La Palabra del Domingo - 5 de octubre de 2008

Mt 21: 33-43

“33 Escuchen otra parábola: Un hombre poseía una tierra y allí plantó una viña, la cercó, cavó un lagar y construyó una torre de vigilancia. Después la arrendó a unos viñadores y se fue al extranjero.

34 Cuando llegó el tiempo de la vendimia, envió a sus servidores para percibir los frutos.

35 Pero los viñadores se apoderaron de ellos, y a uno lo golpearon, a otro lo mataron y al tercero lo apedrearon.

36 El propietario volvió a enviar a otros servidores, en mayor número que los primeros, pero los trataron de la misma manera.

37 Finalmente, les envió a su propio hijo, pensando: “Respetarán a mi hijo".

38 Pero, al verlo, los viñadores se dijeron: “Este es el heredero: vamos a matarlo para quedarnos con su herencia".

39 Y apoderándose de él, lo arrojaron fuera de la viña y lo mataron.

40 Cuando vuelva el dueño, ¿qué les parece que hará con aquellos viñadores?".

41 Le respondieron: “Acabará con esos miserables y arrendará la viña a otros, que le entregarán el fruto a su debido tiempo".

42 Jesús agregó: “¿No han leído nunca en las Escrituras:
La piedra que los constructores rechazaron ha llegado a ser la piedra angular: esta es la obra del Señor, admirable a nuestros ojos?

43 Por eso les digo que el Reino de Dios les será quitado a ustedes, para ser entregado a un pueblo que le hará producir sus frutos”.

COMENTARIO

La viña del Señor: con lo malo trabaja Dios

1.-La parábola que Jesús transmite a sus oyentes iba dirigida, directamente, a probar la fe que tenían y, sobre todo, a decirles cuál era el camino para que su fe se manifestara de forma adecuada a la voluntad de Dios.

2.-A lo largo de los siglos, Dios eligió a unas determinadas personas que, llevando una labor profética, anunciaban al pueblo elegido, cuál era el camino que debían seguir y cuál no. Aquellas personas, por lo general, no eran muy tratadas porque, como era obligado por su parte, decían lo que no se quería oír.

3.-Así, muchos profetas fueron asesinados a manos del mismo pueblo para el que hablaban con la voluntad de que corrigiera su camino y volvieran a la senda que lleva al definitivo Reino de Dios.

4.-Pero Dios, que es misericordioso y paciente, envío a su propio Hijo a que recogiera los frutos de la siembra que, a lo largo de los siglos, había habido. Era de esperar que a tal persona, enviada directamente por el Creador, la respetaran.

5.-Sin embargo, Jesús anuncia, proféticamente, su propio final: “apoderándose de él, lo arrojaron fuera de la viña y lo mataron”. Eso era lo que iban a hacer con él. Pero eso no era todo.

6.-El Salmo 118,22 dice, exactamente, lo que Jesús repite en este momento: “La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular”. Lo que quería dar a entender Jesucristo es que Él mismo, que era, ya entonces, desechado por los “constructores” de Israel (los fariseos, los “altas personalidades” judías de su época) iba a ser la piedra angular.

7.-Por decirlo de una forma que sea comprensible, la piedra angular era, en tiempos antiguos, la que se colocaba primero para que, a partir de ella, se construyese el resto de la edificación; es decir, viene a ser la que soporta, por así decirlo, a la construcción entera; la que, al fin y al cabo, recoge el peso de la misma.

8.-Jesús había venido para ser, precisamente, tal piedra angular. Sería desechada por aquellos constructores y, luego, pasaría a ser, como lo fue, la fundamental en el Reino de Dios.

9.-Por eso, aquellos que no entendieron lo que quería decir, no les estaba reservado el Reino de Dios porque, en realidad, pensaban como hombres y como lo haría Dios. Es más, se les quitará el mismo Reino y se les entregará a aquellos que, en verdad, dan frutos buenos para Dios.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a entender tu Palabra y reconocer, en ella, una huella clara en nuestra vida.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto

El texto bíblico ha sido tomado del Servicio de Biblia de www.catholic.net