¿De parte de quién está Juan José Tamayo?
EL pasado 20 de mayo publicaba, en elPeriodico.com, el Teólogo Juan José Tamayo un artículo de los suyos.
Antes de seguir tengo que decir que, es muy posible, que pueda resultar pesado, por mi parte, traer, con tanta frecuencia, al miembro de la Asociación de Teólogos y Teólogas Juan XXIII, a las páginas digitales de InfoCatolica. Sin embargo, es, sin duda, obligación del que esto escribe lidiar con tan malcarados toros.
El tema, enojoso, que trae a colación, es el de la reprobación, pretendida, de Benedicto XVI por parte de ciertos grupos de la izquierda española.
Hay que reconocer, para empezar, que Tamayo lo tiene claro. Ni una concesión, ni media, a lo que llama “jerarquía” eclesiástica”.
Sobre las justas y necesarias declaraciones hechas por quienes pueden hacer tal cosa (Rouco Varela, Ricardo Blázquez, Antonio Cañizares, etc.) el teólogo progre entiende que:
“Ni siquiera en sus polémicas con el Gobierno socialista a propósito de las leyes del divorcio exprés o del matrimonio homosexual habíamos oído un lenguaje tan montaraz, beligerante y nacionalcatólico, que refleja una falta de respeto por las reglas del juego democrático y por el Parlamento como expresión genuina de la voluntad popular”
Al parecer, el lenguaje utilizado no es del gusto de Tamayo que, sin duda, habría preferido otro más muelle y light, más adaptado a lo políticamente correcto.
Además, no parece tener muy claro la cuestión que aquí se debate y que no es otra que la libertad de expresión de Benedicto XVI (porque a Tamayo, seguro, le gustaría que fuese ninguna):
“El problema no radica en cuestionar la libertad de expresión del Papa, que ejerce sin cortapisa alguna, sino en su impunidad cuando hace declaraciones contrarias a la dignidad de la persona y los derechos humanos”
Aquí es la primera vez que sugiere un posible “castigo” a las palabras que, sobre el uso del preservativo, pronunció el Santo Padre en el avión que lo trasladaba a África. Es, por tanto, un primer acercamiento a la maldad y tergiversación de las cosas.
Pero, claro, hay más. Abunda, al menos en dos ocasiones, en la, dice Tamayo, actitud delictiva (ni siquiera entiende que pueda ser presunta) de las personas que encabezan a la Iglesia española:
1.-“La jerarquía católica acostumbra a calificar el aborto de asesinato y de acto terrorista y a llamar asesinas y terroristas a las mujeres que abortan, al tiempo que reclama sanciones penales, amén de las canónicas, contra ellas. Y lo hace con total impunidad alegando que es la doctrina oficial de la Iglesia católica en correspondencia con la ley natural (que, al decir de Norberto Bobbio, ni es ley ni es natural). Este tipo de descalificaciones no son tolerables, ya que constituyen un delito, y deben ser reprobadas en y por las instituciones democráticas correspondientes.”
2.-“Más grave y delictiva todavía es la oposición al uso de los preservativos para evitar el contagio del sida, alegando, contra los más elementales principios sanitarios, que lo agrava”
O sea, que la jerarquía española está compuesta por delincuentes (así les llama este tipo despreciable) que:
-Creen que abortar es asesinar porque lo es: se mata sin defensa posible de quien pudiera defenderse.
-Creen que el preservativo no es la solución al sida porque no lo es.
Y esto, se diga lo que se diga, es algo más que decir lo que se piensa; es, sobre todo, una forma de manifestarse como ruin y torticero por parte de alguien que tiene, es un decir esto, como objetivo de su vida, la Palabra de Dios y la doctrina de Cristo.
Y acaba con una muestra de sentido democrático extraordinaria:
“Se apruebe o no en sede parlamentaria la iniciativa de IU-ICV, la reprobación ya se ha producido en la opinión pública y en organismos internacionales. A ver si el Papa y los obispos aprenden la lección y no vuelven a hablar con tanta irresponsabilidad de temas que exigen un tratamiento ética y científicamente más riguroso.”
O sea, que Tamayo ha sentenciado: el Papa es culpable.
Además, advierte de lo que deben hacer personas que, como poco, le superan en comportamiento católico: a ver, a ver…
A ver si Juan José Tamayo es algo menos deslenguado al escribir porque decir lo que aquí ha dicho no es muy presentable pero, para su nivel, es lo máximo a lo que puede aspirar.
Entonces… ¿De parte de quién está Tamayo?
13 comentarios
En el rechazo de la contracepción, el aborty la eutanasia coinciden ambos papas, pastores supremos de la Iglesia católica. Hans Kúng, que pretende falsamente enfrentar a uno con otro, se queda al descubierto, es decir, con el culo al aire.
