Opus Dei: "'Camino': el camino de la Fe"
Serie “El Camino de la Fe”
El Camino de la Fe - 2
Una dirección divina y humana
No basta con aparentar cierta santidad para, efectivamente, ser santo. Tener “madera de santo”(1), es decir, aparecer ante los demás como personas cristianas cumplidoras de la ley natural y de la voluntad de Dios no es suficiente si, además, no se tiene “mucha obediencia al Director y mucha docilidad a la gracia”(2)
Nosotros, por así decirlo, somos moldeados, podados nuestros defectos para que, como la vid, pueda brotar, salir de dentro, un fruto adecuado a la forma de ser que nos corresponde como hijos de Dios.
Aquí, para eso, juega un papel importante el vocablo “dirigir”. Significa, etimológicamente ”Guiar, mostrando o dando las señas de un camino“. Pero la dirección puede tener, aquí lo tiene, un doble sentido o, mejor, una doble naturaleza: humana y divina. San Josemaría comprendía esto perfectamente. Una cosa es dirigir y otra muy distinta ser dirigido. En ambos casos es crucial comprender la función de unos y, sobre todo, la respuesta de aquellas personas que sienten la necesidad de auxilio espiritual.
No se crea, por esto, que el Fundador del Opus dei entendía que al ser humano le basta con sentirse dirigido por otro que, así dicho, sea su igual en cuanto a su naturaleza física sino que resulta de vital importancia reconocer que sobre esa actuación, esa función, el mismo Dios, por ejemplo, a través de su Espíritu, manifiesta su voluntad.
Hoy día es muy común argumentar, poner de manifiesto, hacer patente que, incluso el cristiano puede dirigir su vida sin intervención de nadie. Esa forma de subjetivismo, que tanto daño hace al correcto entendimiento de la Fe, es básicamente contraria al concepto que el autor de Camino tiene de este tema. “El espíritu propio es mal consejero, mal piloto, para dirigir el alma en las borrascas y tempestades, entre los escollos de la vida interior”(3). Por esta causa se hace necesario “que la dirección de la nave la lleve un Maestro”(4) porque es conocida la voluntad que debe tener cada cristiano: la salvación eterna, que ese “puerto seguro”(5) del que se nos habla en este capítulo.
Y ¿Cómo nos lleva ese Maestro con su nave de fe? Pues, sencillamente, “con su luz y conocimiento”(6) ya que, al referirse al Espíritu Santo, por ser Dios mismo, es bien cierto que supone, su intervención, una luminaria a tener, siempre, en cuenta.
Y es que San Josemaría tenía, y tiene, un sentido de la dirección que abarca la total posibilidad de la creencia. Para dirigir, por así decirlo, y no entendiendo esto como limitación de la libertad y voluntad personales, hace falta prestar atención a tres instrumentos de Dios que, cada uno en su medida, juega un papel importante: el Espíritu Santo, el Director espiritual y el Sacerdote.
Se refiere, el capítulo 2 de Camino, a este tema tan importante. Ya hemos dicho antes eso de la nave de nuestra vida que, a veces, navega perdida por los quehaceres mundanos. Por eso se hace necesario “frecuentar” el trato con el Espíritu Santo- El Gran Desconocido- que es quien te ha de santificar”(7) Pero, claro, en el nivel puramente humano, se hace patente la necesidad de acompañamiento para el alma y para la vida. Tanto una como otra necesitan al “otro Cristo”(8) que, com tal, es, genuinamente, el indicado para encauzar nuestra vida.
Pero, además, del Sacerdote, a quien San Josemaría tenía el lógico amor, existe una figura, ya citada antes, que nos ayuda a “levantar el alcázar de” nuestra “santificación”(9). Este no es otro que el Director, pero aquel que “conozca tu apostolado, que sepa lo que Dios quiere”(10).
Y este es muy importante: el apostolado que cada cual seguimos.
En nuestra vida ordinaria, en la familia, en el trabajo, en el diario vivir, cada cual somos, así dicho, apóstoles modernos, transmitiendo con nuestra forma de ser, la expresión clara de la Palabra de Dios y la doctrina de Cristo. Por eso el Director “sin sacarte de sitio”, te enseñará “el modo de que tu trabajo sea fecundo”(11) pues nada debe haber peor que el trabajo del que no se saca ningún fruto por no haber puesto los medios adecuados para que la semilla haga su labor.
Antes de continuar con lo correspondiente al Director, y como el Espíritu Santo es como un eje que todo lo une, hay que tener en cuenta que no se puede estorbar “la obra del Paráclito”(12) pues esto es, además de grave error, un comportamiento inadecuado para un cristiano. Si nosotros somos templos de Dios, el Paráclito “está en el centro” de nuestra “alma”(13). Oír y atender, con docilidad (siguiendo las palabras y mociones del Espíritu Santo) es lo esperado.
Por esto dicho arriba, la docilidad necesaria para llevar una vida ordenada espiritualmente, requiere no ocultar, al Director, “esas insinuaciones del enemigo”(14). Y esto, que a cualquier ateo podría parecerle mero dirigismo no es, sino, al contrario, la constatación de un orden lógico de las cosas del alma. Ocultar las tentaciones es dejarlas actuar en el futuro, inmediato o lejano, al no haberlas erradicado de nuestro corazón. De aquí que, muy bien, diga, en el ya citado punto 64, que eso, el “hacer la confidencia, te da más gracia de Dios”, siendo ésta una exacta verdad porque sólo quien conoce los caminos del Maligno puede cortar el paso de su llegada a nuestras vidas.
Alter Christus
Es muy conocida la expresión de San Josemaría “alter Christus, ipse Christus” (15). Con esto viene a querer decir que los cristianos tenemos que ser otro Cristo, el mismo Cristo. Aunque es evidente que seguro que no lo conseguimos sí es la pauta adecuada a seguir; es, por decirlo así, un buen camino por el que conducirnos.
Pero más que nadie, el Sacerdote es, en verdad, “otro Cristo”(16). De aquí que la dirección que recae en su persona sea tan, digamos, especial y destinada, en la seguridad de su formación, al éxito moral y ético.
Sin embargo, como la labor del Sacerdote es conocida (de ayuda, de acompañamiento espiritual y, al fin y al cabo, de dirección) el acento lo pone San Josemaría en algo que, de perderla, supondría una minusvaloración de la capacidad de dirigir el alma de los fieles: el decoro, el aprecio, la consideración.
No cabe, por tanto, “Amar a Dios y no venerar al Sacerdote”(17) porque sería una contradicción impropia de un hijo de Dios. Tampoco cabe “dedicar bromas y vayas al Sacerdote”(18) pues también supondría un desprecio a la labor que realiza, un intento de ponerlo muy por debajo de su verdadero valor como transmisor de la Palabra de Dios y como, por qué no decirlo, perdonador de nuestros pecados en nombre de Jesucristo, Sacerdote Eterno.
