La Palabra del Domingo - 28 de septiembre de 2008

Mt 21: 28-32

28 “¿Qué les parece? Un hombre tenía dos hijos y, dirigiéndose al primero, le dijo: “Hijo, quiero que hoy vayas a trabajar a mi viña".

29 Él respondió: “No quiero". Pero después se arrepintió y fue.

30 Dirigiéndose al segundo, le dijo lo mismo y este le respondió: “Voy, Señor", pero no fue.

31 ¿Cuál de los dos cumplió la voluntad de su padre?". “El primero", le respondieron.

Jesús les dijo: “Les aseguro que los publicanos y las prostitutas llegan antes que ustedes al Reino de Dios.

32 En efecto, Juan vino a ustedes por el camino de la justicia y no creyeron en él; en cambio, los publicanos y las prostitutas creyeron en él. Pero ustedes, ni siquiera al ver este ejemplo, se han arrepentido ni han creído en él.

COMENTARIO

Cumplir o no cumplir

1.-La parábola que Jesús, por así decirlo, cuenta a sus oyentes, tenía una voluntad, clara: hacer ver qué es lo que importa en nuestra relación con Dios.

Sin embargo, no vaya a pensarse que vale cualquier forma de manifestar tal relación. Aquí no cabe simular lo que, en realidad, no se siente.

2.-Nosotros también somos como los hijos que, con relación al Padre, pueden cumplir o no lo que les dice su progenitor. Tenemos, por así decirlo, libertad y, sobre todo, con relación a Dios, gozamos de tal derecho donado por el mismo Creador a cada uno de sus hijos.

3.-Por eso, ante la Ley de Dios, la doctrina de Cristo y lo dicho por la Santa Madre Iglesia, también podemos optar por seguir a la primera, a la segunda y a lo tercero con pleno conocimiento de que, lo que hacemos, está en la línea con lo se espera de nosotros.

4.-Tal caso es que Jesús quiere hacer comprender.

5.-Un hijo dice que no quiere ir a trabajar a la viña pero, a la hora de la verdad, porque lo ha pensado mejor, sí que acude al campo a llevar a cabo su labor. En principio actuaba mal pero luego hizo lo correcto.

Sin embargo, otro hijo manifiesta, en principio, cumplimiento a lo dicho por el padre pero, a la hora de la verdad, ha cumplido, en efecto, lo que muchas veces significa tal palabra: cumplo y miento porque, en realidad, dijo que cumplía pero no lo hizo. En principio actuó bien pero, en el fondo, hizo lo incorrecto.

6.-La pregunta de Jesucristo es clara: ¿”Cuál de los dos cumplió la voluntad de su padre”? La hace porque espera que se den cuenta de lo que, en realidad, aquí importa porque, como era de esperar, no comprendieron mucho.

7.-También aquí, como pasa otras muchas veces, los que son considerados malas personas, poco seguidoras de la Ley, son tenidas, por Jesús, como las primeras. Tanto publicanos (cobradores de impuestos para Roma) como las prostitutas (muy mal consideradas) creyeron a Juan, el Bautista, antes que todos aquellos que, diciendo sí luego, a la hora de la verdad, sólo actuaron ante Juan como quien acude a un espectáculo pero, en realidad, nada de lo que oye pone en práctica.

8.-Por tanto, lo que, en verdad, resulta muy importante comprender (y era lo que Jesús quería que comprendiesen) es que estar de acuerdo con la Ley de Dios se ha de hacer de verdad, sin medias tintas y sin aparentar que se está porque es seguro que no puede gustar al Padre que se le trate de engañar cuando Él, precisamente, puede ver en nuestros corazones lo que, en verdad, pensamos y creemos.

9.-Y eso es lo que se nos pide a cada uno de nosotros.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a saber ser hijos tuyos fieles a tu Palabra y, además, a comprenderla.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto

El texto bíblico ha sido tomado del Servicio de Biblia de www.catholic.net