Bermejo y Eutanasia: la muerte hecha cultura progre
El artículo de hoy lo iba a dedicar a una persona en particular.
Empezaba como sigue (en el entrecomillado está el texto):
“Como no podía ser menos, acudir a Religión Digital es encontrar un semillero de temas de los que escribir. Curiosamente, siempre son las mismas personas las que, en general, dan pie a que se refiera uno a lo que, haciendo abstracción de la persona, pueda aplicarse lo que dice a otras muchas personas.
El texto venía contenido en un artículo publicado en el Blog que Julián Moreno Mestre tiene en RD.
El título (“Palabras que se las lleva el viento”) es bastante curioso porque denota algo que, en sí mismo, es una característica de los sectores progres de la Iglesia católica: la desmesura con la figura del Santo Padre, Benedicto XVI y, en general, con el papado y la jerarquía eclesiástica”.
Sin embargo, ante tanta necedad que, en verdad, no puede llevarse el viento, dejé de escribir porque me di cuenta de que otro tema, bastante más importante que el que iba a dar pie, seguro, a una nueva trifulca internáutica, llamó mi atención.
Y es el que sigue.
La noticia dice que “El ministro de Defensa, Mariano Fernández Bermejo, ha interrumpido sus vacaciones para reunirse con los miembros de la Asociación Derecho a Morir Dignamente “
Ante esto, digo que hay soluciones que son, sólo, supuestas soluciones a algunas enfermedades que el ser humano padece a lo largo de su vida e, incluso, cuando está dentro del seno materno.
La supuesta solución tiene un nombre que, en griego, quiere decir, “buena muerte” y es, simplemente, la eutanasia. Ésta es, muchas veces, el sueño a alcanzar por las conciencias progres, entre otras parte, de España.
También se vende como un progreso de la humanidad, como un efecto benéfico de la técnica aunque, es evidente que no lo es sino, al contrario, expresión de lo que Juan Pablo II Magno dijera, y dice, en su Encíclica Evangelium Vitae, una “cultura de muerte” (EV, 12) En apoyo de lo dicho antes, también dice, en la misma Encíclica y en el mismo punto, que “esta estructura está activamente promovida por fuertes corrientes culturales, económicas y políticas, portadoras de una concepción de la sociedad basada en la eficiencia”.
La noticia continuada diciendo que “Bermejo les ha reiterado el compromiso del Gobierno de mejorar en cuidados paliativos y en la definición de la limitación del esfuerzo terapéutico”.
Y esto es malo de todo lo malo que uno se pueda imaginar porque dice lo que dice: “limitación del esfuerzo terapéutico” o, lo que es lo mismo, aceleración de la muerte y, al fin y al cabo, eutanasia.
Sobre este tema apuntaló la doctrina cristiana una manifestación que el Nuncio Apostólico en España y Andorra, monseñor Manuel Monteiro de Castro, hizo.
Vino a decir el Sr. Nuncio, también, que la situación planteada por casos de eutanasia y, sobre todo, por la difusión que se pretende dar a este tema tiene mucha relación con la actuación de Hitler. Y esto se debe, más que nada, como “consecuencia de una sociedad sin Dios“.
Y es que, a veces, las verdades duelen mucho.
También indicó que “Cuando fundamentamos los valores en el hombre, estos son muy frágiles. Bastaría con echar un vistazo al siglo XX“
Por tanto, dos realidades hay que tener en cuenta: el hombre pretende apoyar su vida en su única valía y, en segundo lugar, y como consecuencia de tal vano intento, la sociedad se convierte en una que lo es sin Dios.
Esto, como bien puede pensarse, no es muy positivo para la humanidad porque, como muy bien dijo el Sr. Nuncio, ejemplo de tales verdades pueden apreciarse, perfectamente, en el siglo XX pasado donde toda ideología contraria a Dios (a su olvido o a su marginación) tuvo asiento.
Pero no vaya a creerse que el Sr. Nuncio dijo algo que esté lejos del pensamiento cristiano y que podría encuadrarlo dentro de lo que muchos llaman “extremismo religioso”. Es, muy al contrario, la idea de la defensa de la vida, en todos sus estados y situaciones, algo elemental de la doctrina establecida (confirmando la de Dios) por Cristo.
