(39) De las tentaciones del católico: 1, Luteranidad

No se me enfaden mis amigos buenistas, tan aficionados a la psicología grupal y a la educación en valores, a la música New Age y a los cuentecillos de marca blanca tipo Anthony de Mello.

Este post trata de una tentación que nos puede asaltar a todos, pero que a ellos, especialmente, les asalta y ronda por la cabeza:

la luteranidad.

No digo el luteranismo, que dejo como tentación para los luteranos. Digo luteranidad, para hablar, talmente, de un virus que puede afectar al católico que desconoce la doctrina verdadera de la gracia y la libertad, y de la armonía fe/razón, y se está volviendo progresivamente irracional y pesimista por dentro, pero optimista y sensato por fuera.

Para esa hermenéutica de la reforma en la continuidad que quería Benedicto XVI, es necesario calar hondo en todo aquello que nos ha perjudicado a lo largo de estos tiempos, y dar diagnósticos certeros:

dar cuenta de las tentaciones que nos asedian para no caer en ellas, y marchar hacia delante con el auxilio divino y un gran amor por la Esposa del Señor.

En este post reflexionaremos sobre los orígenes de lo que llamo luteranidad e intentaremos llegar a algunas conclusiones, en 20 aforismos y una postdata.

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1 El pelagianismo postcontemporáneo, tan optimista, provoca una reacción sorprendente: pesimismo acerca de la capacidad de la razón para conocer la verdad de la naturaleza de las cosas. Y este pesimismo es luteranidad rampante. Por una lado, un deseo de evadirse de la razón, con su tan poco postmoderno e impertinente sentido común. Por otro, un olvido de la ley natural, cuyo cumplimiento íntegro resulta un everest imposible sin la gracia. Se deja de creer en universales, porque conviene no creer en ellos.

2 La luteranidad es una tentación para muchos católicos que minusvaloran la importancia de la razonabilidad de la fe no sólo en teología, sino en su misma vida de fe. Es una tentación deconstructiva cuyos síntomas son principalmente estos:

1) menospreciar la razón,

2) negar la realidad objetiva de los conceptos universales, en especial de la naturaleza humana; es decir: nominalismo;

y 3) desdogmatizar la virtud teologal de la fe, sentimentalizándola, existencializándola, tensionándola en dinamismo sin reposo.

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3 Lutero llama sofistas a todos los filósofos excepto a aquel que tiene el copyrigth del nominalismo,  Guillermo de Ockham, al que trata de amigo.

4 El nominalismo ockhamista es instigador de la revolución luterana

5 El sacerdocio es mediación universal. Por eso es rechazado por Lutero, impulsado por el rechazo a toda universalidad objetiva que aprendió de Ockham

6 Todos los reformadores pretendían una vuelta a los orígenes: Lutero al Evangelio. Zuinglio a la sabiduria natural originaria. Calvino al Viejo Testamento. Pero ninguno se planteó una vuelta a la Iglesia, en lugar de una retirada.

7 La reducción erasmista de la primacía de la gracia para resaltar la libertad, fue parecida al  exceso reduccionista (permitido) en que cayó el molinismo. Esto influyó mucho en la fama de presunto semipelagianismo de la teología católica en los ámbitos reformados, y es un error que se sigue cometiendo masivamente hoy día para maldefender el libre albedrio

8 En su virulenta obra De servo arbitrio, contra la libertad humana y en defensa del determinismo de la Doble Predestinación, Lutero defiende sus tesis recurriendo al terminismo de Ockham, que era llamado la vía moderna.

9 Erasmo sale en defensa de la libertad frente al ataque luterano, pero al hacerlo cae en semipelagianismo y su proyecto queda viciado

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10 Ockham afirma la irracionalidad de la fe y prepara con ello el luteranismo

11 La teología luterana fue divulgada por Melanchton (1497-1565). Para bestsellizarla utilizó el nominalismo.

12 Melanchton disfraza la filosofía griega de ockhamismo, para tapar con su pesada manta el aprecio grecolatino por la libertad, encajándola con la tesis luteranas, no sin disonancias molestas y estridentes.

13 El humanismo del Praeceptor Germaniae (que así se le apodaba) consiste en popularizar que en verdad no hay diferencia esencial entre la Revelación y la filosofía griega, conduciendo así a un solo camino de conocimiento, y a una secularización de la teología, que se convierte en sierva de la filosofía.

14 La secularización de la Revelación fue radicalizada por Sebastián Franck (1499-1542), que lo mismo que Melanchton considera que lo que en los griegos y romanos es luz natural, en los cristianos es Cristo, equiparando conocimiento natural y conocimiento sobrenatural.

15 Franck se empeña en llevar la reflexión teológica al plano filosófico. No sorprende que considere la justificación como obra e iniciativa humana. Vemos así cómo la atmosfera teológica luterana deviene fácilmente en pelagianismo. En polémica contra Lutero, en su obra Paradoxa, defiende la libertad humana que utiliza la razón para justificarse, afirmando que el mal es imposible de eliminar. Aquí encontramos ya, en los primeros tiempos de la reforma, luteranismo, pesimismo y pelagianismo unidos en una misma ensalada.

