Leonardo Boff y el proyecto de la Iglesia

El pasado domingo, 21 de septiembre Religión Digital publicaba un artículo-entrevista con Leonardo Boff, ecologista de fama reconocida y teórico de la Teología de la Liberación que venía del Diario La Nación, Chile y cuyo autor era Libio Pérez.

Al parecer, el teólogo de la liberación, realizó, hace unos días, un viaje a Chile donde difundió sus ideas sobre ecología (En Aysén acompañó al obispo Luis Infanti en la presentación de la carta pastoral “Danos hoy el agua de cada día“) y, claro, lo que con él acompaña de teología, que es otra forma de logía y, más en concreto en su caso, de equivocada logía.

Recogía, pues, la entrevista citada supra, unas declaraciones de Boff en que se decían las siguientes cosas:

1.-“Ratzinger no tiene un proyecto de Iglesia, él se siente continuador de Juan Pablo II; esto es, constituir una Iglesia fuerte, institucional, hacia adentro”.

Sobre esto ya hay antecedentes. Antes de que Benedicto XVI viajara a Brasil, en mayo de 2007, Leonardo Boff dijo que el Papa era “antimoderno, antiecuménico y antifeminista“.

Por tanto, nada de lo dicho ahora ha de extrañarnos por ser, quien lo dice, lo que es y si Boff cree que Benedicto XVI está en contra de la modernidad, que no entiende necesaria la relación con las diversas visiones del cristianismo y que está en contra de la mujer, está claro que, para Boff, Benedicto XVI no tiene proyecto de Iglesia.

El problema para el que fuera sacerdote es que todo lo que dice es, sencillamente, falso.

2.-“En el fondo, una Iglesia que tiene miedo, que no se abre. Una Iglesia conservadora que ha optado por volver a evangelizar Europa para dar un rostro cristiano a la globalización”.

Lo que quiere decir Boff con esto es que, en realidad, la Iglesia católica justifica lo malo que tiene la globalización dándole un rostro cristiano. Eso sería como decir que ampara el mal pero poniéndole una apariencia de bien.

Además, parece no reconocer la necesidad que existe en Europa de evangelización y que se hace absolutamente necesaria la intervención de la Iglesia católica y de sus fieles para que se cubra tal necesidad. Con esto demuestra que no conoce lo que sucede entre nosotros y, sobre todo, que no le importa en absoluto porque lo único que ve es una voluntad, en la Iglesia católica, de ser retrógrada cuando es, exactamente, lo contrario lo que se pretende.

Como se quiere permanecer en el aislamiento teológico (la Teología de la Liberación es, sobre todo, un fenómeno de América, del centro y del sur) se incentiva la cosa:

3.-“Pero desde América Latina, optar por Europa es optar por los ricos y no por los pobres. Es una cultura sin futuro, sin vitalidad, y por eso no es llamativo lo que hace el Papa”.

Hace una división, simplona, entre unos y otros. Los que llama ricos debemos ser todos nosotros y los que llama pobres deben ser los que él trata de dirigir con su teología de tierra muerta y seca. Por eso dice que Europa tiene una cultura sin futuro y sin vitalidad.

Esto, por otra parte, desmejora lo dicho por él mismo porque si eso sucede en Europa, la evangelización es más necesaria que nunca y eso es, exactamente, lo contrario que (antes lo he citado) él mismo dice.

A esto debe llamarle coherencia teológica liberada.

Por otra parte, como no puede dejar de difundir su voluntad de ser cizaña dentro de la Iglesia católica, trata de hacer colar la idea de que, en realidad, la Esposa de Cristo no está unida sino que:

4.-“La Iglesia está dividida hoy en un sector institucional, más obediente, y las comunidades de base, las pastorales, en el Tercer Mundo”.

Esta idea, básica para comprender el sentido de la teología de Leonardo Boff, está bien asentada tanto en lo que él mismo ha proclamado a lo largo de los años como lo que han dicho, también desde las terrazas, aquellas personas que no creen en la Iglesia católica sino que estiman convenientes una serie de cambios que, al fin y al cabo, lo que pretenden es que no sea la Iglesia.

Además, dice que “La Tierra, Gaia, como la define la astrofísica, es un súper organismo vivo, que tiene un equilibrio sutil”

Y es que también se abona a tal hipótesis dislocada de Gaia, ideada por el químico James Lovelock, porque Dios los cría y ellos se juntan.

¿Cuál es, pues, el proyecto de Leonardo Boff, para la Iglesia católica?

Seguramente el suyo. Ni más ni menos.