La Palabra del Domingo - 9 de agosto de 2009 - Yo soy el pan vivo
Jn 6, 41-51. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo.
41 Los judíos murmuraban de él, porque había dicho: Yo soy el pan que ha bajado del cielo.42 Y decían: ¿No es éste Jesús, hijo de José, cuyo padre y madre conocemos? ¿Cómo puede decir ahora: He bajado del cielo?
43 Jesús les respondió: No murmuréis entre vosotros. 44 Nadie puede venir a mí, si el Padre que me ha enviado no lo atrae; y yo le resucitaré el último día. 45 Está escrito en los profetas: Serán todos enseñados por Dios. Todo el que escucha al Padre y aprende, viene a mí. 46 No es que alguien haya visto al Padre; sino aquel que ha venido de Dios, ése ha visto al Padre.
47 En verdad, en verdad os digo: el que cree, tiene vida eterna.
48 Yo soy el pan de la vida. 49 Vuestros padres comieron el maná en el desierto y murieron; 50 este es el pan que baja del cielo, para que quien lo coma no muera. 51 Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo.
COMENTARIO
El pan antiguo y el pan de la salvación
1.-Cuando no se quiere entender algo, resulta bastante difícil que el conocimiento de determinada realidad nos llegue donde arraigue para siempre. En este caso, bien podemos ver que los que rodean a Jesús, muchos de sus más cercanos, no quieren entender nada ya que, pegados al mundo, sólo ven lo que para ellos es más obvio, lo más cercano a sus ojos del mundo. Y nada más.
2.-Este texto del Evangelio de Juan es, creo yo, muy significativo por el contenido que nos refiere: el pan vivo, el que trae y es Jesús, el que, comido, nos lleva a la vida eterna, esa vida tan añorada y esperada por los que creen.
3.-Dejemos, ahora, a un lado el aspecto mundano de muchos de los contemporáneos de Jesús que, como ya he dicho antes, nada podían entender.
4.-Hasta tres veces habla Jesús del pan que es Él, de lo que esto supone y que se infiere de su ingestión (física, luego, en la Eucaristía que constituyó en la última cena, pero sobre todo, espiritual); hasta dos veces habla, de esas tres, de que baja del cielo.
5.-Veamos, primero, lo referido al pan; luego, lo que se obtiene cuando se incorpora dicha especie a la vida de cada cual, cuando, de verdad, se asimila éste.
6.-Cuando el Mesías habla de pan vivo entiendo que se refiere a que el pan tiene vida en sí, que en sí es alimento para la eternidad. El que come de este pan adquiere una vida que es distinta a la que ha llevado hasta ese momento, vida que cambia para ser, siendo en esta vida, un acercamiento al Reino de Dios en este lado de ese Reino, en este mundo.
7.-Pero, por eso, ha de aceptarse libremente esas facultades que Jesús dice que tiene el pan. Jesús dice si uno come…, por lo tanto, lo deja a la libertad de cada cual ya que no otra cosa hay que entender al utilizar esa expresión “si” pues tiene sentido condicional. Aquí es una de las llamadas sine condictio sine quan non que es aquella que imposibilita la producción de un resultado si antes no ha devenido efectiva alguna determinada causa.
8.-Esto de la libertad que Dios nos da ya sabemos que es muy importante en la vida de sus hijos. Por lo tanto, se necesita comer voluntariamente el pan de vida para gozar de esa vida que modifica, adapta, constituye, la vida eterna.
9.-Para hacer ver a los que le oían, y a los que luego conocerían esas palabras. Jesús menciona el maná que comieron sus antepasados. Sin embargo, aquellos, como su andar era equivocado, mueren. Pero habrá que entender que murieron a la vida eterna ya que de este discurso, particularmente escatológico, otra cosa no se puede entender.
10.-Voy ahora con lo que supone esa aceptación de ese pan.
