Tener fe o no tenerla

Se suele decir que el ser humano tiene una tendencia natural a lo sobrenatural. Es decir que, a pesar de lo que pueda pensar sobre las circunstancias por las que su vida pase siempre le queda el anhelo de algo superior que, además, le puede dar consuelo en sus momentos de tribulación.

Por eso se dice que el ser humano es, esencialmente, religioso, básicamente unido a Dios.

Resulta, por otra parte, fundamental para una persona saber que Dios le ama, que no le abandona nunca, que, por más infieles que seamos al Creador, siempre está esperando una reacción de humildad por nuestra parte que nos vuelva a acercar a Él porque su misericordia es ilimitada, total, eterna.

Pertenencia a la Iglesia católica

El que creyere y fuere bautizado se salvará; el que no creyere se condenará” (Mc. 16, 16)

Con tales palabras, el evangelista Marcos indica, a la perfección, los dos aspectos necesarios para la pertenencia a la Iglesia católica: ser bautizado y, además, creer. Pero primero pone, no por casualidad, el hecho mismo de creer; luego el de recibir el bautismo.

Es bien cierto que el bautismo se lleva a cabo cuando, por lo general, el nuevo miembro de la Iglesia no es capaz, siquiera, de responder a lo que se le pregunta. Sin embargo, en esto es suplido por los padres que, digamos, responden por él. Y eso no resta ni un ápice a la importancia que tiene tal sacramento de iniciación cristiana como, creo, todos compartimos.

El Concilio Vaticano II dice, en su Constitución Dogmática Lumen Gentium que “Enseña (el Concilio), fundado en la Escritura y en la tradición, que esta Iglesia peregrina es necesaria para la salvación” (LG 14)

En esto abunda el Catecismo de la Iglesia Católica (CIC) cuando dice, en su número 816. que “El decreto sobre Ecumenismo del Concilio Vaticano II explicita: “Solamente por medio de la Iglesia católica de Cristo, que es auxilio general de salvación, puede alcanzarse la plenitud total de los medios de salvación. Creemos que el Señor confió todos los bienes de la Nueva Alianza a un único colegio apostólico presidido por Pedro, para constituir un solo Cuerpo de Cristo en la tierra, al cual deben incorporarse plenamente los que de algún modo pertenecen ya al Pueblo de Dios

Por tanto, la pertenencia a la Iglesia católica no es, digamos, cualquier cosa sino algo que, incluso por conveniencia propia, vale la pena. Es, al fin al cabo, el gran negocio de nuestra vida: la salvación eterna.

Pero, por si aún se puede albergar alguna duda sobre la importancia que tiene el hecho mismo de pertenecer a ella, la misma Constitución citada arriba dice que para salvarse no basta quien, “aunque esté incorporado a la Iglesia, no persevera en la caridad, permanece en el seno de la Iglesia en “cuerpo”, pero no en ‘corazón’” (LG 14)

Además, el citado CIC dice, en su número 837 (y refiriéndose al mismo número de la LG) que “Están plenamente incorporados a la sociedad que es la Iglesia aquellos que, teniendo el Espíritu de Cristo, aceptan íntegramente su constitución y todos los medios de salvación establecidos en ella y están unidos, dentro de su estructura visible, a Cristo, que la rige por medio del Sumo Pontífice y de los obispos, mediante los lazos de la profesión de la fe, de los sacramentos, del gobierno eclesiástico y de la comunión”.

Por tanto, no basta la pertenencia a la Iglesia católica porque si lo que se pretende es zaherirla no es, tal, una forma de pertenecer de corazón a la misma sino, sólo, de “cuerpo” como dice el Concilio Vaticano II.

Confianza en la Iglesia católica

La pertenencia a la Iglesia católica supone confiar en lo que la Iglesia católica hace y lleva a cabo.

Confiar es, como sabemos, fiarse de lo hace el otro (en este caso los órganos que, en la Iglesia católica, dirigen la misma) y, por tanto, aquí, resulta necesario manifestar un acuerdo con lo que aquellos llevan a cabo.

