¿Qué es lo que no se entiende de Pagola?
(ADVERTENCIA: ¡este post es algo extenso!)
En determinadas ocasiones es importante y necesario dejar, como se dice, las cosas claras. El caso que hoy nos toca es algo, digamos, preocupante porque, al parecer, resulta muy difícil (eso quieren hacer creer) que el tema del asunto del meollo del intríngulis de José Antonio Pagola se entienda.
Sin embargo es, esto lo digo yo (que no soy teólogo, con lo cual ya pueden empezar a arreciar las críticas a lo que voy a decir) algo bastante sencillo y fácil de entender.
Vamos a ver.
Tenemos, por un lado, un libro escrito por el teólogo citado arriba (Jesús. Aproximación histórica); tenemos una Nota que, a la fuerza, ha tenido que emitir la Conferencia Episcopal Española (”Nota de clarificación sobre el libro de José Antonio Pagola, “Jesús. Aproximación histórica (PPC, Madrid 2007, 544 pp.) sobre el mismo y tenemos, por último, la reacción de aquellos que se alinean con la tesis de Pagola y que firman documentos en los que se adhieren al mismo (Consideraciones para una valoración crítica de la Nota de clarificación de la Comisión Episcopal de la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe sobre el libro de J. A. Pagola Jesús. Aproximación histórica (PPC, Madrid 2007, 544 pág.)
A la decisión, citada, de los teólogos, se ha sumado, como no podía ser de otra forma, la Asociación de teólogos Juan XXIII, porque ya sabemos que, al fin y al cabo, todos (unos, teólogos críticos y miembros de la citada Asociación, manifiestan, todos, las mismas ideas)
Así está la cosa.
Para empezar, tendríamos que traer, aquí, algo de lo dicho en la Nota de la CEE:
Antes de empezar, hay que decir que la Nota de la CEE sobre el libro de Pagola no está hecha, digamos, con mala sombra ni para molestar al famoso teólogo, ni siquiera para tocarle un poco las narices. Muy al contrario, la intención es la de responder “a nuestra obligación de ayudar a los miles de lectores de la primera versión a hacerse un juicio de la misma conforme con la doctrina católica”
Entonces, podemos destacar algunos puntos, 3, de la citada Nota que son, pues, significativos de lo que personas entendidas en la materia han encontrado en la primera versión del texto:
1.-“Para el Autor, el Jesús que realmente aconteció en la historia, es, ante todo, un profeta. Los capítulos 3º (“Buscador de Dios”) y 11º (“Creyente fiel”) son muy esclarecedores. Ciertamente, la obra comienza afirmando que «Jesús es la encarnación de Dios», el «hombre en el que Dios se ha encarnado» (p. 7). Esas afirmaciones aparecen también al exponer lo que los seguidores de Jesús, una vez resucitado, predican sobre Jesús. Pero conviene advertir que para el Autor todos estos modos de hablar de Jesús pertenecen a los discípulos, quienes, después de la Pascua, han buscado el nombre para Jesús acudiendo, unas veces, a la tradición judía, y, otras, a la terminología presente en el mundo pagano”
Muchas veces, el que esto escribe ha leído que, sobre todo, para la cultura New Age, Jesucristo aparece, también, como un gran profeta de los que, a lo largo de la historia ha habido (Abraham, Moisés, Buda, Mahoma, etc.) Lo que se intenta, al fin y al cabo, con esto, es disminuir la real importancia del Hijo de Dios para igualarlo a otros profetas que en el mundo han sido y hacerlo pasar, más que nada, como simple hombre. Y esto es puro relativismo.
Da la impresión de que han sido los discípulos los que han encontrado el nombre adecuado para Jesucristo. Vamos, que, en realidad, fue una creación posterior a su muerte y resurrección.
2.- “Para el Autor, que Jesús sea Hijo de Dios es una afirmación «de carácter confesional» (p. 303) que no tiene su origen en el Jesús de la historia. La respuesta a la pregunta “¿Quién es Jesús?” «solo puede ser personal» (p. 463). Presentado Jesús principalmente como un profeta, no extraña el silencio sobre su concepción virginal, la afirmación sobre los “hermanos” de Jesús en sentido propio y real (cf. p. 43, n.11), la negación de su conciencia filial y mesiánica, la explicación meramente natural de los milagros (curaciones y exorcismos), o el vaciamiento de contenido salvífico del lenguaje sobre la muerte y la resurrección”.
Al que esto escribe, sin ser teólogo, le parece bastante mal que se trate de algo, exclusivamente, “personal” que uno mismo pueda responder a la pregunta sobre quién es Jesús de tal forma. Eso parece subjetivismo (otra vez relativismo) que está, por eso mismo, fuera de lugar y que es algo que no se puede aceptar.
Si lo que quiere decir la Nota de la CEE es que Pagola dice que cuando en las Sagradas Escrituras se habla de “hermanos” de Jesús lo eran de sangre, esto me suena a bastante protestante porque César Vidal habla, muchas veces, de Santiago, como “hermano” de Jesús (pero hermano “de sangre”) y no como hermano de fe y es una de las cosas que yo, personalmente, le afeo siempre que leo alguno de sus libros.
Lo otro; es decir, que se niegue la conciencia que Jesús tenía de ser Hijo de Dios, la explicación natural (no sobrenatural) de los milagros y que, sobre todo, que de la muerte y resurrección no se derive ningún contenido salvífico no parece muy propio de un teólogo católico sino de otra cosa, digamos, bastante alejada de alguien que se pueda considerar hijo de Dios.
Abundando en tales consideraciones, y según la Nota de la CEE, “para el Autor, Jesús no dio ni a su vida ni a su muerte un sentido sacrificial y redentor (cf. pp. 350-351)”
Y sobre esto yo, que no soy teólogo, digo que carece de sentido llamarse católico si no se comprende que la muerte de Cristo (y, antes, su existencia misma) supuso un ofrecimiento a Dios de su vida y una entrega abnegada a los demás. Pero que se niegue el valor de salvación universal para el género humano que supuso la muerte y resurrección de Cristo es ir demasiado lejos; es, como lo diría yo… como una enmienda a la totalidad del cristianismo y de su verdadero sentido.