Todo este amor que San Josemaría manifiesta por el Sacerdote tiene una causa que lo explica: la “pureza sacerdotal”(19). Este “tesoro” del que habla el autor de Camino lo acredita para llevar una dirección espiritual adecuada al fin buscado por el cristiano: la salvación eterna. En esta dirección sólo puede haber verdad y certeza en los medios, apropiadas formas a las que atenerse y acogerse para un vivir del que se pueda llamar, dignamente, procedente de filiación divina.
Sobre la importancia de la labor del Sacerdote en la dirección espiritual, en la Homilía “La muerte de Cristo, vida del cristiano”(20) dice que “he concebido siempre mi labor de sacerdote y de pastor de almas como una tarea encaminada a situar a cada uno frente a las exigencias completas de su vida, ayudándole a descubrir lo que Dios, en concreto, le pide, sin poner limitación alguna a esa independencia santa y a esa bendita responsabilidad individual”.
De aquí que esa responsabilidad personal y esa independencia, “libertad de la humana criatura”(21) ha de ser realidad buscada en la dirección sacerdotal, luz necesaria en este mundo de sombras en el que, muchas veces, pueden los egoísmos sobre el verdadero interés que nos correspondería buscar, encontrar y amar.
El Plan de vida
Pero todo esto dicho ha de tener algún tipo de consecuencia para nuestras vidas pues no se puede quedar todo en agua de borrajas o en una buena intención que no pasase de ser eso, intención; en un mero cumplimiento, o sea, de cumplo y miento. Todo esto se conforma a través del denominado Plan de vida sin el cual no es que no sepamos qué hacer, que también, sino que, simplemente, hemos de estar forzosamente perdidos.
¿Es posible, “una virtud sin orden”(22)? San Josemaría respondía, a esto, que no. Y es no la respuesta porque sería, eso, una “rara virtud”(23). Por eso, es lógico pensar que se hace necesario un Plan, una forma de hacer fructífera una vida que, así vista, se encara al mundo con esfuerzo y segura de miras.
Pero eso que se llama Plan de vida no tiene que ser considerado algo aburrido, monótono -“eso de sujetarse a un plan de vida, a un horario –me dijiste-, ¡es tan monótono!”(24)-. Si se cree esto es que se hace, o se lleva a cabo, con falta de “Amor”(25) porque si no concurre esta ley, la suprema del Reino de Dios (es decir, la caridad, el Amor) lo que se haga no tendrá la semilla del Padre. De ahí eso que a muchas personas, incluso cristianas, pueda parecer algo muy alejado de nuestra libertad cuando, al contrario, es el apoyo necesario a la vida diaria y ordinaria, común, de cada cual.
Abundando en esto del plan de vida, y aunque sea salirse del marco exacto de Camino también, en “Amigos de Dios” dice el Fundador del Opus Dei, como para explicar, con una mayor concreción, sobre aquel, que “Tu plan de vida ha de ser como ese guante de goma que se adapta con perfección a la mano que lo usa”(26)
Porque, como sabemos, el tiempo del que disponemos para llevar a cabo nuestras labores, también las espirituales o de apostolado, es limitado. Por eso “Cuando tengas orden se multiplicará tu tiempo, y, por tanto, podrás dar más gloria a Dios, trabajando más en su servicio”(27)
De aquí la necesidad del Plan de vida que, ciertamente, puede ser difícil de llevar a cabo porque, a veces, no entendemos cuál es nuestra exacta misión en la vida.
Sin embargo, con una dirección divina y humana como la propuesta, aquí, en este capítulo 2 de Camino quizá nos resulte, sino más fácil sí más llevadero el qué hacer y el quehacer. Al menos un santo supo como darnos las claves de una vida humana y espiritual en abundancia de Dios y hacernos conscientes de lo que, en realidad somos: hijos de un Padre que nos creó, como sabemos, a su imagen y semejanza. Y eso no podemos defraudarlo.
NOTAS
(1) Punto 56
(2) Ídem anterior.
(3) Punto 59.
(4) Ídem anterior.
(5) Ídem anterior
(6) Ídem anterior.
(7) Punto 57.
(8) Punto 66.
(9) Por los dos últimos entrecomillados, punto 60.
(10) Punto 62.
(11) Por los dos últimos entrecomillados, punto 62.
(12) Punto 58
(13) Por los dos últimos entrecomillados, punto 57.
(14) Punto 64.
(15) Recogida, por ejemplo, en el punto 183 de “Es Cristo que pasa”.
(16) Punto 66, ya citado antes en la nota 8.
(17) Punto 74.
(18) Punto 69.
(19) Punto 71.
(20) Pronunciada el 15 de abril de 1960, Viernes Santo y recogida en “Es Cristo que pasa”, Editorial RIALP, página 99.
(21) Ídem nota anterior.
(22) Punto 79.
(23) Ídem punto anterior.
(24) Punto 77
(25) Ídem punto anterior.
(26) Punto 149 de Amigos de Dios
(27) Punto 80.
63 comentarios
A cualquier ateo no sé, a cualquier persona con sentido común y una pizca de dignidad, sí.
Nadie tiene derecho a inmiscuirse en el alma de una persona, está bien pedir ayuda, acompañamiento, consejo...¿pero dirección? JAMAS.
Por otra parte yo he sido una persona que en un momento dado de mi vida recibí dirección espiritual del Opus Dei y como tal me imbuí en el Plan de Vida, que incluía (en mi caso): Misa diaria, Rosario diario, Oración de media hora diaria, círculo semanal...¡acabé hasta las narices!.
A día de hoy rehúyo de cualquier espiritualidad, considerandolas puras monsergas. ¡Y a fe mía que soy mucho más feliz!.
1. El dirigido no elige a su director, sino que le es adjudicado, le guste o no.
2. En la lamada "charla fraterna", que es como se llama a la dirección espiritual llevada a cabo por el numerario laico designado para ello, se le dice al dirigido que abra su alma totalmente y que lo hablado será confidencial.
3. Lo tratado en la charla fraterna NO es confidencial y se informa a quien se considere oportuno de lo tratado en ella, por supuesto, a espaldas de la persona.
Huelga decir que, tanto la falta de libertad para elegir director espiritual como la falta e confidencialidad es contraria al Derecho Canónico, además de un pecado como un castillo. Por mentir y por violentar la conciencia del fiel.
Tu forma de pensar apunta hacia que cualquier tipo de consejo que, a nivel espiritual, se te pueda dar, no sea aceptado porque parece dirigismo.
Sin embargo, deberías reconocer que la intención, del Director del Opus Dei es buena. Si no lo crees así... nada de lo que luego digas será distinto.
Yo creo que hay que entender que el funcionamiento de una institución como el Opus Dei es como se haya establecido que es.