Así, cuando ponemos nuestra confianza en la Iglesia católica es que, se supone, estamos en la seguridad de que se hará lo correcto y que no se renunciará a anunciar la Verdad ni se utilizará la misma para hacer algo que sea contrario a la voluntad de Dios.

Pero quizá, la forma más directa de manifestar una confianza en la Iglesia católica es creer lo que los dogmas dicen.

Si un dogma es una verdad revelada por Dios y, entonces, propuesta, a sus fieles, por la Iglesia, se entiende que, para ser creyente, de forma efectiva (y no nominal) es necesario creer en ellos.

Por ejemplo, algunos dogmas son los siguientes:

Dogmas sobre la Santísima Virgen

María

1.- La Inmaculada Concepción.
2.- María Madre de Dios.
3.- La Asunción de María.
4.-La Perpetua Virginidad de María.

Dogmas sobre Dios

1.- La existencia de Dios.
2.- La existencia de Dios como objeto de fe.
3.- La Unicidad de Dios.
4.- Dios es eterno.
5.- La Trinidad .
6.- Todo cuanto existe fuera de dios ha sido sacado de la nada por dios en cuanto a la totalidad de su sustancia.
7.- Carácter temporal del mundo.
8.- Conservación del mundo.
9.- El hombre consta de dos partes esenciales: el cuerpo material y el alma espiritual.
10.- El pecado de Adán se propaga a todos sus descendientes por generación, no por imitación.
11.- Jesucristo es verdadero Dios e hijo de Dios por esencia.
12.-Las dos naturalezas de Cristo, después de su misión poseyendo íntegro su modo propio de ser sin transformarse o mezclarse.
13.-Cada una de las dos naturalezas en Cristo posee una propia voluntad física y una propia operación física.
14.- Jesucristo aun como hombre, es hijo natural de Dios.
15.- El hombre caído no podía redimirse a sí mismo.
16.- Cristo se inmola a sí mismo en la cruz como verdadero y propio sacrificio.
17.- Cristo nos rescató y reconcilió con Dios por medio del sacrificio de su muerte en la cruz.
18.- Al tercer día después de su muerte, Cristo resucita glorioso de entre los muertos.
19.- Cristo subió en cuerpo y alma a los cielos y esta sentado a la diestra de Dios Padre.
20.- La Iglesia fue fundada por el Dios-Hombre, Jesucristo.
21.- Cristo constituyó al apóstol San Pedro como primero entre los apóstoles y como cabeza visible de toda la Iglesia, confiriéndole inmediata y personalmente el primado de jurisdicción.
22.- El Papa posee la plena y suprema potestad de jurisdicción sobre toda la Iglesia no solamente en cosas de fe y costumbres, sino también en la disciplina y gobierno de la Iglesia.
23.- El Papa es infalible siempre que habla ex cátedra.
24.- La Iglesia es infalible cuando define en materia de fe y costumbres.
25.-Cristo está presente en el sacramento del altar por transustanciarse toda la sustancia de pan en su cuerpo y toda la sustancia de vino en su sangre.
26.- El bautismo es un verdadero sacramento instituido por Jesucristo.
27.- La Iglesia ha recibido de Cristo la potestad de perdonar los pecados cometidos después del Bautismo.
28.- La confesión sacramental de los pecados esta prescrita por Derecho Divino y es necesaria para la salvación.
29.- La Unción de los enfermos es verdadero y propio sacramento instituido por Cristo.
30.- El Orden es un verdadero y propio sacramento instituido por Cristo.
31.- Sacramentalidad del matrimonio.

Y, entonces, sin la creencia en estos dogmas, sencillamente, no se puede pertenecer a la Iglesia católica. Es tan elemental como eso.

Bien podemos decir, por tanto, que la práctica de la fe es, al fin y al cabo:

1.- Llevarla a efecto
2.- Cumplir lo que dice la fe.

