Itinerarios de oración – y 4. - Ángel Custodio
En el camino que nos lleva a Dios, a quien ansiamos y a quien buscamos en nuestra vida ordinaria, tiene una notable importancia esa relación directa que establecemos con Jesucristo, hermano nuestro, con María, Virgen, Madre de Dios y Madre nuestra, con el Espíritu Santo, aliento de Dios y, por último, con el Ángel Custodio que Dios destinó para que nos guardase. Es por esto que en esta relación tan especial que supone, más que nada, el hecho de orar o de rezar, cabe indicar un, a modo, de “itinerario de oración” como posibilidad de establecer un contacto vivificador con aquellas personas que son, para nosotros, un hilo conductor de impagable valor espiritual.
Así, y por esto podríamos establecer un “camino de interioridad”, podríamos decir, mediante el cual, invoquemos, en cada ocasión, a quien creamos indispensable para nuestra vida, en solicitud de intercesión, ayuda, auxilio.
Por otra parte, de las oraciones que en la serie “Itinerarios de oración” han ido apareciendo, una de ellas, en cada número de la serie, corresponde a una que lo es de uso común entre los creyentes católicos y el resto han sido creadas por el autor de la serie. Lo son, por lo tanto, de uso privado y no han tenido aprobación de organismo eclesiástico alguno.
Con la referencia al Ángel Custodio que es, creo yo, el gran olvidado por muchos católicos, termina esta corta, pero gozosa serie dedicada a la oración y a una posible forma de hacer un itinerario que acerque nuestros espíritus a los que tanto nos acompañan.
ÁNGEL CUSTODIO
“Ten confianza con tu Angel Custodio.-
Trátalo como un entrañable amigo-lo es-
y él sabrá hacerte mil servicios
en los asuntos ordinarios cada día“.
S. Josemaria - Camino, n. 562.