3.- “Según el Autor, Jesús no tuvo intención de crear un grupo organizado y jerárquico, sino que quiso poner en marcha un movimiento de hombres y mujeres, salidos del pueblo y unidos a él, «para que ayuden a los demás a tomar conciencia de la cercanía salvadora de Dios» (p. 269) Jesús ve a todos sus seguidores como una familia (cf. p. 290) Nadie ejercerá en su grupo un poder dominante. Tampoco hay diferencias jerárquicas entre varones y mujeres (cf. pp. 291-292)”
Sobre esto que, en sí, es bastante grave porque supone cargarse, de un plumazo, la misma organización eclesial, dice, también, la Nota de la CEE que «en la vocación y en la misión de los doce Apóstoles, según la fe de la Iglesia, Cristo fundó al mismo tiempo el ministerio de la sucesión apostólica»: Congregación para la Doctrina de la Fe, Notificación sobre algunas publicaciones del Prof. Dr. Reinhard Messner (de fecha 30 de noviembre de 2000)
Como resulta, siempre, conveniente, acudir a lo dicho por quien lo ha dicho o escrito, he acudido a tal Notificación para ver lo que, exactamente se decía. Lamentablemente sólo está el texto en alemán y en italiano. Pero esta última lengua se entiende bastante bien:
“La procedura d’esame si conclude ufficialmente con la pubblicazione di questa «Notificazione», che è stata prima presentata al Professor Meßner e da lui accettata. Con la firma del testo l’autore si è impegnato per il futuro ad attenersi ai chiarimenti contenuti nella «Notificazione». Essi saranno criterio vincolante per la sua attività teologica e per le sue future pubblicazioni teologiche”.
Lo que, al parecer, ha pasado, ha sido que el autor que fue objeto de estudio y de la correspondiente Notificación de la citada Congregación para la Doctrina de la Fe, aceptó el contenido de la misma y se compromete a atenerse a su contenido y que, además, será el criterio “vinculante para su actividad teológica y para su futura publicación teológica”. O sea que lo dicho arriba sobre que “Cristo fundó al mismo tiempo el ministerio de la sucesión apostólica” es, esencialmente, cierto y lo dicho por Pagola en la primera edición del libro es, esencialmente, falso.
Por eso, dice la Notificación (apartado 13) relativa a Messner que “Nella vocazione e nella missione dei dodici apostoli secondo la fede della Chiesa Cristo ha allo stesso tempo fondato il ministero della successione apostolica, che nella sua forma piena si realizza nei Vescovi come successori degli apostoli. Il ministero ordinato nel suo triplice grado –vescovo, presbitero, diacono– è una forma legittimamente sviluppatasi nella Chiesa e pertanto vincolante per la Chiesa stessa dello sviluppo del ministero della successione apostolica. Questo ministero che si fonda sulla volontà istitutiva del Signore viene trasmesso con la consacrazione sacramentale”
Es decir que la sucesión apostólica se funda en la voluntad institutiva del Señor. Vamos, que la instituyó Cristo.
Y con este breve repaso a alguno de los puntos de la Notificación de la CEE sobre el libro de José Antonio Pagola sobre Jesús y su Aproximación histórica, creo que es más que suficiente.
Consideraciones para una valoración crítica de la Nota de la Comisión Episcopal de la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe sobre el libro de J. A. Pagola Jesús. Aproximación histórica (PPC, Madrid 2007, 544 pág.) y Nota de la Asociación de teólogos Juan XXIII sobre el mismo tema.
1.-En el punto 2.3 de las “Consideraciones” se dice que “La Nota censura a Pagola de intentar «reconstruir la figura histórica de Jesús» prescindiendo de la fe. Si con ello, se quiere afirmar que el investigador católico ha de utilizar la fe como instrumento de su trabajo de investigación de la historia de Jesús, hay que decir que esta posición no parece conforme con la doctrina de Juan Pablo II que proclama: «La exégesis católica no tiene un método de interpretación propio y exclusivo, sino que, partiendo de la base histórica, sin presupuestos filosóficos u otros contrarios a la verdad de nuestra fe, aprovecha todos los métodos actuales, buscando en cada uno de ellos la semilla del Verbo» (Discurso del 23 de abril de 1993 en la presentación del Documento de la PCB: La Interpretación de la Biblia en la Iglesia)”
Una persona que, sin saber teología, acude al documento en cuestión (el de 23 de abril de 1993), encuentra lo siguiente:
“La exégesis católica no tiene el derecho de asemejarse a una corriente de agua que se pierde en la arena de un análisis hipercrítico. Tiene que cumplir, en la Iglesia y en el mundo, una función vital, la de contribuir a una trasmisión más auténtica del contenido de la Escritura inspirada”
Pues a una persona que, como el que esto escribe, no tiene conocimientos de teología muy elevados, esto le parece que lo que quiere decir es que la exégesis católica no puede tener, como finalidad exclusiva, la crítica excesiva de lo que se estudia sino, como bien dice Juan Pablo II Magno, “una trasmisión más auténtica del contenido de la Escritura inspirada”.
2.- La Nota de la Asociación de Teólogos Juan XXIII dice que “Comisión Episcopal utiliza la cristología neoescolástica como criterio único para juzgar las aportaciones de la teología actual”.
Como es manía común de la disidencia eclesial, se dice neo a todo lo que parezca carca porque viene de antiguo para, así, zaherirlo y hacerlo de menos. De hecho, en tal Nota se contrapone la escolástica con la teología actual.
Lo que se pretende, con esto, es algo muy sutil pero muy grave que, además, apunta a una visión protestante del asunto.
Aunque, repito una vez más, no soy teólogo, sí puedo apuntar lo siguiente que creo que aclarará la intención de acusar de neoescolasticismo a la Comisión Episcopal que ha estudiado el libro de Pagola.
En un principio, la teología luterana presentó oposición a lo que, podemos denominar, elevación metafísica escolástica. Esto lo que quiere decir es que, para Lutero, era más importante huir de las especulaciones atribuidas al escolasticismo y tratar de hacer que Cristo fuera recuperado, digamos, para la vida cotidiana, a través de una cristología donde la cruz era el elemento fundamental (la llamada “teología de la cruz”) Era, sobre todo, seguir el pensamiento de tal protestante que decía que, por ejemplo, “”A Dios sólo se le encuentra en su acción por mí“. Y esto frente a la denominada “teología de la gloria” a la que le imputaba el referido sentido especulativo (vamos, que no tocaba con los pies en la tierra; que era más teórica que otra cosa)
Pero aquí no hay rastro alguno del sentido de lo comunitario sino, más bien, de un subjetivismo en auge. Y es que la postura de Lutero era de tal jaez.
Pero, con el paso del tiempo, la Contrarreforma, intentó aunar lo que eran las dos teologías anteriormente citadas: la de la cruz y la de la gloria, superando, así, aquel escolasticismo al que se le pudo atribuir la característica de ser teórico y alejado del mundo.
