5.01.17

El rincón del hermano Rafael – “Saber esperar”- Ocuparse sólo de Dios

“Rafael Arnáiz Barón nació el 9 de abril de 1911 en Burgos (España), donde también fue bautizado y recibió la confirmación. Allí mismo inició los estudios en el colegio de los PP. Jesuitas, recibiendo por primera vez la Eucaristía en 1919.”

Esta parte de una biografía que sobre nuestro santo la podemos encontrar en multitud de sitios de la red de redes o en los libros que sobre él se han escrito.

Hasta hace bien poco hemos dedicado este espacio a escribir sobre lo que el hermano Rafael había dejado dicho en su diario “Dios y mi alma”. Sin embargo, como es normal, terminó en su momento nuestro santo de dar forma a su pensamiento espiritual.

Sin embargo, San Rafael Arnáiz Barón había escrito mucho antes de dejar sus impresiones personales en aquel diario. Y algo de aquello es lo que vamos a traer aquí a partir de ahora.

             

Bajo el título “Saber esperar” se han recogido muchos pensamientos, divididos por temas, que manifestó el hermano Rafael. Y a los mismos vamos a tratar de referirnos en lo sucesivo.

“Saber Esperar” - Ocuparse sólo de Dios

“Qué loco estoy cuando de mí me ocupao, y qué vanidad es ocuparse de lo que no es de Dios”

Locura y vanidad. En eso se resume la actitud que muchas veces tomamos en nuestra vida al respecto del Todopoderoso. Y el hermano Rafael nos lo describe a la perfección en muy pocas palabras.

Por una parte, estamos nosotros y, al parecer (según hacemos), por otra está Dios. Y eso es un error demasiado grave de cara a nuestra salvación eterna.

Es bien cierto que, como seres humanos que somos, podemos adoptar una u otra actitud al referirnos a Dios. En nuestra vida… ¿Es importante el Creador?

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4.01.17

Reseña: Colección Fe sencilla – Sobre Dios - “Un día con siete mañanas - Sobre la Creación”

Un día con siete mañanas. Sobre la Creación                       Un día con siete mañanas. Sobre la Creación

Título: Un día con siete mañanas – Sobre la Creación.

Autor: Eleuterio Fernández Guzmán

Editorial: Lulu

Páginas: 63

Precio aprox.: 3,50 € en papel – 1€ formato electrónico.

ISBN: 5800120388645 papel978-1-326-90756-3 electrónico

Año edición: 2017

Los puedes adquirir en Lulu

“Un día con siete mañanas – Sobre la Creación” de  Eleuterio Fernández Guzmán

 Resultado de imagen de La Creación

Continuamos con la publicación de textos dentro de la Colección Fe sencilla. Con este libro abrimos el apartado referido a los temas relacionados con Dios. De aquí que su título sea “Sobre Dios”

Vayamos, pues, con la reseña. 

“En el principio creó Dios los cielos y la tierra.”

(Génesis 1, 1)

Cuando decimos, porque lo creemos, que Dios creó el cielo y la tierra y repetimos aquello de que al séptimo día descansó, no queremos decir, o no deberíamos entender con eso, que el Creador descansó y, acto seguido, se olvidó de lo creado. Muy al contrario es lo que sucedió y sucede porque Quien todo lo creó todo lo cuida y guía y que, por decirlo pronto, el mundo está en sus manos; que el ser humano no es esclavo de Dios sino amigo e hijo suyo y que, cosa que sucedió con Jesucristo, llega a ser capaz de hacerse débil para salvarnos.

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3.01.17

Un amigo de Lolo – No entender a Dios

Presentación

Lolo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

 

Libro de oración

 

En el libro “Rezar con el Beato Manuel Lozano, Lolo” (Publicado por Editorial Cobel, www.cobelediciones.com ) se hace referencia a una serie de textos del Beato de Linares (Jaén-España) en el que refleja la fe de nuestro amigo. Vamos a traer una selección de los mismos.

No entender a Dios

Nos duele confesar que, por desgracia, y con más frecuencia que la debida, hemos tenido un celo dañino de Dios. El Ser supremo que nos ha tocado llevar en vilo por el mundo, lo hemos paseado en alcanfor, como una planta de vivero que pueda ser dañada por la luz del mediodía. Como a las reliquias de los santos, nos ha dado miedo pasear algo más que no sea el corazón. Al acercarse al microscopio, la cátedra o el aparato científico, Dios se ha encontrado con esa aduana de los guardabarreras católicos, las vírgenes necias de día que alardean de fe. Abajo el miedo; ¿no veis, amigos, cómo Dios alza la cara y aguanta sin parpadear la luz conjunta de todos los soles del universo?” (“También Dios sopla en la frente” de “Desde este lado de la tapia”).

