¿Puede estar la COPE fuera del mundo?

Como ya han sido varias las ocasiones en las que se ha tomado a guasa el hecho de que la COPE haya pensado tener a disposición de sus millones de oyentes una tarjeta de crédito, bien está que digamos algo sobre ello.

No es la primera vez que en el Blog de Rodrigo del Pozo Fernández, alojado en Religión Digital, se refiere al tema tratado aquí hoy. En otra ocasión, en concreto, el 24 de octubre del 2008 volvió a utilizar de la imagen de la que la Cadena de Ondas Populares de España se vale para publicitar tal tarjeta.

Pero fue un artículo fechado el 6 de mayo del pasado año 2008 el que dio origen a tan absurdo planteamiento que, de sentido, tiene poco y de verdad, nada de nada.

Y es que, cuando no se comprenden las cosas, es difícil decir algo que pueda ser, mínimamente, pasable.

Sin embargo, con ser muy peregrino lo que dice sobre la necesidad, o no, de que la cadena COPE haya optado por tener una forma de financiación tan normal y lógica en el siglo XXI como si eso se opusiese a la cruz de Cristo, lo que, ahora se trama es, verdaderamente, triste porque dicho esto, además, por un católico, seguro estoy que no será la única persona, dentro de la Iglesia católica, que piense eso.

Muchas veces he oído a Federico Jiménez Losantos (el, al parecer, gran enemigo de la sociedad progre española) decir, en su programa, que una parte del dinero que se recoge, con el uso de la Visa COPE Card, va destinado (es de suponer que una parte muy pequeña pero significativa) a financiar, directamente, fines sociales que la Iglesia católica lleva a cabo.

No parece que eso tenga nada de malo ni que, sobre todo, pueda censurarse que se diga tal obviedad.

Sin embargo, lo que parece molestar es que, al fin y al cabo, la COPE haya tenido una buena idea con la que sufragar parte de los gastos que origina su gran labor social porque se preferiría una Iglesia católica pobre para que, en realidad, ni pudiera tener medios para subsistir ni, sobre todo, pudiera tener una cadena de radio que, amparada en la frase “La verdad os hará libres” haga tanto daño a quien de la verdad hace mofa y escarnio, se ríe de los asuntos más graves y, sobre todo, hace caso omiso a tal expresión de franqueza.

Pero la COPE no puede estar fuera del mundo porque la Iglesia católica está, mal que pese a muchos, en el mismo mundo.

Y esto es lo que molesta.

Si, además, se utiliza la relación que, evidentemente, tiene el cardenal Rouco Varela (ser Presidente de la Conferencia Episcopal Española) con la cadena COPE… pues el resultado es el mismo se siempre: tratar de tergiversar la realidad y zaherir, todo lo que se pueda, a la Iglesia católica. Ahora se hace a través, o por causa, de la COPE pero es más de lo mismo.

Pero lo que más puede molestar (y molesta) es el lenguaje utilizado para atacar tanto al periodista aragonés como a la misma cadena COPE: “comprar su puesto” (de trabajo, se entiende) o “limosnitas” para referirse a lo que se pueda obtener del uso de la tal tarjeta de crédito.

Y aún hay algo que es peor que todo lo dicho: que se utilice la necesidad ajena para atacar, con saña y de forma desmedida, a quien hace, de su trabajo (y me refiero a Jiménez Losantos) una defensa de la verdad de la que otros, alejados por comodidad de la misma, tienen noticia lejana de su existencia.

Y es que cada cual hace según es.