Homenaje a los caídos por Dios y por España
Es más que seguro que este artículo va a molestar a más de uno. Pero, con franqueza digo, que al que esto escribe le importa un pito, un bledo y, en fin, todo lo que aquí pueda ponerse. Y es que no vamos a callar nada cuando hay tanto rojo que no deja de predicar sus malas ideas y sus maldades por doquier. Y es que, además, pretenden cambiar lo que pasó entonces porque no es de su gusto el resultado de aquella Cruzada.
¡Sí, aquello es que fue una Cruzada!
Tenemos que decir, sin embargo, que aquel 18 de julio de 1936 no fue una fecha que no tuviera antecedentes ni nada por el estilo. Y es que el General Franco no dijo aquel día algo así como “¡Hala!, a levantarnos contra la República, que hoy me he levantado farruco!” No. Las cosas tenían muchos y demasiados antecedentes que son más que conocidos por todos pero que la malhadada y mal llamada “memoria histórica” parece no recordar porque bien sabemos que es totalmente selectiva, manipuladora y, en fin, dictatorial, impositiva… vamos, una pura excrecencia humana.
El caso es que antes de aquel 18 de julio de 1936 había mucho malo hecho. Ya tenían en el saco más de muchos muertos y más de muchos templos quemados. Y sí, nos referimos a los mandamases hijos de Satanás que habían procurado la desaparición de la Santa Madre Iglesia pero de la forma más bárbara y antigua: con la desaparición física de sus ministros y, luego (seguramente antes también) de muchos de sus simples fieles laicos. Pero es lo que tienen los hijos de Satanás… que gustan decir eso de “Arderéis como en el 36”. Pues como en el 36, un 18 de julio, recordamos ahora el bien tan grande que se hizo (pero no sólo a España sino a la humanidad toda) que hubiera un grupo de militares (y otros los siguieran en beneficio de la patria) que dijeran que hasta ahí habíamos llegado y que era momento de dar un puñetazo encima de la mesa. Y es que es más que conocido que quien calla otorga…
Fueron muchos los que cayeron por España: por su fe o, simplemente, por no militar en las filas del imperio del mal (ahora llamado lado oscuro por eso del cine y demás) que tanto daño había hecho a España y a los españoles que no eran de su cuerda.
Pues bien, desde aquí queremos hacer un humilde pero sentido homenaje a los caídos por Dios y por España y que, ahora, ahora mismo, quieren ser borrados de la faz de nuestra patria con la eliminación de las cruces que los honran y representan. Y es que, como entonces, los mismos que quisieron terminar con la fe católica quieren que nada se sepa de aquello que pergeñaron en sus oscuras mentes y en sus escasos caletres.
¡Son tantos los mártires que hemos llorado! ¡Son tantos los fieles católicos que dieron su vida por el terrible delito de serlo!, que no nos queda más remedio que decir (y, en verdad, no podemos hacer otra cosa) : ¡Arriba España! ¡Viva Franco y la madre que lo parió! ¿O es que los otros no dicen lo que les pasa por la sesera y es bien recibido por una sociedad dormida, muerta? Aunque ahora sabemos que los que (des)gobiernan quieren preparar una ley para que nada se pueda decir ni de Franco ni nada por el estilo (algo ya han hecho pero quieren más pues su voracidad mentirosa es insaciable) y sólo se podrá hablar de las bondades de comunismo, de las excelencias del socialismo y, por supuesto, nada que se escuche del daño que ha hecho, y hace, tan perversa y maligna ideología, al mundo. Vamos, que tendremos que decir obligatoriamente que nada de malo han hecho nunca y que es lo mejor que la humanidad ha creado desde que Adán fue Adán y Eva fue Eva… ¡Ah!, y todo esto de forma plenamente democrática y, verdaderamente, olvidadiza…
Y es que a uno, de vez en cuando, le gusta desahogarse. No vaya luego a decirse que somos moñas, venidos a menos o conformistas con la basura intelectual (¿?) que, por desgracia, anda a sus anchas.
¡Ah!, seguro que hay más de uno que dirá que esto está dicho con brocha gorda pero, ¡qué le vamos a hacer!, casi mejor esto que ir por ahí dando brochazos o, como otros hicieron, pegando tiros. ¿A que se entiende todo?