En todo esto veo yo un claro proceso. Es más, lo creo porque Jesús mismo lo hace ver en este, casi, monólogo. Y es el siguiente: para llegar a obtener esa vida eterna tan anhelada se requiere, en primer lugar, escuchar; en segundo lugar, aprender; en tercer lugar, creer. Y esto no es muy fácil, menos aún en el mundo de hoy, donde el silencio, tan necesario para esto, no abunda, donde hay que buscarlo con denuedo y con insistencia.
11.-Para escuchar tenemos la Palabra de Dios que Jesús nos transmite y a aquellos que hacen lo mandado por el Mesías, es decir, dar a conocerla, como obligación (¡Ay de mí si no predicare…!) que se ha de cumplir. Esto es, pues, lo que hay que hacer. Para aprender, tenemos la capacidad que nos ha dado Dios, esos talentos de los que tanto habla la Escritura Santa. Hay, pues, que hacerlos valer. Por otra parte, creer, tras ese proceso de escucha y de aprendizaje, creo yo que casi se deriva de estos actos citados antes. Muchas veces habla, y dice, Jesús, que antes de creer hay que escuchar. Seguramente lo decía por la realidad en la que vivía, por la existía en su tiempo: se aceptaba lo que se decía, se creía lo que, sí mismo, es una forma alicorta de actuar ya que dificulta el que esa creencia tenga un fundamento sólido; podríamos decir que se creía por costumbre y, al fin, porque era lo que había que hacer. Jesús, por eso, propone lo contrario: en primer lugar, escuchar, luego, aprender y luego, luego, creer.
12.-Hoy día muchas personas creen en cualquier cosa antes que nada y eso les impide escuchar y, menos aún, aprender.
Esta es una buena opción para nuestras vidas: escuchar a Jesús, escuchar a Dios y luego, creer, seguros de que esa creencia estará fundamentada en la Verdad. Y así seguir adelante.
ORACIÓN
Padre Dios; ayúdanos a aceptar el pan que nos ofrece Tu Hijo Jesucristo y a no dejarlo olvidado como algo perjudicial para nuestra mundana vida.
Gracias, Señor, por poder transmitir esto
El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalem.
3 comentarios
A mi este misterio de doble fe me conmueve; me dja atónito.
Y en otro lugar dice: Si no coméis mi cuerpo y no bebéis mi sangre no tendreís vida eterna.
Y hay quien grita ignorantemente de lo que es la ingesta escandalizado: -¡Orror! Esto es canivalismo.-
Y el caso es que Jesús dice verdad; Y como es de suyo lo dice en conocimiento de causa. Porque en la ingesta de todo alimento, sea este gaseoso, líguido o sólido susceptible de ser dividido y desintegrado. Cuando se ingesta, fisiológicamente, se produce un fenómeno de disociación de lo que de estos alimentos es energía positiva -que del Dios Creador porque del Dios procede- de la otra energía negativa que no procede de Dios, sino del Mundo. -por decir.-
Jesús facilita las cosas diciendo Yo soy el Pan de vida que viene del Cielo. Y en otro lugar tomando el pan y el cáliz con el vino dentro dice: esto es mi cuerpo y este es el cáliz de mi sangre.
Y nos invita a que comamos y bebamos si queremos tener vida eterna como la tiene Él en estos vegetales de cuerpos de pan y vino convertidos, trasnsubstanciados. Pues al comer, dividir y desintegrar ese primigenio elemento vegetal de pan y vino en cuerpo temporal el limitado Dios; que de Dios procede. Quien así, y bien lo hace, como un antídoto contra el pecado su cuerpo pecador se inunda de esa vida del Cristo que es temporal celestial.
Cierto que lo ideal de este banquete hubiera sido, por lo que con su cuerpo en el sepulcro aconteció... -Y quien pueda entender que entienda-
Y he aquí este "Misterio de fe" que solamente un Dios pudo hacer. Misterio, que no tanto es misterio por cómo en su forma lo hizo y lo pudo hacer; Sino más por lo que de profundo es. Como Él bien dice: "Tanto amó Dios al Mundo,...