Y esto es, a veces, difícil porque en muchas ocasiones nos dejamos llevar por “vientos de doctrina” que no son los que corresponden a la Iglesia católica; nos dejamos vencer por la rebelión humana que, por lo general, se opone a lo establecido que, incluso siendo religioso y, por tanto, viniendo de Dios, nos puede parecer desacorde con su voluntad porque preferimos que la nuestra se imponga a la Suya que no siempre nos conviene.

Así, concluyendo, creo que podemos decir que:

1.-Por tanto, ser católico y no practicante es, sencillamente, un sin Dios, una forma de comportarse algo extraña; ser católico y oponerse, con más o menos saña (dependiendo de la capacidad intelectual de cada cual), a lo establecido o dicho por el Santo Padre o por la llamada “jerarquía eclesiástica” no está, sencillamente, de acuerdo con la fe ni con la comprensión que de la misma hemos de tener los católicos; huir de los dogmas, los mandamientos, de los ritos y de los llamados “mandatos morales” y querer seguir siendo llamados católicos no parece ni lógico ni permisible.

2.-Preguntar si ser católico es limitarse a cumplir tales ritos, a hacer caso a los mandamientos y a admitir los dogmas como verdad revelada por Dios es, con franqueza lo digo, no comprender lo que es ser católico y, además, una falta grave de fe.

Lo que pasa es que Dios, en su misericordia, siempre perdona pero, también, espera el arrepentimiento ante la equivocada actuación nuestra.

Y eso debería ser comprendido por todos. Pero por todos porque, al fin y al cabo, Dios nos da la libertad para seguirlo o no seguirlo.

Pues exactamente igual pasa con su Iglesia católica porque aunque a muchas personas pueda parecerles que lo citado aquí como textos a tener en cuenta no son más que palabras puestas así por los hombres, no menos cierto es que tales seres humanos, semejanza de Dios (como el resto), tenían (y tienen) el mandato de hacer tal labor.

Aceptarlo o no es cosa de cada cual. Y las consecuencias de tal decisión, también.

13 comentarios

  
Joaquín
Estimado Eleuterio:

He leído su texto, en el que creo entrever la intención de demostrar una tesis. No puedo detenerme a examinar todo lo que dice, pero sí que me ha llamado la atención esta afirmación:

"Por tanto, ser católico y no practicante es, sencillamente, un sin Dios, una forma de comportarse algo extraña (...); ser católico y oponerse... y querer seguir siendo llamados católicos no parece ni lógico ni permisible."

Quizá ha oído usted el principio "semel catholicus semper catholicus", y que el Bautismo imprime carácter (CIC 1272). Así pues quien ha sido bautizado no deja nunca de ser católico, y su referencia a la lógica y la permisibilidad está fuera de lugar.

Por otro lado le invito a leer la respuesta que ha dado hace unos días Benedicto XVI en un coloquio en Bressanone: "Un sacerdote preguntó si es justo seguir administrando sacramentos también a quien se muestra alejado de la fe. Y el Papa, al responderle, confesó que de joven era “más severo”, pero que después entendió que “debemos seguir más bien el ejemplo del Señor, que era un Señor de la misericordia, muy abierto con los pecadores”.

Por mi parte, no dudo que hay diversos carismas y estilos de pertenencia a la Iglesia Católico. Unos viven apegados a los rituales y prescripciones, y otros prefieren el camino de la caridad fraterna (en el bien entendido que una cosa no excluye la otra, sino que se hace más énfasis en una u otra).

En cualquier caso, decir que un católico no practicante es "un sin Dios" me parece, no sólo un disparate, sino además notablemente irrespetuoso para los creyentes de religiones no cristianas (repase la declaración "Nostra Aetate", que también forma parte del Magisterio, si bien es cierto que del Concilio Vaticano II).
15/08/08 11:15 PM
  
RNA
Eleuterio:
anda que no has corrido desde la cita de Marcos hasta la conclusión final.

Para no abarcar todo lo que hablas en el post (es inabarcable), decir sólo cuatro cositas:

1-Me sumo y suscribo el comentario de Joaquín

2- La cita de Marcos ¿dice que hasy qye tener fe y bautizarse "para pertenecer a la Iglsia Católica"? Vaya lecturas que haces. Y luego decís de los hermeneutas.

