Obama: adiós al falso mito (yo no estoy obamado... y no lo siento nada en absoluto)

Muchas personas pusieron su esperanza en una persona de la que, en realidad, no sabían nada. Era, simplemente, un sueño… y no sólo americano.

Sin embargo, como cada cual es como es, en muy pocos días el ahora Presidente de los Estados Unidos de América, ha descorrido el velo de la vida y, sencillamente, se ha manifestado como, por otra parte, tenía que definirse: consentidor y fomentador de la muerte en varias de sus formas.

Así, dos ejemplos han de ser más que suficientes como para que algún despistado comprenda ante qué tipo de persona nos encontramos. Uno de ellos es decisión directa del mismo y otro, como resultado colateral de haber sido elegido para el cargo que ha sido elegido que, al fin y al cabo, es exactamente, lo mismo.

1.-El aborto

Este tema es, absolutamente fundamental para poder calificar a una persona como defensora de la vida o, muy al contrario, como partidaria de la muerte ajena.

Por eso, cuando Obama ha levantado la prohibición que, desde la administración de Reagan, existía de financiar organizaciones extranjeras que promoviesen el aborto. Ahora, con el cambio legislativo promovido por el falso mito americano, volverá a ser posible el fomento del aborto.

Y esto no es, digamos, muy favorable a la vida sino, al contrario, la manifestación de un proceder equivocado y humanamente inadmisible.

Pero como no sólo se puede acudir, en este tema, a lo que un católico pueda decir, también los mismos protestantes hacen y dicen lo mismo que aquí se defiende. Así, Pastores Bautistas le han hecho ver que el aborto, exactamente dicen, “se ceba sobre los negros” porque, seguramente, no deben estar muy de acuerdo con tal práctica de la muerte consentida y oficializada.

2.-Muerte de seres humanos en fase embrionaria.

Una forma de atacar la vida humana es, simplemente, no dejar que se desarrolle. Una vez producida la fecundación se da paso, sin solución de continuidad, a un nuevo ser humano. Experimentar, negando que exista, ya, vida, con una persona (dotada de dignidad desde el mismo momento de la concepción) es manifestar un sentido absolutamente totalitario de la vida ajena.

Y eso es lo que ha hecho, ahora, aprovechando el advenimiento al poder de Obama, la agencia federal norteamericana FDA (Foods and Drug Administration) que, aprovechando que el río Hudson para por New York, han dado ahora (¡Qué casualidad!) tal paso.

Y esto, se diga lo que se diga, es influencia directa del cambio de inquilino en la Casa Blanca, pues no otra cosa se puede entender cuando, en la misma campaña electoral americana el susodicho Obama dijo que superar los límites en la investigación iba a ser una “prioridad principal” en su mandato.

Por tanto, nada, aquí, es producto del azar ni de la chiripa política sino, exactamente, respuesta a la nueva, y malhadada, situación para el ser humano.

Seguramente por todo lo dicho aquí, Rodríguez Zapatero está tan de acuerdo con el Presidente de los Estados Unidos de América. Y por eso merecen, ambos, el más grande de los desprecios políticos y la más supina ignorancia religiosa.

Ambos.