La Palabra del Domingo - 27 de julio de 2008
Mt 13: 44-52
“44 El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en un campo; un hombre lo encuentra, lo vuelve a esconder, y lleno de alegría, vende todo lo que posee y compra el campo.
45 El Reino de los Cielos se parece también a un negociante que se dedicaba a buscar perlas finas; 46 y al encontrar una de gran valor, fue a vender todo lo que tenía y la compró.
47 El Reino de los Cielos se parece también a una red que se echa al mar y recoge toda clase de peces. 48 Cuando está llena, los pescadores la sacan a la orilla y, sentándose, recogen lo bueno en canastas y tiran lo que no sirve. 49 Así sucederá al fin del mundo: vendrán los ángeles y separarán a los malos de entre los justos, 50 para arrojarlos en el horno ardiente. Allí habrá llanto y rechinar de dientes.
51 ¿Comprendieron todo esto?". “Sí", le respondieron.
52 Entonces agregó: Todo escriba convertido en discípulo del Reino de los Cielos se parece a un dueño de casa que saca de sus reservas lo nuevo y lo viejo“.
COMENTARIO
El Reino de Dios al alcance del corazón
1.-Explicar, a las personas que podían escucharle, qué era el Reino de Dios, no debía ser fácil para Jesús. Ya sabemos la dureza de corazón que aquel entonces existía en cuanto a la dificultad de entender, en el fondo, lo que había venido a revelar.
2.-Los ejemplos que pone el Hijo de Dios para darse a entender son bastante elocuentes. Imágenes que podían hacerles ver que el Reino, tan soñado por el pueblo elegido por el Creador, no era tan inalcanzable como podían haber pensado.
3.-No resulta necesario decir que lo dicho entonces se aplica, exactamente, a hoy mismo, en el siglo XXI por el que peregrinamos hasta, precisamente, el definitivo Reino de Dios.
4.-Tres son los ejemplos que Jesucristo pone para que se comprenda lo que, a veces, resulta difícil de alcanzar, siquiera, a aceptar.
5.-Tesoro
Para el ser humano un tesoro siempre es bien recibido porque supone un aumento de la riqueza material. Sin embargo, más bien viene referida tal parábola a aquella persona que encuentra la fe y, luego, maravillado de su encontrar hace todo lo posible para no quedarse igual que estaba sino que, al contrario, trata de alcanzar todo el conocimiento posible.
6.-Negociante
Pero, a veces, es muy posible que encontremos, seamos capaces de distinguir lo bueno, de lo malo y mundano, la fe que, efectivamente, estábamos buscando. En tal momento no podemos, sino, perseverar en su conocimiento; aprender el significado de las sílabas que, inspiradas por Dios, han iluminado al hombre a lo largo de los siglos.
7.-Malos y justos
Pero, quizá, lo que más debió impactar de las palabras de Jesús, fue cuando comparó el Reino de Dios con algo tan humano como una red donde caen peces: unos buenos y otros malos.
Esta explicación es, de las tres, la que más sentido escatológico tiene, que es lo mismo que decir que es la que mejor sentido le da al Reino de Dios.
Actuar de forma correcta o incorrecta está, las más de las veces, en nuestras manos. Por eso se nos dice que, según actuemos, así seremos tratados porque una cosa es que la salvación no dependa de nosotros porque es voluntad de Dios que todos seamos salvos y otra, muy distinta, es que hagamos como si la vida que llevamos dentro y la de los demás que nos rodean, no tuvieran ninguna importancia e hiciéramos lo que mejor nos venga sin reparar en nada más.
Para esto está la libertad: para, al fin y al cabo, acertar o para equivocarse.
8.- Conclusión
Por tanto, las tres formas de identificar al Reino de los Cielos nos vienen muy bien para aplicar, tal explicación, a nuestros días. A cada cual le corresponde escoger en qué parte se encuentra: con Dios o lejos de Él.
ORACIÓN
Padre Dios; ayúdanos a saber encontrar, en nosotros, el sentido exacto de Tu Reino para que no nos perdamos, sin haberlo conseguido, en el mundo.
Gracias, Señor, por poder transmitir esto
El texto bíblico ha sido tomado del Servicio de Biblia de www.catholic.net
2 comentarios
Sí. Estamos,muchas veces,demasiado distraídos y no atendemos, en otras tantas ocasiones, a lo que, en realidad,nos conviene.
Los católicos sabemos qué es más conveniente para nosotros, pero el mundo.. ya se sabe lo que atrae.
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