Quepa el decir, aunque sea en basto simil de comparación; por si alguien quisiera este Misterio ver o comprender:
¿Quién de entre todos nosotros, sabios mortales; Morando en soberbios palacios, dominando lares de luz y vida; Sin perder atributo y conocimiento de saberse humano y por lo tanto ser muy superior al animal. Por amor a estos: Quién de nosotros Limitando nuestra prestancia humana, digo:
Nos transformaríamos en rata de cloaca. Para así, con éstas en lengua y costumbres bien identificados para no extrañar, ni asustar: Iríamos a sus profundas e infectas moradas, para evangelizarlas y apartarlas de sus viejas y repelentes viejas costumbres de vida. Y así éstas cambiando sus viejos hábitos enseñarles el camino hacia la luz y vida del mundo exterior. Y todo esto a sabiendas de que estos oscuros y turbios animales, al final después de tanto afan, a mordiscos ellas nos matarían? ¿Quien lo haría?
Pues algo así le pasó a Jesús el Cristo, viniendo al Mundo a salvar a los hombres de estas nuestra amadas oscuridades. Con una más que notable diferencia: Que Él era - y es Dios. Y nosotros,....
Y no obtante ocurrió: Cómo el unigénito del Dios Padre, en una parte de su todo infinito ser. Se limitó a sí mismo. Y se encarnó en el seno de una mujer Virgen. Qué menos podía ser...
Sólo un Dios ciertamente, por amor lo hizo y lo pudo hacer.
Y como Éste, Dios, es infinito , cómo no , pudo humillarse más: Encarnándose en cuerpo de carne y sangre de cordero.
Y se humilló más aún, ciertamente, envegetalizándose en cuerpo del vegetal que es el pan y el fluído del mismo que es el vino. Y los hombres bebieron de esta sangre y comieron de este cuerpo en especies del vegetal consagradas. Y el cuerpo y la sangre en el sepulcro de su propio cuerpo -estómago- se dividió, murío y resucitó. Llenando la vida del justo de nueva vida nueva.
Y lo pudo hacerlo en el fluido del agua y el cuerpo del mineral. Pero esto ya sería más dificil de comer y beber. Y dividir y hacerle resucitar.
Es cierto que, muchas veces, no se quiere comprender el misterio de la transubstanciación.
Sin embargo, los creyentes que sí creemos en ella, sabemos que el pan y la sangre de visto vence, en nosotros, el pecado y, de paso, por decirlo así, nos lleva a la vida eterna.
No creo que sea poca cosa sino, el contrario, un gran don de Dios que no podemos olvidar ni dejar pasar.
-Este misterio de la transubstanciación llamado, tiene dos partes como todo lo que en esta vida existe y tiene movimiento. Dos parte, como principio y fin: Y una consecuencia de entre estas dos que es el medio centro, que son tres.
La más cercana al entender de la mente humana, que es como si digéremos la mecánica del mismo. Dicho sea: el cómo opera este cambio desde ser espiritu puro lúcido y transparente celestial de Luz y de Vida. Hasta convertirse -humillarse- en opaco cuerpo temporal parte oscuridad y muerte, y parte luz y vida. Hasta aquí lo capto.
Lo que sobrepasa los límites de mi capacidad mental de hombre bien instruído. Es que un Ser, Dios, tal cuál y cómo yo lo tengo concebido para que me sirva como tal digno de tal atención: Haya sido capaz de vestirse de mi propia naturaleza, por amor y para arrancarme ami de mi propia condenación.
Yo: de la vieja estirpe de Judíos arrancados e instaurados entendiendo esto: No puedo negar que no otro que un Dios como este Jesús, parte Dios, parte hombre siendo: pudo hacer tamaña hazaña.
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