¿Es la Eucaristía una estafa?; ¿y la Iglesia?
La denominada “Corriente Somos Iglesia Andalucía”, recogió, en su página web, el pasado 16 de octubre, un artículo de Luis Alemán en el que pretende demostrar que la Eucaristía es, en realidad, una estafa.
No es, éste, el único artículo que se refiere a un tema como el de la Eucaristía de tal forma, sino que, un día después, el 17 de octubre pasado se recrea en la suerte y trata de redondear su inicial idea aportando, dice, algunas pruebas de que la Eucaristía es, en realidad, una estafa, según lo dicho arriba.
Como es de esperar, Redes Cristianas recogió, días después, con notable alegría, el primer artículo de esta serie de la ignominia pues ya se sabe que “Dios los cría y ellos se juntan”.
Precisamente, sobre el tema de la Eucaristía, de la forma de llevarla a cabo, ayer mismo, se publicaba en Religión en Libertad procedente del Blog La Buhardilla de Jerónimo que hacía referencia, precisamente, a lo que el autor de los dos artículos citados supra denigra.
Por ejemplo, en el segundo artículo de Luís Alemán, se dice que “El latín pasa a ser considerado como la lengua sagrada, el lenguaje de Dios. El que preside la mesa se separa del pueblo, se pone de espaldas al pueblo, reza en silencio la anáfora”. Y esto hace referencia, por supuesto, al hecho mismo de la forma de celebración de la Eucaristía.
Afirmando la imposibilidad de hacerle, digamos, de espaldas al pueblo, lo que se hace es hacer pasar por inexistente y vergonzante para Cristo lo que, en realidad, no era extraño, como dice Benedicto XVI “la idea de que el sacerdote y los fieles debían mirarse unos a otros durante la oración ha surgido por primera vez en la era moderna y es completamente extraña al cristianismo antiguo ya que el sacerdote y los fieles no rezan uno al otro sino dirigidos al Señor”.
Y el aspecto de la celebración es, sólo, uno de los que el articulista de “Somos Iglesia” (en Andalucía) pone en mal lugar. Parece como si la Eucaristía fuera una especie de invención de unas personas con ánimo de modificar la voluntad de Cristo y de hacer, digamos, de su capa un sayo.
Se dice, sobre todo, que la actual Eucaristía, la Eucaristía al fin y al cabo, es una “estafa”. Es decir que se trata de “provocar un perjuicio patrimonial a alguien mediante engaño y con ánimo de lucro” que es, exactamente, la definición de tal delito.
No se ve, en primer lugar, ningún tipo de perjuicio que afecta al patrimonio de ningún creyente. Si lo que se pretende decir es que se afecta al que lo es espiritual, nada más lejos de la realidad porque ni sentimos ningún perjuicio (como creen ciertos iluminados) ni, tampoco, entendemos que haya ningún tipo de “lucro” (es decir, un beneficio que sería, al fin y al cabo, injusto) en la celebración de la Eucaristía.
Pero va, digamos, demasiado lejos cuando dice que “sólo cabría preguntarse si fue la estafa de la mesa del Señor lo que facilitó la estafa de la Iglesia, o viceversa”
Está claro que lo que se quiere decir es que hasta es posible que la misma Iglesia sea una estafa y, de ahí, se deducirían el resto de comportamientos fraudulentos de la misma.
Entonces, si la Iglesia es una estafa, ¿Es un estafador quien la creó?; ¿un estafador quien la dejó en manos de Pedro?
Tampoco se entiende que se diga que “Volver a las fuentes” era “la nostalgia que corría por la sangre de las minorías creyentes después de la segunda guerra mundial” porque sabemos que la fuente primera y principal es Cristo y, según lo dicho arriba, para este señor y, claro, para Somos Iglesia y, claro, para Redes Cristianas y, claro, para toda la progresía que hay dentro de la Iglesia católica, puede ser una estafa la misma Iglesia.
En realidad, lo que quieren personas como Luis Alemán y los que siguen sus teorías es, efectivamente, “volver a las fuentes” pero a las fuentes paganas y precristianas porque, al parecer, sería la única forma de, llegado Cristo, pudieran manejar a la Iglesia a su gusto y antojo.
Pero no nos engañemos, ni pretendan engañarnos con tales subterfugios porque lo que, con esto se pretende (a modo de lluvia fina que cale en el creyente desprevenido), es atacar, una vez más, a la Iglesia-institución ignorando que todos los creyentes formamos parte, como piedras vidas, de la Esposa de Cristo y, sobre todo, como si fuéramos, en general, tontos de remate por admitir, como propia, una celebración como la Eucaristía, a sabiendas de que es una falsedad y, así, una estafa, como dice el tal autor.
Y es que cree el ladrón…
14 comentarios
Saludos.
Creo que he dicho suficiente (aunque no todo) sobre lo que pienso de los artículos citados de Luis Alemán. Por eso no creo que tenga, ahora, que ir línea por línea refutando lo dicho en ellos porque sería, además, demasiado aburrido.
Además, entiendo que las personas que leen los artículos que yo escribo son perfectamente capaces de acudir a los enlaces que pongo, leerlos y saber si lo que digo son simplezas o responden a la verdad las críticas que hago.
