Alberto Moncada dice que en la Iglesia católica hay sectas
En principio, tenía la idea de escribir hoy de un artículo publicado en Religión Digital por Alberto Moncada que se refería a la religión y al patriotismo.
Por si alguien no conoce a Alberto Moncada, unas escasas notas bibliográficas dicen que es “Doctor en derecho por la Universidad de Madrid. Estudios de Sociología y Educación en la Universidad de Londres. Becario del British Council y de la Comisión Fullbright. Profesor en las Universidades de Madrid, Stanford, Lima, Internacional de la Florida y Alcalá. Consultor de la OEA, la Unesco y el Consejo de Europa. Ha publicado veinticinco libros y numerosos trabajos y artículos en colectivos y revistas especializadas” (una de las páginas que recogen sus artículos es, por ejemplo, www.redescristianas.net por lo que, a grandes rasgos, ya pueden imaginar los derroteros por los que camina el, además, presidente de Sociólogos sin fronteras)
Todos estos cargos, por así decirlo, se resumen en uno: planteador de imaginativas ideas sobre la religión católica y todo lo que tenga que ver con ella. Vamos, que va, sobre todo, a la contra.
Pues bien, en tal artículo se hace un desprecio descomunal por alguna de las Bienaventuranzas salidas de Cristo para confortar al mundo.
Por ejemplo, se dice que “A los pobres se les aseguraba que en la otra vida iban a tener mejor suerte que los ricos, que éstos iban a tener más difícil que ellos el ir al cielo y que, por consiguiente, había que afrontar las calamidades, las frustraciones terrenales con la esperanza de la otra vida”
No puede negarse que en los pobres a los que se refiere Moncada hay que encontrar a los “mansos”, a los que “tienen hambre y sed de justicia”, a “los que lloran”, etc. Al fin y al cabo se trata de decir que los pobres eran algo ilusos y, al fin y al cabo, fácilmente dominables. Vamos, algo muy relacionado con lo de bienaventurados que dice Cristo (o sea, al revés)
Esto venía referido a lo que el autor (que fuera miembro del Opus Dei entre 1953 y 1969) sostiene, en tal artículo, spbre que la religión ha sido utilizada por los sectores más, digamos, pudientes de la sociedad, para tener sometidos a los más pobres. Y esto equivale, exactamente, a desprestigiar a la religión misma tachándola de manipuladora de la sociedad.
Pero, en verdad, el tal artículo, del que se podría decir bastante en su contra, no es el objeto del mío de hoy. Vale, sin embargo, para poner en situación a los desavisados o despitados que pueda haber e, incluso, bienintencionados o dotados de una bondad excesiva en la apreciación de la actitud de las personas.
Así, volvamos al sitio obligado para empezar.
Buscando información sobre Alberto Moncada, he dado con algo que, publicado en www.amoncada.com, dice mucho de una persona que, habiendo pasado por una época dorada de su espiritualidad (sin duda la que perteneció al Opus Dei) ha devenido en franco deterioro del espíritu.
El texto viene contenido en la página que Alberto Moncada tiene en la que muestra parte de su obra.
En tal artículo se dicen, digamos, cosas algo relacionadas con algunos movimientos que en la Iglesia católica existen y, claro, muy especialmente de aquel al que el autor perteneció.
No se puede argumentar que, a lo mejor, estoy equivocado en lo que digo y que, por ejemplo, haya interpretado mal el texto en cuestión. Esto no es posible porque el buen señor lo expuso, como Ponencia, en el Congreso de la Asociación Internacional para el Estudio de las Sectas, (ICSA), celebrado el mes de junio de 2007 en Bruselas. O sea, que nada de imaginación por mi parte sino exacta y simple realidad.
1.- Por ejemplo, dice que “Muy al contrario, varios grupos católicos, y principalmente el Opus Dei y los Legionarios de Cristo presentan en su configuración grupal características claramente sectarias, expuestas tanto por la literatura sociológica especializada como por los reportajes periodísticos y en particular por las páginas web en las que ex miembros relatan sus experiencias”.