Por tanto, lo que se quiere decir desde la Asociación de Teólogos Juan XXIII, más o menos y para aclararnos, es que la cristología de la CEE es, más bien, especulativa (igual que entendía Lutero que era) y que, en realidad, no concuerda con los tiempos que corren. Por eso dicen lo de la “teología actual”, como si el objeto de tal ciencia, Dios, hubiera cambiado algo y tuviera que adaptarse el mismo a los actuales aconteceres sociales o políticos.
3.- “La Nota de la Asociación de Teólogos Juan XXIII dice que “La Nota juzga y condena desde criterios dogmáticos rígidos una obra que se mueve en el terreno de la investigación histórica Por eso, no respeta la autonomía y la libertad del investigador, condición necesaria para un trabajo riguroso”
Esto lo que quiere decir es que la investigación histórica puede moverse como le dé la gana por la historia; hacer de su capa un sayo; en fin… llevar a cabo un análisis “alternativo” (al igual que los descarados manejadores del derecho hablan del derecho “alternativo” para hacer, simplemente, lo que les venga en gana) de lo que se estudia o, lo que es lo mismo, decir lo que más les convenga simulando certeza y objetividad.
Sin embargo, es más cierto que, en realidad, la investigación histórica sobre Jesucristo no es una investigación cualquiera, ni se pueden utilizar métodos sui generis para llevar a cabo tales estudios.
Por eso, cuando las “Consideraciones” dicen (en su punto 2.1) que “La Nota confunde erróneamente dos realidades diferentes cuando identifica ‘la ruptura entre investigación histórica sobre Jesús y la fe en Él’ con la ruptura entre el llamado ‘Jesús histórico’ y ‘el Cristo de la fe’” lo que le viene, de pronto, a uno, al pensamiento, es que, en verdad, se produce tal ruptura porque, en realidad, lo que se pretende es hacer ver que Jesucristo no era tan Dios como decía ser, porque da la impresión de que se puede estudiar históricamente a Jesús sin tener fe en él o, en todo caso, apartando la creencia en el Hijo de Dios (y Dios mismo) de lo que es el uso de un método científico para estudiar su realidad.
3.-Las “Consideraciones”, en relación al uso de libros apócrifos en el estudio de Pagola dice, que:
- En su punto 3.1 que “La Nota afirma que en la obra de Pagola “se citan con igual autoridad escritos canónicos y apócrifos” (n.6). Esto genera en su libro dos graves consecuencias: «la confusión sobre el valor histórico de las fuentes empleadas» y «la asunción acrítica del prejuicio liberal que considera la fe y su formulación dogmática (el dogma) como una adulteración del auténtico dato histórico». Es injusto que la Nota haga esta acusación al libro de Pagola ignorando totalmente la valoración que él mismo hace de los libros apócrifos (págs.486-487). Pagola se suma al juicio crítico de J. P. Meier que dice así: «No creo que el material rabínico, los agrapha, los evangelios apócrifos y los códices de Nag Hammadi (en particular, el evangelio de Tomás) nos ofrezcan información nueva y fiable ni dichos independientes del Nuevo Testamento (pág.487)”
-En su punto 3.2 que “Además, la Nota no examina la utilización que Pagola hace de los libros apócrifos a lo largo de su trabajo. Un examen riguroso del libro muestra que en su obra estos libros (presentados siempre explícitamente como «apócrifos») son utilizados, no para fundamentar hipótesis ajenas las tradiciones evangélicas sino para reafirmar lo señalado por los evangelios canónicos”
Y eso, para una persona que tiene un conocimiento de la teología limitado, lo que le parece es que, en realidad, se trata, en primer lugar de poner en la misma posición de validez a escritos canónicos y a escritos apócrifos (porque, siguiendo el mismo juicio de Meier que sigue Pagola, no ofrecen, los nuevos, nada nuevo de lo que, por lo tanto, hay que inferir que su rango, digamos, de valor, es el mismo) Pero, en segundo lugar, no se entiende, qué tipo de necesidad había de hacer uso de tales escritos si, en realidad, no servían para nada mejor ni para informar de nada nuevo ni para aportar una visión distinta de la contenida en los canónicos.
De todas formas es más que conocido que a los textos apócrifos también se les puede denominar “gnósticos” (Evangelios, por ejemplo, de Tomás, de los Egipcios, de la Verdad, de María Magdalena o de Felipe”) y también es más que sabido el sentido tergiversador de tales textos porque, en realidad, vienen a manifestar las creencias del Gnosticismo que es, como es conocido, un movimiento según el cual la salvación no está, digamos, al alcance de todos (realidad espiritual incontestable para el cristianismo) sino al alcance unos cuantos que forman una élite intelectual y espiritual.
Y es que a cualquiera que no entienda de teología de forma muy profunda le parece, todo esto, que no es más que querer introducir lo malo en lo bueno, lo no permisible en lo auténtico. Y, claro, en nuestra ignorancia, tal cosa no nos parece muy aceptable ni presentable.
Resumiendo: dice el dicho que “a quien buen árbol se arrima buena sombra le cobija”. El problema es si llega a caer un rayo en tal árbol y los cobijados se queman con él…
Y, para acabar, esto lo digo yo que no soy teólogo y que entiendo de estos temas lo que una persona algo informada puede entender: ¡Qué no dirán aquellos que, de verdad, tienen conocimientos de lo aquí dicho!
Pues eso, que todo está bastante claro… para desgracia de los pagolistas que son una legión pequeñita, casi de bolsillo teológico.
Y, además, que se entiende, perfectamente el llamado, asunto Pagola: que no hay asunto, que sólo se trata de lo mismo de siempre, pero ahora con altavoz (y bien merecido que se lo tiene él mismo y los que lo jalean)
Pero, claro, quien sea teólogo ya puede empezar a afearme la conducta porque las cosas cuanto más claras estén, mejor.
48 comentarios
Por favor, le ruego que diga algo más que lo que ha dicho en su comentario, aunque sea negativo o muy negativo.
No sólo es necesario avisar sobre el problema en el libro de Pagola, sino que los sacerdotes, en las parroquias que pastorean, aconsejen debidamente a los catequistas y vigilen la doctrina que se imparte a niños, adolescentes y adultos.
El problema del libro de Pagola es que es una nota más de la desinformación que se hace desde hace años en muchos lugares, y que se mueve dentro del ámbito ideológico, y no de fe, ni de comunión eclesial. Si los catequistas leen el libro de Pagola y se "deforman" con Él, continuarán en la línea de presentación de un Jesús fácil y poco histórico, que tanto gusta al relativismo moderno.
De la misma manera, quiero decir, que intentar presentar un Jesús desligando las Escrituras de la fe, no es correcto ni siquiera desde el punto de vista metodológico, puesto que la Escritura está escrita con fe, desde la fe y para la fe. De esta forma, la fe no se convierte en un impedimento para el acercamiento histórico, sino en una necesidad para dicho acercamiento.
