Vidal Manzanares, Gustavo, se retrata

Ayer mismo publicaba Redes Cristianas (siempre atenta a tales cosas) un artículo de Gustavo Vidal Manzanares que dice mucho de su pensamiento y, sobre todo, de la animadversión que, hacia la Iglesia católica, tiene.

Se trata, el asunto, de la construcción de la llamada “ciudad de la Iglesia” que el Arzobispado de Madrid pretende llevar a cabo en la capital de España y que no es, digamos, nada ilegal o impresentable sino legal y recomendable.

Y dice cosas como las que ahora se relacionan, haciendo uso de un lenguaje clarificador; en realidad, malvado y, por decirlo pronto, poco sutil, burdo y rastrero.

1.-Un lenguaje carca:

“los obispos se preparan para arrebatar a los españoles un histórico espacio verde”

No parece que aquí los obispos vayan a quitar “con violencia o fuerza” nada. Por lo tanto, la única sinrazón para utilizar tal forma de expresarse es, simplemente, el odio que siente hacia la Iglesia católica.

2.-Un lenguaje falso:

“El Ayuntamiento de Madrid ha acordado regalar 25.000 metros cuadrados de suelo a la iglesia católica para la construcción de un minivaticano”

No parece el Ayuntamiento de Madrid haya otorgado ninguna “Dádiva que se” haga “voluntariamente o por costumbre” porque, al parecer, llevan veinte años tratando este tema y no es, por lo tanto, objeto de ningún arrebato eclesiástico de parte del municipio madrileño. Por lo tanto, la única sinrazón para utilizar tal forma de expresarse es, simplemente, de rabia.

3.-Un lenguaje tergiversador:

“De este modo, la iglesia católica recibe miles de millones en forma de suelo. Esta riqueza, que pertenece a todos los ciudadanos, acaba en el bolsillo de quienes se han opuesto rabiosamente a la ley del divorcio, la del aborto, la ampliación del matrimonio a otros colectivos, la investigación con células embrionarias, la muerte digna, la educación para la ciudadanía…”

Es decir, se opone, la Iglesia católica, a todo lo ruin, impresentable, nefasto, fascistoide, totalitario; es decir, que se opone bien y como, en realidad, le corresponde.

4.-Un lenguaje revanchista y guerracivilista:

“Hoy los católicos siguen gozando de toda libertad y posibilidades para que sus hijos reciban lecciones de religión católica”

Es, esto, expresión de un claro deseo totalitario porque no deja de entenderse, en tales palabras, una extrañeza por parte de Vidal Manzanares, Gustavo, de que los católicos podamos gozar de libertad. Seguramente le gustaría, como ya pasó con otros católicos y a manos de sus conmilitones de ideología, que desapareciéramos de la vida política, social e, incluso, vital. Sobre eso ya tenemos experiencia, muchos mártires y, también, muchos recuerdos.

5.-Un lenguaje-espejo

“Acostumbrados durante siglos a imponer sus dogmas, rabian como lobos hambrientos ante cualquier hilacho de librepensamiento”.

Le llamo lenguaje-espejo porque, en realidad, para escribir esto se ha de haber mirado en uno en el se que reflejara él mismo, su misma ideología y su mismo pensamiento masón.

Ahora bien, cada cual se hace acompañar, por la vida, de quien, en realidad, es de su mismo espíritu y, claro, nada bueno de eso se puede esperar.

Y sin embargo, muchas cosas se entienden cuando dice, de él mismo, que es socialista y maestro de la masonería, valga la rebuznancia.

Nada, pues, extraña. Tampoco que su nefasto artículo lo recojan en Redes Cristianas.

¿Cristianas?