Es decir que los reportajes periodísticas (entre los cuales, seguramente, estarán los suyos) y las páginas web de personas que fueron miembros del Opus Dei (como él mismo) o de los Legionarios de Cristo que lo fueron son espacios donde podemos encontrar las pruebas más evidentes de que tanto un movimiento como otro son sectas de la Iglesia católica.
Y todo esto puede parecer que tenga una apariencia de objetividad de la que carece porque, en realidad, tiene la misma objetividad que la de la persona que propone tales pruebas: ninguna.
2.-Pero también dice, refiriéndose a determinado momento de la historia de la Iglesia que “Así nace el sectarismo católico agresivo, militante, excluyente que cristaliza, durante el papado de Juan Pablo II, en cinco o seis organizaciones de carácter fundamentalista, populista, algunas como Comunión y Liberación muy politizadas, que se añaden al Opus y a los Legionarios, y que representan una versión católica de las sectas de origen oriental que, como la secta Moon, también proliferan en el mundo occidental”
Por tanto, no dice que pueda haber o que no pueda haber (como simple posibilidad) sectas dentro del catolicismo sino que existen, en realidad. Por eso dice “Así nace el sectarismo católico agresivo”. Y eso tiene apariencia de ser una acusación demasiado grave como para olvidarla sin más y hacer como si la hubiera dicho un iluminado.
Es que, por si esto fuera poco, dice, también, que es lo mismo, o como la “versión católica” de la secta Moon (”Iglesia para la Unificación del Cristianismo Universal”) que difunden la idea de que Jesús fue un fracasado al morir en la cruz y que Sung Myun Moon es el actual Mesías.
Vamos, exactamente igual que el Opus Dei, Comunión y Liberación, Legionarios de Cristo, etc. que son movimientos que, como sabemos, no son seguidores de Cristo, no aman a la Iglesia ni tienen al Papa como el nuevo Pedro.
O sea, exactamente al revés de la realidad y de la verdad.
Pero como no hay dos sin tres, la tercera “perla” escrita de Alberto Moncada dice lo siguiente:
3.-“El Opus secta se convierte en Opus mafia cuando sus miembros se alían para conseguir determinados fines que mantienen ocultos, incluyendo la conspiración política, la manipulación de actividades mercantiles, la violación de leyes fiscales, tan patentemente documentados hoy en varios países y que explican la mala fama que tiene el grupo en bastantes ambientes. Tanto el Opus como los Legionarios se dirigen preferentemente a reclutar gentes adineradas y poderosas, en el segundo caso por encargo específico del Papa Pío XII, que los aprobó. En sus numerosos centros universitarios para la formación de empresarios el Opus defiende un capitalismo puro y duro, un conservadurismo económico, paralelo al conservadurismo político, social y teológico que le caracteriza”.
Como diría aquel: ¡Ojo al dato!
El Opus Dei no es, sólo una “secta”, sino que, además, es una “mafia” en la que sus miembros se “alían” (es decir hay acuerdos para hacer ciertas cosas) para alcanzar fines ocultos.
Yo, francamente, no veo ni me imagino a los miembros del Opus Dei (pienso, ahora, por ejemplo, en los supernumerarios) aliándose entre ellos o con los numerarios para conseguir afianzar conspiraciones mundiales contra nadie ni contra nada.
Pero, donde salta la liebre izquierdista (y “progre” en la Iglesia católica”) es cuando se refiere a la educación: “el Opus defiende un capitalismo puro y duro, un conservadurismo económico, paralelo al conservadurismo político, social y teológico que le caracteriza”.
No resulta difícil entresacar, entre las palabras citadas, algo muy parecido al izquierdismo más fracasado de la historia (de la suya, claro) cuando habla de conservadores económicos, de conservadores teológicos frente a lo que, para Alberto Moncada, ha de ser lo bueno: lo contrario y, en la Iglesia, el cambio.
Vamos, lo de siempre. Otro que tal baila.