Un abrazo, Alberto.
Es cierto que, desde hace bastantes años, la figura de Jesús viene siendo utilizada para tergiversar su mensaje y hacerlo objeto de ideas políticas que, en realidad, han hecho lo contrario de lo que pretendían: alejar a muchas personas del verdadero Cristo.
El problema, más que nada, es que cuando se difunde un texto como el de José Antonio Pagola desde editoriales que tienen mucha relación con la Iglesia haciéndolo pasar como bueno y benéfico para el cristiano y luego se demuestra que ni es bueno ni, sobre todo, puede resultar beneficioso, puede dar la impresión, efectivamente, de ser bueno y benéfico cuando no es así.
Por cierto, estoy de acuerdo con que es algo ilusorio tratar a Jesucristo desligándose de la Fe. Es algo extraño que se pueda hacer un análisis histórico de la figura de Cristo sin tener en cuenta la creencia en Él. Jesucristo no es una persona que actuó sin Fe y, por lo tanto, su persona no puede ser estudiada sin Fe porque, evidentemente, se adulterará el resultado de lo que se obtenga.
Acercarse, por tanto, a Jesucristo, sin la Fe es vana ilusión. Eso seguro.
Estoy de acuerdo con Ud. cuando habla de la Introducción del libro de Benedicto XVI sobre Jesús de Nazaret.
Por ejemplo, cuando escribe sobre la investigación histórico-crítica llevada a cabo hace,ya, unos decenios de años dice lo siguiente:
"Como resultado común de todas estas tentativas, ha quedado la impresión de que, en cualquiera caso, sabemos pocas cosas ciertas sobre Jesús, y que ha sido sólo la fe en su divinidad la que ha plasmado posteriormente su imagen. Entretanto, esta impresión ha calado hondamente en la conciencia general de la cristiandad. Semejante situación es dramática para la fe, pues deja incierto su auténtico punto de referencia: la íntima amistad con Jesús, de la que todo depende, corre el riesgo de moverse en el vacío".
Yo creo que, con esto, el Santo Padre avisa de la la intención de separarse de la fe para hacer el estudio histórico sobre Jesucristo, pues se queda .
1.- La expresión Jesús histórico es ambigua, de hecho, realmente tiene dos significados distintos: el Jesús que puede conocer la ciencia histórica, y el Jesús que realmente fue.
2.- Los límites de una correcta ciencia histórica: la Historia como ciencia tiene unos límites metodológicos muy bien definidos, el que me interesa a mí es el que afirma que la ciencia histórica sólo habla de lo probable. Es decir, que yo como historiador ante los datos y dos explicaciones distintas debo escoger la más probable. ¡Ojo! Esto no quiere decir que sea la que realmente sucedió, sino que desde la ciencia histórica sólo puedo afirmar lo probable.
3.- la Fe cristiana que creo y afirmo es, por su propia naturaleza, improbable. El hecho de la divinidad de Jesús no es alcanzable hoy por la sola ciencia histórica, es necesaria la Fe.
Por tanto, desde mi punto de vista, se equivocan todos aquellos que creen que con el solo estudio histórico se puede alcanzar al Jesús que realmente fue. Si Jesús fue y es, como yo creo y confieso, Verdadero Dios, la disciplina histórica nunca podrá alcanzar su realidad. A la hora de estudiar el Jesús que realmente fue es necesario optar por afirmar lo probable o lo improbable, y esta opción hoy sólo la podemos hacer desde la Fe ("dichosos los que creen sin haber visto").
Basarse sólo en el Jesús de la ciencia histórica para sacar conclusiones teológicas es para mí absurdo; como lo es intentar que el Jesús de la ciencia histórica (el Jesús probable) sea el mismo que el Jesús que fue (Hijo de Dios). Por tanto, el libro de Pagola no aporta absolutamente nada a mi Fe que se basa en el encuentro personal con Jesús Cristo a través de las enseñanzas del magisterio de la Iglesia Católica.
Esto no quiere decir que no se pueda estudiar a Jesús con las herramientas de la ciencia histórica, pero, en último término, subyacerá la opción entre integrarlas dentro de la Fe o hacerlo al margen de ella. Yo escojo lo primero.
La expresión a la que Ud. hace referencia ("dichosos los que creen sin haber visto") es, efectivamente (yo siempre lo he creído así) la definición perfecta de la palabra Fe.
Cuando Tomás, llamado el incrédulo, niega que Jesús haya resucitado y sólo admite tal posibilidad en cuanto él meta sus manos en sus heridas y Cristo se aparece otro día a los discípulos (ahora con Tomás presente) y hace tal cosa es cuando el discípulo que no creyó expresa su creencia con aquella famosa expresión : !Señor mío y Dios mío!. Es en tal momento cuando Jesucristo dice aquello de "tú has creído porque has visto. Dicho el que crea sin haber visto".
(Perdone esta disertación sobre el tema, pero no he podido, ni querido, evitarla porque es el verdadero origen y sentido de la Fe misma)
Por eso, la Fe resulta absolutamente imprescindible para hacer uso de la técnica histórica. Sin Fe, por decirlo de otra forma, el acceso a la figura de Jesús se quedará, por fuerza, rácanamente ( si se puede decir así) estudiada porque estará coja de raíz.
Indudablemente que se puede estudiar a Jesús con las herramientas e instrumentos que la ciencia histórica tiene a su disposición. Sin embargo, cuando se prescinde de la Fe para hacer tal cosa quizá se demuestre ser muy aséptico en lo que se haga pero, seguro, que también se demostrará estar muy vacío y alejado, en verdad, de Cristo.
Por lo demás, no espere que yo comente algo sobre lo que usted dice, porque sus entradas son demasiado pesadas para mi gusto lector.
Tan sólo tengo la duda, que espero tenga la bondad de aclararme, de si a usted le ha sido conferida por alguna autoridad eclesiástica el poder para enseñar doctrina católica y predicar el Evangelio.
No sé, en primer lugar qué se refiere sobre que me dirigí a Ud. refiriéndome a otro participante. No suelo hacer tal cosa y si lo he hecho ha sido sin querer, se lo puedo asegurar. A mí me gusta escribir directamente de quien pienso que no ha hecho algo bien (aunque sea a mi modesto entender)
Lo siento, repito, si he hecho tal cosa.
No, no me lo he leído aunque si tengo ocasión lo haré. Aunque sobre esto sí que le tengo que decir que, en determinadas ocasiones (como es el caso) hay personas, a favor y en contra, que sí se lo han leído y eso, a mí, me basta y me sobra.
