La Palabra del Domingo - 26 de octubre de 2008
Mt 22: 34-40
34 Cuando los fariseos se enteraron de que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron en ese lugar, 35 y uno de ellos, que era doctor de la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba: 36 “Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la Ley?".
37 Jesús le respondió: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu espíritu.
38 Este es el más grande y el primer mandamiento.
39 El segundo es semejante al primero: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
40 De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas".
COMENTARIO
Sobre mandamientos de Dios
1.-Un doctor de la Ley era, en la época contemporánea de Jesús, alguien que tenía un conocimiento de la misma importante y que, por tanto, era de esperar que cuando se le consultase algo su respuesta fuera adecuada.
2.-Seguramente por eso, conocedores de lo que contenía la Palabra de Dios deciden hacer una pregunta a Jesús con la que, digamos, ponerlo en entredicho, al igual que el Maestro había puesto en entredicho a los saduceos nombrados en el texto de san Mateo cuando, al querer negar la resurrección delante de Jesús, el Mesías les dijo que Dios no era un Dios de muertos sino de vivos.
3.-Entonces le plantean una pregunta que, bien comprendida y entendida, encierra, en sí misma, toda la sabiduría de Dios y los mandatos más importantes salidos de su corazón. Al preguntar por el mandamiento más grande de la Ley es de suponer que quisieran ver qué entendía Jesús por mandamiento y qué por la misma Ley de Dios.
4.-Como era de esperar, la respuesta que les dio resume, en dos expresiones, los mandamientos que Dios entregó a Moisés: amar a Dios y amar al prójimo pero no de igual forma, no de igual forma.
5.-Amar a Dios, según Cristo, es tenerlo como lo más importante de nuestra vida. Y eso hay que tenerlo en cuenta desde tres puntos de vista: desde el corazón, desde el alma y desde el espíritu. Es entonces, cuando se ama al Padre así cuando podemos decir que, en verdad, nos comportamos como sus hijos, creados a semejanza suya.
6.-Por tal razón, amar a Dios de tal forma es, sobre todo, lo más importante que podemos y debemos hacer; también lo esperado por Quien nos crea; también lo soñado por Quien nos ama como su amada descendencia aunque, a veces, poco fiel o fiel a conveniencia.
7.-Es, por lo tanto, un amor que no ha de poner ninguna condición a ser dado; ninguna razón puede haber para limitarlo (ni egoísmos ni respetos humanos ni nada por el estilo); ninguna verdad más importante que la Verdad nos puede alejar de la misma.
8.-Pero, claro, había algo más.
Somos muy dados a querernos mucho, a nosotros mismos, porque, al fin y al cabo, es lo que sustenta nuestra vida. Aquellos contemporáneos de Jesús pretendían amar a Dios sin acordarse de que también debían amar al prójimo (aquel identificado como el pobre caminante que fuera apaleado por unos ladrones y sólo fue atendido por un samaritano que fue, precisamente, quien más lo amó por actuar de forma tan caritativa con él)
Aquí centra Cristo su mensaje: amar a Dios, sí, sobre todas las cosas, pero, también, al prójimo. Pero al otro no se ha de amar de cualquier forma sino, para que sea seguro el amor que se le dispense, como a nosotros mismos nos amamos que, es de suponer (a no ser que haya algún tipo de disfunción grave en nuestro interior) será de la mejor forma posible.
9.-Por tanto, amar al prójimo como a ti mismo no es una frase, sólo, que refleja una verdad sino la verdad misma, la otra parte de la Verdad misma.
10.-De aquí que Jesús diga que de una cosa y de la otra (amor a Dios y amor al prójimo) dependen, nada más y nada menos, que la Ley y los Profetas.
Por eso, seguramente, muchos contemporáneos suyos, habían tergiversado la Ley y a los Profetas los habían matado: por falta de amor: a Dios, sobre todo, como Padre y a Dios en el prójimo, como Creador.
ORACIÓN
Padre Dios; ayúdanos a llevar a la práctica los dos mandamientos con los que se resume Tu voluntad: amarte a ti y amar al prójimo, tus otros hijos.
Gracias, Señor, por poder transmitir esto.
El texto bíblico ha sido tomado del Servicio de Biblia de www.catholic.net
3 comentarios
tomás de la torre lendínez entrevista falsa
No sé qué tiene que ver su comentario con el del Evangelio. Pero, de todas formas, ¿de qué entrevista habla Ud.?
Por favor, acabo de entrar el google y no soy capaz de encontrar lo de la falsedad de la entrevista de Tomás de la Torre. ¿Podría decir a qué se refiere?
Le había dicho que si no me indicaba, exactamente, a lo que se refería, iba a borrar su comentario. Sin embargo, he pensado que es mejor que cada cual se haga responsable de lo que dice.
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