Aborto y Semana Santa no deberían ser compatibles
El domingo que viene, 5 de abril, con el Domingo de Ramos, da comienzo la Semana de Pasión de Nuestro Señor que, al entrar de forma gloriosa en Jerusalén estaba sellando el final de una historia de agravios a Dios.
Y, sin embargo, quedan muchas personas que prefieren seguir agraviando a Cristo y su doctrina cristiana.
Sabemos que el aborto está causando, como verdadero huracán laicista, mucho malestar entre los católicos y muchas personas se están encargando, desde los medios de comunicación progres (y no tan progres, aunque lo parezcan) de sembrar cizaña para que, cuando llegue la época de la cosecha, la estropee.
Y, sin embargo, no llama la atención, por eso mismo, que un individuo llamado Juan Luis Valenzuela, a la sazón coordinador de El Plural en Andalucía haya escrito auténticas barbaridades sobre el hecho, simple, lógico y esperado, de que se pueda hacer uso de la libertad de expresión para hacer ver que no todo el mundo es políticamente correcto y adopta una posición borreguil cuando del aborto se habla.
Titula, ni mas ni menos, tal que así: “Lazos blancos y fanatismo religioso intolerante“.
Y empieza mintiendo: “la inmensa mayoría de una sociedad que aun no siendo creyente, apoya una manifestación que no forma parte de su ideario pero si de su propia pluralidad vivencial”.
Es falso de toda falsedad que la inmensa mayoría de la sociedad española no sea creyente. Falso porque las cifras cantan mucho y es más que sabido que es al revés: la gran mayoría de la sociedad española es creyente aunque, claro, otra cosa es que sea practicante.
Y es que cree el ladrón que todos son de su condición.
Pero… hay mucho más.
Bajo la apariencia de respeto de la creencia católica (pues parece que la respeta) se encuentra un laicismo nada soterrado porque acaba imperando el desprecio que siente tanto por las procesiones como por lo que representan: “Si en Abril salen lazos blancos, marrones, colorados o a cuadros reivindicando una determinada postura que, aunque religiosa también es social, política y partidaria, nada volverá a ser como antes pues convertirán los palcos y tribunas en una especie de escenario electoral y los pasos en un atril con micrófono para utilizarlo como mitin. Hay que tener cuidado y ser responsables”
Esto supone un ataque directo a la libertad de expresión de la que pueden hacer uso las personas que pertenecen a las Cofradías de Semana Santa porque no gusta lo que dicen sobre el aborto.
Pero eso a quien es laicista y sólo entiende, de la realidad, según su criterio, poco le importa.
Además dice que el hecho de que los lazos blancos manifestaran el desacuerdo con el aborto “Pone en juego todo un equilibrio y una tradición de convivencia y tolerancia”.
Lo que hay que explicarle a este señor una expresión jurídica que dice: “la causa de la causa es causa del mal causado”.
Esto, lo que quiere decir es que si los lazos blancos salen a la calle junto con los pasos de Semana Santa será porque quien es correspondan han provocado que salgan. Y tales personas tienen nombre y apellidos: José Luis Rodríguez Zapatero, la ministra de igualdad y todo el seguidismo mediático que los apoyan.
Por eso no es de extrañar que los lazos blancos manifiesten un claro desacuerdo ante la nueva legislación del aborto que está pergeñando el Gobierno.
Lo que sería de extrañar es que se siguieran las consignas oficiales y quien debe decir lo que piensan, es decir, los católicos, se callen ante el aborto y ante lo que, para su/nuestra doctrina supone tal aberración.
Eso sí sería de extrañar. Por eso extraña que, a pesar de lo claro que está el asunto y lo sencillo que es entender que el aborto no es admisible para un cristiano, muchas personas tengan, al fin y al cabo, las mismas ideas (si no manifiestan otras) que la persona que, desde “El Plural” (nunca un nombre fue tan falso) dice lo que dice y ensucia, todo lo que puede, la vida común.
Y por eso, precisamente por eso, extraña tanto que en muchos lugares de España los lazos blancos vayan a brillar por su ausencia y cierto sentido de la vergüenza católica, también.
Eso es lo que extraña y no la actitud de un personaje como el autor del artículo aquí criticado que es de esperar en un laicista.
4 comentarios
En muchas ciudades, incluso en la mia, se han hechado para atrás en la expresión público del rechazo frontal al asesinato de niños, con la escusa de que no se debe mezclar religión y política. Y, me pregunto yo, si los cristianos no intentamos proponer nuestro modelo de sociedad, es decir, de organización social, en definitiva, de política, ¿qué hacemos entonces? Pues lo de siempre, agachar la cabeza y hacer de seguidilla del gobierno de turno que ningunea a los creyentes a su antojo porque sabe que la mayoría son tibios.
En este caso, me viene a la mente una cita de San Josemaría en Camino, exhortandonos a que por nuestros modos de actuar, los demás pudiesen decir que leemos la vida de Jesucristo. Salir con el capirote de penitente está muy bien, pero la situación social actual requiere mucho más que simplemente salir en procesión durante la Semana de Pasión. Los católicos debemos quitarnos de una vez la venda de los ojos y empezar a ser verdadera sal de la tierra y luz del mundo.
+ CREDO IN UNUM DEUM
ugl1820
Da la impresión de que no se entiende que no es que se mezcle, desde la Iglesia, la religión y la política sino que, al revés, desde la política se intenta, demasiadas veces, inmiscuirse en la doctrina católica.
Ahí está el problema.
Totalmente de acuerdo con Ud. Y también con la extrañeza que manifiesta.
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