Seguramente Ud. dirá que eso que yo digo es manifestar un atrevimiento grande. Pero yo no le pregunto a Ud. si se ha leído el libro de Pagola ni qué conocimientos tiene de Teología (si tiene muchos, mejor para Ud. le digo con franqueza)
Vamos a ver, en cuanto a lo último a lo que Ud. se refiere.
Ya ha dicho, varias veces (para que no cupiese duda alguna) que yo no soy teólogo (aunque también le digo que, a partir del curso que viene, o sea, a partir de octubre, voy a empezar una diplomatura de teología con los dominicos. Esto lo hago, en primer lugar, porque me interesa mucho la teología y, en segundo lugar, para poder defender, mejor la fe de que soy, sin duda, siervo) Por tanto no tengo, por así decirlo, ningún tipo de título académico, todavía, con el que pueda acreditar que tengo unos conocimientos de tal tipo.
Repito que eso ya lo he dicho varias veces en este artículo.
Sin embargo, las cosas no son tan sencillas como, en principio, podrían parecer.
Yo creo que en materia de fe no se puede producir la relación directa TITULO DE TEOLOGÍA=MANIFESTAR PENSAMIENTO SOBRE TEOLOGÍA. De ser así, sí que seríamos (como un comentarista habitual de mis artículos, Carlos -espero que no se moleste por citarlo-) verdaderos borregos incapaces de pronunciar algún pensamiento sobre estos temas y eso, si no se puede admitir (me refiero a la posibilidad de decir lo que se piensa sobre estos temas) en el caso de la disidencia católica tampoco se puede admitir para los que, digamos, seguimos una línea ortodoxa dentro de la Iglesia católica.
Por otra parte, no creo yo que esté enseñando nada. No creo yo que de lo yo digo se derive ningún tipo de enseñanza, digamos, al uso. Tan sólo manifiesto una opinión y no me voy a callar de ninguna de las maneras porque creo que es mi deber, grave, como católico practicante, descubrir y poner de manifiesto los comportamientos abyectos que dentro de la Iglesia católica se producen para que, si es posible, alguien no caiga en las trampas sutiles que tienen muchas personas “entendidas” en materia teológica. No crea, por cierto, que no es fácil descubrir las falacias, las inexactitudes y otras lindezas que nos regalan muchas personas de las que yo llamo “disidentes”. Para mí, que no soy teólogo (todavía) es fácil... ¡cuánto no será para otras personas que sí lo son ¡
Pero yo sé lo que Ud. piensa sobre el tema de Pagola porque he seguido sus comentarios publicados en el artículo de Luis Fernando Pérez Bustamante titulado “¿Es ortodoxa la catequesis cristológica de Pagola?”. Allí demostró tener conocimientos teológicos que yo no tengo. Por eso aquí no va a encontrar ningún tipo de lucha bibliográfica, ni de citas de las Sagradas Escrituras ni de teorías filosóficas o antropológicas, a no ser que se debata entre otras personas. Y esto porque no tengo la capacidad de Luis Fernando Pérez Bustamante, ni su rapidez de ideas ni nada por el estilo.
Ahora bien, sí que va a encontrar, eso se lo puedo asegurar, una defensa de la fe como puede hacer, por decirlo así, una persona del común pero que no le gusta que le engañen ni que le tomen el pelo ni que piensen, los que así lo hagan, que es fácil dar gato por liebre trenzando frases muy elaboradas con teorías teológicas. En mi blog, al menos en lo que a mí respecta, eso no cuela porque, gracias a Dios, me doy cuenta de tales artimañas.
Por ejemplo, yo leí la catequesis aquella de Pagola que dio cancha a tanto debate (impresionado estoy yo mismo, pero en mi caso eso es fácil porque nunca había asistido, hasta que intervine porque ya estaba harto de tanta cosa banal dicha por ciertas personas) y le digo, francamente, que hasta para una persona que no sabe teología a nivel de titulado, es fácil darse cuenta de ciertos puntos que no están de acuerdo con la doctrina católica. Eso lo ve cualquiera mínimamente formado. Por eso no vaya a creer que siempre va a encontrar a personas, en su discusión o debate, que vayan a venirse atrás por no tener sus conocimientos de teología. De eso nada.
Por otra parte, en cuanto a la predicación.
Si entendemos por tal actividad algo que vaya en el sentido de transmitir la Palabra de Dios en todos sus aspectos y niveles (me refiero a las personas a las que va dirigida la misma) le tengo que decir que, con humildad, sí puedo hacer tal cosa.
Al menos, en cuanto a Guía de Padres de Catequesis Familiar (y anterior catequista de niños de la misma catequesis) tengo, digamos, cierta autorización, para predicar.
No quiero decir con esto que yo vaya a ir por los pueblos haciendo de predicador a la antigua usanza (como, por ejemplo, pudiera hacerlo, San Vicente Ferrer) No se trata de eso. Pero Ud. sabe que transmitir la Palabra de Dios se hace en muchas partes y de muchas formas.
Si lo que quiere decir con esto es que no tengo la autoridad que pueda tener José Antonio Pagola, por supuesto. Sería un necio y manifestaría una ignorancia supina tratar de hacer tal equiparación.
Sobre esto, dice el Salmo 78 algo que ahora me es muy útil y que refiere a la necesidad, y posibilidad, de transmitir la Palabra de Dios sea quien sea quien lo haga:
“Las cosas que escuchamos y sabemos, que nos fueron contando nuestros padres, no deben ignorarlas nuestros hijos. A la futura generación le contaremos la fama del Señor y su poder, las maravillas que él ha realizado.
En Jacob arraigó sus declaraciones, a Israel le dio una Ley. Luego ordenó a nuestros padres que se las enseñaran a sus hijos, para que las conozcan sus sucesores, los hijos que nacerán después. Que éstos se encarguen de instruir a sus hijos para que éstos confíen sólo en Dios, no olviden las hazañas de su Dios y observen sus mandatos. Para que no sean, a ejemplo de sus padres, una generación rebelde y obstinada, incapaz de mantener su decisión y cuyo espíritu no era fiel a Dios”
Si se suele decir que las Sagradas Escrituras lo son, en cuanto Escrituras, inspiración de Dios, creo yo que la autoridad que me autoriza a decir lo que digo, y que no es otra que Dios, habría de valer a cualquiera.
Por eso, precisamente, por eso, no podemos ser una generación “rebelde y obstinada, incapaz de mantener su decisión y cuyo espíritu no era fiel a Dios”.
Pues eso, Pagola et alii.