Que no somos nada al respecto de Dios no es que sea una verdad de fe sino que es una verdad de evidencia. Sin embargo, hay algo que es aún más evidente: no somos capaces de entender a Dios e, incluso, lo religioso que nos une, que nos religa con el Padre está, demasiadas veces, lejos de nuestro corazón.

El Beato Manuel Lozano Garrido pone negro sobre blanco, para que bien se perciba, lo que supone no entender a Dios y llevarlo como si, en verdad, lo entendiésemos de una forma que bien puede llamarse hipócrita.

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1.01.17

La Palabra del Domingo - 1 de enero de 2017

 

 

 Lc 2, 16-21.

 “16 Y fueron a toda prisa, y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. 17        Al verlo, dieron a conocer lo que les habían dicho acerca de aquel niño; 18 y todos los que lo oyeron se maravillaban de lo que los pastores les decían. 19     María, por su parte, guardaba todas estas cosas, y las meditaba en su corazón. 20 Los pastores se volvieron glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y visto, conforme a lo que se les había dicho. 21 Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidarle, se le dio el nombre de Jesús, el que le dio el ángel antes de ser concebido en el seno.”

        

MEDITACIÓN

1.- Muchas veces nos planteamos, ante esta fecha tan simbólica, un ánimo nuevo, con ganas de comienzo, con ganas de renovar aquello que creemos debemos eliminar de nuestro comportamiento y con ganas, al fin, de crecer en cuanto personas, conocedores de que nuestro amor crece con eso. Con este día, 1 de enero, puede ser, para nosotros, o trazar, así, un camino que seguir. Y María, Madre, nos acompañará, como entonces, para darnos cobijo como lo dio a su niño Dios y porque había sido elegida por el Todopoderoso para cumplir aquella gozosa y, luego, terrible misión. 

2.- Los pastores venían de una pequeña tribulación. El Ángel del Señor, pensemos que con toda su majestad y luz, se les apareció. Como dice Lucas (2,9) “ellos se asustaron”. Sin embargo, tras hacerles mención de lo que había sucedido: que esa esperanza tan soñada, el Mesías, el Señor, estaba ya entre ellos muy cerca, en Belén, ellos creyeron, mostraron claros síntomas de fe (al creer en lo que no había visto) y partieron en busca del pesebre.

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31.12.16

A partir de mañana la esperanza no la perdemos

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Cuando llega este día, el último del año, se suele hacer balance de lo que ha pasado y, además, se piensa mucho en lo que ha de venir porque mañana todo empieza de nuevo. En realidad, no se trata más de fechas que el ser humano ha convenido que así queden establecidas y a ellas debemos remitirnos para poder, simplemente, vivir.

Los católicos sabemos que cada día que pasa, cada año que dejamos atrás nos acerca al definitivo Reino de Dios porque somos conscientes de que nacimos para morir e ir al Padre. Por eso no debe entristecernos que pase el tiempo como si fuese una losa que cae sobre nosotros con la pérdida de facultades físicas que acarrea el paso del tiempo. No. Nosotros gozamos sabiendo que pasa el tiempo, sabemos que vale la pena que pasa porque conocemos el destino de nuestra vida que es otra, pero eterna; otra, pero mucho mejor que la que vivimos en este valle de lágrimas.

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30.12.16

Serie “Caminando con Jesucristo” - 6 - 2- El reino de Dios - Yo vengo con la Verdad

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Muchas son las veces que se han hecho comentarios o meditaciones a los Evangelios; muchos los autores, entre ellos santos y otros estudiosos que han dedicado su atención al contenido de determinados momentos de la vida pública de Jesucristo, Dios que, encarnado, vivió entre nosotros. 

Así, quien surgió del Jordán glorioso y aclamado por su Padre para, de forma inmediata, adentrarse en el desierto de las tentaciones del Maligno y surgir liberado de tan nigérrimo yugo dio más que motivos para que, a lo largo de los siglos muchas páginas se hallan escrito sobre aquellos acontecimientos claves para la historia de la humanidad. 

Cristo, aclamado como quien tenía que venir en su entrada gloriosa en Jerusalén en el inicio de su Pasión es el mismo que, años antes, acudiera con sus primeros discípulos a la boda de Caná. Allí su madre, María esposa de José, le conminó a que dejase su anonimato y acudiera en rescate de aquellos sus primeros beneficiados con el hacer de su corazón; allí también se sometió a su autoridad al convertir aquellas tinajas en el vino que, para entonces, ya escaseaba en la celebración nupcial. 