Sin embargo, no queda la cosa así, como si no hubiera respuesta, general, para sus dichos y escritos. En la página sobre libros relacionados con el Opus Dei puede encontrarse, convenientemente analizada, la teoría de Alberto Moncada.
Bien puede decirse que se trata de un análisis llevado a cabo por la parte atacada y que, por eso, parece subjetivo. Sin embargo es, al menos, tan subjetivo como el que hace el propio Alberto Moncada.
Ahora que cada cual se quede con la parte que le convenza.
¡Ah!, como ya dije antes Alberto Moncada Lorenzo fue miembro del Opus Dei desde 1953 a 1969 y precisamente en el artículo citado sobre las “sectas” dice que “Una consecuencia de la presión que la autoridad ejerce sobre los súbditos es el resentimiento e incluso la beligerancia que algunos miembros del Opus manifiestan contra la organización cuando salen de ella, al contrario de la conducta habitual de los que abandonan órdenes o congregaciones religiosas o el sacerdocio”.
Aunque todo lo escrito sobre el Opus Dei y, en general, otros movimientos que en la Iglesia católica hay, puede haber sido causado por una comprensible casualidad.
Nunca, sin embargo, por rencor, incomprensión, rabia o resentimiento.
Seguro que no.
NOTA: sin embargo, si les ha parecido poco lo dicho por Alberto Moncada, me veo en la obligación de, mañana mismo (en forma de miniserie de dos capítulos) analizar un artículo publicado por el susodicho individuo titulado “Restos del franquismo eclesiástico” para que se sepa, de verdad, qué piensa Moncada de la Iglesia católica española. Vamos, quiero decir, de cómo tergiversa la realidad.
La imagen de Alberto Moncada ha sido tomada de www.revistafusion.com.
36 comentarios
Totalmente en desacuerdo con Ud.
No sé qué extraño poder de convencimiento le otorga Ud. a Alberto Moncada para decir que si dice que hay sectas es que las hay. No se sabe que Alberto Moncada esté en el conocimiento de todo lo que pase en la Iglesia católica como para admitir que lo que dice es, porque lo diga él, cierto.
Además, el lenguaje utilizado es tan despectivo que se niega a sí mismo la posibilidad de toda verdad.
No creo, por otra parte, que la recluta de tales movimientos se haga entre personas con problemas sino, al contrario, entre personas que quieren avanzar en el sentido espiritual de sus vidas.
Lo que pasa, seguramente, es que Alberto Moncada, como estuvo en el Opus Dei no fue capaz de sobrellevar el espíritu de tal movimiento porque, eso sí, debe ser débil de carácter. Pero achacar tal cosa a las personas que pertenecen a los movimientos citados y a otros y decir de ellos que son sectas y, por lo tanto, sus miembros, sectarios, es ir un poco, demasiado, lejos.
De todas formas, si hay personas que son problemáticas y que entran en tales movimientos, sólo se puede esperar de tal paso dado en sus vidas una mejora en ellas. Eso también son datos.
Las sectas son o no son, lo del "sentido sociológico" si que es cuestionable.Mucho más cuestionable lo de su agresividad.
Y la "recluta entre gente problematizada" es típica sí, pero en la Iglesia desde su origen: "no he venido a salvar a justos sino a pecadores"
Yo conozco a muchos atrapados y tarados por el futbol. Sin ir más lejos ayer tuve una al lado, no sé si debemos considerar sectarios a muchos de los futboleros de hoy, el de ayer necesita una terapia seria, son datos
Por otra parte, me resulta muy curioso que las denuncias sean tanto más intensas y frecuentes cuanto mayor sea la vitalidad del "movimiento" acusado.
Finalmente, también me resulta curiosísmo que los movimientos acusados de tales conductas suelan ser aquellos habitualmente calificados como "conservadores" en sentido peyorativo.
Tres fenómenos. Tres curiosidades. Dejo su interpretación a quien disponga de más luces que yo.