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16 Pronto surgirá el racionalismo religioso, con su criticismo, cuya apoteosis son las más de una docena de ladrillos de las Centurias de Magdeburgo, de Flacius, (1520-1575) y sus centuriadores, siempre atentos a todo lo que en la Iglesia Católica pareciese mutar y contradecirse, para dejar claro que la única verdadera es la luterana. Así surge el método crítico de exégesis, llamado entonces clavis aurea. El intérpete verdadero de la Escritura no es, ya, el Magisterio, sino el significado general de la Biblia desvelado por el método crítico.

17 El clavis aurea difunde la exégesis historicista de la Biblia. Un paso más en este camino de racionalismo y llegamos al humanista  Lelio Socino (1525-1562) y su sobrino Fausto (1539-1604), que dan paso a herejías contra la Santísima Trinidad, y fomentan afluentes como el arrianismo, el unitarismo, etc. Abbagnano, en su V. 2 de la Historia de la Filosofía, nos dice que

“Socino defiende, tras las huellas de Flacius, la veracidad y la suficiencia de las Escrituras, habiendo utilizado también el clavis aurea (…) pero el espíritu racionalista de su exégesis se refleja en sus doctrinas, que conducen a la negación de los dogmas fundamentales del cristianismo” (Edit Hora, Barcelona, 1982, pág. 102)

18 Este racionalismo devino también en moralismo. Jaime Aconcio (1520-1567), en Stratagemata Satanae, admite como buena contra el demonio solamente la parte de la religión que está relacionada con la práctica de la virtud y el desarrollo de la libertad subjetiva. Se acerca el liberalismo….y el aburrimiento. Pronto se hablará hasta el empacho de todo lo que tiene que hacer el ser humano por sí mismo, y no de lo que quiere hacer Dios por él y lo que quiere darle que haga...

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19 El  imperio de la subjetividad hipercrítica condujo a excesos imaginativos y a la teosofía luterana, como vemos en el caso del zapatero teósofo, Böhme (1575-1627), que entiende la justificación en términos panteístas, niega toda predestinación, y atribuye un papel extraño a la libertad humana, de tal forma que podemos hablar de un pelagianismo cósmico, que parece mediocalcado de un libro de la Nueva Era.

y 20 El nominalismo ockhamista, que Lutero aprendió de Biel y de Ailly, fue el inspirador de su rechazo de la necesidad de las buenas obras y de la santificación interna por la caridad. Porque afirmar las buenas obras implica afirmar, en la visión nominalista, la primacía del individuo contra Dios, que era justamente el error pelagiano/semipelagiano que Lutero pretendía combatir.

Dice Louis Bouyer en peculiar Diccionario de teología (Herder, Barcelona, 1990, pág. 411) que

“(Lutero) en su polémica contra los teólogos católicos y por el uso que en ella hace de la concepción nominalista según la cual los seres no se definen  y distinguen más que por su obrar,  llega a identificar esta afirmación con la de una justificación  completamente externa,  es decir, completamente extraña a todo cambio que se produjera en nosotros mismos. “

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POSTDATA:

De este recorrido que hemos realizado por los afluentes de la Reforma, podemos resumir algunos aspectos de las

TENTACIONES DE LUTERANIDAD:

1) Por miedo a minusvalorar la libertad, volverse semipelagiano: así se dice eso de que “hay que aceptar primero la gracia para que la gracia empiece a actuar”

-y por miedo a minusvalorar la gracia, negar la libertad: “no puedo evitar hacer esto o lo otro”, anulación de la conciencia de pecado, el pecado como algo irremediable, fatalismo, determinismo, etc.

2) Desconsideración e inadvertencia de la posibilidad real de condenación. Es consecuencia de la tesis de la sola fe y de la confusión entre estado de pecado y estado de gracia.  

3) Consideración del cumplimiento de la ley natural como algo imposible: Esta es deconstruida a base de nominalismo, como en una ética de valores para una realidad que no existe, sino sólo en apariencia, una pseudorealidad made in Matrix. El irrealismo nominalista está servido. 

4) Malinterpretación de la acción de la gracia, que es vista  como algo extrínseco que no transforma íntegramente al individuo, siempre e irremediablemente pecador, con esos defectos que Dios, al parecer, tanto ama, según el buenismo….

y 5) Desprecio de la razón y del sentido común: irracionalismo,subjetivismo, panteísmo, teosofismo, idealismo, etc.

Y hay más, pero lo dejamos para otro día.

Por ahora, no quiero daros más disgustos.

Orad sin descanso, amigos, que el Espíritu Santo nos mueve a santidad y a formación en la sana doctrina, cuyo esplendor atraviesa los corazones, cuando Dios lo da.

LAUS DEO VIRGINIQUE MATRI

Alonso Gracián