3- ¿De erdad hay tantos dogmas? A mis años no sabía que eran tantos. Súmale los trpecientos mil cánones y esto es imposible siquiera de recordar, cuantro menos de seguir.

4- Si una persona en su corazón con toda honestidad y sinceridad no enuentra creíble tal o cual dogma, pero ama a Dios , cree en Cristo y quiere seguir perteneciendo a la Iglesia, ¿qué hacemos? ¿Decirle que SOBRA y echarle?
15/08/08 11:30 PM
  
Eleuterio
Joaquin


Cuando digo eso de que ser católico y no practicante no es permisible, lo que quiero decir es que es muy posible (pero mucho) ser católico (por haber sido bautizado) y no parecerlo por el comportamiento que se lleva en la vida.

Es evidente que una persona si ha sido bautizada es católica y ya está. Eso no es discutible. Lo que pasa es que no basta, para serlo de forma real, haber sido bautizado ya está sino que es necesario, eso creo yo, que lo que se hace en la vida concuerde con lo que se supone que se es.

Eso es lo que quiero decir.

Por otra parte, estoy de acuerdo con Benedicto XVI cuando dice lo de la actitud misericordiosa y el perdón. Por eso, precisamente, he escrito que a Dios le ha de gustar el arrepentimiento no sólo de los pecadores (claro) sino, también, de las personas que, perteneciendo a la Iglesia católica, la zahieren y maltratan con sus comportamientos.

Además, tanto las personas que se apegan, digamos, a los rituales como las que se entrega a la caridad fraterna no se encuentran, precisamente, fuera de la Iglesia sino muy dentro. A tal tipo de personas no me refiero yo.

Por otra parte, yo no me refiero a las personas que son fieles de otras religiones que tendrán, seguro, sus maneras y modos de pertenecer a ellas porque yo sólo me refiero a las personas católicas que, diciendo que lo son (por haber sido bautizadas) hacen, con sus ataques a la misma Iglesia, que se pueda decir de ellas que se comporta como si, en verdad, no atendiesen a Dios sino a sus gustos particulares.

Aunque supongo que esta discusión podría ser muy larga.


RNA

1.-Pues digo lo mismo que he dicho arriba a Joaquín.

2.-Es evidente que no lo dice pero, también es evidente que se refiere a la pertenencia a la Iglesia Esposa de Cristo que fundo la Iglesia que, por su universalidad, se llama católica.
Que haya personas, muchas, que, habiéndose separado de la católica fundaran sus propios movimientos religiosos (protestantes) no quita para entender que, efectivamente, cuando San Marcos dice eso hay que entenderlo referido a la Iglesia católica y no a otra.

3.-Aún hay más dogmas. Ya sabemos, sin embargo, la alergia que hay a cumplir con muchos puntos espirituales y a tomarse la religión, católica en este caso, como algo de elaboración propia y a gusto del que quiera hacérsela. Tal es un camino posible pero, por supuesto, no es que se puede aceptar como legítimo dentro de la Iglesia católica que tiene, como es sabido, una serie de mandamientos, dogmas y demás, que cumplir (aunque, claro, no todos se pueden cumplir siempre ni siquiera a veces. Eso es otra cosa).

4.-No sabemos, por supuesto, los caminos que Dios tiene para salvar a las personas ni yo soy nadie para decir quién se va a salvar y quién no. Seguro estoy que muchas personas que no son católicas se salvarán y que otras muchas, por no conocer a Cristo (sin posibilidad, a lo mejor, de ello) también se salvarán.

Pero también estoy seguro de una cosa: cuando una persona se dice católica lo ha de ser con todas sus consecuencias. No se puede ser, conscientemente, católico light porque así se defrauda a la religión a la que se pertenece.

