Asunción de María
COMENTARIOS DE PRECEPTO
Están dedicados los “Comentarios de Precepto” al acercamiento a los textos propuestos por el Calendario Litúrgico para los días en que, no siendo domingo, una fiesta que lo es considerada como tal, ha de ser destacada. Así, llegado este 15 de agosto, día de la Asunción de María, trato de hacer lo mismo. En primer lugar, para tener una visión total de lo dicho, he copiado, de la Biblia de Jerusalem, los textos citados para, luego, comentar lo que yo crea que es comentable, siendo consciente que otros, mucho más doctos que yo, ya han hecho esto muchas veces. La visión que yo doy es, como siempre, personal, pero, también siempre, iluminada, en lo que yo sea capaz de captar, por el Espíritu Santo.
Así, pasemos a lo que corresponde al día de hoy
Textos Bíblicos para este día de Precepto
Ap 11, 19a
Y se abrió el Santuario de Dios en el cielo, y apareció el arca de su alianza en el Santuario, y se produjeron relámpagos, y fragor, y truenos, y temblor de tierra y fuerte granizada.
Ap 12,1-6a
“Una gran señal apareció en el cielo: una Mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza; está encinta, y grita con los dolores del parto y con el tormento de dar a luz.Y apareció otra señal en el cielo: un gran Dragón rojo, con siete cabezas y diez cuernos, y sobre sus cabezas siete diademas.Su cola arrastra la tercera parte de las estrellas del cielo y las precipitó sobre la tierra. El Dragón se detuvo delante de la Mujer que iba a dar a luz, para devorar a su Hijo en cuanto lo diera a luz.
La mujer dio a luz un Hijo varón, el que ha de regir a todas las naciones con cetro de hierro; y su hijo fue arrebatado hasta Dios y hasta su trono. Y la mujer huyó al desierto”.
Ap 10 ab
“Oí entonces una fuerte voz que decía en el cielo: «Ahora ya ha llegado la salvación, el poder y el reinado de nuestro Dios y la potestad de su Cristo, porque ha sido arrojado el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba día y noche delante de nuestro Dios.”
Salmo 44
Del maestro de coro. Según la melodía: «Lirios…» De los hijos de Coré. Poema. Canto de amor.
Bulle mi corazón de palabras graciosas; voy a recitar mi poema para un rey: es mi lengua la pluma de un escriba veloz.
Eres hermoso, el más hermoso de los hijos de Adán, la gracia está derramada en tus labios. Por eso Dios te bendijo para siempre.
Ciñe tu espada a tu costado, oh bravo, en tu gloria y tu esplendor
marcha, cabalga, por la causa de la verdad, de la piedad, de la justicia. ¡Tensa la cuerda en el arco, que hace terrible tu derecha!
Agudas son tus flechas, bajo tus pies están los pueblos, desmaya el corazón de los enemigos del rey.
Tu trono es de Dios para siempre jamás; un cetro de equidad, el cetro de tu reino; tú amas la justicia y odias la impiedad. Por eso Dios, tu Dios, te ha ungido con óleo de alegría más que a tus compañeros;
mirra y áloe y casia son todos tus vestidos. Desde palacios de marfil laúdes te recrean.
Hijas de reyes hay entre tus preferidas; a tu diestra una reina, con el oro de Ofir.
Escucha, hija, mira y pon atento oído, olvida tu pueblo y la casa de tu padre, y el rey se prendará de tu belleza. El es tu Señor, ¡póstrate ante él!
La hija de Tiro con presentes,y los más ricos pueblos recrearán tu semblante.
Toda espléndida, la hija del rey, va adentro, con vestidos en oro recamados; con sus brocados el llevada ante el rey. Vírgenes tras ella, compañeras suyas, donde él son introducidas; entre alborozo y regocijo avanzan, al entrar en el palacio del rey. En lugar de tus padres, tendrás hijos; príncipes los harás sobre toda la tierra.
¡Logre yo hacer tu nombre memorable por todas las generaciones, y los pueblos te alaben por los siglos de los siglos!
1Co 15, 20-27
“Pero no! Cristo resucitó de entre los muertos como primicias de los que durmieron. Porque, habiendo venido por un hombre la muerte, también por un hombre viene la resurrección de los muertos. Pues del mismo modo que en Adán mueren todos, así también todos revivirán en Cristo. Pero cada cual en su rango: Cristo como primicias; luego los de Cristo en su Venida.
Luego, el fin, cuando entregue a Dios Padre el Reino, después de haber destruido todo Principado, Dominación y Potestad.
Porque debe él reinar “ hasta que ponga a todos sus enemigos bajo sus pies“
El último enemigo en ser destruido será la Muerte.
Porque “ha sometido todas las cosas bajo sus pies“ Mas cuando diga que «todo está sometido», es evidente que se excluye a Aquel que ha sometido a él todas las cosas.”
Lc 1, 39-56
“En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno.
¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!»
Y dijo María: “Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso, Santo es su nombre y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen. Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los que son soberbios en su propio corazón. Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos sin nada. Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia como había anunciado a nuestros padres en favor de Abraham y de su linaje por los siglos.”
María permaneció con ella unos tres meses, y se volvió a su casa.”
COMENTARIO
Hacia el Reino de Dios en cuerpo y alma
1.-Como podemos apreciar, en los textos bíblicos, todo, en relación con María, Madre, estaba dispuesto por parte de Dios de forma perfecta, como no podía ser de otra forma.