No digo yo que, a lo mejor, tengan que pulir determinados aspectos de la dirección espiritual. De todas formas, creo que es un buen instrumento de conocimiento de la persona y, también, de los errores en los que pueda estar incurriendo.
No sé yo la razón según la cual se tienes un Director espiritual dejas de ser libre.
Se me escapa, de verdad, tal razón.
Repito, esa práctica es pecaminosa, en tanto se vulnera el fuero interno de la persona, que la tradición católica siempre ha considerado sagrado; y además se miente al fiel. El fin no justifica los medios. Será eficaz esa dirección espiritual (más bien control espiritual), pero ni es católico, ni es humano ni es sincero.
Tu post del otro día me animó a leer el libro de pedro rdrgez. el de "edición crítico-histórica de camino". Es muy interesante y muy revelador. Y me reafirmo en lo dicho , la grandeza de CAMINO es que es un libro "vivido" , no un libro de "recetas" ni de teología. Eso le hace ser un texto abierto a multitud de interpretaciones, según el lector. Y es más, a medida que uno crece espiritualmente, los frutos de su lectura son más ricos.
1) De tu post de hoy me gustaría resaltar algo que no dices y que me parece importante para "complementar". El interés de Escrivá por dejar claro que la obediencia, ni siquiera en temas espirituales, nunca debe ser "ciega" (sic). Quizás contraponiendo a la idea ignaciana (a mi modo de ver mal entendida de San Ignacio, pero que en ciertas partes de la Iglesia tuvo cierto éxito).
2) Hay tres ideas de lo que dices que me parece que hay que resaltar.
a) La necesidad de una dirección espiritual (somos malos consejeros en tiempos de zozobra, tendemos a autojustificar nuestras miserias).
b) la necesidad de un plan de vida (esto me recuerda a lo de hacer deporte cada día: el músculo espiritual surge del día a día)
c) Y sobre todo el trato asiduo y confiado al espíritu Santo. Escrivá solía acompañar sus charlas sobre la tercera persona de la santísima trinidad con el adjetivo "el gran desconocido". Estos días que estoy leyendo cosas de S. Juan MARÍA vIANNEY, veo que la confianza y el dejarse hacer, en manos del paráclito es la gran fuerza del cristiano.
Gracias de nuevo por esta serie de post.
Pregúntele a cualquier ex opus que le sugiere esta frase "el que obedece nunca se equivoca", y cuántas veces la oyó.
Yo creo que la Dirección espiritual sí es católica.Otra cosa es que pueda ser vista de forma distinta a como es.
Sin embargo, tampoco puedo decir yo que no se puedan producir abusos en el ejercicio de la misma, claro.
Hay que tener en cuenta que las personas nos dejamos llevar, muchas veces, por nuestros sentimientos.
El libro de don Pedro Rodríguez (Ediciones RIALP) a modo de edición crítico-historia del libro de S. Josemaría es, verdaderamente, fundamental para entender "Camino". Le alabo, por eso, su interés por el mismo.
Totalmente de acuerdo con Ud.: dirección espiritual-Plan de vida-atención al Espíritu Santo.
En cuanto a lo de serie... espero que no acabe cansando. Y no por lo que dice "Camino" sino por lo que pueda decir yo, que, en realidad, nadie soy sino, sólo, un creyente.
Pues el Opus Dei subsiste, seguramente, en este mundo descreído, porque el Evangelio, en el que se sustenta, no muere ni morirá jamás.
Permítame decirle que el concepto jesuítico de obediencia está explicado en la "Carta de San Ignacio a los estudiantes de Coimbra". El habla de abediencia de juicio ( en cuanto la voluntad puede inclinar el juicio etc.. y además la limita expresamente a cosas "donde no se viera pecado". Ahora bien la obediencia ciega sería una obediencia que se saltara ciegamente la moralidad del acto. Por ejemplo la necedad inventada del "monje" del Opus que busca asesinar a cierta persona. Cosa calumniosa en la famosa novela. Creo que esa obediencia nunca fue mandada por San Ignacio y tampoco en el Opus. Tengo entendido que hubo un Papa que mandó a su amante que intentaba dejar el "lecho" volver "ad vomitum". En ese caso no debía obedecer aunque al parecer le fue mandado bajo pena de "excomunión". Cualquiera puede ver que la excomunión sería inválida. En la historia muchos teólogos juzgaron nulas ante obediencias injustas algunas excomuniones papales (por ejemplo los de la Señoría de Venecia y los de Felipe II). San Ignacio no pudo hablar de obediencia ciega, así, tal suena (dígame dónde si no es así) . Tenga en cuenta que se han dicho muchas calumnias de San Ignacio. Y parece que Ud. se hace eco de ellas. Otra cosa es que presupuestas estas limitaciones hable al súbdito recomendándole en sus reglas, que se deje guiar como "bastón de hombre viejo" o "perinde ac cadaver". Pero siempre respetando la moralidad del acto. Creo que lo que digo puede valer para ciertas disidencias actuales en la Iglesia donde algunos creen ver "estados de necesidad" que en último análisis implicarían un juicio sobre la moralidad en el obedecer e incluso pondrían en tela de juicio "excomuniones".Hablo limitándome a la subjetividad de los inobedientes porque la objetividad sólo la conoce Dios. Hay que recordar la cantidad de "excomuniones" que se han dado en la historia (por parte de obispos y superiores religiosos) por cosas nimias y hasta equivocadas. Nada más hay que leer la vida de San Juan de la Cruz y las luchas de "calzados" y "descalzos". En la biblioteca de "San Esteban", de Salamanca, había un letrero que decía "Hai excomunión psara quien saque un libro sin permiso" . Todo esto para decir que la obediencia acaba donde se "viera un pecado" como sabiamente decía San Ignacio. Y esto se extiende a cualquiera que manda algo en la Iglesia.Desde el ínfimo superior a los más altos en la escala jerárquica. Entonces nadie puede urgir la "obediencia ciega".
No comprendo tanta inquina con los "ex" u otros que hablan tan mal del Opus. Será que cada cual cuenta su experiencia o se la cuentan, que también hay mucho de eso.
La mia es totalmente positiva, y eso que yo no soy o he sido de la Obra, pero sí vinculado a su entorno. Para mi, tiene aún más mérito su actitud.
Esto se lo escribe alguien bastante pragmático, un servidor, que por profesión o lo que sea, he estudiado/vivido/trabajo desde los 18 años hasta hace solo unos meses, en el extranjero (USA, Japón y UK). O sea, en países no católicos y por ello, quizás, esté lleno de defectos. Por lo tanto, me van a disculpar si no entro en el aspecto doctrinal, sino en el humano.
