J.R.R. Tolkien - Ventana a la Tierra Media – De nosotros y Tolkien: nos toca escoger y retratarse
Los lectores de la obra de J.R.R. Tolkien, a fuerza de haber leído todo lo posible sobre el mismo (algo así como seguidores empedernidos) es más que posible que, por “h” o por “b”, como suele decirse, tengamos preferencia por algún personaje de los que bien define y dibuja el profesor de Oxford.
Es casi seguro que quien esto lea haya tenido la ilusión (imaginación de por medio) de sentirse como alguno de ellos porque no podemos negar que eso gusta y más que gusta y, por decirlo así, la misma Tierra Media más que regusta….
Por eso, este artículo es una propuesta: a definirse cada cual como tenga por conveniente. Y no es obligatorio hacerlo pero, en fin, aclararía muchas cosas y cada cual, como suele decirse, se retrataría. Y, como es tan especial, hasta admitimos que las referencias puedan ser no sólo del Bien sino, incluso, del Mal aunque se requerirá especial definición de las razones de haber escogido lo segundo…
Lo que queremos decir es que proponemos, a los amables y pacientes lectores que se escojan un personaje de los muchos que hay en la obra de J.R.R. Tolkien para sí o, lo que es lo mismo, que nos diga cuál les gustaría ser. Así de simple. Y rogamos que, a diferencia de lo que suele ser normal, que es el retraimiento general a la hora de comentar algo de lo que aquí se escribe, se salga a la palestra porque ¡hay que definirse y retratarse!
Así, por ejemplo, ¿acaso queremos ser como alguno de los Hobbits y tener una vida más bien agradable no exenta, a lo mejor, de alguna aventura inesperada?
¿Acaso nos gustaría ser como Gandalf, siempre atento a las necesidades del prójimo hasta arriesgar la vida… si eso fuera necesario?
¿Acaso quisiéramos ser como Legolas y poner nuestras particulares armas en auxilio de quien las necesite?
¿Acaso estaríamos dispuestos a ser como Gimli y no cejar nunca en el empeño de terminar una misión como manda el hacha?
¿Acaso aceptaríamos ser como Aragorn y esconder nuestro propio ser hasta que el momento requiriese ser reconocido?
¿Acaso podríamos adoptar los modos de Boromir muy a pesar de lo que sabemos le pesó mucho al hombre?
Hay, de todas formas, otros “acaso”:
¿Acaso podríamos aceptar un papel como el de Saruman, tan vengativo y egoísta?
¿Acaso seríamos capaces de cumplir con un papel como el de Morgoth, malandrín donde los haya?
¿Acaso nos gustaría ser Sauron con todo lo que eso encierra de poder por venir y de dominación del llamado enemigo?
¿Acaso querríamos ser, incluso, como cualquier especie de Orco, sirviendo al Mal en busca de posibles beneficios?
Y sí, reconocemos que se nos ve, digamos, el “plumero” en cuanto a la parte que nosotros entendemos que es la más aceptable y cuál, claro, no lo es. Y es que, así, tomamos partido, como era de esperar, por el Bien y nosotros, particularmente nosotros, gozamos más que nada con el papel de Sam Gamyi. Sí, Sam, el servicial y fiel Sam.
¡Hala, pues, a definirse y a retratarse!
Eleuterio Fernández Guzmán- Erkenbrand de Edhellond
5 comentarios
Yo personalmente siempre me he sentido como Sam. Hogareño, le gusta los quehaceres diarios, jardinero, familiar, cariñoso y fiel.
Añadiría, por salirme un poco de los más "normales", a Radagast, apodado "el Pardo". Partidario de defender y ayudar a los que no pueden defenderse, amante de la naturaleza y de todas las criaturas, aunque a veces le tachen a uno casi de "loco".
EFG
Me parece muy buenas elecciones. Y si, por la apariencia a lo mejor a Radagast lo pueden tratar por un casi loco pero, en todo caso, estaría loco por la naturaleza y sus criaturas que no es una mala forma de estar loco, si usted me entiende que diría Sam.
