Antiabortistas: caerse del guindo suele ser bueno
En determinadas ocasiones, vale la pena que pasen determinadas cosas para que las personas que actúan de acuerdo a unos principios defendibles y honorables caigan en la cuenta de que con el Mal, con la tentación de intentarlo, ni siquiera hay que entrar en algún trato.
No conviene, por tanto, hacer ciertas cosas porque, simplemente, no vale la pena.
Esto viene por lo que sigue:
En su plan de disimulo de la aberración (vulgo aborto), la ministra de Igualdad (me da lo mismo que lo mismo me da) tomó la tardía, e inútil, decisión, de reunirse con aquellos que se oponen a lo oponible.
Mantuvo, la susodicha, una reunión con Derecho a Vivir (DAV) y con representantes de los científicos (de los más de 1000) que firmaron la Declaración de Madrid en la que mantenían la “Defensa de la vida humana en su etapa inicial, embrionaria y fetal y rechazamos su instrumentalización al servicio de lucrativos intereses económicos ó ideológicos”
Y, claro, era de esperar lo que pasó.
Por una vez, y que no sirva de precedente, tanto Religión en Libertad como Religión Digital están de acuerdo en algo: de nada sirvió la reunión.
Dicen varias cosas los convocados:
“La reunión con la ministra ha sido un paripé”
Sobre esto, en el programa “La linterna” que dirige César Vidal, del pasado día 2, jueves, pude escuchar a Gádor Joya (portavoz de DAV) que la ministra de igualdad manifestaba una inseguridad en sus intervenciones que era, verdaderamente, patética, ora diciendo una cosa, ora otra.
Pero eso lo hace la seguridad absoluta de que va a hacer lo que le venga en gana. Y lo hará… que para eso es progre y puede.
Pero hay más:
Que la ministra ha mantenido una “actitud tramposa”.
Que fue una “tomadura de pelo” la reunión.
Que “La ministra pasa de nosotros”… ¡Vaya novedad!
”Quieren implantar el aborto libre llevados de una ideología radical y para apoyar el negocio del aborto”
Todo cierto, palabra por palabra.
Se preguntan, además, lo siguiente: “¿Y los 500.000 que nos manifestamos el domingo?”
Pues dirán, luego diréis, que fueron cinco o seis. No más, que para eso están los delegados del Gobierno en la Comunidad de Madrid, especialistas en contabilizar ciertas manifestaciones según el color de los convocantes y los intereses del Ejecutivo socialista.
Y así podríamos estar mucho rato…
Por eso, la tentación de tratar de mediar con el Mal, encarnado a la perfección en el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero y en su instrumento maléfico llamado Aído, a la sazón ministra de la nada, no debe nunca ser atendida porque, de hacerlo, fácil será salir trasquilados.
Ya saben, también, los antiabortistas, que, a veces, ir a por lana cuando lo que, en verdad, es un lobo el destino de tal viaje, sólo puede traer, como consecuencia, alguna dentellada.
Y para trasquilaciones, ya tenemos bastantes con las que, cada día, nos infieren los portavoces del Maligno.
Además, no suele ser conveniente hacer una oferta de diálogo a quien, en cuanto pueda, te corta la lengua.
10 comentarios
Eleuterio: Si no hubieran ido, hoy los socialistas dirían que se negaron a dialogar los provida. Creo que hicieron bien, ir y denunciar que lo de la ministra era una mascarada. Da risa ministra de igualdad... claro no igualdad para los no nacidos... igualdad con que? con las bestias?
Como chiste no está mal. Sin embargo aquí hay en juego vidas humanas y resulta, como poco, preocupante que haya personas que se crean capaces de disponer de ellas como si se tratara de "cosas".
Por eso, el cerebro... lo que se dice el cerebro hace mucho tiempo que es escasamente puesto en funcionamiento por las personas que se creen tener tal poder que, por supuesto, no es suyo ni les pertenece ni nada de nada.
Bien mirado... es posible que no tuviera otra posibilidad. Por eso digo que, al fin y al cabo, caerse del guindo (darse cuenta de con quién se habla) acaba siendo bueno.
Ahora ya saben lo que tienen que hacer: ir por su cuenta a defender al no nacido y olvidarse, para siempre, del que quiere matarlo.
Pero para siempre.
La única reunión a la que deberían asistir es aquella en la que el Ejecutivo laicista y favorecedor de la muerte ajena (!ajena,claro!) vaya a presentar sus excusas y a pedir perdón por la carnicería que apoyan que se produzca (y, por desgracia, que se siga produciendo)
Pero, para eso, ya pueden esperar sentados...
También me deja esturnecida que traigas a San Josemaría a destiempo. No es esa la huída que propone.
El fracaso -si es que lo ha habido- no existe para quien hace lo mejor. Muchas personas se han enterado de aspectos del aborto que desconocían. Eso no se puede medir.
Es triste que se den palos a quienes han trabajado. Eso mejor se reserva para quien no da palo al agua ¿no te parece?
Saludos
Efectivamente, muchas personas se han podido enterar de aspectos que, del aborto, no conocían. Sin embargo, eso no ha de querer decir que se deba, precisamente, a la labor del Ejecutivo sino, muy al contrario, de aquellas personas que trabajan para que el aborto no se lleve a cabo por lo perverso de tal práctica.
En cuanto al texto de San Josemaría lo que he querido decir es que nunca hay que tratar de dar la posibilidad a la tentación de vencernos.
Todo intento, si se hace para bien, puede admitirse.
Yo creo, como ya ha dicho, que también se puede aprender de lo sucedido.
Sirva de ejemplo que la misma OMS afirma que el preservativo tiene una tasa de fallos del 14% (Organización Mundial de la Salud, Effectiveness of Male Latex Condoms in Protecting against Pregnancy and Sexually Transmitted Infections, en OMS Information Fact Sheet, núm. 243, de junio de 2000).
Al mismo tiempo la Internacional Planned Parenthood Federation (IPPF), una de las promotoras de las campañas llamadas de sexo seguro, sitúa la tasa de fallos en el 30%, y a ésta hay que añadirle que “el riesgo de contraer SIDA durante el llamado ‘sexo protegido’ se aproxima al 100% a medida que el número de relaciones sexuales se incrementa” (IPPF, Medical Bulletin, How Much Do Condoms Protect Against Sexually Trasmitted Diseases?, febrero 1997).
No conocía estos datos que me parecen de gran interés.
Son, efectivamente, datos que deberían hacer reflexionar a más de una persona sobre las políticas que se ponen en práctica, de lo equivocadas que están y, sobre todo, de las consecuencias que, muchas veces, traen.
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