Me eduqué en un colegio del Opus hasta los 18, atendí a todos los retiros, director espiritual, seminarios, etc. Mi madre, que es la razón por la que estoy de vuelta en España al estar ella enferma, tampoco ha pertenecido a la Obra y, aún así, fué la única profesora no-Opus ejerciendo en un colegio de la Obra. Queridísima por su socia fundadora, muy conocida y amiga personal de mi madre.
A mi familia la han tratado con cariño, exquisitez, amistad de la de verdad. Todo eso sin ser del Opus. Un servidor, a los 14 años, le propusieron entrar en la Obra cuando cumpliera los 18, pero mi padre, sabiendo que en sus planes estaba enviarme a Londres a estudiar y luego a USA, les informó de ello y JAMAS me sentí ni excluído, ni agobiado, ni desmerecido, ni expulsado del entorno del Opus.
Tanto es así, que seguía atendiendo los retiros y mantuve el vínculo con el director espiritual. A mi madre, la han llamado, invitado a actividades, misas, charlas, durante todos estos años incluso cuando se jubiló y, cuando falleció mi padre, ahí estaba el Opus para hacer piña con mi madre.
Les repito: Todo lo anterior, sin ser de la Obra. Para mi, el Opus es como una familia que sin haber pertenecido a ella como miembro, jamás han hecho otra cosa más que ofrecerme su amistad, guia y comprensión.
Ahora que llevo solo unos meses de vuelta en España, les aseguro que mi teléfono echa humo de las llamadas de mis antiguos compañeros (hace 20 años)y que son de la Obra todos. Al estar fuera de España, llevaba sin verles casi dos décadas. Pues señores, no se han olvidado de un servidor.
Por mi parte, no tengo más que palabras de agradecimiento y reconocimiento hacia esa gran Familia que tan bien se han portado con la mia en momentos muy tristes y mi formación de adolescente, mis valores personales, se lo debo a mi director espiritual.
Vaya este post como una muestra de agradecimiento al Opus. Es lo menos que puedo hacer, dado que como católico, no les llego ni a la suela del zapato a ninguno de elos.
Saludos
La anecdota que cuenta es de Alejandro VI y la relata Romano Amerio. Obviamente que una excomunión asi sería invalida.
La fórmula (me lo confirmarán los ex opus) es "el que obedece nunca se equivoca". Y es una idiotez, como aquella tambien atribuida a la Compañía "es mejor equivocarse con el Papa que acertar sin él". Voluntarismo y nominalismo puros.
Pero para avanzar, sobre todo al principio y bastante adelante, por el "Camino de perfección" es conveniente la compañía de alguién que lo haya andado en primera persona, lo que en cierto sentido, es una especie de "coaching". Pero es muy distinto en todo, en la forma y en el fondo a lo que enseñó en su "Camino" S. Josemaría. Me parece a mí.
¿Qué tiene de malo el coaching (guía) si éste está enmarcado en la doctrina?
¿Ud. cree que es negativo guiar espiritualmente o, mejor dicho, dar respuestas a casi todas las situaciones en las que un joven se encuentra o podría encontrar en su vida?
¿Es malo buscar refugio en un sacerdote o guía espiritual?
De verdad que no comprendo la negatividad.
Saludos cordiales
Un testimonio, el suyo, muy válido para conocer, de verdad, lo que sucede en el Opus Dei.
Le quedo, pues, agradecido.
Marcos, ¿sabes por qué algunos "ex" del Opus le tenemos inquinia? Pues precisamente, por éso, porque hemos estado DENTRO, y lo conocemos desde dentro, no como reflejas en tu testimonio. Antes de ser de la Obra tenía mucha relación con la institución y estaba encantado. Desde dentro la cosa cambia considerablemente. Lo cual no quita que haya personas estupendas y maravillosas. Pero es que el problema, y eso es lo grave, no son las personas, sino la propia institución.
Es que yo no sé el mentir y el imponer de los que Ud. escribe son el proceder ordinario en el Opus Dei. Como no puedo creer tal cosa, me resulta difícil seguir argumentado más sobre el tema.
No veas negatividad donde no la hay. Mí opinión sobre las cosas de la Iglesia nace del inmenso agradecimiento y hasta devoción que tengo por ésta institución y por todos los miembros que la componen.
En éstos tiempos de franca decadencia de la Iglesia y del acoso que sufre de parte de la barbarie, me siento en la obligación de decir cosas que para nada son de mi gusto, , y parece ser, que tampoco son del gusto de los meapilas instalados. Pero yo tengo que decir lo que tengo que decir.
Yo no tengo nada en contra del "coaching", de hecho lo considero la forma natural, de educar y tansmitir la civilización, y lo que se ha hecho siempre. En la doctrina cristiana el "coaching" está a la orden del día; pero para nada tiene tiene que ver con lo que se dice en "camino" que da origen al "Opus". Sino que es de una superioridad y riqueza incomparable. Y por lo tanto, bien se puede decir, a mi juicio, que lo del "Opus" no es doctrina cristiana. Aunque se utilicen palabras y recursos de doctrina cristiana.
Pero, como no es obligario el "Opus", a mí me parece bien, si a ti y para ti te parace bien. Yo me quedo con el "Camino de perfección" de Nuestra Santa, el camino de la "Subida al Monte Carmelo" el camino del "Audi Filia"...etc etc...doctores de la Iglesia geniales en todo y por todo: y lo vuelvo a decir: no hay comparación posible.
Mira, todo lo que no tenga como primer principio y fin " beber el vino sagrado de la Caridad", como enseña S. Francisco de Sales, es violencia contra el alma: nada tiene que ver con la "ciencia del Amor". Y necesariamente ha de tener malas consecuencias de todo tipo para las personas. El autoengaño dura mientras dura, y la verdad permanece, aunque la ninguneemos muchas veces, y miremos para otro lado.
Y lo del imponer el director no es algo que precisamente se esconda en el Opus; es de lo primero que se le dice al recién ingresado "vas a hablar con...". Te lo anuncian nada más pedir la admisión sin preguntarte nada. Si usted lo desconoce, es que desconoce mucho de lo más básico de la Obra y habla simplemente de oídas, con lo que su opinión en este asunto es completamente intrascendente.
Saludos
Por otra parte, esto tuyo del Evangelio, en fin... La francmasonería también subsiste, con altibajos y vaivenes, desde hace mucho más tiempo...
Por otra parte, que el Opus subsista no quiere decir que lo haga de manera esplendorosa. Dentro de la propia Obra se reconoce algo realmente fuerte: que en España directamente no tienen relevo generacional. Así que subsisten, pero no se extienden, sino al contrario.
Aunque, ciertamente, la Dirección espiritual es algo muy importante en el Opus Dei, no es menos cierto que no ha de ser, ni tenida, como la mala o negativa.
Siempre es mejor que te hable alguien que tenga conocimientos sobre la fe mayores que los tuyos que no quien no los tenga.