Así, en el Ángelus del día 4 de febrero de 2007, Benedicto XVI dijo que no era admisible “caer en el engaño de pensar que se puede disponer de la vida hasta poder legitimar su interrupción con la eutanasia, enmascarándola con un velo de humana piedad“.
No hay, por supuesto, nada nuevo en lo dicho.
Arriba se dijo que también los nasciturus podían sufrir esta nueva lacra social que es la eutanasia. Por eso el Sr. Nuncio refirió el caso de algunas naciones que se están planteando “la eutanasia para niños con deficiencias“.
¿Cuál puede ser la aberrante razón que podría llevar a la aprobación de tal instrumento de muerte?
Al parecer, según lo dicho por el Sr. Monteiro de Castro, “porque, dicen, no son útiles para la sociedad“.
Y esto es, sobre todo, muestra de lo que, como hemos dicho arriba, una sociedad sin Dios puede llegar a hacer. Cuando el relativismo se impone a nivel general, cualquier cosa da lo mismo y, por eso, la vida de un ser que no ha nacido no se tiene en cuenta como lo que es, una persona con dignidad. Pero no con “algo” de dignidad sino con “toda” la dignidad que le corresponde por el hecho mismo de ser persona.
Por “eficiencia” (según lo dicho por Juan Pablo II Magno en su Evangelium Vitae) se mata a las personas enfermas y por eficiencia de les aplica la eutanasia a los no nacidos portadores de alguna enfermedad. Es esa forma de proceder lo que determina una sociedad también enferma que pasa de largo cuando se conocen noticias según las cuales la bondad humana ha permitido que alguna persona deja de sufrir porque el sufrimiento, muchas veces, ni se comprende ni, sobre todo, se admite cuando prevalece el tener sobre el ser; cuando no se es capaz de apreciar el valor intrínseco que tiene una vida humana y que es, por eso mismo, irrepetible.
Cuando el Sr. Nuncio en España dijo lo que dijo sobre la eutanasia seguramente sabía que se estaba arriesgando a que muchas personas lo tildaran de retrógrado y, seguramente, de facha.
Sin embargo, no menos claro es que, como dijo Jesucristo, lo que es sí ha de ser sí y lo que es no ha de ser no.
Pues eso. Aquí es no.
La noticia abundaba en lo dicho por el Ministro de Justicia: “Fernández Bermejo, asimismo, ha añadido que el Gobierno se encuentra en ‘un período de reflexión profunda en todo lo referido al asunto de los cuidados paliativos y la limitación terapéutica”
No dudamos que puedan estar reflexionando. Sin embargo, niego la posibilidad de que pueda ser “profunda” tal acción porque basta con tener algo de sentido común (muy poco) para darse cuenta que la vida vale más, por digna, que la dignidad que quieren atribuirle los matarifes gubernamentales (y aquellos que les siguen) que es ninguna, cero, nada.
Aunque, a lo mejor es que personas como el Ministro de Justicia, su jefecillo y sus colegas de Consejo de Ministros es que no tienen, ni siquiera, los dedos de frente que hay que suponer a las personas que dirigen una nación.
Sí, es más que posible que sea eso.
Eleuterio Fernández Guzmán
12 comentarios
me fastidia un pelín el título del post.
Bastaría decir que yo no soy progre y menos aún me considero parte de esa llamada "cultura de la muerte" en cuyo saco metéis todo.
Respecto al tema de la eutanasia, a petición de un comentarista muy majo, Fredense, he dejado mi opinión en un par de comentarios en el blog de LF. Eso es lo que piensa una "progre". Léelo y dime si eso es cultura de la muerte, si eso se puede meter en el mismo saco de quienes en última instancia consideran que las personas valen por su rendimientoeconómico-social y, por tanto, hay que eliminar a quienes no producen y sólo consumen.
He pensado que el texto prometido te lo mando a ti en particular (mándame a donde, si quieres, a mi correo, que es el auténtico, si te parece, claro). Conforme escribo, ya sé quiénes y cómo se me van a echar encima y con qué malos modos o trampas saduceas. Casi puedo enumerar los nicks que me atacarán y con qué maneras lo hará cada uno. Y no me apetece nada irecibir los pirppos de algunos/as, que ya me los sé.