También se me ocurre que el tío no tiene ni idea de qué es una secta, que de eso sí sé algo. O puede ser que simplemente use el término como "sustantivo arrojadizo" aprovechando sus connotaciones negativas. Ya puestos, podía haberlos llamado "fachas".
No es, desde luego, el caso de ninguno de los miembros del Opus Dei que conozco personalmente (familiares muy cercanos -entre otros mi propia esposa-, buenos amigos y otros conocidos), que son gente bastante normalita y equilibrada, preoupada por su formación, comprometida con su vida cristiana, y especialmente apasionados de su libertad personal.
También conozco gente que pertenece al movimiento neocatecumenal, e incluso a los carismáticos (mi propia hermana), y, oigan, tampoco me cuadra lo que dice Moncada. Es posible que yo viva en permanente estado alucinatorio, pero lo dudo.
Si alguien quiere conocer algún "especimen" de los que habla Moncada, a lo mejor le apetece pasarse por opusdeialdia.org, que para mí fue un agradable descubrimiento.
En fin.
-Surgimiento Contestatario
-Líder Carismático y Paternalista
-Conducción Vertical y Totalitaria
-Obediencia Ciega
-Fuerte Control Grupal
-Prentoriedad
-Reduccionismo Simplista
-Literalismo
-Revelación Constante
-Eleccionismo - Salvacionismo
-Progreso Holístico
-Imposibilidad de Diálogo
-Preeminencia de lo Emotivo
-Adoctrinamiento Intensivo
-Implementación de Técnicas de Persuasión Coercitiva
-Promesas de Rehabilitación Personal
-Hostilidad Contra las Religiones Clásicas o Tradicionales
-Proselitismo Compulsivo
-Proselitismo Engañoso
Para determinar si un grupo es una secta, escrutemos ese grupo en lo que respecta a las características citadas. Si hay un grado de correspondencia alto, deduciremos que es una secta.
Vaya, pero si lo que se examina es la totalidad de la Iglesia Católica Romana, vemos que se cumplen practicamente todas, luego la ICAR es una secta.
Fuente: Arzobispado de Buenos Aires.
Vaya, pues yo soy católico, y salvo las "Promesas de Rehabilitación Personal", y con matices, no veo ninguna otra nota que caracterice a la Iglesia en la que vivo. En casi todos los casos, incluso es todo lo contrario.
No, si ahora va a resultar que en realidad yo no soy católico.
O peor: lo soy, pero vivo engañado. Y el amigo juvenal, o un Moncada cualquiera, o algún otro iluminado, de un momento a otro me van ofrecer la pastilla roja de Morfeo.
Solo que me da que va a resultar un tripi.
Efectivamente, se tiene la tendencia de criticar, siempre, a los movimientos, o a las personas, que más hacen por la Iglesia católica. Se les insulta y se les zahiere porque saben que son la vanguardia del catolicismo.
Muchas veces se nota demasiado lo que se hace en cotnra de tales movimientos: se les llama ultra, conservadores, fascistas, retrógrados y todas las lindezas que a la progresía política y religiosa se le ocurren.
Sin embargo, desde aquí no dejaré de defender a aquellos que, con la Palabra de Dios por bandera, hacen, de la Iglesia católica, una casa grande donde habitar.
La verdad es que resulta curioso que, en primer lugar se digan una serie de características que debe cumplir una organización para que se pueda llamar secta y, acto segurio, se diga que siempre que se cumpla "un alto grado de correspondencia" pues entonces de lo que hablamos es una secta.
Yo, en todo eso que Ud. dice sólo me reconozco, como mucho, en lo de la rehabilitación personal.
Sin embargo, puede decirme, qué hostilidad ha mostrado la Iglesia católica contra las "Religiones Clásicas o Tradicionales"; ¿Se refiere al paganismo?
Tenemos que esperar, efectivamente, a que personas como Alberto Moncada y otras de su estilo, nos digan qué es lo que hemos de pensar, por dónde tenemos que andar religiosamente hablando y qué es lo bueno para nosotros. Como católicos no sabemos qué tenemos que hacer y esperamos, como agua de mayo (o de agosto) que algún iluminado progre nos aleccione sobre nuestra fe y sobre nuestra creencia.