No creo que haya nada de malo en eso.
Ya sé que muchas realidades subsisten y que no son buenas ni benéficas. Lo que quiero decir es que el Opus Dei tiene razones sobrenaturales muy importantes para subsistir. Vamos, que no se trata de nada traído por la moda ni nada por el estilo.
Estimado "Ex". No voy a poner en duda tus buenas intenciones o tu visión habiendo estado dentro tal y como expones, pero como sólo he visto una queja tuya respecto a lo de la dirección espiritual, pues por ese motivo me vi en la obligación ética de escribir mi post.
El no haber ingresado como miembro o no tener vocación, no me impide valorar mis vivencias con el Opus Dei puesto que mi formación (y ese aspecto es el principal, por cierto, del Opus), se produjo bajo ese entorno. Adicionalmente, mi madre ha estado 25 años codo con codo con dicha institución, por lo que conocemos en profundidad su funcionamiento.
Para mi, el haber podido disfrutar del guía, de un director espiritual - ojo, que estos son los sacerdotes y no los laícos- y , también por partida doble de un hermano laico, de la Obra, supuso un verdadero lujo. Era como tener un asistente personal en temas del alma, de la vida, de todo lo que concernía al día a día. Para un adolescente, eso era impagable.
Es más, lo primero que he hecho al regresar a España es matricular a mis hijos en un colegio de la Obra. La verdad es que la "dirección espiritual" que ha impuesto Zapatero, a golpe de decreto Ley bajo las siglas - EpC-, me horroriza y esa sí que es impuesta o sin posibilidad de salida o ser un "ex" si no te gusta.
El que te asignen un director espiritual no es mala idea, puesto que conocer bien a una persona implica continuidad. Si yo tuviera, con 17 años, que contarle mi dia a dia a una persona diferente cada mes, ésta no podría aconsejarme adecuadamente puesto que tendría que empezar desde el principio para ponerle al día.
Me he encontrado por esos mundos de Dios a españoles que también han sido educados en colegios del Opus Dei y todos, absolutamente todos, hablan con cariño y respeto. La amiga de mi hermana es una ex-Numeraria y ella jamás ha perdido el cariño hacia el Opus. Lo cual no impide que existan experiencias negativas porque son humanos y decir que no se comete error alguno, sería mentir. Pero yo lo veo igual que aquellos que hablan de la mili. Si le tocó un sargento demasiado autoritario, pues hablarán mal del ejército y los demás (la mayoría) guardarán los mejores recuerdos.
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Estimado anarico
Creo que comparas cosas que no son iguales. En el Opus Dei no están formando principalmente a sacerdotes, no es un seminario per se. De hecho, el 98% de miembros del Opus son laícos.
La formación es su clave, su compromiso, y se basa en la experiencia personal y en el dia a dia. Te ayudan a encontrar a Cristo a través de las tareas más cotidianas, familia, trabajo etc. Esa es la clave, porque para jovenes que se enfrentan a una vida llena de obstáculos, el "coaching" es la única forma lógica o atrayente.
En fin, que por mi parte, sólo puedo hablar positivamente. Si tengo una duda existencial mañana, sé que podría llamar a sus puertas y las tengo abiertas de par en par sin ser miembro del Opus Dei. Esa es una muestra palpable de su buen hacer y de su Obra.
En mi estancia en España, sea corta o larga, deseo que mis hijos puedan disfrutar de la mitad de lo que yo tuve. Con eso me conformo.
Saludos cordiales
Eleuterio: Muy amable por la nota pero, por mi parte, es lo menos que puedo hacer, es mi deber: contar mi experiencia personal.
"De bien nacido, es ser agradecido"
Sólo puedo decirle que, como Licenciado en Derecho y por tener el Derecho matrimonial Canónico como especialidad (lo digo esto por la referencia al Derecho Canónico) le prometo que voy a investigar lo que Ud. dice en sus comentarios.
Gracias, de verdad, por lo dicho.
1. Que no conoces la Obra por dentro lo demuestra que afirmes que los directores espirituales son los sacerdotes. Eso es para los SIMPATIZANTES de la Obra. Cuando pasas a ser miembro el sacerdote se limita a confesarte y el director es un laico.
2. Que te adjudiquen un director espiritual sin siquiera consultárte la persona, dices que no es malo. Por favor, escribe con urgencia a Roma y diles que hagan las necesarias reformas en el Derecho Canónico. Es superficial el argumento que das en cuanto a que así se garantiza la continuidad. Yo no sé si has tenido director espiritual alguna vez, pero antes de estar en la Obra ya lo tenía desde hace años, como muchas otras personas. Lo elegí yo y la continuidad estaba garantizada. Por cierto, ¿sabes una cosa? En la Obra te pueden cambiar en cualquier momento de director espiritual y de confesor, aunque te hayas acostumbrado a ellos durante mucho tiempo. Es más, se recomienda y es raro el sacerdote que confiesa más de dos años seguidos en un mismo centro. Así que ya ves tú lo que conoces la Obra.
3. No sé a cuentos de qué nombras aquí a Zapatero y me preguntas sí me gusta la EpC. No sé si me tomas por un cristiano-progre, pero te equivocas muchísimo y demuestra que te mueves por prejuicios. Soy un pecador de barro, pero desde luego tengo muy clara la Sana Doctrina de la Iglesia, también en lo concerniente a política. En todo caso, eres tú el que tiene la doctrina confundida al avalar las prácticas ilíticas de la Obra en contra del Magisterio y la Tradición católica.
4. Yo conozco también mucha gente que ha estudiado en colegios de la Obra o de Fomento. Algunso hablan marvillas, otros echan pestes y otros ni fú ni fa.
Por cierto, mis objeciones a la Obra no se limitan a la dirección espiritual. Van más allá, pero la más inmediata es la que he tratado aquí. También se podría hablar de su peculiar forma de entender el apostolado, el modo en que esquivan órdenes de Roma para capatar como numerarios a chicos de 14,5 años, la intrusión en la nvida privada (¡incluso en temas de salud física!), hasta de la vida marital de los supernumerarios, y unas cuantas cosas más que cuando queráis trataremos.
De hecho, las decisiones de gobierno se toman con datos tomados de la direccion espiritual. Se hacen ficheros con cada uno de los dirigidos, y los superiores tienen acceso a dicha información para tomar decisiones de gobierno. De hecho, existe un código por el cual se asigna nombre a las faltas que cometen los numerarios. Esto está documentado, incluso con fotocopias de las fichas, y lo sabe todo el mundo.
Esto es lo peor de la Obra, y está normado en los documentos. Contradice abiertamente el derecho canónico, que dice que a nadie puede obligarsele con un director espiritual, y sobre todo, que el superior no puede ser director espiritual.