Creo que los que tenemos ya una edad y hemos sobrepasado el ardor juvenil vamos a elegir a Sam. Es un poco lo que nos gustaría ser. Una vida tranquila, sin ajetreos, con un merecido descanso tras un viaje complicado. Que se casa con su amada y forma una familia.
A veces pienso que es una buena analogía del Cielo. Si, me gustaría que si Dios me considera digno, cosa que la verdad dudo porque soy un pecador y descreído, poder gozar de una vida en paz en un lugar tranquilo con mis seres queridos.
Y fuera de Sam, por lo obvio, me quedo con Faramir. Su hermano y su padre me fascinan, me parecen muy reales y bien hilados. Boromir y Denethor cargan cruces muy pesadas, demasiado quizás. Y creo que muchas veces se ha sido injustos con ellos. Y elijo a Faramir porque me gustan los finales felices, esa esperanza es muchas veces lo único que tenemos.
EFG
De todas formas podemos escoger a San tengamos la edad que tengamos pues lo que importa aquí es el espíritu de ese personaje.
Tampoco puedo decir que la opción de Faramir sea mala porque siempre es mejor un final así que no otros como por ejemplo el de Boromir o su propio padre siendo el del hermano bastante honroso y digno al final de su vida.
Y al respecto de los pecadores que somos, es cierto que sí, que lo somos, pero siempre esperamos de Dios su perdón y si morimos con alguna falta en remediar para eso tenemos el Purgatorio-Purificatorio para poner remedio a eso y para entrar en las Tierras Imperecederas del Cielo.
Y luego hay una pareja que me encanta Eowyn y Faramir. Eowyn una mujer que tiene el valor de ser dueña de su persona con todas las consecuencias, hasta el punto de arriesgar su vida en combate, y Faramir un guerrero leal y valiente, pero que prefiere el conocimiento a la batalla.
EFG
Parece que Sam tiene mucho predicamento por estos lares. Y es verdad que los de su raza son algo más que especiales y tiene mucha importancia en todo esto.
A mí también me gusta mucho el papel de Eowyn porque muestra el verdadero empoderamiento de la mujer. Y cuanto a Faramir..., pues eso.., que de acuerdo.
Por su hidalguía, por su frugalidad, por su valor, por su respeto a la tradición, por su fidelidad al amor de su vida.
EFG
Es una muy buena elección, por supuesto, el Rey por todo lo que usted dice que, como vemos, no es poco sino mucho y muy mucho.
Conocemos poco de los Valar. Tulkas no es de los más poderosos. Es un tipo muy varonil: le gustan las mujeres guapas y atractivas (no por casualidad su esposa es bailarina), bebe de más en las fiestas y luego duerme la mona, en un amigo fiel, se mata en el gimnasio, y sobre todo, se ríe de Melkor y encima le parte la cara a la mínima. ¿Cómo iban a derrotar los Valar a Melkor sin Tulkas? ¿A base de canciones?
Hay un momento crucial en el Silmarillion en el que, si se hubiera hecho caso a Tulkas, se hunieran evitado muchos males y es cuando los Valar piden a Feänor abrir los Silmarils. Tulkas le insta a hacerlo con llaneza pero Aule le responde casi insultándole, diciéndole “tú no llegas a entenderlo”. Ya sabemos qué vino después.
El pecado común de todos los personajes de Tolkien, incluso los muy buenos como Galadriel, es el apego del corazón a un bien creado y pasajero. Incluso a Sauron le perdió el apego al orden. Tulkas no parece estar apegado a nada especialmente, y fue ese mismo desapego que recomendó a Feânor, a la larga, la fórmula de salvación para todos los personajes, incluso para Galadriel: “iré al Oeste y seguiré siendo Galadriel”.
¿Qué le hubiera dicho Tulkas a Ar-Pharazon? “Pues tío, si te tienes que morir, vas, te mueres y punto”.
Y mi otro personaje es Galadriel: el más humilde, arrepentido y penitente de todos los personajes.
EFG
Buena elección de personajes. Como no podía ser de otra forma Tulkas es Tulkas. Y la dama Galadriel..., en fin, más que bien.
Por otra parte, le agradezco que me haya sugerido, aún sin decirlo así, algunos temas para escribir.
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