Lo que creo, por otra parte, es que lo qu quieren proporcionarnos es alguna adormidera hecha con bastantes polvos de relativismo.
Para pensar un poco más despacio en la cuestión de los movimientos eclesiales y el sectarismo, véase un buen artículo de Schönborn, arzobispo de Viena, en http://www.mscperu.org/biblioteca/1movimientos/sectas_catolicas.htm
Por otro lado, recomiendo para estar informados de una manera seria y objetiva, el boletín electrónico que envía gratis la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas-RIES, en http://www.ries-sectas.tk
Le invito a acercarse al blog de Bruno y leer los testimonio s de 4 personas que han tenido una muy buena experiencia de los nuevos movimientos.
Así mismo me gustaría leer la suya propia y saber de que está escarmentado.
Esperemos que el Señor toque el corazón del señor Moncada y de todos nosotros para que, queriendo en principio todos vivir la Fe en la misma Iglesia, podamos llegar un día a amarnos como Cristo nos amo.
Sólo un apunte mas. Decir que la Iglesia ampara a los nuevos movimientos porque traen a gente es una enorme falsedad... ya que a los presentes les suele gustar Leornado Boff, porque la Iglesia no dió el parabien a la Teología de la Liberación? Anda que no hay gente detrás...
La Iglesia es fiel al magisterio y sólo reconocerá aquello que tenga trazas de haber sido inspirado por el Espiritu Santo. No sólo reconoce a movimientos multitudinarios, hay cantidad de pequeños grupos con estatutos propios dentro de la Iglesia. Pero claro... no interesa estudiar el tema... sólo hablar por hablar.
Un abrazo
Hace años que dejé de leer a Alberto Moncada. En mi opinión, la forma de atacar a la Iglesia Católica y sus instituciones me parece patética y recocinada. Rezo por él.
Gracias por la información sobre las sectas a la cual me voy
a sumar en el acto.
Yo creo que, a veces, se utilizan las palabras de una forma
demasiado alegre.
Desde el mismo princicipio y cada vez mas, según iba haciéndose poderosa. Vease sino su reacción contra el judaismo
Para contestar a su comentraio en el que nos dices que,en realidad, la reacción del cristianismo frente al judaísmo fue, digamos, poco recomendable, te copio parte de un artículo titulado "La Piedra que los Constructores Rechazaron se Convirtió en la Piedra Angular" del Teólogo "José Comblin" que apunta, precisamente, a lo contrario
...
"3. Los cristianos excluidos de la sociedad
Jesús fue rechazado por las autoridades de los judíos, era de esperarse que sus discípulos conociesen la misma suerte. Aunque los primeros capítulos de los Actos de los Apóstoles muestren a los primeros cristianos rodeados por la simpatía del pueblo de Jerusalén, no podían esconder que los doce fueron perseguidos por las autoridades. Aunque, al parecer, más tarde hubo una actitud de tolerancia de parte de las autoridades de Jerusalén para con los judíos-cristianos. Esa tolerancia no se extiende a los helenistas, seguidores de Esteban. Esos fueron expulsados de la ciudad.
De los Actos podemos inferir que los judío-cristianos alcanzaron una cierta libertad, pues permanecieron fieles a la ley judaica, al templo y a la circuncisión, así como al conjunto de prácticas de devoción.
En cuando a los otros, los que, siguiendo a Esteban, se emanciparon del templo, y dejaron de imponer la circuncisión a los paganos convertidos, conocieron todo tipo de persecución. Todo indica que no pudieron permanecer en Jerusalén, pero, incluso en la diáspora, encontraron mucha hostilidad de la parte de los judíos, sobre todo de los fariseos.
Las controversias entre Jesús y los fariseos, tan destacadas en los evangelios, sobre todo en Mateo, reflejan probablemente las tensiones crecientes entre las sinagogas y los primeros cristianos en toda la diáspora. Esas tensiones van creciendo.