Por otra parte, si para que Ud. lea algo que yo digo tengo que hacerlo, digamos, menos extenso, a partir de mañana mismo, lo haré. Lo que yo no sé es cómo ha podido comentar este artículo si no se lo ha leído (al igual que yo hecho con el libro de José Antonio Pagola)
Por cierto, que mañana le toca el turno a uno de los representantes más dignos de la Teología de la Liberación: Leonardo Boff.
Pues eso le digo: hasta mañana.
Por otra parte, y para acabar, yo estoy, particularmente encantado, de que alguien como Ud. Joaquín, se haya dignado intervenir, aunque sea con un comentario, en mi blog. Algo habré hecho bien que será, seguramente, haberle molestado con lo que he escrito.
En primer lugar, le dejo el "Permavínculo" de su comentario al que yo me refería:
http://religionenlibertad.com/blog/index.php?blog=16&title=ies_ortodoxa_la_catequesis_cristologica_&more=1&c=1&tb=1&pb=1#c10991
En donde me pone como "por ejemplo" de las personas que le hartan. Podría habérmelo dicho a mí directamente, sin miedo a que yo le hubiese respondido "a cajas destempladas", aunque acepto su explicación de que "ha sido sin querer".
En cuanto a su extensa explicación, para mí es suficiente. Yo no me refería a si usted tiene o no estudios de teología (eso es accidental, si se tiene "buen sentido teológico"), sino a si TIENE CONFERIDAD AUTORIDAD PARA ENSEÑAR Y PREDICAR.
Desde luego, ser catequista (yo también lo he sido, por breve tiempo), convendrá conmigo que NO confiere autoridad NINGUNA para enseñar y predicar en nombre de la Iglesia.
Para mí, eso ya es bastante: usted no tiene autoridad eclesiástica para enseñarme a mi qué debo creer, o qué debo esperar. Eso lo espero de mis pastores.
Finalmente, no olvide que la "Nota clarificatoria" de la Conferencia Episcopal no forma parte del magisterio, y por tanto puede discutirse, como de hecho ya se está haciendo, a mi juicio con gran solvencia.
Debería saberse que el poder disciplinario sobre las opiniones y doctrinas del padre Pagola la tiene su Ordinario, y excepcionalmente la Santa Sede (por medio de la Congregación para la Doctrina de la Fe).
Todo lo que se salga de ese carril es "oficioso", en perspectiva canonista. No hay más que leer la Nota para advertir que sus propios autores eran conscientes de sus límites.
Convendrá Ud, conmigo, que no pretendo enseñar ni lo que debe creer ni qué debe esperar. Faltaría más. Ni a Ud. ni a nadie.
Lo único que yo hago es presentar mi opinión sobre ciertos temas que, es indiscutible, no será la de muchas personas porque para eso existe el pensamiento libre y la libertad de pensar.Yo también espero de mis pastores eso pero no creo que esté nada mal que podamos dar a entender lo que pensamos aunque sea, al menos, por aquellas personas que, quizá pensando lo mismo, no pueden hacerlo.
De todas formas, lo que yo pueda decir no lo digo, legalmente, "en nombre de la Iglesia" pero sí como parte de la Iglesia que soy porque la conformo como piedra viva.
Y no sé las competencias que tiene el órgano que ha emitido la Nota pero es de suponer que alguna tendrá que tener porque, de otra forma, todo esto no tendría sentido y, claro, las reacciones habidas, tampoco lo tendrían.
Ninguna autoridad eclesiástica ha conferido poder para enseñar doctrina católica y predicar el evangelio; es Cristo mismo quién confiere ese poder, y lo hace por medio del Sacramento del Bautismo.
Supongo que el Bautismo tiene suficiente autoridad.
Según eso, el Sr. Eleuterio tiene tanta autoridad como el Romano Pontífice para enseñar la verdadera fe. Lo que es palmariamente falso.
Lo que quiero decir es que es un atrevimiento y una osadia presentarse en internet para enseñar la doctrina y el Evangelio, sin más autoridad que "yo lo valgo" y "yo soy un bautizado".
Hace falta más humildad, para presentar las ideas como meras opiniones de un particular, y no casi como dogmas infalibles de la Santa Madre Iglesia.
Lo inaceptable es la absoluta carencia de humildad (a la vista está, para quien quiera verla) de quienes vienen ahora a enseñarnos, desde sus respetables opiniones particulares, qué es la verdad católica.
Esa autoridad no se la discuto ni al Romano Pontífice ni al colegio de obispos, en el ejercicio de su función magisterial. Pero un señor particular debe tener la prudencia de presentar sus opiniones como eso: como simples opiniones.
En ocasiones, las opiniones de estos señores particulares son tan desaforadas y faltas de caridad y sentido común, que muchas veces se echa en falta otra "nota aclaratoria" que ponga orden en estas tinieblas, donde todos los gatos parecen pardos.
Creo que hace falta humildad, pero en todos, y que es cierto que no se debe perseguir a las personas, ni se deben "propagandear" ni los pecados ni los errores, sobretodo cuando se tiene la intención de revisar el error y uno se pone, obediente, bajo la autoridad de los obispos.
Pero también es cierto que todo cristiano tiene la obligación de anunciar el evangelio, y que no está mal que se insista en la pureza de la doctrina.
Pero vayamos al "caso Pagola", para no perdernos en abstracciones.
¿Quién tiene poder disciplinario eclesiástico sobre su doctrina? Respuesta: su Ordinario, monseñor Uriarte.
¿Se ha pronunciado válidamente el Ordinario sobre el libro "Jesús", del Padre Pagola? Respuesta: sí, le ha dado el "Nihil Obstat".
Por tanto, todos cuantos discuten la eclesialidad del libro del padre Pagola incurren en desacato contra la autoridad eclesiástica que tiene legítimamente conferida, en exclusiva, examinar la conformidad del libro con la doctrina católica.
Esto es "muy fuerte" (jeje).
Que yo sepa nunca he dicho yo que, ni venga a enseñar nada ni lo haga en nombre de la Iglesia. Siempre digo que se trata de opiniones particulares, por supuesto.
De todas formas, seguro que no son desaforadas mis opiniones porque, en todo caso, no me salgo de ningún fuero sino al contrario, a favor de la Iglesia católica. Más bien lo que sí es desaforado es lo que se presenta como crítica a Ilglesia católica por parte de quienes presentan tal crítica.
En todo caso las tinieblas no las provoco, precisamente, yo, sino los que, con su actitud, difuminan la fe hasta hacerla, eso sí, tenebrosa por vacía (porque lo vacío es, por lo general, muy oscuro)
Alberto
Sí, el bautismo debería tener suficiente autoridad, aunque, para algunos, quizá no lo sea. A mí, como credencial y, por supuesto, una consecuencia con lo que tal sacramento supone, es suficiente.