Saludos en Cristo y en su Iglesia, en este tiempo de prueba. LUIS ALBERTO HENRÍQUEZ LORENZO
En el rechazo de la contracepción, el aborty la eutanasia coinciden ambos papas, pastores supremos de la Iglesia católica. Hans Kúng, que pretende falsamente enfrentar a uno con otro, se queda al descubierto, es decir, con el culo al aire.
Saludos en Cristo y en su Iglesia, en este tiempo de prueba. LUIS ALBERTO HENRÍQUEZ LORENZO
En el rechazo de la contracepción, el aborty la eutanasia coinciden ambos papas, pastores supremos de la Iglesia católica. Hans Kúng, que pretende falsamente enfrentar a uno con otro, se queda al descubierto, es decir, con el culo al aire.
Saludos en Cristo y en su Iglesia, en este tiempo de prueba. LUIS ALBERTO HENRÍQUEZ LORENZO
En el rechazo de la contracepción, el aborty la eutanasia coinciden ambos papas, pastores supremos de la Iglesia católica. Hans Kúng, que pretende falsamente enfrentar a uno con otro, se queda al descubierto, es decir, con el culo al aire.
Saludos en Cristo y en su Iglesia, en este tiempo de prueba. LUIS ALBERTO HENRÍQUEZ LORENZO
En el rechazo de la contracepción, el aborty la eutanasia coinciden ambos papas, pastores supremos de la Iglesia católica. Hans Kúng, que pretende falsamente enfrentar a uno con otro, se queda al descubierto, es decir, con el culo al aire.
Saludos en Cristo y en su Iglesia, en este tiempo de prueba. LUIS ALBERTO HENRÍQUEZ LORENZO
En el rechazo de la contracepción, el aborty la eutanasia coinciden ambos papas, pastores supremos de la Iglesia católica. Hans Kúng, que pretende falsamente enfrentar a uno con otro, se queda al descubierto, es decir, con el culo al aire.
Saludos en Cristo y en su Iglesia, en este tiempo de prueba. LUIS ALBERTO HENRÍQUEZ LORENZO
En el rechazo de la contracepción, el aborty la eutanasia coinciden ambos papas, pastores supremos de la Iglesia católica. Hans Kúng, que pretende falsamente enfrentar a uno con otro, se queda al descubierto, es decir, con el culo al aire.
Saludos en Cristo y en su Iglesia, en este tiempo de prueba. LUIS ALBERTO HENRÍQUEZ LORENZO
En el rechazo de la contracepción, el aborty la eutanasia coinciden ambos papas, pastores supremos de la Iglesia católica. Hans Kúng, que pretende falsamente enfrentar a uno con otro, se queda al descubierto, es decir, con el culo al aire.
Saludos en Cristo y en su Iglesia, en este tiempo de prueba. LUIS ALBERTO HENRÍQUEZ LORENZO
En el rechazo de la contracepción, el aborty la eutanasia coinciden ambos papas, pastores supremos de la Iglesia católica. Hans Kúng, que pretende falsamente enfrentar a uno con otro, se queda al descubierto, es decir, con el culo al aire.
Saludos en Cristo y en su Iglesia, en este tiempo de prueba. LUIS ALBERTO HENRÍQUEZ LORENZO
Pedro fue bien categórico al decir que debíamos dar razones de nuestra fe, eso significa utilizar mente y corazón, los cuales parece que están severamente alienadas en este caso, ya que aplaudir a Bendito XVI cuando muchas veces ha dicho tonteras que después su séquito ha tenido que tratar de suavizar, significa una escasez de reflexión impresionante. Por otra parte, ya no estamos en los tiempos feudales, para tratar de imponer los criterios limitados que muchos en la jerarquía aún mantienen, especialmente para mantener posiciones de poder y privilegios que se traducen en ingresos que nunca se declaran. Dar clases de moral, con tanta falta de coherencia (pedofília, abusos, robos, etc.) me hace recordar Lucas 6, 41 (¿lees la Biblia alguna vez?).
Ya está bueno de este clericalismo que hace que como católicos, continuamente estemos avergonzándonos de actitudes y dichos de gran parte de la jerarquía eclesial, para que además encontremos a quienes, aprovechando sus medios, quieran denostar a los pocos que son consecuentes con la fe y con Cristo.
Por otra parte, es ridículo repetir insistentemente la opinión de un lamebotas que tampoco utiliza sus neuronas para tratar de entender, antes de hablar.
Ojala en algún momento puedas sentir verdaderamente a Jesús en tu corazón, para que comprendas que su afán era instaurar el Reino de Dios, no un reino humano construido mal utilizando su nombre, para vivir como lo hace el “Santo Padre” rodeado de riquezas.