Pero es que el caso, éste, es demasiado sangrante (por lo absurdo de lo dicho por el criticado por mí) como para querer ahondar mucho más. La superficie es, ya, suficientemente clarificadora de una mentalidad que ve venir a lo lejos y que, en verdad, ni tiene sentido ni tampoco se le espera.
Pero, de todas formas, si así se queda tranquilo le digo que voy a tomar, párrafo a párrafo lo dicho por Luis Alemán y en cuanto pueda, dentro del día de hoy mismo, 24 de octubre, en un comentario, diré, más extensamente, lo que pienso.
Ahora, no le puedo asegurar que no sea más duro que lo que he escrito aquí, en el artículo que Ud. critica.
Creo que tiene razón en lo que dice, pero al hilo de su comentario, envío una reflexión: creo que la Iglesia Católica debe asumir de una vez una regulación real y efectiva de sus fieles, de quienes viven en comunión. Creo que es necesario que los católicos nos identifiquemos como tales y, desde un sentimiento fraterno, pero al mismo tiempo riguroso, saber QUIENES NO COMPARTEN NUESTRA FE.
Lo bien cierto es que corresponde, a cada uno de los que nos consideramos cristianos y católicos hacer de la comunión una verdad y no una apariencia, como muchas veces parece. Nosotros formamos parte de la Iglesia que fundó Cristo y eso se debería notar, por ejemplo, no admitiendo ciertas manipulaciones que, a veces, se dan en las Eucaristías o, simplemente, protestando cuando una homilía no tiene contenido o no nos dice nada.
Por otra parte, saber quiénes son las personas que, diciéndose católicas, en verdad, no lo son o lo son de forma, digamos, tangencial, es tarea, creo yo, también, de cada uno de nosotros pero, eso sí, con una adecuada formación.
Un católico bien formado detecta quien aparenta serlo pero quien, en realidad, no lo es y sólo quiere hacer daño.
No es nuevo el tener que soportar disparates, desde los primeros siglos del cristianismo se han dado, respecto de multitud de aspectos de nuestra fe cristiana;lo que si resulta cargante es que en pleno siglo XXI con lo que se ha investigado, conocido y revelado sobre la Eucaristía hacer esas afirmaciones por parte de L Alemán me producen tristeza y verguenza ajena.
¿Somos bobos los que creemos en el Sacramento de la Eucaristía, todos los que alimentamos nuestra fe y nuestro espíritu con el pan del cielo?,o,¿quizá sea la Eucaristía (esa cosa falsilla) la que nos permite tolerar, aceptar y comprender los desvaríos de la persona, aunque rechacemos sus propuestas?.
Pedro
Es Dios quien juzga,recuerdo, respecto de tu entrada, la parábola del trigo y la cizaña.Recuerdo también que estamos en año de alguien que pasó de "perseguir a los cristianos con saña" a ser el apóstol de los gentiles: S.Pablo
Es cierto que, muchas veces, se pretende que todas las personas que, dentro de la Iglesia (formándola y constituyéndole) estamos, por decirlo así, timadas o engañadas por la misma Iglesia. Son argumentos pobres pero que pueden ir calando, poco a poco, en la mentalidad de los creyentes que tienen, de su fe, un conocimiento, digamos, escaso.
Siempre a quien menos le importa es quien mas cizaña mete.No se si se refieren a la presencia real de Cristo . Si es eso es porque no van a comulgar en Gracia ,si es que van,porque si no ya habrian experimentado la presencia viva de Cristo en ellos.
Pedimos por ellos y por lo demas,a palabras necias oidos sordos. Mejor no entrar al trapo.
A los que creemos y no tenemos otros medios para defender a nuestra Iglesia, solamente nos queda ,ANTE EL SANTÍSIMO SACRAMENTO, ORAR...
Totalmente estoy de acuerdo con Ud. en lo que dice pero sí que
podemos hacer algo, además de orar (claro): denunciar, en los
foros que corresponda, cuando se aprecie alguna clase de artículo
o actuación del estilo de la que aquí se ha denunciado.
Pero, sobre todo, orar.
¡Cáspita,recórcholis,caramba, ya me va sonando!.Todo el enfoque se basa en el descrédito de toda Tradición y Jerarquía y en el seguimiento boffiano de elaboración de una iglesia popular (eclesiogénesis) enunciado cercano al planteamiento luterano (de moda en estos días).
Desmonto, desacredito, ocupo su lugar y mando, controlo, eso sí en nombre del pobre.
Luis Alemán Mur,y a todos los que te hacen el juego: ¡a otro perro con ese hueso!
Sí, parece que son los mismos de siempre pero con trompetería mediática.
Y es que, además, el nombre de "fe adulta" ya dice mucho de la que nos imputan a los demás: fe infantil.
Lo malo para ellos es que parece que olvida que si no son como niños no entrarán en el reino de los cielos.
Es que su memoria es cosa de adultos, claro.
Es una pena que el integrismo católico no soporte la disidencia y el pensamiento crítico en pleno siglo XXI. Deben sufrir bastante.
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