Los primeros pasos de Jesús tuvieron mucho de enseñanza para aquellos discípulos que todo dejaron para seguirle. Si el discípulo amado siguió, a la voz del Bautista, al cordero de Dios, el resto de sus compañeros de viaje espiritual no dudaron en no mirar hacia atrás y dejaron, cada cual según su oficio u ocupación, la tarea que hasta entonces les había hecho ganar la vida para hacer lo propio con la eterna haciéndose pescadores de hombres. 

Hemos procedido como Dios nos ha dado a entender, en el buen sentido de la palabra, en el quehacer misterioso pero real de Jesús, Dios entre nosotros que es lo que, de una forma o de otra, ha marcado la historia sucesiva del hombre y ha cumplido lo que de Él recogía lo que denominamos Antiguo Testamento y que no es más, ni menos, que la manifestación, por escrito, de la inspiración del Espíritu Santo en manos de sus autores y que, por eso mismo de ser anticipación de la venida de Cristo, es Verdad con Él. 

No es menos cierto, por otra parte, que los primeros pasos de Cristo en compañía de sus discípulos, no están exentos de aprendizaje por parte de los mismos. Por eso, en tanto en cuanto no eran capaces de asimilar la doctrina de perfección de la Ley de Dios que había venido a transmitir el Maestro, no cejaron en tratar de llevarse a sus corazones la impresión de que los momentos que estaban viviendo eran algo más que el hecho de acompañar a una persona especial porque, al menos eso sí pudieron comprender, no les quiso engañar al decirles que tenía palabras de vida eterna y que, si prestaban atención, a lo mejor eran capaces de fijar en su alma algunas de ellas. 

A partir de ahora, pues les dejamos con un acercamiento, seguramente personal pero no por eso ajeno a mi prójimo, de lo que Jesús supuso, ya entonces, para los que todo dejaron de lado para seguirlo y se hace la recomendación de sentirse como inmerso en las diversas situaciones a las que se va a hacer referencia para aprehender, de primera mano, lo que pudieron sentir aquellos que escuchaban a Jesús y hacer, de su enseñanza, una perfecta forma de vida. 

Al fin y al cabo, el camino que recorrió el Hijo de Dios es el mismo que nosotros debemos anhelar recorrer. Es más, el destino del mismo, la vida eterna, es exactamente el mismo.

  

6. -2- El reino de Dios - Yo vengo con la Verdad

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Jesús continúa su labor. Es de suponer que iba con sus recientes discípulos, y así “llegan a Cafarnaúm” (en hebreo Kfar Nahum). Esta ciudad se encuentra en la orilla noroeste del Lago Kinéret (el Mar de Galilea), 2,5 Km. Al noreste de Tabgha y a unos 15 Km., al norte de Tiberíades, donde descansa algunos días.

Como diría el Mesías que no penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas sino a dar cumplimiento (Mt 5, 17), nada mejor que acudir al lugar donde tenía expresión natural ese hacer lo que la Ley indicaba: la sinagoga, lugar de culto, reunión y difusión de la norma de Moisés y del resto de Sagradas Escrituras.

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29.12.16

El rincón del hermano Rafael – “Saber esperar”- Conocer y hacer

“Rafael Arnáiz Barón nació el 9 de abril de 1911 en Burgos (España), donde también fue bautizado y recibió la confirmación. Allí mismo inició los estudios en el colegio de los PP. Jesuitas, recibiendo por primera vez la Eucaristía en 1919.”

Esta parte de una biografía que sobre nuestro santo la podemos encontrar en multitud de sitios de la red de redes o en los libros que sobre él se han escrito.

Hasta hace bien poco hemos dedicado este espacio a escribir sobre lo que el hermano Rafael había dejado dicho en su diario “Dios y mi alma”. Sin embargo, como es normal, terminó en su momento nuestro santo de dar forma a su pensamiento espiritual.

Sin embargo, San Rafael Arnáiz Barón había escrito mucho antes de dejar sus impresiones personales en aquel diario. Y algo de aquello es lo que vamos a traer aquí a partir de ahora.

             

Bajo el título “Saber esperar” se han recogido muchos pensamientos, divididos por temas, que manifestó el hermano Rafael. Y a los mismos vamos a tratar de referirnos en lo sucesivo.

“Saber Esperar” - Conocer y hacer

“Está visto que la única ciencia posible en el mundo es colocarnos donde Dios nos  tenía destinados…, y una vez que hemos acertado a saber su Voluntad, entregarnos a él con todo el corazón".

Dios tiene, para nosotros, un plan, el Plan divino.

Lo que el Creador quiere para sus hijos es, siempre, lo mejor. Por eso debe sentirse bastante mal cuando alguno de ellos (o muchos) no hacen el mínimo caso a su santa voluntad que, expresada de las más variadas formas, llega al corazón de sus hijos que, demasiadas veces, hacen caso omiso a la misma.

