La palabra del Domingo - 21 de juno de 2009 - ¿Cómo no tenéis fe?
Mc 4,3 5-40. ¿Quién es éste? ¡Hasta el viento y las aguas le
obedecen!.
35 Este día, al atardecer, les dice: «Pasemos a la otra orilla.»
36 Despiden a la gente y le llevan en la barca, como estaba; e iban otras barcas con él.
37 En esto, se levantó una fuerte borrasca y las olas irrumpían en la barca, de suerte que ya se anegaba la barca. 38 El estaba en popa, durmiendo sobre un cabezal. Le despiertan y le dicen: «Maestro, ¿no te importa que perezcamos?»
39 Él, habiéndose despertado, increpó al viento y dijo al mar: «¡Calla, enmudece!» El viento se calmó y sobrevino una gran bonanza.
40 Y les dijo: «¿Por qué estáis con tanto miedo? ¿Cómo no tenéis fe?»
MEDITACIÓN
1.-Muy conocido es el hecho de que el Evangelio de Marcos es dado a la narración de milagros y otros hechos extraordinarios que, también y por otra parte, son de difícil aceptación para las almas dadas al apego al mundo. En este caso, también vemos como Jesús, a pesar de la falta de fe que parece atenazar a sus discípulos se ve en la obligación de actuar, presto, dominando la naturaleza que se muestra, así, sumisa a sus órdenes, como si no fuera Él quien creó, en la persona de Dios, a esa misma naturaleza…
2.-Sin embargo, creo yo que lo más importante no es el hecho mismo del dominio de las aguas pues también se ha dicho que el lago donde se produce este hecho es dado a repentinos cambios de viento que pasan, de repente, de forma natural. Esto se dice, seguramente, para quitar importancia a este hecho milagroso. Y digo que esto no es lo más importante ya que, como casi siempre hace Jesús, sus hechos trascienden, es decir, lo que significan va más allá de lo que aparentan, de lo que la realidad misma muestra a los ojos de los que miran.
3.-Aquí, repito, no es lo importante el movimiento de las aguas que el movimiento del corazón que duda, que tiene miedo ante la adversidad, que se deja dominar por lo mundano que le rodea, por lo que sólo ven sus ojos.
4.-Este texto que nos ofrece Marcos encierra, pero bien a la vista que se ve, una verdad evidente: ante lo incierto, ante las desviaciones que pueden producirse en nuestra vida por las acechanzas del Maligno, en todas sus formas, ¿cómo reaccionamos?
5.-Muchas veces la fe se sustenta por el sutil hilo de nuestro mismo existir, es decir, está directamente relacionada con nuestro acaecer, y eso, querámoslo o no, es bastante triste.
6.-Estos discípulos que acompañan en la barca a Jesús que, tranquilo, duerme, seguro de su creencia, siendo Él mismo Dios, mientras que aquellos se atribulan por la tormenta que hace temblar el suelo que los acoge, el agua embravecida, que los impele al horror, les lleva al mismo pánico, al miedo como dice el texto, y a preguntarse si es que a Jesús no le importaba esa situación difícil por la que pasaban, que tan plácidamente dormía…
7.-Puede más lo real que lo espiritual. En caso de que su fe hubiera ido pareja a su mundanidad, nada habrían temido, en la seguridad de que su Maestro, el Maestro, surgiría de ese descanso para, súbitamente, controlar aquella mala realidad. Sin embargo, han de dudar, de aquí la pregunta de Jesús; ¿Por qué estáis con tanto miedo?
8.-Antes de dar solución a esto, volvamos al texto en el que yo descubro alusión a nuestra vida, en una interpretación que, reconozco, es muy persona pero, a lo mejor, aplicable a muchas personas creyentes.
9.-En nuestra vida, tan ocupada a veces, nos vemos acechados, de formas muy diversas, por el Maligno, y una fuerte borrasca atenaza nuestro corazón, pudiendo hacer, esto, que poco a poco, ese lugar de donde nace lo bueno y lo malo, ese corazón tan humano, llega a anegarse, a llenarse con el agua sucia del pecado (sea, o sean, el que, los que, sea, sean). Ante esto podemos acudir a la invocación a Dios, hacer uso de ese recurso que es la oración para pedir ayuda, auxilio, en esa necesidad que nos puede avocar al desastre espiritual. Hemos de estar seguros de que el Padre siempre acudirá para darnos su mano amorosa, para salvarnos en esa difícil situación. Ante esto no podemos responder con un apego tal a la tierra que nos haga huir de la fe, de ese creer sin haber visto, que tanto bien nos hace tanto a los espíritus creyentes como puede hacer a los que no creen (por desconocimiento o por voluntad propia). Eso, creo yo, es un gran error, un conocimiento equivocado del potencial que Dios nos da en nuestra particular creación, es desperdiciar unas posibilidades que se van, irremisiblemente, a perder.
10.-Si, por otra parte, acudimos a la fe, invocamos, pedimos, demandamos, seguro que seremos oídos, que seremos respondidos y alcanzaremos el corazón de Dios del que sólo sale lo bueno, lo misericordioso, el perdón.
11.-Así, podrían haber actuado aquellos incipientes pescadores de hombres, pero no lo hicieron y se vieron abocados a acudir, in extremis, a la bondad de Jesús que, como no podía ser de otra forma, acude, presto, en su auxilio, pero planteándoles la terrible pregunta: ¿Cómo no tenéis fe? En esta inquisición, dirigida directamente a su corazón, trata de hacerles comprender lo que debía de hacer: confiar, creer, amar, como él lo hacía, pues confiaba en Dios, creía en su misión y amaba siempre.
Ahora, preguntémonos nosotros que haríamos en ese caso…
ORACIÓN
Padre Dios; en las tormentas espirituales ayúdanos a tener confianza en ti.
Gracias, Señor, por poder transmitir esto
El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalem
2 comentarios
.... Por otro lado, si, como tu dices, eran tan grandes, no sé como un tipo podía dormir tranquilo, además, en la popa.
Lo que pasa es que a los que escribieron estas leyendas les sucedía lo que a tí, que ni sabían de lo que escrbiían, ni escribían de lo que sabían.
La verdad es que debería Ud. saber que, en muchas ocasiones, lo importante en una narración Bíblica no es acuerdo que haya entre la realidad y lo que se dice sino lo que se dice. Tiene, por así decirlo, una función de enseñanza y de doctrina.
Estoy seguro, sin embargo, que con una visión materialista de las cosas hay ciertos sentidos que no se pueden alcanzar. Y es una pena.
Un saludo.
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