De todas formas, estoy casi seguro que no se producirá ninguna "Nota aclaratoria" sobre lo que yo digo porque, en verdad, acuerda con la doctrina de la Iglesia. Por eso las Notas aclaratorias se dedican a quien, en verdad, se lo merecen y que, con un esfuerzo no menor, tratan de hacerse pasar por "innovadores" en la teología y en la concepción que la Iglesia tiene de sí misma. Vamos, como lobos con piel de cordero que, encantados de dejar su impronta, como huella a seguir, en el seno de la Esposa de Cristo, no son, sino, meros adláteres de quien quiera disolver, en lo que se pueda, a la institución creada por Jesucristo y hacer que se parezca a lo que ellos entienden como bueno.
Pues, en lo que de mí dependa, quedarán desenmascarados siempre que pueda, con mi menguada autoridad de hijo de Dios que se considera tal y que, además, se siente hijo, también, de la Santa Madre Iglesia.
Sobre el "Nihil Ostat" de su, digamos, superior, monseñor Uriarte, yo diría que, como muchas veces pasa, cuando un padre ve que su hijo hace algo malo siempre, pero casi siempre (más si es una madre) dirá que su hijo no es tan malo, aunque todos vean que lo sea.
Pero si agola ha cambiado lo que se le ha dicho que cambie, yo le felicitaría por haberlo hecho. Todos contra el relativismo, pero con mucha misericordia.
¿Discute usted la decisión de monseñor Uriarte? ¿No se pliega usted mansamente a su decisión válida de que no hay nada opuesto a la doctrina (nihil obstat) en el libro del padre Pagola?
Como voy yo a discutir yo eso. Lo que digo es que, a lo mejor, no se entiende que haya Nihil Obstat y, a la vez, Nota de la CEE sobre el mismo tema.
A lo mejor tendría usted que comenzar a revisar qué ha pasado para que la CEE (que no tiene potestad disciplinaria sobre la materia) haya emitido una nota contra la decisión válida del Ordinario, monseñor Uriarte.
Es algo que una y otra vez se dice en estos blogs... no se porque a ciertos lectores del blog les molesta tanto la opinion de los bloggers y se sienten atacados...
De hecho la propia definición de blog deja claro que es un lugar donde uno expresa sus opiniones y publica sus artículos.
Es algo que no puedo entender, usted me disculpará... gracias por intervenir y por opinar, puntualizar o proponer, me suelen gustar mas que los textos del blog las opiniones de la gente.
Pero le pido por favor que no me recuerde mas veces que lo que escriben los bloggers son sus opiniones. No nos tenga por tontos. Ya lo sabemos.
Pero aclaradme una cosa, ¿el nihil obstat es de la primera o de la segunda versión?
Pero según el derecho canónico, "no hay tutía", quien tiene conferido el poder disciplinario EN EXCLUSIVA es el Ordinario (salvada la facultad de intervención excepcional, para el caso que comentas, Alberto, de la Congregación para la doctrina de la fe).
Se acabó, "hay que poner pies en pared". ¿De verdad estamos dispuestos a respetar la legítima autoridad eclesiástica? Pues no se discuta ni un minuto más la eclesialidad ni ortodoxia del libro del Padre Pagola.
Y si se discute la eclesialidad y ortodoxia del libro del Padre Pagola, en presencia del "nihil obstat" de su Ordinario, saquen señores ustedes mismos las conclusiones.
En caso de que Pagola fuera avisado y revisara, si esta revisión es la que recibe el nihil obstat, perfecto. La nota de la Conferencia sólo sería una aclaración para todo el ámbito español, y referida sólo a la primera versión, cosa que está en su derecho a hacer la Conferencia.
En este caso, tanto lo primero que le advirtieron (y que él, corrigió, en teoría), como la nota de la Coferencia, van en la misma dirección.
Todo esto, en el caso de que lo del nihil obstat sea así como lo decimos. De todas formas, lo de los reputados teólogos que dices que le apoyan no sé yo eh, porque si te refieres al Miret Magdalena ese y al otro que habla en la tele de vez en cuando y que no recuerdo ahora cómo se llama, pues de teólogos tienen poco.
Y de nuevo, Alberto, estoy contigo a medias. Porque hasta tanto no conozcamos el alcance de la revisión (si la ha habido), lo prudente es callarse.
Creo que en las facultades de derecho se enseña que un imputado es inocente hasta que no se demuestre lo contrario (pero en la Inquisición posiblemente regían otras reglas).
No discutamos gratuitamente, para daño de la reputación y honra de un sacerdote (no lo olvidemos), el padre Pagola, la plena eclesialidad y ortodoxia de su libro.
P.S. Acabo de ver que se ha adherido a la nota de los teólogos una carmelita descalza. Debiéramos tomar nota de humildad.
Ciertamente, es posible que la revisión se limite a un prefacio o un postfacio (como Ud dice aunque, claro, sin saberlo) Pues si se hace, al final, tal cosa (que yo tampoco sé,claro) no sé yo dónde habrán quedado las indicaciones que contiene la Nota de la CEE que, a lo mejor, no tiene la autoridad suficiente como la de su superior, digamos, inmediato. Sin embargo, mantener lo que, a todas luces (visto lo que dice José Antonio Pagola y lo que dice la Nota; es decir, sin añadir nada) son notables diferencias entre una cosa y la ota no creo yo que sea nada bueno.
Esto es como, salvando las distancias, alguien detuviera a una persona que está cometiendo un delito y alguien pudiera argumentar que (a pesar de que en el Código Penal se contempla tal posibilidad) como no se trata de la autoridad correspondiente (policía) la persona que la ha detenido,al no tener autoridad inmediata (sí como ciudadano que asiste a a comisión de un delito pero no, seguro esto, como la que le corresponde a las fuerzas policiales) que le corresponde a la policía tal delincuente debe quedar libre. Esto sería algo absurdo, creo yo.
Pero sí, ciertamente se acabará viendo en qué acaba todo esto. Ahora que yo creo que no se puede negar la posibildad de criticar lo que se criticable.
Por cierto, cuando Ud dice que como se ha añadido a la nota de los teólogos una carmelita descalza tenemos que tomar nota de la humildal, ¿qué me dice, aunque esto no tenga que ver con el tema, la adhesión a la asignatura Educación para la Ciudadanía, de la FERE?, ¿también tenemos que tomar nota de tal adhesión para conformarnos con ella?
Pues yo creo que no. Y es que los papeles, a veces, son tan sufridos...
¡Es que usted está presumiendo ya que hay delito! ¿No se ha parado a pensar que la CEE "se ha pasado", donde el Ordinario, monseñor Uriarte, ÚNICA AUTORIDAD a quien corresponde juzgar la ortodoxia del libro, lo ve correcto, sin nada que obste?