Hay, sin embargo, quienes se dan cuenta de lo que eso quiere decir. Es decir, que no tienen por nada lo que Dios quiere para ellos. Es más, hay quienes, como el hermano Rafael, saben que eso es algo que se debe tener como algo inherente al Padre y, así, a sus hijos.

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28.12.16

La inocencia de aquellos santos

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Tengo que reconocer que siempre me ha repateado aquello que, demasiadas veces, se hace en un día tan señalado como el 28 de diciembre. Y me refiero a las bromas que, so capa de un tal día, el de los inocentes, se llevan a cabo. 

En realidad, no debemos decir día de los inocentes sino, así, dicho, con mayúscula, los Inocentes. Y aquí poner las cosas como corresponden ser llamadas tiene mucho que ver con nuestra fe católica. 

Queremos decir que “inocentes” e “Inocentes” no son lo mismo: los primeros son los simplemente mundanos, aquellos que caen en determinadas trampas y bromas en un tal día; los segundos, sin embargo, son aquellos que, con total inocencia por tu parte, fueron los primeros testigos del Hijo de Dios que, apenas un par de años antes, había venido al mundo.

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27.12.16

Un amigo de Lolo – Cuidado con la mundanidad y la carnalidad

Presentación

Lolo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

 

Libro de oración

 

En el libro “Rezar con el Beato Manuel Lozano, Lolo” (Publicado por Editorial Cobel, www.cobelediciones.com ) se hace referencia a una serie de textos del Beato de Linares (Jaén-España) en el que refleja la fe de nuestro amigo. Vamos a traer una selección de los mismos.

Cuidado con la mundanidad y la carnalidad

“Los labios que devoran el caviar, los ojos y la nariz que prosiguen el banquete, nuestra media naranja de materia que busca su almuerzo, apelmazan las paredes del corazón para convertirlo en alacena de gustos. Metidos en lo del almacenaje, el corazón apenas si admite de materia lo que una caja de membrillo. Prensaremos los cheques, y como en los nidos de ratones, a lo que más llegamos es al atasco y al olor de carroña.”  (”Ese Gran Árbol llamado Pobreza” de “Desde este lado de la tapia”).

El ser humano, cada uno de nosotros, estamos formados de cuerpo y espíritu. Es decir, ni somos sólo cuerpo ni somos sólo espíritu. Y no debemos entender una existencia humana en la que se prive al ser creado por Dios a su imagen semejanza sin alguno de los elementos.

Nosotros, sin embargo, sabemos que si bien vivimos en un cuerpo y de nos valemos del mismo para existir, no por eso podemos descuidar el componente espiritual de nuestra vida. Es más, de hacerlo así, es más que posible que nuestra salvación eterna quede frustrada, no la alcancemos, no gocemos de la Bienaventuranza y la Visión Beatífica.

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25.12.16

La Palabra del Domingo - 25 de diciembre de 2016

 

 

 Jn 1, 1-18

 “1 En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. 2 Ella estaba en el principio con Dios.  3 Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada de cuanto existe. 4 En ella estaba la vida  y la vida era la luz de los hombres, 5 y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron. 6 Hubo un hombre, enviado por Dios: se llamaba Juan.  7  Este vino para un testimonio, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por él. 8 No era él la luz, sino quien debía dar testimonio de la luz.  9 La Palabra era la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo.  10          En el mundo estaba,  y el mundo fue hecho por ella, y el mundo no la conoció. 11 Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. 12 Pero a todos los que la recibieron  les dio poder de hacerse hijos de Dios, a los que creen en su nombre; 13 la cual no nació de sangre, ni de deseo de hombre,  sino que nació de Dios.  14 Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros, y hemos contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad.     15 Juan da testimonio de él y clama: ‘Este era del que yo dije: El que viene detrás de mí se ha puesto delante de mí,  porque existía antes que yo.’ 16 Pues de su plenitud hemos recibido todos, y gracia por gracia.  17 Porque la Ley fue dada por medio de Moisés; la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo. 18 A Dios nadie le ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del Padre, él lo ha contado.’”

        

COMENTARIO

Y la Palabra de hizo carne

De los textos que el Nuevo Testamento refiere a la vida, existencia y realidad del Hijo de Dios el que el Calendario Litúrgico nos reserva para hoy, 25 de diciembre, tiene un contenido espiritual más que gozoso y rico. Queremos decir que se dice tanto que vale más que la pena meditarlo.

Cualquier católico sabe que una fecha como el 25 de diciembre es muy especial. Celebramos el nacimiento de Jesucristo, Hijo de Dios y hermano nuestro. Por eso este texto evangélico es tan importante. 

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