Juan Pablo II Magno y España
Serie “Juan Pablo II Magno“
Es sabido que Juan Pablo II Magno sentía un amor especial por España. Por eso hizo, con seguro gozo, cinco viajes a nuestra patria (1982, 1984, 1989, 1993, 2003) y tuvo a bien hacernos llegar su mensaje de forma directa.
No olvidaba Juan Pablo II Magno la importancia que ha tenido España: “Vengo a una comunidad cristiana que se remonta a la época apostólica. En una tierra objeto de los desvelos evangelizadores de san Pablo; que está bajo el patrocinio de Santiago el Mayor, cuyo recuerdo perdura en el Pilar de Zaragoza y en Santiago de Compostela; que fue conquistada para la fe por el afán misionero de los siete varones apostólicos; que propició la conversión a la fe de los pueblos visigodos en Toledo; que fue la gran meta de peregrinaciones europeas a Santiago; que vivió la empresa de la Reconquista; que descubrió y evangelizó América; que iluminó la ciencia desde Alcalá y Salamanca, y la teología en Trento” (Madrid, 1982)
Por eso agradeció, en Madrid y en 1982, la “simpar actividad evangelizadora” realizada por los españoles. Debido a la misma “la porción más numerosa de la Iglesia de Cristo habla hoy y reza a Dios en español. Tras mis viajes apostólicos, sobre todo por tierras de Hispanoamérica y Filipinas, quiero decir este momento: ¡Gracias!, España; gracias, Iglesia en España, por tu fidelidad al Evangelio y a la Esposa de Cristo”.
Reconocía, así, una verdad ciertamente no pequeña y que no es otra que la labor de España en la evangelización de grandes partes del mundo no puede olvidarse ni dejarse aparcada en un cajón de la historia como si no hubiera tenido importancia.
También es conocido que Juan Pablo II Magno tenía un amor especial por la Madre de Dios (no obstante el lema de su pontificado fue Totus Tuus, en recuerdo a la consigna de la doctrina de San Luis María Grigñion de entrega total a María)
Así recordó, en su viaje a Madrid de 1982, que “Pertenecéis a una tierra que supo defender siempre con la fe, con la ciencia y la piedad las glorias de María: desde su concepción Inmaculada a su gloriosa Asunción en cuerpo y alma a los cielos, pasando por su perpetua virginidad. No olvidéis ese rasgo vuestro. Mientras sea éste vuestro distintivo, estáis en buenas manos. No habéis de tener”.
Y, también, en Zaragoza, también en 1982, que “Esa herencia de fe mariana de tantas generaciones ha de convertirse, no sólo en recuerdo de un pasado, sino en punto de partida hacia Dios (…) El amor mariano ha sido en vuestra historia fermento de catolicidad (…) Y es lo que impulsó, además, a transplantar la devoción mariana al Nuevo Mundo descubierto por España, que de ella sabe haberlo recibido y que tan viva la mantiene”.
Tenía, por otra parte, el Papa polaco, una relación muy especial con San Juan de la Cruz.
Pero no sólo con tal eminente cristiano: “Un lugar aparte corresponde a vuestros grandes maestros espirituales. Su obra tuvo una difusión que desbordó rápidamente vuestras fronteras para extenderse a la Iglesia entera. Pensemos en santa Teresa de Jesús y san Juan de la Cruz, doctores de la Iglesia, santo Domingo, Fray Luis de Granada, san Ignacio de Loyola, figuras gigantes en el campo de la espiritualidad (…) Son testigos maravillosos de una cultura que concebía al hombre como creado a imagen de Dios, capaz de dominar el mundo, pero llamado sobre todo a un progreso espiritual cuyo modelo perfecto es Jesucristo” (Madrid, 1982)
Así, también recordó, en su viaje a Granada, en 1982, lo siguiente: “Estas tierras han tenido la fortuna de disponer de ejemplares educadores cristianos. Entre ellos, Fray Hernando de Talavera, el celebre arzobispo catequista que bien supo exponer los misterios cristianos a judíos y musulmanes. Y en tiempos recientes habéis dado a la educación en la fe maestros de gran talla como el obispo de Málaga, don Manuel González, el estupendo pedagogo don Andrés Manjón, fundador de las Escuelas y Seminario de Maestros del Ave María y el insigne padre Poveda, fundador de la benemérita Institución Teresiana. Y san Antonio María Claret y don Daniel Llorente”.
Por todo lo dicho, “El papel que vuestro país ha reconocido a la Iglesia ha dado a vuestra cultura una dimensión especial. La Iglesia ha estado presente en todas las etapas de la gestación y del progreso de la civilización española”, dijo en Madrid, en 1982.
“¡Hasta siempre España! ¡Hasta siempre, tierra de María!”, dijo en 2003.
Y se marchó para siempre, hasta la eternidad.
4 comentarios
http://www.youtube.com/watch?v=5wbxq-j3XLI
http://www.youtube.com/watch?v=s-mwJiJlX6g
Yo también pido por lo que Ud dice. Que España no deje de ser tierra de María por imposiciones laicistas u olvidos de los hijos de Dios.
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