Estoy de acuerdo en que, aunque sea por desconocimiento, no es posible cumplir con todo lo que la Iglesia católica dice que hay que cumplir pero, al menos, creo yo que no es de muy buena fe el comportamiento de aquellas personas que, a sabiendas (a sabiendas, digo) de lo que hacen (daño a la Iglesia católica) por estar bien formadas espiritualmente (piensa en quien quieras que sea gran teólogo o así) o menos formadas pero con conocimientos nada despreciables, persisten en el incumplimiento de lo más elemental que es, creo yo, el respeto por quienes tienen, en sus manos de pastores, la vida de la Esposa de Cristo.

Aunque, también te digo, como a Joaquín, que la discusión sobre este tema, podría ser larga.

Pero pertenecer a la Iglesia... en cuanto se sabe lo bueno que es para cada cual... no se puede dejar de pertenecer, incluso por muchas diferencias que se tengan con quienes la gobiernan.

Eso pienso yo.
16/08/08 12:08 AM
  
Alberto
RNA,

Preguntas con cierta sorna si hay que echar a una persona de la Iglesia porque no acepte algún dogma. Yo creo que esto que dices es muy peligroso, pues hay cierta tendencia, que presencio habitualmente, a "protestantizar" el catolicismo. No es ésta una religión "a la carta" en la que cada uno elige lo que cree y lo que no. La Iglesia católica transmite mediante la Tradición la verdad sobre Jesucristo, sobre lo que nos dijo, sobre lo que hizo, etc.. Uno puede negarse a aceptar lo que dice la Iglesia, por lo que, si quiere seguir perteneciend a ella, deberá saber que está pecando. Quizá haría aquí falta la humildad necesaria para reconocerse pecador, imperfecto, y no acusar a la Iglesia de trasmitir una mentira.

Aún así, creo que la posición de la Iglesia ha de ser siempre misericodiosa, pero no relativista.
16/08/08 12:37 AM
  
Joaquín
Eleuterio, unas precisiones:

1. Le insisto que para ser realmente católico basta con el Bautismo, que imprime carácter. Practicar o no los ritos, frecuentar o no los sacramentos, cumplir o no los mandamientos... puede tener sus consecuencias, pero nunca la de perder la real y efectiva condición de católico.

2. Se lee en el Evangelio de San Juan: "En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os tenéis amor los unos a los otros" (Jn 13,35). Por tanto, no se equivoque: mostrar mucha piedad y darse muchos golpes de pecho, y oír la Santa Misa así o asá no es el signo distintivo del cristiano, sino el que nos amemos los unos a los otros.

3. Me sorprende que considere que la crítica ("oponerse a la jerarquía eclesiástica") aleje de la comunión con los hermanos. En cierta medida, estoy de acuerdo con usted. Pero entonces no puedo "comulgar con ruedas de molino", ni tragarme las críticas partidistas y foribundas de quienes ponen a caer de un burro a algunos obispos o sacerdotes, en ocasiones dedicándoles insultos chabacanos, o acusándoles injustamente de herejes. Eso provoca división en la Iglesia.

4. Finalmente, insisto en el signo distintivo del cristiano: el amor fraterno (Jn 13,35). Lo propio del cristiano no es condenar y anatematizar en nombre de la fe, sino en amar al prójimo, como nos enseñó el Maestro, que dijo que las prostitutas nos predecerán en el Reino de los Cielos.
16/08/08 12:43 AM
  
Eleuterio
Joaquín

Da la impresión de que se puede ser católico sólo con la voluntad de serlo. Es decir, parece que hasta sea igual, al fin y al cabo, estar bautizado porque si con el amor fraterno es suficiente, pues no haría falta nada de nada.

Yo creo que lo que se pretende con eso es que, en verdad, la religión sea, sólo, una especie de barniz sobre el ser humano o, también, una especie de capa de solidaridad que hace que, para quien quiera, ya sea suficiente.

Yo creo que esa es una triste forma de ser católico porque el amor fraterno no está excluido (por supuesto) de lo demás. Sin embargo, excluir lo demás es actuar de forma menguada. Y lo peor es que se hace conscientemente y no se trata de alguien que, por sus circunstancias personas no tiene acceso a nada más que a un comportamiento básicamente humano, superficial.
16/08/08 8:59 AM
  
RNA
Eleuterio:

contéstale a Joaquín algo acerca de su punto 3, parece que te lo has saltado.