Sin embargo, mi experiencia militante (y cuando digo militante quiero decir militante, que no es lo mismo que decir progresista, sin con ello querer afirmar que soy o que he sido un militante ejemplar, para nada) ya me enseña como casi indudable que una cosa es ser militante y solidario y otra muy distinta es ser progre, progresista, disidente, hipercrítico eclesial... Esto, el estar siempre a toda hora y en todo lugar criticando a la institución eclesial, a menudo con insultos y desprecios de todo tipo, permíteme -sobre todo siempre y cuando te hayas referido a mí- que te diga que es profundamente antievangélico, y por ende, antieclesial. Es decir, repitámoslo con Guillermo Rovirosa, alma máter de la HOAC y actualmente en proceso de beatificación: "No se puede ser un verdadero apóstol de Cristo sin un amor apasionado por la Iglesia, la Esposa de Cristo."
Rovirosa, acaso el más grande forjador de militantes obreros cristianos de la Iglesia en España durante todo el siglo XX, trató de vivir con pasión esa realidad amando apasionadamente a la Iglesia, santa y pecadora, muy santa y muy pecadora, pero sacramento de salvación para la humanidad precisamente por voluntad de su fundador.
Ignoro las razones o motivaciones profundas de la progresía católica para, un día sí y otro también, criticar constantemente a la Iglesia, la Esposa de Cristo, casi siempre, por cierto, no en nombre de la fidelidad al Evangelio y sí en nombre de la fidelidad a los "designios" del mundanismo. Y esto, amigo, no es, me parece a mí, ni muy evangélico ni muy eclesial.
La Iglesia, "semper reformanda" (esto es, siempre mediocre y mejorable, pero santa por su fundador)dudo mucho muchísimo que pueda mejorar (es decir, volverse día a día más fiel a su razón de ser, que no es otra que el anuncio de Jesucristo) con la inquietante presencia de hijos e hijas que se dicen suyos y suyas pertinazmente empeñados en criticar, zaherir, adaptar al espíritu del mundo y no al del Evangelio...
Lo anterior señalado en el párrafo precedente no es obstáculo en absoluto para soñar, día a día, con una Iglesia más pobre, humilde y samaritana. Y para mejor concebir ese sueño considero que los modelos siguen siendo los santos y santas de Dios (incluidos, claro es, a todos esos santos y santas que ni están hoy día ni fácilmente llegarán a los altares): los santos más bien criticaron poco (y desde luego, no en plan progre), pero arrimaron muchísimo el hombro en la labor de construir la Iglesia de Cristo.
Abundando sobre este particular, no me toca a mí juzgar si los hipercríticos católicos arriman mucho o poco el hombro a la labor de evangelización o de anuncio del kerygma o como cada quien quiera llamar a la acción de hacer presente a los demás la buena nueva de Jesús de Nazaret, pero no quiero dejar pasar de largo la oportunidad de que tanta matraquilla contra la institución me huele a chamusquina, a gato encerrado.
¿Quién, atesorando en su interior, en su conciencia, un mínimo de amor al Evangelio y a la Iglesia, no sueña con una Iglesia más auténtica, es decir, más solidaria, más pobre y humilde, más servicial o samaritana...? Sin embargo, ¿a esa Iglesia se llega legitimando la práctica del aborto, atacando a la familia formada por la unión amorosa, fiel y fecunda, de un hombre y una mujer...?
En cuanto a lo de que el papa actual Benedicto XVI vive rodeado de riquezas en el Vaticano... En fin, me parece una apreciación esa tan burda y tan falsa (es decir, tan progresista) que es que lo que da es pena, así de simple. Creo que pensar eso del tren de vida del Papa actual es simple y llanamente una difamación. Y difamar no es mostrar amor a la Iglesia, me parece. Con todo, no quiero afirmar que el Papa de nuestros días no pueda ser mejor vicario de Cristo, más austero, más sabio y santo, etcétera. Sin embargo, ¿quién puede negar en justicia y en verdad que Benedicto XVI no da suficientes muestras de que está empeñado en ser un Papa muy fiel al Evangelio, a la Iglesia, a las necesidades de la Iglesia, incluso a la solidaridad, a la verdad sin rebajas, por mucho que al mundo fastidie esa apuesta papal por la verdad concebida como empresa o esfuerzo objetiva y perfectamente asumible por el hombre, todo ello frente al decreto postmoderno que trata de imponer, ¡hasta en el seno de la Iglesia misma, la Esposa de Cristo!, la tesis, en el nombre del relativismo, de que las verdades absolutas no existen ni, en el caso hipotético de que sí existieran, pueden ser alcanzadas por el hombre?
En fin, no deseo continuar con esta reflexión. Saludos.
LUIS ALBERTO HENRÍQUEZ LORENZO
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