Yo hoy en día veo eso de forma muy marcada.
Como digo, yo no se nada, y no se si a Loocke, por ejemplo se le puede enmarcar dentro del pensamiento nominalista, pero Spinoza resolvió el problema siendo panteísta. Como Rousseau, diría. Y la ilustración o el liberalismo beben bastante de ese tipo de gente. De hecho, no se plantean esas cosas, o recurren a sofismas.
Recuerdo que en una ocasión escuché al alguien, a resultas de defender los principios liberales, que el libre comercio tenía que basarse en la propiedad privada, que era algo de lo que solo podíamos prescindir por voluntad propia o en base a la fuerza. "Desde que naces el aire que tienes en los pulmones ya es tuyo, ya tienes propiedad privada", decía él. ¿Y quién te dice que ese aire es tuyo; es mas, quien te dice que tu eres tuyo; es más, quién eres tu? me dio ganas de responderle :). Como digo, el mundo postmoderno está contaminado por ideas bastante simplonas. Sencillamente no tienen base alguna y ya está.
Y si, es cierto, hay esa dualidad esquizoide. Por un lado no se cree en el ser humano -bueno, menos en el sujeto de su propia persona, por supuesto- y por otro se cree en la humanidad. Piensan que la suma de todos los egoísmos -menos el propio, claro-, a base de contraponerse, de combatir los unos contra otros, da como suma un mundo estupendo.
La civilización cristiana que libera del subjetivismo, y de las esclavitudes del mundo, frente al mundo. La ciudad de Dios.
No se si habré dicho muchas tonterías :).
Tenía Bob Dylan una canción que se llamaba "gotta serve somebody", el estribillo decía "puedes servir al Señor o puedes servir al diablo, pero siempre tienes que servir a alguien"
¿Como hacer entender a la gente que esa idea de la libertad que les han metido en la cabeza es falsa, y que además lo hacen para controlarlos?
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A.G.:
Qué bueno, lo de Bob Dylan. Desde luego, o con Cristo o contra Él. No valen medias tintas.
Puede que Fleming, con su invención de la penicilina, superara cualquier otro método de combatir las infecciones pero el existencialismo no anula a Aristóteles o a Spinoza.
Aquí vendría bien el comentario de Robert Spaemann: "Ya Talleyrand tuvo que escuchar de un contemporáneo suyo reflexiones acerca de la conveniencia de fundar una religión del ser supremo adaptada a los tiempos y a las exigencias de la sociedad. Talleyrand repuso: "Hace tiempo hubo un cierto líder religioso. Predicó unos pocos años, se dejó crucificar y resucitó al tercer día. Usted debería intentar hacer algo parecido".
Por el contrario, al considerar la idea de que las criaturas no dependen exclusivamente de la voluntad divina no puedo evitar experimentar un fuerte rechazo, ya que me parece claro que se está subordinando a Dios a algo mayor que Él (ya que condiciona su obrar).
El argumento relativista ateo sería más bien que las enseñanzas cristianas solo son un buen intento humano de alcanzar la justicia y armonía en la sociedad, pero que pueden y deben ser mejoradas a medida que la ciencia avance.
El problema me parece similar al del IICV: aunque este no contenga error es el ser humano el que se ha alejado de lo que la Iglesia aun continua enseñando, seducido por la idea más o menos consciente de "ser dioses".
Me gustaría que me indicara qué problemas se derivan, a su juicio, de vincular toda la Creación exclusivamente a la voluntad de Dios, sin incluir en esto que la gente deje de obedecer a lo que enseña la Iglesia, porque esto es otro asunto.
Por supuesto que no hay que cerrarse en la razón, y esto también permite ver a la fe como una dimensión superior que engloba inteligencia, emoción, intuición, razón, sentimiento, voluntad... Cualquier operación humana
Me encantó el tema. Gracias, Alonso!
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A.G.:
Muy bien dicho, la razón es importante en la fe, deben estar en la armonía adecuada. Esa visión de la fe como algo irracional e incomprensible es nefasta.
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A.G.:
Gracias por sus comentarios. Sin duda, el Magisterio es un antídoto contra las heterodoxias.
La respuesta a tus dudas está en el misterio de la Santísima Trinidad. Que es el que hace posible un Dios que no sea pura voluntad sin que eso suponga ni caer en los horrores a los que lleva un Dios que es pura voluntad ni limitar su omnipotencia o peor aún, caer en el panteísmo en el que desembocan todos los que intentan meditar con lógica sobre los atributos divinos sin tener en cuenta el ser trinitario de Dios.
Respecto a la Santísima Trinidad, tengo que leer más al respecto para ver lo que concluyo. Sin embargo, no enseña la Iglesia que Dios es omnipotente, sin añadir ningún adjetivo que limite esta omnipotencia? Recientemente he consultado la lista de dogmas y es lo que entiendo de lo que se expone acerca de la Santísima Trinidad. Se habla expresamente de la omnipotencia de Dios.
