Siembra laicismo y recogerás...
La noticia no la habrán visto reflejada en muchos medios de comunicación.
En realidad es algo que, si es posible que eso se pueda llevar a cabo, conviene, ahora, que no se sepa. Es muy posible, incluso, que cuando convenga, se airee a los cuatro vientos para hacer “patente” un extraño malestar contra la Iglesia católica de parte de “amplios” sectores de la población española.
Digo que lo sucedido, el destrozo de una imagen del Corazón de Jesús en la ermita de San Antonio de la Florida de Madrid, no ha sido muy repetido desde las terrazas.
Esto lo pudo hacer, sin duda algún individuo que, al pasar por allí, no le pareciera agraciada la imagen o, también, por cualquier otra excusa.
Sin embargo, no ha sido el único caso que ha habido recientemente porque los malos ejemplos acaban abundando en las situaciones extremas que se provocan, por quien corresponda, para tratar de sacar algún tipo de rendimiento político a costa de la Iglesia católica, verdadero enemigo de un laicismo que, en España, campa por sus respetos (escasos y negros).
En la víspera del Corpus Christi (es decir, el 24 de mayo pasado) un grupo de desalmados se dedicó a escupir en el cristal que cubría la imagen que San Antonio de Padua tiene en la Parroquia que, en Valladolid, hay dedicada a San Miguel. También realizaron pintadas satánicas con crucifijos invertidos y demás símbolos al uso.
Sin embargo, no pareció, eso, suficiente. Es decir, cuando se trata de hacer daño a la Iglesia católica nunca lo que se hace, si se tiene un pensamiento laicista y contrario a toda humanidad, es suficiente porque hay ciertas cosas que no se pueden dejar a medias cuando lo que se cree es tan contrario a la verdad.
El pasado 6 de junio, volvieron a las andadas, seguramente, las mismas personas, porque no es creíble que fueran personas distintas (y, si lo fueron, mucho peor porque significaría que el mal laicista está muy extendido) Entonces consumaron una atrocidad más propia de salvajes inadaptados y de bestias que de personas en sus cabales que son capaces de discutir o dialogar con quien no es de sus ideas: la imagen fue sacada del lugar donde estaba y, tras pisotearla repetidas veces fue reducida, según contaba un testigo de los hechos, a escombros.
Por tanto, lo sucedido en Madrid no es algo, digamos, extraño ni que se haya producido por algún tipo de casualidad. Aquí, en estos temas no hay, precisamente, casualidad alguna sino que tiene unas causas bastante bien definidas y, por desgracia en España, con antecedentes más que conocidos.
Pero ahora es conveniente decir algo sobre la razón de todo esto porque es obvio que las cosas no surgen de la nada ni de la noche a la mañana se producen. Debe haber un caldo de cultivo para poner en funcionamiento toda la maquinaria laicista contra la Iglesia católica como, ya sabemos, se produjo en otros tiempos.
Entonces, ¿Qué es lo que provoca que puedan producirse tales actos?
En primer lugar, la política anticatólica del Ejecutivo de Rodríguez Zapatero (la legislación sobre el Divorcio, el cambio en la legislación sobre libertad religiosa, la referida a la familia, etc.) Esto provoca, como no puede ser de otra forma, un ambiente laicista en el que se mueven muy bien aquellos que quieren hacer de la Iglesia un recuerdo del pasado sin saber que, por ser ella misma pueblo de Dios, no tiene pasado sino que siempre está en tiempo presente porque se hace hoy lo mismo que se hizo ayer.
Además, existe una clara permisividad hacia lo que sea actuación contra lo católico en sus diversas manifestaciones.
Esto se ve, claramente, en lo siguiente: ¿qué ha pasado con las personas que quemaron belenes unas navidades pasadas? Seguramente nada; además, ¿qué sucede cuando más del 70 % de los padres piden, para sus hijos, Religión católica y, a pesar de eso, se trata de arrinconarla lo más posible en el calendario escolar cuando no se la echa fuera (acaba de pasar en Baleares)
Por tanto, el no pasar nada cuando se insulta, de muchas formas, con gravedad inusitada a la Iglesia está bien claro que fomenta que cualquier barbaridad sea posible y, como ha pasado ahora, el laicismo establezca una forma de actuar que por fuerza expansiva ha de ser contraria a la religión católica.
Y todo esto lo hacen, lo de ahora también, los cachorros del laicismo, alimentados con odio hacia lo que no conocen, con rencor hacia lo que ignoran y con indiscutibles ánimos contrarios a la realización del bien.