2.-Yo no sé si Juan escribió el Apocalipsis antes que su Evangelio. A mí siempre me lo ha parecido. Da la impresión de que primero vio lo que vio, en forma de anticipación, o lo que sea, de la forma que sea, y a raíz de eso escribe el último texto de lo que constituye el Nuevo Testamento y después, sólo luego, hizo lo propio con el Evangelio que lleva su nombre.
Yo me acojo a la teoría de C.S. Lewis en cuanto al tiempo de Dios y al nuestro (por si alguien no la conoce, en el libro titulado Mero Cristianismo, el autor inglés cree que Dios habita, por así decirlo, en una línea del tiempo superior a la nuestra y que, por eso, a grandes rasgos digo esto, conoce todo el pasado, el presente y el futuro de sus criaturas. También dice C.S. Lewis que esta teoría no aparece en la Biblia y que, sin ella, también se puede ser buen cristiano) Sólo así es posible entender que Juan viera algo que ya había pasado, el nacimiento del que sería el Mesías, después de que hubiera pasado. Llevado por Dios a su espacio es fácil comprender (o no, según se mire) porqué Juan escribe lo que escribe en el Apocalipsis pues ha visto, conocido, tanto el pasado como el futuro. Y así nos lo comunica.
3.-Aquí Juan nos habla de una mujer, que se suele identificar con María, que da a luz y que huye al desierto, lugar de tradicional refugio en el Antiguo Testamento, donde se busca, no sólo aislamiento, sino, también, tranquilidad para meditar sobre nuestra existencia.
4.-Vemos que el niño es arrebatado hasta Dios, dice el texto. Es decir, que el momento del nacimiento se corresponde con el de su ascensión, al igual que en el momento de su muerte es cuando envía al Espíritu Santo, como mediador y segundo defensor. Fijémonos en esa simultaneidad tan curiosa como, en el mismo instante pueden pasar varias cosas o suceder hechos imposibles de comprender para quien no conozca la posibilidad de la ubicuidad. Este niño ha de regir todas las naciones….sin embargo ya había muerto y resucitado, pues es un discípulo suyo el que escribe, un testigo, de lo sucedido.
5.-Todo esto, el doble plano temporal en el que se lleva a cabo esta acción: la real, en el mundo, el nacimiento mismo, y la repercusión que este tiene en el Reino de Dios, es un mérito que a María garantiza su posterior ascensión en cuerpo y alma; en cuerpo y alma ascenderá a Dios como ascendió su hijo tras el nacimiento; ascensión que le hace promaclar, a aquella voz en el cielo que ya había llegado la salvación, que había nacido el Cristo, que es lo mismo que comunica el ángel a los pastores, en Belén. Todo parece que está bien ligado, pero con una ligazón de trabajoso entendimiento.
6.-En cuanto a la princesa que se casa con el Rey (salmo), podríamos hacer un esfuerzo de explicación y de entendimiento y tratar de ver, aquí, las virtudes de María, esos vestidos en oro recamados, que la adornan ante Dios y que la hacen merecedora de la gloria. Y que aquellos hijos que tendrá, entendemos que espirituales, poblarán la tierra de esa semilla de amor que sembró al admitir, en la Anunciación, su virginal concepción. Olvida tu pueblo y la casa de tu padre, y eso hizo. Otro mérito, sí, que le garantiza esa ascensión que se celebra el 15 de agosto. Merecimiento que sólo dependía de la voluntad de Aquel que crea y, por otra parte, no basado, únicamente, en sus obras, ni siquiera en la manifestación de su fiat, pero que demanda esperando que su voluntad coincida con la su de hija, María.
7.-Vemos, pues, que el principal merecimiento que María acumula es la aceptación en la Encarnación, aquello que hace posible que el maligno pierda y se recupere el Reino de Dios de la caída de tantos ángeles atraídos por los poderes de ese maléfico ser (recordemos, en el Apocalipsis de Juan, aquello de la cola que arrastra a la tercera parte de las estrellas del cielo y las precipita sobre la tierra)
8.-Pero es, quizá, en el momento de la visitación que rinde, entrega siempre recompensada, a su prima Isabel, donde María afianza la voluntad de Dios de que, cuando correspondiera, ascendería con toda la gloria a su Reino. En ese momento, a la bendición que sale de la boca de la esposa de Zacarías, a punto de dar a luz, meses después, María responde con ese prodigio del Magnificat, párrafo donde podemos apreciar un conocimiento inspirado, sin duda, por el Espíritu Santo, pues ¿de dónde puede provenir lo de que las generaciones futuras la llamarán bienaventurada si no es de Quien ya conoce ese tiempo que está por venir?
9.-Así, María gana su ascensión al cielo en cuerpo y alma, pues tanto su pasado, entrevisto por Juan en el Apocalipsis como su futuro, especificado por ella con evidente sentido profético, le gana esa amistad de Dios que, arrobado por su belleza de alma, no puede sino rendirse a sus pies pues ¿qué mejor mujer para Madre podría tener? ¿Qué menos que tal ascensión y tal gloria?
Y pensar que todo esto ya estaba previsto en los planes de Dios y no sucumbir a su bondad…
Amén.
Gracias, Señor, por poder transmitir esto.
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