Si, bueno, no tengo formación académica al respecto, conozco algo por mis lecturas que son dispersas, y tampoco tengo el cuadro del todo completo. Me refería a que a finales del siglo XVI mucha gente, por ejemplo los novatores en España, rechazan la escolástica por entender que se precisava introducir la experimentación en el campo filosófico. Eso sería fruto de los avances científicos y las consideraciones que se hacen al respecto. De hecho, por lo que he leído en algún autor, se rechaza la escolástica como método por entender que es algo caduco. Esa era un poco la visión general que tenía al respecto.
Sobre lo de los continuadores, también tengo esa idea. Una vez oí a alguien decir que a los grandes filósofos les suceden una primera generación de seguidores que son peores, a los que les seguirían una tercera generación que resultaría infumable :D. Que se produce algo así como una especie de cesaropapismo. En este sentido, tiendo a relacionar, de forma general, la caída de la escolástica con el hecho de que los escolásticos posteriores al renacimiento no hubiesen sabido
incorporar los conocimientos científicos de su tiempo dentro del método, lo que los mostraría a ojos de las nuevas generaciones como antiguos y decadentes. Esa era mi idea.
Por cierto, también muy acertada la referencia a Wittgenstein en el artículo. Es todo un ejemplo. Wittgenstein en el fondo pensaba que no se podía conocer la realidad. Al final, si se me permite la broma, parece un caso de justicia poética; a donde termina llevando el abandono de la escolástica . . .
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A.G.:
Me alegra se haya percatado de la importancia de Wittgenstein en este tema. Gracias.
Por tanto para los nominalistas solo es posible estudiar los fenómenos concretos y no las ideas o abstracciones. De ahí el concepto estrecho y moderno de ciencia moderna. Conforme la visión nominalista se seculariza, la autoridad de Dios reflejada en las Escrituras desaparece, y como no hay manera de saber lo que es el Mal ni el Bien, sino solo males y bienes concretos, el voluntarismo divino se convierte en voluntarismo y relativismo humano: Es bueno lo que yo considero en cada momento es bueno independientemente de lo que piensen los demás. No hay manera de acordar que es el bien y el mal y tampoco hay autoridad mayor que uno mismo, excepto quizá a nivel de secta o de escuela científica. consecuencia: sectarismo, sentimentalismo, relativismo, voluntarismo....
Ese voluntarismo relativista y sentimentalista es la consecuencia lógica de romper los vinculos con los universales de metafísica primero por parte de los nominalistas y luego de la ruptura con el teismo por parte de la ilustración.
O al menos eso es lo que yo he colegido siguendo a Nestor Martinez y al padre Iraburu
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A.G.:
Me ha gustado mucho su comentario, muy pertinente y agudo. Es como dice. La verdad, el bien, para el nominalismo, dependen de la voluntad del que los promulga. Simplemente. Es, ni más ni menos, una idolatría de la arbitrariedad. Y la visión moderna de la moral como una simple convención procede de esta impostura.
Gracias por su comentario, vuelva por aquí.
Estos días leo y releo este post y busco los filósofos que nombra para estudiarlos. Le agradezco que nos ayude a ver que lo que pasa actualmente no es por dejadez del buen camino, sino porque en la búsqueda de la verdad se nos cuelan errores a todos. Toda tentación siempre va trufada de engaño. ¿Con qué van a tentar a los inteligentes si no es con el conocimiento? Es sutil, porque lo falso entre lo verdadero es complicado de detectar. Nunca se me había ocurrido orar por los filósofos, ya tengo tarea, ya... Lutero, el Cardenal Marx, no son malévolos como se dice, son víctimas del malo que no para en su mal plan. A la fuerza de la Iglesia se opone la del mundo, con marrullerías contra los tontos y teorías, ciencia etc contra los sabios... Hay que rezar sin parar.
También seguiré atenta a este blog que aclara cosas importantes. Gracias.
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A.G.:
Martina: bien dicho, se nos cuelan errores a todos, por eso hemos de trabajar, desde la gracia de Dios, para preservar la doctrina de la contaminación de tantos errores.
Es un poco como una labor detectivesca: estar pendiente de las pistas, para cazar el error y que no nos afecte.
Respecto a los heterodoxos: si son malos o no, Dios los juzgará. Pero que en la herejía hay maldad, es indudable.
Como bien dice, hay que orar sin cesar.
Qué bien que vaya seguir atenta a este blog. Prometo no defraudar, jeje
Donde puedo leer a Juan Fernando Sellés?
Me quedan muchas interrogantes:
Para comenzar: ¿Cómo "contrarrestar" estos nuevos tipos de cultura cristiana?
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A.G.:
Gracias a vd por la paciencia en leerlo, jeje
De J.F. Sellés he leído tan sólo "La sombra de Ockham es alargada", un estupendo artículo que puede descargarse en PDF de la red.
Buena pregunta, muy buena:
¿Cómo "contrarrestar" estos nuevos tipos de cultura cristiana?
Pues pronto hablaré de ello, en post muy cercano. Dejo con la intriga...
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