25 de marzo, al respecto de Leer a Tolkien, es siempre
Antes que nada, pedimos perdón a Manuel Lozano Garrido, a la sazón conocido por Lolo porque le hemos ocupado el día que dedicamos a escribir acerca de su obra. Sin embargo, sabiendo que la persona a la que dedicamos el día era católica de raíz y de criterio, estamos seguros de que ahora mismo se estarán riendo en el Cielo su alma y la de Tolkien. Al menos, eso es lo que nos dice nuestra fe católica, la única y verdadera fe o la verdadera y única fe.
Pues bien, para un católico, el día 25 de marzo ha de ser muy especial. Y es que celebramos, por así decirlo o, mejor, traemos al presente un momento tan especial para la historia de la salvación como fue aquel en el que el Ángel Gabriel anunció a María todo lo que podía pasar si ella quería.
Como bien sabemos, ella dijo sí un tal día como hoy pero de hace muchos siglos y gracias a eso nosotros podemos salvar nuestra vida, la eterna, si es que queremos…
Pues bien, además de eso o, seguramente, por eso mismo, hoy también lleva el día algo así como muchos días llevan al año (el día del árbol, el de tal o cual actividad, etc.) y que no es otra cosa que el de “Leer a Tolkien”. Y por eso es un día, digamos internacional pues otra cosa no puede ser para tantos y tantos millones de personas que tienen, para bien de su corazón, llevarse al mismo las palabras de J.R.R.
Es cierto y verdad que leer a Tolkien, en sus muchísimas posibilidades, no va a ser de utilidad, digamos, materialista. Y es que las cosas del alma muchas veces tienen poco que ver con las del cuerpo.
Es cierto y verdad que leer a Tolkien, en sus muchísimas posibilidades, no va a dar nadie un salvoconducto para nada ni lo va a llevar a la Tierra Media por mucho que queramos que sí, que exista o, si existió alguna vez, que vuelva…
Es cierto y verdad que leer a Tolkien, en sus muchísimas posibilidades, es posible que no solucione ninguno de los problemas que pueda tener quien eso haga.
Es cierto y verdad que leer a Tolkien tampoco va a enriquecer los bolsillos de nadie porque aquí no se trata de eso sino de otra cosa que, en realidad, es seguramente mucho más importante.
Sin embargo, a nosotros nos parece muy importante leer a Tolkien y por eso, seguramente, está este día, este 25 de marzo recién llegada la primavera a toda la Tierra, incluso a la Media.
Pero, para que nadie se olvide de lo que aquí tratamos, nosotros podemos decir que leer a J.R.R. Tolkien es importante porque:
-Está más que bien que haya un escritor que plantee la existencia de un mundo, la Tierra Media, donde una serie de valores aún se tengan en cuenta.
-Está más que bien que haya un escritor que haya dado su vida ordinaria para llevar a cabo una obra tan importante como la suya.
-Está la mar de bien que haya un escritor que fuera tan meticuloso en lo que hacía que todo bien que se diga sobre lo escrito será, siempre, poco.
-Está la mar de bien que haya un escritor que, como J.R.R. Tolkien, haya escrito de tal forma que su obra es imperecedera y, por tanto, no pasa ni ha pasado de moda ni de la actualidad literaria de tal forma que podemos acceder a ella como si fuéramos los primeros que la leemos y está ahí: fresca, clara, limpia.
-Está la mar de bien que haya un escritor que haya querido hacer, de su obra, expresión de una fe propia (siendo universal) sin que se pueda decir que ha hecho apología de la misma (aunque esto no sea poco importante, claro está) y la sutileza, en tal sentido, sea más que admirable.
-Está la mar de bien que haya un escritor que sea leído por no creyentes porque no ofende con lo que escribe a otras creencias o a no tenerlas.
-Está la mar de bien que haya un escritor que llene a sus lectores de tanta imaginación y de tanta luz interior.
-Está la mar de bien que haya un escritor que sea capaz de hacernos estar con sus personajes como si fuesen contemporáneos nuestros o los tuviésemos a nuestro lado; que los haya hecho tan cercanos, así.
-Está la mar de bien que haya un escritor que haya conseguido, sin quererlo esto (claro está, pero…) que haya muchas personas que se quieran llamar de una forma propia de su Tierra Media y tengan, por decirlo así, un nombre Terramediano, un otro yo siendo sí mismos.
-Está la mar de bien que haya un escritor que haya trazado un camino de tal manera perfecta que influya de forma decisiva en la vida de sus lectores, que quede poso personal.
Y, en fin (y, por fin),
-Está la mar de bien que haya un escritor que haya querido serlo, con tal intensidad y tal perseverancia, que rubricó su vida con una obra verdaderamente inmortal, casi como la vida de uno de los Primeros Vivientes de la Tierra Media. O sin casi.
Y, para ser francos y no faltar a la verdad, esto ya lo escribimos en otra ocasión pero es que… como creemos que es tan cierto como que hubo sol y luna después de ser destruidas las dos lámparas por no queremos recordar el nombre de los que hicieron eso, hemos querido recordar algunas de las causas (verdaderos motivos en suma) por las que leer a Tolkien es tan importante. Y es que, como diría Gandalf…¡corred insensatos… a leerlo! y, a ser posible, todos los días. Y esto es para los que no lo leen porque sus lectores… esos ya son sensatos del todo… al menos por eso y en eso.
Eleuterio Fernández Guzmán
Panecillos de meditación
Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
Panecillo de hoy:
Tierra Media: otra Tierra, esta Tierra.
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Para leer Fe y Obras.
Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.
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