Alberto:

1- lo de la sorna lo pones tú


2-"acusar a la Iglesia de trasmitir una mentira" no sé quién lo habrá hecho por aquí . Ah, bueno, sí (esto sí que lleva sorna): cigoña lo hace fecuentemente cuando llama herejes e impíos (y cosas más gruesas) a algunos pastores de la Iglesia. Como mucho puedes deducir de mis palabras que creo que quizá la Iglesia esté equivocada en algunos postulados "oficiales", no que mienta.

3- de echar se habla aquí constantemente. que algunos SOBRAMOS es la principal razón de ser de este portal ReL

4- el rollo de las muletillas de "relativismo, subjetivismo, quintacolumnismo, cristianismo a la carta, bal, bla, bla..." ya hiede, eh. La misericordia es misericordia y punto. El buen samaritano era un impío y un hereje para los judíos ultraobservantes de la ley. Pero practocó la misericordia. No creoq ue Jesús cogiera esos ejemplos de levitas y sacerdotres cumplidores, ortodoxos pero inmisericordes y del samaritano compasivo por casualidad. Y es que Jesús era de un relativista, subjetivista, quintacolumnista que socavaba la ley desde dentro... puf, menudo hereje
16/08/08 11:31 AM
  
Cuca
Creo que sería interesante dado el tema que se presenta, hacer mención de DOMINUS JESUS, texto en el que intervino el entonces Cardenal Ratzinger. Según este documento, la salvación siempre se produce por Cristo, a través de la Iglesia, sea cual sea la religión que se practique, o también en el caso de los no creyentes que actúan con rectitud de intención y buena fe.
En este documento se hace hincapié en que no todas las religiones son iguales –relativismo religioso, tan en boga- pero se indica que todas llevan la huella de Dios y pueden servir como preparación a la fe cristiana. El que no conoce la Revelación de Dios, pero si la conociese se adheriría a ella, se puede considerar que tiene el bautismo de deseo implícito, por lo que es el mismo Cristo quien le salva ya que tiene una pertenencia a la Iglesia, no formal, a través del sacramento del Bautismo, sino de la forma ya citada.
Hay que recordar también que la frase FUERA DE LA IGLESIA NO HAY SALVACIÓN, no hay que entenderla en sentido literal –sólo los bautizados- sino en el sentido arriba indicado. Es más, creo recordar que un eclesiástico americano fue excluido de la Iglesia por no aceptar este extremo.
16/08/08 12:43 PM
  
Eleuterio
Joaquín

Te respondo a lo que he olvidado y que RNA me ha recordado. Al punto 3.

Yo creo que oponerse, por sistema, a lo que dice la "jerarquía eclesiástica" es, efectiamente, romper la comunión entre hermanos porque se supone que tal grupo de personas no actúan de forma caprichosa ni dicen lo que les viene en gana en cada momento sino que actúan, al contrario de lo que suele pensarse, siguiendo un orden basado, pienso yo, en principios cristianos y no inventándose nada.

Cuca

Creo haber dicho antes que, efectivamente, nosotros no conocemos la voluntad de Dios al respecto de la salvación de las personas. Yo creo que, por supuesto que se salvarán personas que no son católicas porque, a decir verdad, hay otras religiones que llevan impresa la huella de Dios y no podemos arrogarnos el hecho de decir que los católicos somos las únicas personas que nos vamos a salvar.

Sin embargo, yo creo que, sabiendo tal cosa, no podemos hacer, si somos católicos y decimos que lo somos, hacer nuestra voluntad al respecto de muchas cosas que a nuestra religión pertenecen.


16/08/08 1:59 PM
  
Joaquín
Eleuterio,

Quien escribe en Internet debe ser prudente, porque en principio, sus opiniones sólo le son imputables a él, y nunca a la Iglesia.

Cuando veo que se censura de forma poco cristiana, y sí más bien biliosa, a obispos y sacerdotes, nunca podré pensar que está inspirado en la fé, sino que es más bien obra del resentimiento egoísta, cuando no de algo peor.