Admás, hoy he leído un comentario de LF, en respuesta a un comentarista llamado Carlos, en el artículo de Trevijano. Me ha parecido lo más atoz en forma y fondo de cuantas barbaridades le he leído a LF, y son unas cuantas. Leyendo ese comentario, entran ganas de tirar la toalla, de mandar a freír espárragos todo intento de vivir la feen la Iglesia en la que una ha nacido, se ha educado e intenta tener a sus hijos.
Inmediatamente después, una piensa que NO que todo lo contrario, que no se puede dejar la Igleisia de Cristo cerrada a cal y canto y con las puertas vigiladas por LF para echar a quien él quiiera y no dejar a entrara a nadie. Por fortuna, por más que algunos chillen, no pueden echar a nadie a gritos, diciéndoles que SOBRAN. No sé que piensas tú de frases como ésta:
voy a ser muy clarito. En la Iglesia Católica SOBRÁIS, literalmente SOBRÁIS, todos los bautizados que no aceptaís infalibilidades, dogmas, doctrinas supuestamente contrarias a la naturaleza de las personas, y cientos de imposiciones, mandatos, preceptos y cánones """
Es más largo, ve y léelo si no lo has hecho ya. El resto es también terrible.
No dir
"""
Estoy de acuerdo con que el título puede que no guste, pero es lo que pienso.
Por otra parte, te enviaré un correo, aunque el otro día ya te lo remití y me dijo, el programa de mi correo, que no podía llegarte o algo así. Lo volveré a intentar.
Sí, conozco a Carlos. Se despidió de mi blog porque decía algo así como que yo era imposible de corregir.
Sobre lo del comentario de LF el sábado escribiré un artículo sobre lo que pienso de las personas que no están de acuerdo con dogmas,. etc.
Espero que no se sea muy disgustante.
Hoy estoy especialmente asqueada de las cosas que he leído. Y trsite y preocupada por mis propios asuntos personales. Así que, paso por hoy de ReL donde me gritan que SOBRO, y lo en el blog, sino nada menos qulo que no are en mi Igleisia. Tengo claro que no sobra nadie, pero antes sobrarían los chillones porteros de discoteca que se colocan en el atrio para que no entre nadie sin certificado de cumplir cánones y proclamar dogmas, que los que hemos recibido esos gritos.
quería decir que me gritan que SOBRO y no de estos blogs sino nada menos de de mi Iglesia
tremendo
ya me temo lo que piensas de los que no creen ciertos dogmas. O los dudan, o los dejan entre paréntesis, o en segundo plano, que no todo es SÍ o NO, la honestidad admite no tener claras algunas cosas.
Sólo los fanáticos proclaman dogmas a gritis mientars a anatematizan a todo el que no los proclame como ellos: con el mismo tono de voz gritona, dando un puñetazo en la mesa y echando chispas por los ojos y espumarajos por la boca.
La verdad es que creo que te ha afectado demasiado lo dicho por Luis Fernando en el comentario al que has aludido antes. Muchas veces me ha llamado, a mí, fanático Carlos (hasta que dejó de participar en mi blog)
No deberías temer nada de lo que yo pueda pensar antes de tiempo porque, a veces, las cosas no son como parecen (ya sabes eso de las apariencias) pero ya se verá.
Pues yo creo que se podría estudiar, un poco más despacio, lo dicho por Luis Fernando.
Ya sé que esto no te va a gustar pero el repente (Lo que se hace en caliente ) trae malas consecuencias.
Lo del "repente" y sus malas consecuencias, lo dirás por LF, ¿no? ¿Por qué no había de gustarme a mí?
Entre LF y don Demetrio con su visión de la juventud, en 2011, las Iglesias cerradas, eso sí, LF dentro con cuatro colegas.
Yo creo que es muy importante saber qué es lo que se quiere decir cuando se dicen tales cosas porque hay que comprender la situación de cada cual.
De todas formas, quiero preguntarse si te llegó mi correo. Yo he cogido el que yo puedo ver (que no voy a decir aquí, claro)
Por favor, díme algo porque si no habrá que ver cómo hacer tal comunicación de forma, digamos, discreta.
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