Los curas rojos: ¿Curas? y ¿Rojos?

El caso que traigo hoy a Infocatolica puede parecer particular (o sui generis) Sin embargo, bien puede aplicarse a todas aquellas situaciones en las que, si bien los individuos puedan ser distintos, las mismas son exactamente iguales.

Resulta que, según parece, hay curas rojos.

El Arzobispo de Valencia, según cuenta el diario laicista “Levante” se reunió, la semana pasada, con un grupo de sacerdotes de los llamados progres. Vamos, rojos.

Lo que le plantearon al nuevo Arzobispo (pues con Agustín García Gasco no se dignaron a reunirse porque les parecía demasiado conservador y carca) fue:

En primer lugar que deje, la jerarquía (lo que demuestra que es un mensaje para todo el episcopado), la práctica “la connivencia con el PP“. Esto ha llevado, según los curas progresistas a que “la experiencia cristiana sea identificada exclusivamente con las posiciones ideológicas de la derecha“.

Pues, la verdad, no sé qué tipo de connivencia extraña ven estos sacerdotes entre el Partido Popular y la Iglesia católica. A lo mejor se refieren a que, cuando toca, el principal partido de la oposición, parece que defiende principios y valores defendidos por aquella. Pero, cuando no toca y corresponde ser políticamente correcto (como en el aborto y la píldora postcoital) hace lo contrario…

Es decir, hay que tener una mente algo retorcida para creer que existe algo así como una correspondencia entre lo que dice la Conferencia Episcopal Española y los planteamientos políticos del PP; además, también es algo, tal mentalidad, sembradora de cizaña muy propia de ciertos sectores eclesiales.

Por eso, demandaron, a Carlos Osoro que emitiera “señales” de “independencia y libertad”

No sé qué tipo de independencia y de libertad ha de mostrar ni la diócesis de Valencia ni ninguna otra. La Iglesia católica es independiente y defiende la doctrina de la misma de la forma que tiene por oportuno. Y libre, también lo es. Por eso dice lo que dice.

Otra cosa es que determinadas personas quieran que, en realidad, la Iglesia católica no defienda su doctrina sino que se escore, por ejemplo, hacia la izquierda. Vamos, que sea light en la defensa de lo que le corresponde, que sea políticamente correcta y toda la retahíla de comportamientos muy queridos por los denominados “curas progres”.

Lo que, en definitiva, en este aspecto, quieren es que la diócesis (extendamos, esto, a toda España) se aparte de la “legítima lucha política”

Y eso lo dicen quienes son partidarios de posturas izquierdistas y quienes hacen, precisamente, de la política, siniestra, una forma muy particular de llevar a cabo el sacerdocio.

Pero, como les debió parecer poco, entraron (precisamente unos sacerdotes) en un tema algo peliagudo para un creyente fiel de la Iglesia católica: el de los mártires.

Bien sabido es el número elevado de personas, creyentes, que dieron su vida por Cristo y, entonces, por la humanidad, en la persecución religiosa habida en los años 30 del siglo pasado. Parece, por tanto, legítimo, que la Iglesia católica tenga un especial recuerdo por tales personas porque suponen un ejemplo. Así, recordamos aquello que dijera Tertuliano: “La sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos”.

Pero esto les parece mal a los curas rojos.

Le pidieron, claro, que no se dedique un templo a los “mártires de 1936” porque eso supondría recordar “el enfrentamiento entre hermanos”

Yo, a esto, sólo lo puedo llamar, traición a su propia fe.

Pero, recordemos, por ejemplo, que también se le llama de tal manera malcarada, por ejemplo, a la Parroquia de Entrevías de Madrid, donde los sacerdotes hacen, más o menos, lo que les da la gana con la Eucaristía.

En todo caso, la color, roja, que, al parecer, tienen tales sacerdotes, debería ser la que se les tendría que poner en su cara al ser sorprendidos como partidarios de posiciones políticas alejadas, mucho, de la Iglesia católica y ser, más que nada, progres fuera de lugar.

Muy fuera de lugar, espacio y tiempo.