Recensión: Salmos del siglo XXI. La sombra de tu luz me repara
Título: Salmos del siglo XXI – La sombra de tu luz me repara.
Autor: Eleuterio Fernández Guzmán.
Editoriales: CreateSpace (Amazon)
Páginas: 201.
Precio aprox. Amazon: 6, 24€ en papel – 1€ formato electrónico (Kindle)
ISBN Amazon (papel): 979-8579918871.
ASIN (electrónico-Amazon): B08QCNR9S5.
Año edición: 2020.
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Salmos del siglo XXI – La sombra de tu luz me repara, de Eleuterio Fernández Guzmán
Reconocemos que este libro es uno que lo es muy anhelado desde hace muchos años. Es decir, de la intención de escribir sobre los Salmos a la escritura, directamente, de unas obras espirituales tan decisivas en la historia de la salvación como son los mismos, ha habido un paso que no deja pocas cosas atrás.
El Salmo, como es bien sabido, es como una forma de dirigirse a Dios, digamos, “especializada”.
Es decir, trátase la cosa de un decir al Todopoderoso cómo se sabe un hijo suyo y, por extensión, el pueblo que ha escogido para que sea, precisamente, el Suyo, no de una forma, por decirlo así, general, sino concreta y refiriéndose a un determinado tema. Por eso hay salmos de acción de gracias, de alabanza, en los que se pide perdón, etc.
Es evidente que los Salmos que contiene la Biblia fueron escritos hace muchos siglos y que lo fueron por quien pertenecía al pueblo judío que fue el que el Creador escogió, de entre los que entonces poblaban la Tierra conocida. Ahora, tantos siglos después, es también más que sabido que eso ha cambiado.
Desde que Dios envió a su Hijo al mundo para que el mundo se salvase, se procuró un nuevo pueblo. Y no queremos decir que haya olvidado al que quiso muy especialmente durante tantos siglos. No.
Queremos decir, con todo esto, que el Todopoderoso ha querido que, a través de la persona de Jesucristo, hijo de María y adoptivo de José, aquellos que quisieran confesar que era Su Enviado formaran parte del nuevo pueblo elegido por Dios.
Está más que claro que, dadas las circunstancias, tan distantes y distintas, que se dan en este muy especial caso, de ninguna de las maneras quien esto escribe y va a escribir pretende que lo que sea capaz de dar a la luz pública vaya a sustituir a una obra tan maravillosamente bien escrita por los autores que, inspirados por el Espíritu Santo (a lo mejor sin que ellos supieran que era la Tercera Persona de la Santísima Trinidad quien hacía eso), dejaron para siempre escrito un ser espiritual tan inmenso como son los Salmos que contiene la Sagrada Escritura. Sería, además, un acto de falta de humildad que sólo podría perdonar el mismo Creador y Todopoderoso, Dios del Cielo.
De todas formas, no es poco que digamos que, a pesar de eso y de ser conscientes de nuestras limitaciones, un intento (siquiera que eso sea) como este, seguramente valga la pena. Y, adelantándonos al Epílogo, agradecemos a Dios la oportunidad de, al menos, eso, intentarlo.
Les vamos a poner el Índice aunque debemos decir que los Salmos abreviamos su posición por no ocupar demasiado. Así, diremos, “del Salmo tal a este otro”…
Presentación-Introducción
Salmos:
Salmos de acción de gracias
Desde el 1 hasta el 10
Salmos del pueblo de Dios
Desde el 11 hasta el 20
Salmos de gozo
Desde el 21 hasta el 31
Salmos desde este lado del Reino mirando a Dios Padre
Desde el 32 hasta el 49
Salmos del perdón necesitado
Desde el 50 hasta el 60
Salmo libre
61
Salmos de oración del corazón
Desde el 62 hasta el 70
Salmo libre
71
Salmos de las virtudes
Desde el 72 hasta el 80
Salmo libre
81
Salmos sobre la realeza de Dios
Desde el 82 hasta el 91
Salmos de turbación ante lo que nos pasa
Desde el 92 hasta el 100
PenteSalmos al Dios Único, al Único Dios
Desde el 101 hasta el 150
Un necesario Epílogo
Acerca del autor
Y, ya, para terminar, les vamos a traer, a modo de ejemplo, un Salm
de los que contiene el libro:
Salmo 14
¡Míranos, Oh Dios Todopoderoso!
Somos aquellos que has querido para Ti,
pueblo nuevo escogido y sobre la Cruz
apoyado.
¡No nos apartes de tu corazón, Bondad infinita!
De nuestras oraciones recoge lo conveniente,
ten por Tuyo aquello que sepas que lo es,
danos lo que tu Voluntad crea nos conviene.
¡Luz del mundo, Creador nuestro y de todo!
No queremos apartarnos de tu lado
y ansiamos la vida cerca de tu corazón,
misericordia en esencia, interminable don.
¡Míranos, Oh Padre Eterno!
Como tu pueblo sólo queremos ser
lo que quieras que seamos, caminar
sin desviarnos, no salirnos de la senda
que has marcado para nosotros,
ver tus huellas en nuestra existencia.
¡Canto de Paz interminable, Dios nuestro!
-¿Quién querrá permanecer a tu lado para siempre?
-Aquel que te reconoce como su Padre,
aquel pueblo que es veraz, ese permanecerá.
Eleuterio Fernández Guzmán
Panecillos de meditación
Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
Panecillo de hoy:
Siempre es bueno y mejor dirigirse a Dios.
Para leer Fe y Obras.
Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.
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