Hay denuncias a Roma por el tema. La direccion espiritual es el peor punto del Opus, y configura una desviación de la praxis normal.
"Ex"
Le veo algo agresivo y no comprendo el motivo. Si lee mi anterior mensaje, menciono a AMBOS, tanto el director espiritual -sacerdote- como el laíco (aunque estos no son llamados así, al menos en mis tiempos). Y es de pura lógica que se delegue PARTE de dicha autoridad en un laico de la Obra porque sería imposible para un sacerdote tener conocimiento del dia a dia de cada uno de los miembros. Además, en la confesión, todo queda entre Dios y uno mismo, pero en las charlas fraternales con laicos, se tocan cualquier tema mundano, de tu vida diaria y eso ocurre con más facilidad entre laicos y no en la solemnidad de una confesión.
Desde mi punto de vista, Si Ud. entra en el Opus, no está en un club de campo. No vale eso de "Es mi intimidad, es mi vida", porque es lógico que quieran saber TODO acerca de sus Numerarios o de aquellos que tienen la responsabilidad y el deber de enseñar a los demás.
El que no esté dispuesto a asumir el concepto de autoridad, orden, disciplina, entre otras muchas cosas, o no tenga vocación, que no entre. Asi de simple.
Estoy leyendo cada día, por estos blogs, las quejas sobre aquel sacerdote o aquella monja que se dedica a impartir teología contraria a la doctrina o a formar en seminarios a futuros sacerdotes, bla, bla. etc etc. y resulta que, cuando el Opus Dei mantiene un férreo control sobre aquellos que tienen la responsabilidad de la formación de los demás o de su guía, entonces nos rasgamos las vestiduras y hablamos sobre la falta de libertad individual o nos molesta que hablen sobre nosotros en un consejo, o que se saquen los posibles fallos para poner remedio o tomar decisiones.
En fin, estimado "Ex", que respeto su experiencia, pero no trate de generalizarla. Es más, Ud, es libre y así ha sido, de marcharse. Nadie le obliga, nadie le persigue por ello. Comprendo la crítica constructiva o el intercambiar experiencias, pero no comprendo la inquina cuando alguien abandona por los motivos que sean.
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Luis
Seguro que sabrá sobre Derecho Canónico más que yo, segurísimo, pero si Roma no se ha pronunciado en contra (al menos a dia de hoy que yo sepa), y según su post, se han elevado quejas, pues .... ¿A quién debo de creer?
Saludos cordiales
Saludos cordiales
Le basta confrontar los textos, y como profesional que usted es, emitir un dictamen suficiente.
El argumento de Roma, visto lo de Marcial Maciel, cincuenta años de impunidad, no parece muy bueno. Si con esas atrocidades tardan medio siglo en reiterar la visitacion canonica de los años cincuenta, muerto ya el Fundador, imagínese cuánto van a tardar con un Fundador santo (aunque con errores importantes) y por cierto, nada parecido a Marcial.
Se trata de que ninguna autoridad puede violar el secreto de oficio sistematicamente, para "gobierno" de la Obra. Es un error basilar, y se ha escrito mucho sobre esto. El CDC tiene un canon al respecto. Y se viola, porque los documentos internos respaldan dicha violacion. Así de simple. Se arreglará dentro de unos decenios, si antes el opus no desaparece, visita canónica mediante. Ojalá lo arreglen ad intra antes
La justificación que usted hace sobre la violación del fuero interno es, además de impresentable, ajena por completo a la tradición católica (lo cual, además, no tiene nada que ver con la disciplina, a la que no fallé en el tiempo que estuve en dicha institución, sea dicho de paso). En los conventos y monasterios, por ejemplo, el religioso tenía (no sé ahora) una entrevista con su superior para tratar temas del fuero externo, pero los asuntos de conciencia o fuero interno se dejan siempre para la Confesión. A no ser, estimado Marcos, que a usted ahora no le parezca suficiente que Nuestro Señor instituyera un Sacramento que alivia el alma y pretenda sustituirlo por un sistema de información que, como ya le ha dicho luis, es de por sí corrupto. No es nada, pero nada católico el ventilar en un consejo los pecados e intimidades de nadie. Me parece que tiene usted un grave defecto de comprensión sobre ésto y se aleja de la práxis bimilenaria de la Iglesia Católica.
El problema no es que el director espiritual sea un laico. El problema es que así éste se cree que, al no estar atado al secreto de confesión, puede contar lo que le de la gana al director del centro o a cualquier otro superior.
Insisto, esto es una aberración que violenta la conciencia y no tiene absolutamente nada que ver con la Iglesia Católica. Más bien con el KGB. Así que medite seriamente sobre las justificaciones que emplea a favor de esta praxis aberrante.
Ah, y no generalizo mi experiencia. Es práctica INSTITUCIONALIZADA. Que es muy diferente.
Saludos
no sé dónde ves que mi frase apunte a rechazar el consejo espiritual
Apunta a rechazar la dirección espiritual en general y la del opus en particular. No voy a entrar en detalles, simplemente suscribo todo lo que dice Ex es cierto lo de los seglares y lo de la no confidencialida, además del "pressing" con que se ejerce esa dirección, el agobio, la sensación de no encontrar salida, de tener el alma comprimida por unas manos ajenas.
Marcos, dices que en dos décadas no te han olvidado.Te creo.Nunca te olvidarán, ni aunque hubieran pasado cuatro de´cadas, tu teléfono ardería igual. Y aunque deseases que te olvidaran y desaparecieran de tu teléfono y de tu vida, no habrían forma humana de conseguirlo.
En primer lugar, porque los estatutos de la Obra tal como ésta los presenta nte la Santa Sede, no describen sus prácticas, sino que las disimulan con ambigüedades. Sí se habla, por ejemplo, de la charla fraterna, pero no se dice que ésta constituye la dirección espiritual y que no es confidencial lo que en ella se trata.
Por otra parte, Roma, en alguna ocasión, ha querido poner coto a algunas praxis de la Obra. Así, les dijo que no hicieran miembros numerarios a menores de edad (este es otro tema realmente grave, en cuanto acaba afectando en ocasiones a familias enteras). El Opus, entonces, se inventó una nueva figura: la de "aspirante", de modo que chicos de 15 años pudieran ser considerados ad intra como miembros de la Obra, y pasar a vivir como tales, mientras ad extra no aparecen como integrantes de la institución.
Todo es, creo yo, según se mire y se tenga por importante la Dirección espiritual.
Especialmente grave es la intromisión incluso en asuntos matrimoniales y de natalidad en el caso de los supernumerarios. Y, como no, se meten en la educaión de los hijos como si fueran suyos. No porque tengan un especial celo porque los niños sean católicos, sino porque quieren que no frecuenten más ambientes católicos que los clubs y colegios del Opus.