Al mostrar, en los Actos, que Paulo fue sistemáticamente expulsado de las sinagogas de las ciudades griegas, Lucas expresa probablemente un hecho generalizado en su época. De la misma manera, la expulsión de Jesús de la sinagoga de Nazareth, debía corresponder a la expulsión de los cristianos de las sinagogas de las ciudades de la diáspora.
En cuando Paulo, sin duda, fue expulsado, condenado, perseguido por los jefes de las sinagogas y sufrió violencias de la parte de ellos. "De los judíos recibí cinco veces los cuarenta golpes menos uno. Tres veces fui flagelado. Una vez, apedreado" (2Cor. 11,24).
Los cristianos que se emanciparon de la ley fueron excomulgados por los judíos, juzgados y condenados como herejes y expulsados de las sinagogas. Muchas veces esa expulsión traía consigo actos violentos. Los cristianos formaron, de esa manera, una minoría de excluidos marginalizados fuera de la comunidad de Israel. Ellos no querían separarse. Querían que todo Israel reconociese a Jesús como Mesías y siguiesen los caminos de Jesús. No lo consiguieron. En lugar de convencer a su pueblo, fueron excluidos por él."
Digo, por otra parte, que, aunque a José Comblin se le pueda encuadrar dentro de la Teología de la Liberación, lo que está bien dicho está bien dicho. Y no me duelen prendas en decir tal cosa.
Alberto Moncada, perteneció 16 años al Opus Dei. ¿Alguien de los que ha opinado es del Opus Dei o ha pertenecido, al menos el tiempo del Sr. Moncada?
Durante las crisis posconciliar, las órdenes religiosas quedaron literalmente diezmadas, perdiendo 1/3, 1/4, la mitad de sus efectivos. Y jamás he visto a ningún ex miembro atacar a su antiguo Instituto, es cierto que muchos han derivado al agnosticismo o esoterismo y eso les lleva a la crítica de la Iglesia, pero repito jamás la han tomado contra su antiguo Instituto, al menos de manera particular.
Sí,la verdad es que resulta un tanto extraño que Alberto Moncada
haga lo que hace al igual, por otra parte, que muchas otras
personas que pertenecieron o formaron parte del Opus Dei hacen
lo mismo.
Él ha de saber la razón o razones que le lleven a hacer tal cosa y,
sobre todo, que haga lo mismo con la Iglesia católica a la que
se supone que, perteneció, al menos, en aquella etapa de su
vida.
Y, claro, eso sólo le corresponde responderlo a él.
Tu argumento es de lo mas absurdo, ¿qué autoridad reconoce por encima la ICAR?
personas que pertenecieron o formaron parte del Opus Dei hacen
lo mismo. Por eso mismo,porque sufrieron a la secta desde dentro yson de los pocos que consiguieron liberarse
Óscar, con todo respeto, ya que al leer lo que me as recomendado veo que perteneces a una de esas sectas: leer el blog que dices me confirma lo que ya he vivido y oido tantas veces. yo tambien he sido un culo de mal asiento dando tumbos por varias sectas catolicas. Respeto a las personas que estan rotas y quieren recomponerse entregando su libertad a un grupo sectario pero no respeto a quienes se aprovechan de ellos.
Un saludo.
Acabo de ver, ahora mismo, lo que dice de su mensaje anterior.
Le puedo asegurar que no he podido suprimirlo porque ni siquiera estaba delante del ordenador.
Además, ni he hecho nunca nada por el estilo ni creo que deba hacerlo.
Por favor, vuelva a enviarlo otra vez porque le aseguro que no lo he quitado.
Acabo de mirar mi correo donde llegan los mensajes que aquí se publican y tampoco ha llegado allí.
He leido estos días unos testimonios impresionantes de personas muy alejadas y hay que decir que hacen mucho bien
Simplemente comentaba que, al margen de los argumentos que de este señor , me da la sensación de que cualquier critica a estos movimientos laicales (Opus Dei, Legionarios de Cristo Neocatecumenales...) se toma inmediatamente como una ofensa a la Iglesia en general, sin ni siquiera platearse lo que puede haber de verdad en las criticas (repito que el personaje no da para muchas alegrias, pero yo tambien he visto cosas algo raras en una de estas organizaciones). Y que como toda organización humana, pueden incurrir en errores.