Un poco de buena fe, por favor.
Y por decirlo más claro: en materia de examen disciplinario de doctrina, el Ordinario prevalece sobre las opiniones de la CEE. Lo siento. Es puro derecho canónico, sancionado por nuestra Madre Iglesia.
Vale, estoy de acuerdo con Ud. Un poco de bona fides vendrá bien para este caso. Por tanto, quedemos (sería bueno) emplazados a que se resuelva el asunto como se resuelva para, entonces, discutir lo que haya que discutir.
Esperemos, por otro lado, que no tardemos mucho en saber el resultado de todo este asunto.
Felicito al autor por su RIGOR intelectual.
Estupendo ejemplo de fanatismo religioso.
Francamente ¿es que no cree suficiente las frases textuales y textos que se han publicado en muchos sitios?
Valdría lo del fanatismo religioso si yo, no haciendo uso de ningún texto del libro de Pagola lo hubiera descalificado.
Sin embargo, con lo leído (que, a lo mejor, es, sólo, una parte de lo negativo que contiene) es más que suficiente como para saber que se ha descalificado él sólo. Por mucho que, es muy posible, intente arreglarlo ahora con la introduccion de algunos cambios que, por cierto, ya veremos cuáles son.
Es más, si tuviera un ejemplar y lo leyera, es muy posible que el análisis hubiera sido peor. Eso se lo aseguro, porque yo no suelo ser políticamente correcto cuando escribo si creo que tengo causa para criticar.
Pero, de todas formas, gracias por acordarse del artículo aunque hayan psado unos días desde que se publicó. Es señal de que ciertos temas interesan más que otros.
Y, a veces, eso es una pena y entristece bastante a quien escribe.
2. Creo que si uno hace crítica debe debe conococer de primera mano lo que se critica. En este caso Ud. debió haber leído el libro.
3. Alguna vez le comenté que no tiene juicio crítico, y este es un ejemplo. Lamento su fanatismo y ausencia de rigor intelectual que es lo que uno espera de alguien que escribe una crítica.
Lo bueno para Ud. es que se libra de un lector que disiente.
4. Recapacite: es un error muy grosero lo que hizo, muy torpe.
Vuelvo a disentir al respecto de que no tengo juicio crítico. Lo que creo qu Ud. quiere decir es que, como parece que no critico a la Iglesia católica mi juicio no vale y no cuenta. Sin embargo, las cosas no son tan sencillas porque mi juicio dice lo que dice y es crítico con quien es crítico.
Ahora bien, si se me llama fanático por defender a la Iglesia católica pues yo me alegro de ser fanático, aunque a mí me gusta más llamarme fiel a la Esposa de Cristo. son formas distintas de ver las cosas que pasan.
Si lo dice por Ud. (en eso de que me liro de un lector que disiene) le ruego que no se marche porque su crítica es la mejor forma de ejercitar, algo, el juicio crítico que dice que yo no tengo.
Sobre esto, alguien dijo, sobre Ud., en un comentario a otro artículo, que no entendía que Ud., Carlos interviniera con comentarios si siempre disentía. Yo dije, y ahora lo mantengo, que tiene todo el derecho, y casi el deber de ejercicio del rigor intelectual, de intervenir siempre que lo crea oportuno y cuantas veces quiera, faltaría más.
Y esto no lo podría decir un fanático, se lo aseguro.
1. Cuando digo que "se libra de un lector que disiente", es porque me parece un sinsentido tratar de dialogar con alguien que defiende "absolutos". Los nazis también lo hacían.
Lo que ha pasado en este artículo es inadmisible para alguien a quien le dan un espacio para escribir. No hay rigor intelectual (no quiero insultar), pero tampoco hay honestidad.
Por eso me parece más práctico no comentar más sus artículos. Además se trata de un lector. Tiene cientos de obsecuentes a los que les encanta vivir y pensar con piloto automático.
2. Eleuterio, repetir de memoria doctrina, dogmas, citas bíblicas, frases hechas, no es tener juicio crítico. Ud. no lo tiene. Lo respeto, sólo disiento y se lo he manifestado.
3. En ningún artículo suyo hay un leve esboso de crítica constructiva a lo que opinan los jerarcas. Eso es sintomático, no tiene una opinión equilibrada, por eso reacciones como la de quien escribe para poner blanco sobre negro y tratar de construir, pero es imposible por su fanatismo. Lo lamento por Ud.
4. Respecto a los comentarios de otros lectores hacia los míos, le respondo lo mismo que a ellos: ejerzo mi libertad de pensamiento y expresión, mi disenso en aquello que creo que es un error.
5. Que tenga suerte.
Muchas gracias por haber participado tan activamente en muchos de mis artículos.
De todas formas ha de tener en cuenta que, efectivamente, para mí Dios es un absoluto y, por eso, defenderé hasta donde sea capaz, lo que eso significa en mi vida.
De todas formas, el ejercicio del Derecho es, también, la repetición de normas, leyes, reglamentos y código y, sin embargo, es posible criticar con tales repeticiones las opiniones de otros porque supone saber detectar las diferencias que hay en la aplicación de tales normas, leyes, reglamentos y códigos.
No hay crítica constructiva porque no creo que la deba haber. Cada cual opina no que cree de las cosas que pasan en la vida y tan válida ha de ser mi opinión como la de cualquier otra persona. Y construir destruyendo es algo difícil de entender a no ser que se quiera construir algo diferente de lo que ya había.
Yo también respeto su desenso con el cual he tenido la oportunidad de dar una respuesta que yo creo católica, aunque comprendo que, a veces, no se entienda que se esté de acuerdo con la Tradición y el Magisterio de la Santa Madre Iglesia, lo bien cierto es que se puede estar de acuerdo y ser, a la vez, libre del todo. Es más, es la única manera de serlo porque es la libertad que te da Dios para aceptar tal cosa y no estar a la contra por sistema.
Pero, en fin, siento decirle que el piloto automático sirve para guiar a quien lo utiliza a llegar a buen lugar si es así como se quiere llegar y se es consciente de lo que eso supone. Aunque otra forma ha de ser, también, admitida, no me negará que es tan válida como la última, la primera del piloto automático.
Y, por cierto, a mí no me gusta librarme de un lector que disiente porque yo he disentido mucho a lo largo de mi vida y aún lo hago. Lo que pasa es que yo disiento contra el mal y Ud., permítame que se lo diga, contra el bien.
Sin embargo, es una opción respetable, faltaría más,
Y es que mi fanatismo acaba donde termina la definición de tal comportamiento.
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