Por cierto, este artículo lo publiqué hace cuatro años pero, en realidad, los muertos siguen muertos y hoy también es 18 de julio.
¡Ah!, por cierto, ¡Viva Cristo Rey!, pues es expresión más que merecida aunque no estemos en noviembre…
Eleuterio Fernández Guzmán
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Panecillos de meditación
Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
Panecillo de hoy:
Morir por Dios y por España fue algo más que un anhelo.
15 comentarios
Y por una vez, y sin que sirva de precedente, estoy de acuerdo con lo que ha escrito Providence.
Tiene usted un cacao mental. Uno muy demo cristiano.
Siguiendo su razonamiento, el San Agustín de la "Ciudad de Dios" es maniqueo. Y toda la Iglesia que lo sostiene como doctor y para qué hablar de San Ignacio.
La Cruzada Española fue eso, la última Cruzada bendita por la misma Santa Sede.
Hubo 2 bandos, el de los enemigos de Dios y la Civilización (republicanos) y el de la Ciudad de Dios de Cristo Rey (nacionales).
No hubo 2 ideologías. La gente decente combatió contra la peor de las ideologías (incluídod los luciferinos democracia y DD.HH.).
Y le guste o no tiene usted una enorme deuda de gratitud al héroe que tilda de "dictador", cuya exhumación sólo es apoyada por quienes no respetan a Dios ni nada sagrado. Por cierto la Dictadura fue una prestigiosa institución romana, sideralmente superior a los tiranuelos democráticos hodiernos.
El Generalísimo fue un hombre providencial, que salvo a España no sólo de la barbarie marxista y anárquica sino, mientras duró su gobierno (indudablemente legítimo), de la podredumbre democrática. La democracia, esa "forma" de tiranía que odia a Dios y al hombre, gobierno que es condición para el advenimiento del Anticristo.
Es de bien nacido ser agradecido.
Si usted no es bien agradecido de Franco y los mártires de la Cruzada, ya sabe que es.
Viva Franco, viva España y viva Cristo Rey.
Pero qué lavado de cerebro. Como si la legitimidad de un gobernante dependiera de la soberanía popular. Como si dictador fuera sinónimo de ilegitimidad y tiranía.
Dando por descontada la ilegitimidad de la democracia, basada en la inexistente soberanía popular (porque sólo Dios es soberano), la legitimidad de origen la da el hecho de acceder conforme a la tradición sucesoria de cada pueblo.
La República, impuesta por la violencia, fue ilegítima siempre. El General Franco, restauró la legitimidad de gobierno, por el hecho de gobernar conforme a la mejor tradición católica española. De hecho es el único gobernante claramente legítimo de España, post Alfonso XIII.
Tener al Generalísimo en la basílica es un deber sagrado para con Dios, que lo suscitó providencialmente, y para con él un deber de piedad.
La exhumación fue un sacrilegio gravísimo prohijado por una clerigalla despreciable y acomodaticia y aprobado por gente afín a ella.
La mayoría tuvieron que hacer lo que les decían para sobrevivir. En uno y otro bando.
Es más romántico imaginar siempre a la soldadesca como la pinta la propaganda, pero no suele ser así.
Si usted quiere saber cómo funcionaba realmente el gobierno franquista, en particular las facciones que componían el régimen, y a qué intereses servía, recomiendo el libro "Sociología del franquismo" de Amando de Miguel.
Se publicó en 1975, así que es difícil de encontrar, pero me parece excelente.
Imagino es un troll, o tiene 90 años.
Ante la duda, no le responderé. Pero por favor, no mezcle el nombre de Dios con el de asesinos cuartelarios. A Franco no lo reivindica nadie más que Vd. y
Eleuterio en algún artículo. Se ve que le gustan a Vd. las guerras. Imagino que es de los que mandan a los demás para asesinar, violar bien cómodo desde su sofá, por supuesto, despotricando contra la democracia y la opinión de los demás.
Obvio!!
Sólo la suya, y la del caudillo, por supuesto, son las que importan.
Rece. Hágame caso, rece un poco
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