Recuerde: "Todo aquel que se encolerice contra su hermano, será reo ante el tribunal; pero el que llame a su hermano "imbécil", será reo ante el Sanedrín; y el que le llame "renegado", será reo de la gehenna de fuego." (Mt 5,22).
16/08/08 6:11 PM
  
Eleuterio
Joaquín

Ya sé que lo que digo sólo puede imputarse a mí, faltaría más.

No sé a qué se refiere cuando dice eso de la censura poco cristiana. ¿Soy yo el que censura?

Le ruego que, por favor, si lo he hecho, me diga cuándo y trataré de rectificar tal actitud.

Le digo, con franqueza, que procuro no encolerizarme, aunque no siempre lo consigo.

De todas formas, trato de mejorar porque a mí me gustaría, a veces, no actuar así y saber, tener la capacidad de, decir las cosas con más serenidad. Pero no crea que no lo intento porque los textos que salen, al final de escribir, a la luz en este blog, son, muchas veces, "podados" por mí mismo para no causar una total y mala impresión.

Y es que yo, como creo que todo el mundo, no quiero aparecer como reo ante el tribunal de Dios.
16/08/08 6:20 PM
  
Joaquín
Eleuterio, mi observación pretendía ser general. Si le estuviera apuntando especialmente a usted, se lo habría dicho.

En otra ocasión he comentado que la Conferencia Episcopal debiera emitir unas instrucciones sobre los periodistas y bloggers que pretenden hablar en nombre de la Iglesia, o desde una perspectiva eclesial. De ese modo sabríamos "quién es quién" y desde qué perspectiva habla.

Y con toda franqueza, Eleutorio, sin ánimo de molestarle, de un sacerdote o religioso me fío en principio, por razón de su ministerio; pero de un particular, pongo muchas prevenciones.

Aquí sí peligra la fe de los "sencillos", porque en algunas ocasiones podrían interpretar erróneamente que es un sentir de la Iglesia, lo que no es más que la opinión de escritores resabiados y amargados, o que persiguen intereses inconfensables.

Podría ponerle muchos ejemplos recientes, pero es mejor que usted mismo los investigue, y sobre todo reflexione si la defensa del "interés de la Iglesia" se toma como pretexto para defender otros intereses menos eclesiales, digamos.

Me parece un buen criterio para discernir si estamos delante de un escritor cristiano o de un escritor cismático, el hecho de que fomente la unión entre los hermanos, o más bien provoque la disensión y la discordia (conocer al escritor por sus frutos).

En cualquier caso, que cada cual haga examen de conciencia, si es que puede.
16/08/08 7:01 PM
  
Eleuterio
Joaquín

Gracias por la aclaración.

De todas formas, no creo que yo diga nunca que hablo en nombre de la Iglesia. Yo hablo a título particular, como laico perteneciente a la Iglesia católica, pues no puedo presentar ninguna habilitación que, digamos, me permita hablar en nombre de la Esposa de Cristo.

De todas formas no creo que sirviera de mucho que la Igleisa diera ningún tipo de instrucción al respecto porque cada cual ha de saber lo que puede o no puede decir y lo que puede o no escribir.

Yo también tengo prevenciones cuando quien escribe no es un sacerdote (obispo) o quien quiera que sea de tal estilo. Es lógico. Por tanto, no le puedo afear su pensamiento de hacer como hace porque yo también lo tengo.

Como Ud. dice creo que no se refiere a mí cuando dice eso de resabiado o amargado porque no soy ni una cosa ni la otra. Sólo soy alguien que observa lo que pasa y lo pone en contacto con lo que sabe (con lo que sé) de la religión católica. Sin más validez, por tanto, que lo que se pueda creer o no de lo que yo diga.

De acuerdo con Ud. cuando dice eso del escritor que pueda fomentar la disensión y, sobre todo, confundir a los "sencillos".
Procuro no hacer o, al menos, procuraré no hacerlo si lo hago.
16/08/08 8:07 PM

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