De los numerarios, para qué hablar. Les rigen absolutamente todo en sus vidas. Los numerarios sufren correcciones fraternas por las cosas más peregrinas, muchas de ellas concernientes a meras cuestiones de urbanidad, y no de moralidad.
Dentro de la dirección espiritual se apremia a la persona a hacer 'apostolado'. Eso de por sí no sería un problema si no fuera porque por apostolado en el Opus se entiende acercar personas a la Obra, y cuanto más piadosas sean ya, mejor. Cuando alguien 'pita' (en la jerga de la Obra significa pedir la admisión) se le dice que ahora tiene un compromiso aspostólico. Uno se hincha de entusiasmo, pues el mundo está como está y, realmente, es urgente hacer apostolado. Pero en seguida descubre que no se trata de evangelizar a nadie, sino de hacer más miembros de la Obra. Y cuanto más sanos (es decir, más católicos sean), mejor, con lo que apostolado como tal se hace realmente poco.
Ciertamente, pueden ser la gente más pesada que te puedas encontrar. No sólo no aceptan un 'no', o un 'me voy', si no que además les encanta advertir al que se va de que tenga cuidado porque su vocación estaba ofrecida desde la eternidad, con lo que se juega la salvación eterna. Es el último recurso que emplean, pero desde luego no el único. Las amenazas veladas, la insistencia telefónica o por terceras personas, la intromisión en tu trabajo si tienen posibilidad de ello... Son obsesivos hasta el fanatismo. Lo curioso es que cuando se les echa en cara que la vocación no puede ser real cuando se desconoce lo que hay tras ella, argumentan que no se da a conocer todo lo que implica la vocaión (en realidad, ni una tercera parte) para que la persona no se asuste. Ése es el pobrísimo argumento preferido para esconder, cuando no deformar la realidad, de lo que ellos llaman vocación.
Pues nada. "Ex" Ud. mismo se lo guisa y se lo come, porque yo no sabré (según Ud.) nada acerca de la Obra, pero fíjese qué casualidad que en mi primer post ya mencioné que desde los 14 años me invitaron a pertenecer a la Obra, PERO cuando cumpliera los 18.
Ud. ha mencionado ese detalle y otros a posteriori. Lo dicho, Ud. se dedica a generalizar: "agobios, presiones, amenazas, para el que diera una negativa etc etc" y yo le vuelvo a repetir que NO ha sido asi en mi caso y el de otros muchos, puesto que dije (más bien mi padre) un "no" dado los planes de futuro que tenían para mi.
Si Ud. pretende que diga que me sentí tras esa negativa, excluído, acosado, o niguneado en mis estudios, la respuesta seguirá siendo negativa porque no es verdad. Lo mismo aplico a la ex-Numeraria, amiga de mi hermana, la cual, eligió otro camino y no por ello se le hizo mal alguno. Dicho por ella misma.
Asi que, siga Ud. con su visión, porque no creo que alrededor de 90.000 miembros del Opus Dei y al menos un par de millones de simpatizantes, sean del estilo o les guste la KGB. Eso, o seremos masoquistas todos según su punto de vista.
Curioso que un lugar de donde te puedes marchar o entrar libremente, se llegue a catalogar de tirano.
Yo le intento comprender a Ud. y no soy quien para poner en duda sus quejas fundadas, pero parece que ese intento no es recíproco por su parte.
Mil veces daré testimonio de todo lo bueno que he aprendido con el Opus, y mil veces diré que me gustaría una formación espiritual similar para mis hijos. Desafortunadamente, ni ellos han nacido en España, ni han podido estar más de 4 años seguidos en un mismo pais.
Ahora, por lo menos, tendrán la oportunidad de ir al mismo colegio que su padre y atender todo tipo de actividades, retiros, actos, charlas. Hasta han ido más allá para proporcionarme un educador/guia bilingüe, dado que mis hijos hablan normalmente en inglés. Le aseguro que un padre quiere lo mejor para sus hijos y, en mi caso, si el Opus fuese tan horrible, no les llevaría a ellos.
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Estimada Yolanda, créame que ni quiero que se olviden de mi, ni me parece negativo. Todo lo contrario. Cuando regresa uno a España tras 20 años, se da cuenta de quien/quienes son verdaderos amigos. Es más, cuando mi padre falleció en un accidente de coche, me encontraba en la otra esquina del Mundo, en Tokio. Tardé más de 2 días en poder venir a España. Cuando se enteraron, a mi madre no la dejaron ni un segundo sola. El sacerdote/director espiritual del colegio se encargó absolutamente de todo, sin pedirselo como favor, sin pretender nada a cambio.
Todo esto sin ser nosotros de la Obra.
Yo no lo olvido, ni puedo dar más que testimonio de la realidad.
Saludos cordiales
Ahora me río, pero en su día me indigné cuando escuché por primera vez la frase: "al final serás tú quien rinda cuentas ante Dios", para advertir de los peligros de la renuncia a la pertenencia al Opus, como si estuviera apostatando. Quede claro, además, que la vocación a la Obra, por mucho que se empeñen, no es equivalente a la del sacerdocio o una vocación religiosa. Es más bien de carácter asociativo y, como cualquiera puede imaginar, no supone un cambio de estado.
Otra cosa diferente, ya que estamos, es la vocación de los sacerdotes. Los curas del Opus son numerarios a los que, en un momento determinado, el Prelado les "pide" que se ordenen. Es decir, que es una vocación no descubierta por la persona en su relación con Dios, sino impuesta por su superior. Por supuesto, los hay encantados de ordenarse, pero no deja de ser aleatorio pues otros no. L curioso es que luego se afirma que la vocación en la Obra es la misma, ya seas numerario, supernumerario, agregado o numerario sacerdote. Vamos, que la vocación de una padre de familia es igual que la de un cura de la Obra. Eso demuestra la confusión que tienen y el empeño en ensalzar su vocación a un grado que la equipare a una vocación religiosa.
y continuando con una persecución insoportable por parte de un agregado pesado, pesado, que después de diez años todavía me llama de vez en cuándo. Parece que nunca hubieran leído aquello de: - "Si en un pueblo os rechazan, sacudíos el polvo de vuestros pies".
Estos aplican más bien el "-Si en un pueblo os rechazan, recorredlo puerta tras puerta y hasta que no saquéis tajada, no os larguéis de allí".
Puedo confirmar, por otra parte, lo que dicen Ex de la Obra y luis sobre la dirección espiritual corporativa. Durante mi estancia en la obra, pude comprobar que algo de eso había...
averigua de quien es la frase "no doy un duro por la salvación de quien sale de la Obra"
¿Eso no es coacción psiquica, sugerir que se condena quien sale?
Que a usted no le acosaran para ser miembro se puede deber a muchas razones, no digo que espúreas, porque no conozco su caso. Pero le aseguro que lo habitual es que cuando se empeñen en que alguien, menor o mayor de edad, es un candidato excelente para la Obra, lleguen a exasperar a cualquiera por su insistencia.
