Saramago, José, sabe poco de Dios y lo que sabe…lo ignora
Antes que nada, tengo que decir que no es la primera vez que me veo obligado (obligación grave, ésta) a tratar del escritor metido a insultador. En el estreno de su Blog se definió perfectamente diciendo, por ejemplo, refiriéndose a los obispos, que “Estos señores se suponen investidos de un poder que sólo nuestra paciencia ha hecho perdurar. Se dicen representantes de Deus en la tierra (nunca lo han visto y no tienen la menor prueba de su existencia) y se pasean por el mundo sudando hipocresía por todos los poros”
Y hay más. En el Blog mismo.
Sobre el laicismo manifiesta Saramago un gran despiste: entiende que es, nada más y nada menos, que la “primera puerta por donde comienzan a escapársele esos cuerpos” (se refiere a la Iglesia católica) cuando, en realidad, no es, sino, un foso donde cae la humanidad aislándose de Dios.
Pero esto es muy propio de zascandiles como el escritor portugués. Nada de extrañar que siempre esté a favor del Mal.
Pero, bueno… una vez leídas las generales de ley del comportamiento de Saramago, vayamos a lo que toca:
Siempre encantado de recoger cualquier opinión contraria a la Iglesia católica, José Manuel Vidal, director de Religión Digital, lo hace ahora, en su Blog Rumores de Ángeles, con un artículo de José Saramago conocido escritor cuya tendencia no es, precisamente, a favor de la Iglesia católica, como hemos visto arriba.
Y, claro, sale lo que sale: zaherimiento al Santo Padre y, de paso, a Dios (o al revés)
Por ejemplo, al menos en 3 ocasiones insinúa que Dios no existe:
“Será necesario demostrar la existencia del dicho Dios, tarea entre todas imposible”; “Con la imprescindible condición de que exista, claro está. Si no existe (por lo menos nunca ha hablado con Ratzinger), entonces todo esto son cuentos que ya no asustan a nadie”; y, para acabar, “Lo que Dios, en caso de que exista debe de agradecerle a Ratzinger…”
Vamos, por tanto, que el conocimiento que tiene Saramago de la existencia de Dios es, simplemente, nulo, nada, ninguno.
Pues no lo tiene nada difícil. Por ejemplo, en el artículo 3 de la Summa Theologica de Santo Tomás de Aquino, puede leer, si lo quiere, sobre la existencia de Dios. Incluso Saramago puede llegar a entenderlo.
Sin embargo, no creo que le interese lo más mínimo descubrir que Dios existe porque se le desmontaría todo su ateísmo confeso.
Así, en la parte que le corresponde al Papa, del que dice que tiene un “pensamiento medieval”, toma un texto del mismo que dice que: “Si contemplamos la Historia, nos vemos obligados a admitir que no son únicos este distanciamiento y esta rebelión de los cristianos incoherentes. Consecuentemente, Dios, aunque sin faltar nunca a su promesa de salvación, a menudo ha tenido que recurrir al castigo” para demostrar que no entiende nada de nada.
En ninguna parte del texto del Santo Padre se dice cómo castiga Dios, cuando decida hacerlo. Sin embargo, para Samarago está bastante claro: se está preparando “otro diluvio que ahogue de una vez por todas a los ateos, los agnósticos, los laicos en general y otros actores de desorden espiritual”.
A esto, además de poder llamársele pura ignorancia se le puede llamar, también, mala baba: se atribuye a quien pastorea la Iglesia católica, uniéndolo con el hecho de que fuera Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la fe (dice, Samarago, que es “continuadora, con otros métodos, del ominoso Tribunal del Santo Oficio, más conocido por Inquisición”) la posibilidad de establecer alguna especie de caza en contra de quien se oponga, de alguna manera, a la doctrina de la Iglesia católica.
También se le puede llamar, a esto, sembrar cizaña.
Pero no todo es malo, sin embargo.
En descargo del Director de Religión Digital, se puede decir que el artículo lo obtuvo en el diario “Clarín”.
Y es justo al contrario de cómo lo tiene él al respecto de la Iglesia católica: oscurín, bastante oscurín.
Por otra parte, se pregunta José Saramago que qué pensará Dios de Ratzinger. Debería preguntarse, también, qué pensará Dios del propio Saramago porque existir, existe.
19 comentarios
Pues parece que no ha cambiado mucho. Es más, parece que ha empeorado, si es que tal cosa es posible.
Saramago debería leer más la Biblia y enterarse mejor de las cosas: "Esta es mi alianza con vosotros: No volverá a ser exterminada carne alguna por las aguas del diluvio que vuelva a asolar la tierra" (Gen. 9,11)
No creo yo que haga tal cosa (leer la Biblia) porque, seguramente, le distorsionaría su modo de ver las cosas.
En todo caso, en el caso de que la lea, seguro que lo hace con malos ojos.
En lugar de llamar ignorantes a los ateos, se podrían dedicar a pensar por ustedes mismos y no repetir las mismas simplezas
una y otra vez.
Yo creo que, efectivamente, Saramago actúa con una fe, digamos, regular. Vamos, que de buena fe, nada de nada.
Así dice lo que dice.
Y sí, como católica, me gustaría que mi creencia ( que no mitología, instrúyase mejor) sustituyera al asesinato de seres inocentes y de muchas otras tropelías de la realidad que Vds., los ateos, defienden.
Gracias a Dios, conozco a algunos ateos que son capaces de coincidir en lo fundamental. No son como Vd. ¡claro!
Es justo al contrario: creer nos sitúa en la mejor posición para entender el mundo porque aceptamos que fue creado por Dios y actuamos en consecuencia a tal creencia.
Como filósofo... Aseguran algunas voces críticas que debe saber muy poca filosofía; de hecho, es más bien un hombre de formación autodidacta, si bien la humanidad ha conocido a excepcionales autodidactas, de manera que el audodidactismo por sí solo no es sinónimo de poca cualidad intelectual. Como teólogo (es decir, como hombre atesorador de formación teológica), muestra un día sí y otro también una ignorancia supina, completamente indigna de un Nober de Literatura. En sus escritos y declaraciones muestra muy a las claras que no tiene ni pajolera idea de qué pueda ser eso que denominamos "fenomenología del hecho religioso".
Se nota a la legua que le molestan Dios, la Iglesia, el Papa, el cristianismo, la fe religiosa en general... En ese sentido, por algo que sólo él debe conocer, bien o mal, no es un ateo respetuoso con los creyentes religiosos, "género" de personas que sí existe.
Por lo demás, a mi juicio una cosa es desear el bien para la Iglesia, es decir, su mejora, su purificación permanente ("ecclesia semper reformanda"), lo cual puede llevar a plantear en foros públicos a veces o a menudo algunos de sus fallos y pecados, y otra muy distinta es la acción de zaherirla para querer acabar con ella.
En fin.
LUIS ALBERTO HENRÍQUEZ LORENZO
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