Si uno se fija (mismamente en esta web) no se tienen reparos en criticar hechos, que al menos en apariencia, no son correctos, tanto de sacerdotes diocesanos, obispos o de las congregaciones religiosas tradicionales. No sucede asi con estos movimientos, y cualquier critica a ellos se pretende atajar apelando a que tienen unos estatutos aprobados por la Iglesia.
Sin duda tener unos estatutos aprobados da ciertas garantias, pero no convierte en infalible a la organización. Y por lo tanto si se producen denuncias estas se deben investigar (a la mayor brevedad posible) como a sido el caso, por ejemplo de Lumen Dei o otros.
En un principio, cuando una organización tiene, digamos, la aprobación del órgano que, en Roma, corresponde (o a nivel diocesano cuando tenga que ser así) hemos de pensar que cumple con las directrices que la Iglesia católica establece como correctas.
Si no creemos esto no podemos creer en casi nada de lo que se haga. Es, digamos, algo elemental sobre lo que las dudas sólo sembrarían más dudas sobre el resto de elementos del catolicismo.
Es posible, por supuesto, que en los movimientos citados (y en otros; ahí tenemos a Lumen Dei por ejemplo) se pueden producir situaciones que podemos entender como no recomendables. De todas formas, por muy santas que sean las intenciones de los movimientos y, en general, de las personas con fe, no es poco cierto que tanto en un caso como, por supuesto, en el caso de los individuos considerados en solitario, las personas somos las que podemos tergiversar lo que los movimientos dicen.
Por tanto, no creo yo que ninguna organización sea infalible porque, de hecho, siempre se puede fallar por alguna parte porque todo no es controlable y si existen casos sobre los que puede recaer alguna duda no cabe otra opción que la correspondiente investigación y quien tenga algo que pagar que lo pague.
Veo que mantienes un juicio no sólo sobre los movimientos sino sobre mi como miembro del CN.
Tú sabes mejor que nadie (sin conocerme) cual es mi situación, cuan absorbido estoy y como soy de tonto por dejarme engañar...
Siento tus malas experiencias que sería fabuloso que nos contaras para conocerte mejor y saber por lo que has pasado y comprender tus juicios.
Soy el primero que ve cosas que no le gustan a veces, pero intento construir.
Un abrazo a todos
Hola Oscar. No te mosquees con el escarmentado, al fin y al cabo dice respetar a los miembros de movimientos. Peores, mucho peores cosas se leen en este portal y a pesar de la delicdeza con que has econvenido a LF por loque escribe hoy, se te echa encima todo su club de fans.
Yo, a pesar de todo, sigo sin ver la necesidad de movimientos internos en la Iglesia. Estatutos, normas internas, ritos propios, todo eso para mí, lejos de ser una garantía, se vuelve en contra de su transparencia. Al menos todos los rebotados insisten en los rasgos sectarios. De otros no sé (o sé menos, conozco menos), pero del opus tengo historias para empezar y no parar
No se trata o no de criticar (sabiendo además que la crítica puede o no puede hacerse de un modo sano) sino que se trata de etiquetar y desacreditar llamando sectas.
El que tenga críticas contra el CN el opus o lo que sea que exponga fundadamente estas. Si se puede se contestarán si no se puede no y así iremos creciendo todos.
Escarmentado lejos de criticar constructivamente juzga. Tendrá sus motivos desde luego pero no es una forma correcta de actuar.
Sobre el blog de LF prefiero no hablar en otros blogs.
Siempre es un placer hablar contigo.