Al respecto de todo lo dicho hasta aquí, el Papa Pío XI, el 3 de junio de 1933 presentó la Carta Encíclica Dilectissima Nobis “Sobre la injusta situación creada a la Iglesia católica en España” donde decía que “De todo esto aparece por desgracia demasiado claro el designio con que se dictan tales disposiciones, que no es otro sino educar a las nuevas generaciones no ya en la indiferencia religiosa, sino con un espíritu abiertamente anticristiano, arrancar de las almas jóvenes los tradicionales sentimientos católicos tan profundamente arraigados en el buen pueblo español y secularizar así toda la enseñanza, inspirada hasta ahora en la religión y moral cristianas”.
No parece, pues, que hayan cambiado mucho las cosas desde entonces: la misma ideología y el mismo fatal destino para la Esposa de Cristo.
Pero, cuando se hace todo lo posible para que la religión aparezca como algo de lo que se puede prescindir sin perder nada en la pérdida y que, al fin y al cabo, es cosa de retrógrados y de personas con pocas luces… entonces se recoge lo que se siembra.
Cuando se manifiesta una animadversión hacia la religión católica que se puede apreciar en disposiciones de toda clase tendentes a negar su valor social… entonces se recoge lo que se siembra.
Cuando se actúa tratando de eliminar cualquier vestigio de lo religioso católico como, por ejemplo, crucifijos y otros símbolos y se trata de marginarlos… entonces se recoge lo que se siembra.
Cuando se pretende eliminar la asignatura de religión católica del currículo de los alumnos porque se le atribuye la difusión de valores contrarios a la democracia… entonces se recoge lo que se siembra.
Cuando, en fin, se actúa como se piensa sin tener en cuenta las repercusiones que acciones del calibre de las citadas aquí puedan tener en la sociedad y sin atenerse a las creencias mayoritarias de la sociedad… entonces se recoge lo que se siembra.
Y es que, al fin y al cabo, cuando se siembra laicismo se recoge vandalismo. Pero se trata de vándalos modernos… sin razones algunas de conquista sino, sólo, de hacer daño.
“El sembrador salió a sembrar…” dice la Escritura (Mc 4:3) Pero en España lo que se siembra no es algo que pueda dar buen fruto sino, al contrario, algo que ennegrece el corazón de las personas y que, al fin y al cabo, las hace peores.
7 comentarios
Sagrado Corazón de Jesús en vos confio
Es que, en verdad, la irracionalidad no tiene mucha explicación.
Aquellas personas que no saben, ni soportan, las ideas ajenas, no están preparadas para vivir en una sociedad en la que, seguramente, encontrarán a alguien a quien odiar.
Por cierto, y aunque sea un poco tarde... felicidades en el día de tu Santo.
Otro por cierto: yo también confío en el Sagrado Corazón de Jesús.
Por supuesto que existe Satanás. No hay más que ver cosas como las que aquí he citado (y han sido sólo dos ejemplos) para saber que, efectivamente, el mal anida en el corazón de muchas personas.
Parece que quieren doblegar a la Verdad cuando es bien cierto que nada ni nadie puede prevalecer contra ella. Es algo que, seguramente, nunca entenderá el mal y, sobre todo, sus servidores pero que nosotros, los que nos consideramos hijos de Dios, tenemos como cierto y, por eso, nunca puede cesar nuestro optimismo.
Muchas persecuciones, así, ha habido contra la Iglesia y contra los discípulos de Cristo. ¿Quién ha seguido adelante?
Creo que la respuesta es bastante sencilla porque, por ser quien ha sido, ahora podemos estar aquí dialogando sobre este tema y otros.
Y, claro, por ser Dios nuestro Señor que nos hace exclamar, con el Salmista: "¿A quién temeré?" Y yo digo: a nadie.
De nada por las felicitaciones.
Por otra parte,sobre la existencia del Maligno, viene muy bien, creo yo, un libro de C.S. Lewis titulado "Cartas del diablo a su sobrino" que muestra, a la perfección, las distintas formas de engaño que tienen Satanás para que el ser humano caiga en ellas.
En la dirección que ahora copio puede leerse y copiarse, gratis, el libro entero:
http://www.dudasytextos.com/actuales/cartas_del_diablo_a_su_sobrino.htm
Puedo asegurar que se descubren muchas de las trampas con las que caems cada día ante el Maligno.
Aparte de esto, la página (www.dudasytextos.com) donde está el libro (éste y muchísimos más) es una auténtica maravilla para la formación católica.
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