Por cierto, cuando he mencionado las tácticas amenazantes no me he referido a los posibles aspirantes, si no a aquellos que abandonan la Obra. Para los aspirantes gastan sobre todo pesadez. Cierto que según el caso: a veces sólo ofrecen la admisión y dejan pasar el tiempo. En otras ocasiones te ponen el papel delante y dicen "venga, escribe la carta, hombre". Las diferencias vienen especialmente por el carácter de cada aspirante. No se comportan igual con alguien que dé signos de tener una personalidad independiente que con otro que sea más solícito.
La cuestión es, en realidad, muy sencilla: son ellos los que deciden si una persona vale o no vale. Si un numerario o supernumerario creen que no acaba de encajar, no le pondrán pegas porque se vayan o, como a un conocido mío, directamente le insinuarán que no es lo suyo. Ahora, como el sujeto decida que no es su vocación, pero ellos crean que sí, apañado va.
Por cierto, la pregunta que te hicieron sobre tu sueldo es muy habitual: te mandan a un centro u otro por varias razones, entre otras tu proyección profesional.
Luis lo ha dicho con dos palabras: la obra está fundada sobre principios errçoneos.
Michael Jakson, que está tan de actualidad, es una víctima de un coaching erróneo; que su padre muy listo él, aprendió "maravillosamente bien" en ésos libritos americanos que encandilaron, y, en los que se inspiró S. Josemaría para montar su obra.
En general, yo tendría poca credibilidad, por aquello de mi...cierta heterodoxia. Pero lo que dice Ex no difiere nada de mi experiencia de hace 20-30 años (cuando yo era bastane menos heterodoxa pero jamás enamorada de la obra), cuando eran nuestras madres,la de mi marido -entonces no lo era, claro- y la mía, eran las más empeñadas en que frecuentáramos aquellos clubes opusinos donde -¡oh, desgracia!- éramos demasiado bien recibidos.
Lo que decía a Marcos sobre no olvidrase de ti aunque pasen siglos, ni por más que desees que te olviden, viene ahora muy a cuento. Al "estrenar" mi reciente viudedad han reaparecido y se han multiplicado como setas antiguas pelmas que renuevan y arrecian su acoso: ni la menor sombra de interés por mi estado de ánimo y el de mis hijos, dos frases hechas y toda la obsesión es llevarme aquí o allá, quedar para cosas peregrinas, pero llegando a extremos que resultarían risibles (lo son: entre mis hijos y yo llegamos a reírnos cinco minutos antes de cabrearnos) si no fueran un agobio exasperante. Parece que no hay donde esconderse.
Yo ayer vi propaganda cara y masiva del Opus Dei en la catedral. Nunca la había visto: el orgulloso y selecto Opus jamás la necesitó. Deben de estar apurados; por lo visto ya no se surten, limitados como están a sus colegios. Pues con la siembra inmensa de rebotados, dolidos y lastimeros que han hecho en todos estos decenios, va a ser difícil que --al menos en España-- vuelva a ser la Obra ni sombra de lo que fue. "Sic transit gloria mundi".
Ala primera pregunta: NO, lo del opus supera cualquier petardez imaginable en ningún otro lugar. De hecho hay rebotados por esa razón, porque se sentían muy mal con esa manera machacosa y agobiante de hacer proselitiosmo.
A tu segunda pregunta: SÍ
Y a quien habla del relevo generacional. Es curiosos que las familias numerosas de los 50 y los 60 del opus, tuvieran 8, 10 12 hijos y más. Dios se ha vuelto cicatero y es raro ver familia del opus de más de 6 y muchísimos no pasan de 4. En todod caso, la media de fecundidad de los supernumerarios ha disminuido. No es este el lugar adecuado, pero a mi edad, en charlas íntimas entre amigas, he oído de todo. Resulta que no es Dios el que se ha vuelto cicatero y les racanea los hijos; es que alguno, llegado en cuarto hijo se ve tan agobiado tan agobiado tan agobiado por la dificultad inhumana de un billings que, aun con todo el cuidado del mundo, falla, que... en fin, la carne es débil, somos humanos...
Así que, aún peor está lo del relevo generacional si de pronto, desde los 80 se les ha disminuido la generosidad de la apertura a la vida a muchas.
En la piedad y ascética de toda la vida, las buenas obras y las costumbres piadosas se realizaban para agradar, amar a Dios y, así, compensar los pecados personales. En la Obra no se parte exactamente de este punto, de sentir que hay que compensar los pecados actuales de cada uno en busca de la Salvación, sino que se quiere agradar a Dios para ser santos, para llegar lejos en el Reino. No se trata, pues, de ahondar en la absoluta miseria humana para agradecer toda gracia o virtud que el Señor te envíe y aprovecharla. Es que en la Obra se quiere llegar realmente lejos en éso de la santidad personal, como si por el mero hecho de quererlo se fuera a realizar. Utilizan una expresión que, además de cursi, pone de relive lo que digo: "Nosotros -afirman- somos aristócratas del amor". Toma ya. Sinceramente, no me imagino al Padre Pío, a San Ignacio o la Madre Teresa de Calcuta llamándose a sí mismos 'aristóratas del amor'. Es, cuando menos, ambicioso por no decir pretencioso.
Personalmente, esa mentalidad me pasó desapercibida una buena temporada. Hasta que llegó un punto en el que veía rarísimo eso de buscar la santidad a base de hacer normas de piedad, frecuentar círculos de formación y hacer proselitismo. Caes en la cuenta de que por mucho que hagas sigues siendo el mismo desastre, con lo que deduces que Dios no te quiere aristócrata de nada, sino que reconozcas tus debilidades y actues lo mejor posible. Está muy bien tener un plan de vida (yo lo tengo), ir a retiros espirituales o formativos (también los mantengo, aunque de otras instituciones, claro). Lo que no acaba de ser realista es pretender que por el simple hecho de hincharte a normas y retiros vas a ser santo. Es Dios Quien decide aquellos que han de tener unas gracias especiales y realmente ser santos y servir de ejemplo a los demás. Me decepcionó en su día San Josemaría cuando le preguntaron que diferencia había entre un católico y un católico de la Obra. Contestó que el católico a secas es como un faro, y el de la Obra como un faro iluminado que brilla (cito de memoria). La verdad, eso es como decir que el Opus es una fábrica en serie de santos y la Iglesia... Pues no.
Hay otros grupos de la Iglesia en los que no tienen ese objetivo tan ambicioso. Por ejemplo, Familias de Nazaret se fundó para, según dicen, "el pelotón de los torpes". Ciertamente, me parece mucho más acertado empezar con esa mentalidad que con la de buscar el podio de la santidad.
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