Un abrazo a todos
Escarmentado: No me reconozco, ni yo ni el movimiento en que vivo la fé, en nada de lo que dices. 1) Una de las cosas que he experimentado ha sido la libertad, he aprendido, mejor Dios me lo ha enseñado a sentirme libre, libre para vivir la vida, libre de las cosas y del dinero, libre para decir lo que pienso y siento, etc. Creo que todavia, si el Señor me da vida, me daré cuenta de mas situaciones en las que eexperimente la libertad. 2) Otra de las cosas que vivo es la misericordia. Misericordia de Dios en mi vida. La misericordia de la que nos habla el evangelio. tambien expresada en mis catequistas 3) Ni yo ni tanta gente que conozco que pertenecemos al CN o a otros movimientos hemos entregado nuestra libertad a nadie. Eso realmente pasa en las verdaderas sectas. Para que se te quede claro, YO, LIBREMENTE DECIDI IRME UNA VEZ PORQUE SENTIA QUE DIOS ME HABIA ABANDONADO Y NO LO SOPORTABA. ESTUVE 5 AÑOS FUERA DE LA IGLESIA. En este tiempo ningun "jefe" me llamo por telefono ni nadie me dijo que volviera, Fijate si respetaron mi libertad. 4) He visto cumplirse el Evangelio, he visto milagros. La Palabra de Dios tiene poder para reconstruir la vida de las personas . ¿Fue reconstruida la vida de Maria Magdalena, la de Zaqueo, la de los Apostoles etc?.5) Dices que la lectura de las conversiones de la gente del blog, te confirma lo que piensas, que nos destruyen, que somos personas faltas de caracter, etc. Si me conocieras a mi y a la gente de mi comunidad, verias que tenemos "un pedazo de caracter", que somos indomables, que no nos han abducido, que no somos debiles de mentey sobre todo no mangonean nuestras vidas. Si esto hubiera sucedido yo no llevaria 32 años en el CN. 6) Cuando entre en el CN ya llevaba un año en la Iglesia y habia experimentado esa libertad que tu dices que entregamos no se a quien. De mi no se ha aprovechado nadie. 7) Quiero acabar dicendo que entiendo a los que haceis juicios sobre los movimientos. aunque, hoy, no los comparto. He estado en la "otra orilla" y he dicho barbaridades de la Iglesia. Hoy cuando leo lo que se dice del CN, me llevo las manos a la cabeza. He vivido en el la mitad de mi vida, 32 años que dan para mucho y veo como se dicen mentiras, medias verdades o la verdad retorcida y amañada para que el que lee saque una conclusion falsa.
No se si me he extendido mucho o si como este blog lleva dias no lo leereis. de todas maneras deseo que el Señor os bendiga y os colme de sus bendiciones.
Muchas gracias por el testimoni que has dado de fe profunda
y de verdadero sentimiento católico.
De ninguna de las maneras podemos dejar que pase la ocasión
de demostrar que pertenecer a un movimiento de la Iglesia
católica es algo que vale la pena, que las personas que allí
deciden entrar lo hacen libremente y que gozan de la Palabra
de Dios una vez dentro de cada uno de los movimientos.
Yo mismo he escrito en este mismo Blog, hace unos días, de cuatro movimientos que en la Iglesia (Opus Dei, Camino Neocatecumenal, Comunión y Liberación y Focolares). Para ello
he tenido que leer bastantes cosas y puedo decir, sin temor
a equivocarme que las personas que manifiestan su voluntad
de pertenecer, por ejemplo y como es tu caso al Camino Neocatecumenal, son unas personas valientes porque van a vivir su fe de una forma profunda y no alejada de la Ley de
Dios como quiere el mundo que estemos los católicos.
Por eso, repito, muchas gracias por tu testimonio y porque
es la única forma de que se comprenda que los dones y carismas que los movimientos son verdaderos valores sociales
que vale la pena promocionar, admirar y difundir.
Por cierto, mi madre también pertenece al Camino Neocatecumental y aunque yo no pertenezco a ningún movimiento sí que puedo decir que quererlos a todos, los quiero porque sé que son obra del Espíritu Santo y dan muchos frutos de conversión y de amor a Dios y al mundo.
Gracias, otra vez, por tener tanta fe.
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